Fecha de Nacimiento. Hijo del conocido médico oftalmólogo de Lima,
doctor Enrique Cipriani Vargas y de Isabel Thorne de Cipriani, nació en
Lima el 28 de diciembre de 1943, siendo el cuarto de once hermanos.
Estudió la Primaria en el Colegio Inmaculado Corazón (1949 - 1953) y la
Secundaria en el Colegio Santa María (1954 - 1960). Solicitó su admisión
en la Prelatura Opus Dei el 10 de junio de 1962.
Al terminar sus estudios universitarios en la Universidad Nacional de
Ingeniería, ejerció su profesión de ingeniero industrial en la Compañía
W. R. Grace, los años 1967 y 68.
De ahí pasó a dedicarse a la promoción del campesinado del valle de Cañete antes de ordenarse sacerdote.
Siguió estudios de Teología en el Seminario Internacional de la Prelatura del Opus Dei en Roma y se doctoró en Teología por la Universidad de Navarra, España.
Destacado deportista: Juan Luis Cipriani destacó en la década del sesenta como integrante de la selección nacional de básquet, deporte que practicó desde su época escolar. Jugó por el Perú en campeonatos bolivarianos, sudamericanos y panamericanos, gozando de fama de aguerrido luchador hasta del último punto para alcanzar la victoria deportiva. Sus estudios en la Universidad Nacional de Ingeniería y la convalecencia de la enfermedad de hepatitis le impidieron participar en las Olimpíadas de Tokio, a las que había sido convocado.
En 1965, en el Coliseo del Puente del Ejército, en Lima, cuando faltaba un segundo para el término del último partido del Campeonato Interuniversitario de Básquet en que jugaban los equipos de las Universidades de Ingeniería y Agricultura, el equipo de monseñor iba perdiendo por un punto. Antes de que sonara el silbato dando por terminado el encuentro, Cipriani lanzó la pelota desde la mitad de la cancha encestando los dos puntos de la victoria ante el estruendo del público. Su equipo ganó 50-49 y fue el protagonista del triunfo.
Participó en la selección nacional de básquet que campeonó en los juegos bolivarianos de Barranquilla, Colombia (1961). Fue miembro del equipo nacional de básquet subcampeón en el Campeonato Sudamericano de Lima (1963). Integró el equipo de básquet de la Universidad Nacional de Ingeniería, obteniendo el campeonato universitario (1965). Integró el equipo peruano de básquet que participó en los Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá (1967). Integró la selección peruana de básquet que jugó en el Campeonato Sudamericano de Montevideo, en el que empataron el primer puesto Argentina, Brasil, Uruguay y Perú (1969).
Sacerdocio: Fue ordenado sacerdote en la Basílica de San Miguel de Madrid, España, el 21 de agosto de 1977. La labor sacerdotal desarrollada en Lima se centró en la dirección espiritual de jóvenes. Fue también director espiritual en el Seminario de Santo Toribio de Lima (1981 a 1983) y profesor de Teología Moral en la Facultad Pontificia y Civil de Teología de Lima. También fue profesor de Ética Empresarial y Capellán de la Escuela de Alta Dirección (PAD), y de la Escuela Superior Montemar. El Prelado del Opus Dei lo nombró Vicario Regional en el Perú y Vice-Canciller en la Universidad de Piura (1986-1988), cargos que dejó al ser nombrado Obispo por Su Santidad Juan Pablo II.
Episcopado: El 3 de julio de 1988 fue consagrado Obispo en la Catedral de Lima por el Cardenal Juan Landázuri, y destinado como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Ayacucho, en la sierra central peruana, cuna del terrorismo. Cuando el Arzobispo anterior dimitió, y luego de desempeñarse un tiempo como Administrador Apostólico, Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Ayacucho, entregándole en la Basílica de San Pedro el palio correspondiente a su alta investidura.
El 13 de mayo de 1995, en una ceremonia espectacular, en la ciudad de Huamanga, monseñor Cipriani tomó posesión de su cargo de Arzobispo de Ayacucho. El Cardenal Augusto Vargas Alzamora, entonces Arzobispo de Lima y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, varias decenas de Obispos, y el Nuncio de su Santidad, monseñor Fortunato Baldelli, respaldaron con su presencia y aplaudieron al nuevo Arzobispo ayacuchano, ante una inmensa multitud de ciudadanos, campesinos, ronderos y autoridades regionales y locales, en gráfica muestra de unidad fraterna del Episcopado Peruano.
En Ayacucho desarrolló una intensa labor pastoral, fomentando las vocaciones sacerdotales en el Seminario de Huamanga; reconstruyendo 17 de los 33 Templos de la ciudad; alentando a los sacerdotes en el cumplimiento de sus actividades parroquiales y educativas; estimulando la presencia de religiosos contemplativos y asistenciales en beneficio del pueblo; atendiendo personalmente el buen desarrollo de los centros de ayuda social en favor de los huérfanos, ancianos y enfermos.
Si se le pregunta cuál es el mayor logro, a lo largo de su servicio en la Iglesia en Ayacucho, confiesa que es la reapertura del Seminario Mayor de Huamanga, después de 38 años de haber permanecido cerrado.
El 9 de enero de 1999 el Santo Padre hace público su nombramiento como Arzobispo de Lima, cargo que asume el 30 de ese mes, convirtiéndose en sucesor de Santo Toribio de Mogrovejo, Patrono del Episcopado Latinoamericano.
En la toma de posesión del Arzobispado de Lima, Monseñor Juan Luis Cipriani pidió a los fieles oraciones "para que yo me deje conducir por el Espíritu Santo en esta difícil tarea que me espera". Dijo también: "Asumo esta gran responsabilidad en espíritu de servicio a la Iglesia y consciente de mis personales limitaciones. Es una carga gravosa y fuente de fatiga que me lleva a meditar en las palabras de Cristo: 'No he venido a ser servido, sino a servir' (Mt. 20,28)".
La Pontificia Universidad Católica del Perú reconoció públicamente como Gran Canciller a Monseñor Juan Luis Cipriani el 24 de marzo de 1999, en una ceremonia académica con el claustro de profesores.
Trabajo Pastoral en Lima: En los dos años que lleva Monseñor Cipriani como Arzobispo de Lima ha visitado, domingo a domingo, diversas parroquias de la Arquidiócesis, comenzando por las más pobres, para conocer a su feligresía, que colma los templos, y predicarles la Palabra de Dios. Hombres y mujeres; niños, adultos y ancianos; sanos, discapacitados y enfermos, todos se acercan al Pastor para conocerle y recibir de él unas palabras de aliento.
Este programa de visitas pastorales, que ha llegado a más 50 de las 112 parroquias con que cuenta Lima, acerca al Pastor con los fieles de su Arquidiócesis y ofrece, además de la celebración de la eucaristía, la administración de los sacramentos.
Asimismo, el Señor Arzobispo ha realizado distintas visitas pastorales a diversas obras de atención social que realiza la Iglesia con los sectores más vulnerables como son los ancianos y discapacitados, niños, jóvenes y adultos en estado de abandono.
Monseñor Cipriani retomó la antigua costumbre de celebrar a las once de la mañana la Santa Misa en la Basílica Catedral todos los domingos. Asimismo, ha retomado la tradición de celebrar la Santa Misa en la Catedral de Lima el 25 de diciembre, día de Navidad, con la presencia de las autoridades políticas, civiles, militares, eclesiásticas y fieles en general.
Como una forma de reforzar la atención y preparación de los docentes que enseñan el curso de Religión en las escuelas y colegios de Lima, monseñor Juan Luis Cipriani inauguró en noviembre de 1999 un nuevo y amplio local de la Oficina de Educación Católica -ODEC- del Arzobispado de Lima.
Diálogo con los creyentes: Monseñor Cipriani participa en el programa radial "Diálogo de Fe", a través de la emisora radial informativa más popular del Perú, en el que aborda distintos temas relacionados al Magisterio de la Iglesia y en el que los oyentes intervienen directamente mediante preguntas. Los sábados, a las diez y media de la mañana, el Arzobispo limeño mantiene así un diálogo plural con los habitantes de la ciudad y del interior del país que participan vía telefónica. No solamente los católicos sino también personas de otras creencias plantean sus inquietudes y reciben de Monseñor Cipriani luz para sus inteligencias y un consejo positivo que aquiete los corazones.
En junio de 1999 creó la Obra Social Cardenal Landázuri, con el objetivo de promover, desarrollar y estimular nuevas obras sociales a favor de las personas más necesitadas de la Arquidiócesis. Desde entonces, esta Obra Social cumple una labor de interacción entre las instituciones donantes nacionales y extranjeras con los sectores más pobres de Lima. Ha implementado un sistema de red computarizada con las parroquias para tener comunicación permanente y rápida a través del correo electrónico. De esta forma se hace más efectiva la ayuda social.
Labor social: Para enfrentar la pobreza, desnutrición y deserción escolar, Monseñor Cipriani creó en agosto de 1999 la Vicaría de la Caridad, la cual cuenta con un amplio local en donde atiende a cientos de niños, ancianos, discapacitados y gente en extrema pobreza ofreciéndoles atención en alimentación, educación, salud y preparación en talleres de manualidades y programas técnicos. Desde allí se administra la atención social de la Arquidiócesis que se ofrece a través de las parroquias y de diversas obras sociales de la Iglesia. Son más de 30 mil personas, entre niños, ancianos, discapacitados y gente en extrema pobreza, quienes se benefician diariamente con esta ayuda.
En la solemnidad del Domingo de Pascua de Resurrección, 4 de abril de 1999, Monseñor Cipriani hizo pública su primera carta pastoral: "Para que tengan vida y la tengan en abundancia", en la que escribió: "Gracias, Madre Iglesia, por defender la vida, en estos tiempos en los que el egoísmo de los poderosos pretende reducir los nacimientos, provocar esterilizaciones, realizar abortos y promover la muerte anticipada de ancianos."
La defensa de la vida desde la concepción, la defensa de la institución familiar y el matrimonio como pilar de la sociedad, el respeto a la dignidad de las personas, son temas que aborda monseñor Cipriani siempre con la firmeza y convicción como corresponde a un Pastor de la Iglesia.
El Pastor de la Iglesia de Lima ha alternado su actividad cultural con su servicio pastoral. Su tesis doctoral como teólogo la hizo sobre "La prudencia en Santo Tomás", obra que publicó después. Inquieto por la situación de los pobres, estudió profundamente la doctrina social de la Iglesia y publicó un famoso "Catecismo de Doctrina Social", que ha tenido ya varias ediciones en el Perú y en España, llegando a vender más de cincuenta mil ejemplares.
Piedad popular: La profunda religiosidad del pueblo peruano tiene en la imagen del Señor de los Milagros la expresión de fe más grande que congrega a millones de personas e inclusive ha traspasado las fronteras del país. Por pedido de Monseñor Cipriani la sagrada imagen ha incluido en su tradicional recorrido por las calles de Lima -iniciado hace más de 300 años- el pernoctar en la Basílica Catedral durante su primera salida de octubre para presidir al día siguiente la Santa Misa por la Nación en la Plaza Mayor. De esta forma miles de fieles pueden rezarle y acompañarle en la sede que es el corazón de la Arquidiócesis.
El 22 de octubre de 2000, con motivo de la tradicional procesión, el Arzobispo de Lima ofreció a los miembros de la Hermandad Señor de los Milagros una charla, al igual que en 1999, en el Gran Parque de Lima. Asistieron más de tres mil miembros entre cargadores, cantoras y sahumadoras. "Que cada uno de ustedes sea un Cristo", advirtió, invitando a los participantes a acudir con frecuencia al sacramento de la reconciliación, un pedido permanente del Arzobispo de Lima a los fieles.
Con motivo del Año Santo y por primera vez en su historia la sagrada imagen del Señor de los Milagros salió de su monasterio de las Nazarenas en Semana Santa para dirigirse en procesión a la Catedral de Lima y presidir el Sermón de las Siete Palabras, que se volvía a realizar en la sede primada después de muchos años. La participación de los fieles fue verdaderamente impresionante. Desde las primeras horas de la mañana miles de personas se acercaron a la Catedral de Lima para participar de esta jornada de fe,
Año Jubilar: El 23 de mayo de 1999 el Arzobispo de Lima envió a los limeños un mensaje jubilar, denominado "Nostalgia de Dios", encaminado a la toma de conciencia del contenido religioso que tiene el Año Santo con motivo del segundo milenio de la venida de Jesucristo, Hijo de Dios. La Arquidiócesis organizó, previamente al Año Santo, la Gran Misión Jubilar de Lima, que tendría como celebración principal el VIII Congreso Eucarístico Nacional, en agosto del año 2000.
Diversos sectores de la población participaron de esta gran fiesta jubilar. Es así que se celebraron los jubileos de la vida consagrada, de los profesores de teología y religión, de los enfermos, de los artesanos, de la mujer, de los trabajadores, de los jóvenes, del clero, de los universitarios, de los movimientos eclesiales, de los catequistas, de los profesores, de las cárceles, de las familias, de las hermandades y cofradías, de los docentes universitarios, de las trabajadoras del hogar, de los laicos (con presencia de los deportistas y periodistas), y de la vida contemplativa.
Como presidente del VIII Congreso Eucarístico Nacional, celebración central del Año Santo Jubilar, Mons. Juan Luis Cipriani tuvo la responsabilidad de organizar este gran evento de fe que, en sus cinco días de duración, reunió a más de 500 mil personas y tuvo como Legado Papa al Cardenal Bernard Francis Law, Arzobispo de Boston, Estados Unidos. Un álbum cuidadosamente editado por el Arzobispado de Lima recoge el íntegro del desarrollo de este evento, como testimonio histórico del mismo.
Apoyo vocacional: Desde el primer momento, Monseñor Cipriani ha querido dedicar una atención preferente a la promoción de vocaciones sacerdotales y la formación permanente de los presbíteros diocesanos. Periódicamente, dirige retiros espirituales y encuentros religiosos en el Seminario de Santo Toribio, tanto con los seminaristas como con los sacerdotes. En el año 2000, Año del Jubileo, después de muchos años, han ingresado al Seminario de Santo Toribio 25 nuevos seminaristas, cifra no alcanzada en mucho tiempo. En el transcurso de estos dos primeros años de su gestión episcopal, ha ordenado a cinco diáconos y cinco presbíteros en emotivas ceremonias litúrgicas en la Catedral de Lima.
La Vicaría de la Pastoral Universitaria, que viene trabajando intensamente con las diversas instituciones de educación superior de Lima, es una gran posibilidad para fomentar las vocaciones sacerdotales mediante la atención y formación espiritual, las jornadas de fe, la participación de los jóvenes que reciben los sacramentos como el bautizo, la comunión y la confirmación. En varias oportunidades monseñor Juan Luis les ha impartido estos sacramentos y compartido jornadas de fe con ellos.
Labor episcopal: Es segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana desde el año 2000, además de presidente de la Comisión Nacional de Educación Católica. En cumplimiento de su encargo, Monseñor Cipriani ha puesto especial interés en la elección de los profesores de religión de los colegios estatales, de la enseñanza de religión en el nivel de bachillerato y en la formación doctrinal y moral de los profesores de religión de enseñanza primaria y secundaria públicos y privados.
Servicio a la Santa Sede: Actualmente es Consultor de la Congregación Romana del Clero; miembro del Dicasterio de la Congregación Romana del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos; y miembro del Consejo de la Pontifica Comisión para América Latina.
Crisis de rehenes: Cuando sucede la crisis de los rehenes en la residencia del embajador del Japón, producida por terroristas del MRTA, en diciembre de 1996, la Santa Sede lo nombra como miembro de la Iglesia para integrar el grupo de garantes y coordinador para lograr una salida pacífica a esta eventualidad. Con la especial autoridad que le da ese carisma personal, Mons. Cipriani se ganó rápidamente la confianza de los catorce miembros del grupo subversivo y de los rehenes que durante cuatro meses permanecieron cautivos junto al embajador Aoki.
Hoy se sabe que gracias a sus gestiones personales, además de calmar a los cautivos con sus palabras de serenidad y confianza en Dios, intercedió eficazmente para que fueran saliendo algunos enfermos o especialmente afectados por la difícil situación, lo que se exteriorizaba en que, tras sus primeras visitas, iban quedando libres algunos de los rehenes. Mons. Cipriani fue recibido allí con beneplácito, confesó a muchos rehenes católicos, dio luego la absolución colectiva permitida para casos de guerra y desgracias similares y celebró los domingos y fiestas la Santa Misa, dejando una estela de paz, mientras iba a la Nunciatura a informar a Mons. Fortunato Baldelli, del cumplimiento de su singular misión pastoral.
Foros Internacionales: Mons. Cipriani es conocido también en Estados Unidos, donde ha sido expositor en catorce Universidades sobre asuntos de actualidad. Invitado por Harvard, Princeton, Columbia, Chicago y otras universidades, ha dialogado con estudiantes y profesores, con una gran acogida de todos. Cuando el ex presidente George Bush visitó Lima, Mons. Cipriani fue uno de los invitados por el organismo anfitrión, lo que le permitió el diálogo entre ambos. Es frecuente que diversas personalidades le busquen para conversar sobre la realidad peruana, aunque él prefiera mantenerse en el terreno de la vida pastoral de su pueblo.
Ha participado como miembro de la delegación episcopal peruana, en la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Santo Domingo, organizada por el CELAM en 1992. Ofreció la conferencia sobre la Iglesia Católica, en el Japón, como invitado oficial del Gobierno de Tokio, en 1998. Tuvo a su cargo la exposición "La cultura del Trabajo y la Solidaridad", el 27 de noviembre de 1998, en el Congreso de la República, invitado por la Comisión de Educación y Cultura.
Publicaciones: Ha publicado su tesis doctoral: "La virtud de la prudencia en Santo Tomás", y el ensayo sobre el matrimonio: "Personalidad y Amor Conyugal". Después de trabajar tres años en Ayacucho, fruto de su preocupación por sembrar el sentido de solidaridad cristiana, publicó: "La paz, fruto de la solidaridad. Reflexiones sobre la necesaria solidaridad cristiana", Ayacucho, diciembre de 1991.
Pero el libro que ha tenido la mayor difusión ha sido el "Catecismo de Doctrina Social", publicado en Lima con el subtítulo de "Conoce tus derechos" (Editorial Navarrete, 1987), y reeditado en Lima por la Serie Populibros (1989) y en Madrid, por libros MC (3 ediciones, los años 1988, 1990 y 1992). Más de 50,000 ejemplares han sido vendidos en América Latina y España.
Trabajando codo a codo con Mons. Federico Richter Fernández-Prada, OFM, organizó el simposio titulado "La Evangelización de Huamanga en los siglos XVI, XVII y XVIII", editando luego los estudios, y prologando el libro en 1992.
Fruto de su preocupación doctrinal sobre la formación sobre el matrimonio, publicó el folleto "La Natalidad a la luz del Magisterio Católico", Ayacucho, 1995 y el texto escolar "Educación Familiar", en 1996 (2ª edición 1998), del que ya se han vendido veinte mil ejemplares, correspondientes a dos ediciones.
Ha publicado asimismo la recopilación de treinta homilías suyas en el libro: "Testigos vivos de Cristo. Desde la Catedral de Huamanga", habiéndose agotado las dos ediciones peruanas hechas en 1998. Se ha publicado en España una tercera edición con gran éxito. Asimismo es autor de la colección Nueva Evangelización con 8 títulos que incluyen homilías, cartas pastorales, discursos y mensajes, publicado por Ediciones Paulinas y Editorial Salesiana.
Cardenalato: Creado cardenal presbitero el 21 de febrero del 2001, conviriténdose en el primer miembro del Opus Dei en recibir la púrpura cardenalicia. Recibió la birreta roja y el título de San Camilo de Lelis.
De ahí pasó a dedicarse a la promoción del campesinado del valle de Cañete antes de ordenarse sacerdote.
Siguió estudios de Teología en el Seminario Internacional de la Prelatura del Opus Dei en Roma y se doctoró en Teología por la Universidad de Navarra, España.
Destacado deportista: Juan Luis Cipriani destacó en la década del sesenta como integrante de la selección nacional de básquet, deporte que practicó desde su época escolar. Jugó por el Perú en campeonatos bolivarianos, sudamericanos y panamericanos, gozando de fama de aguerrido luchador hasta del último punto para alcanzar la victoria deportiva. Sus estudios en la Universidad Nacional de Ingeniería y la convalecencia de la enfermedad de hepatitis le impidieron participar en las Olimpíadas de Tokio, a las que había sido convocado.
En 1965, en el Coliseo del Puente del Ejército, en Lima, cuando faltaba un segundo para el término del último partido del Campeonato Interuniversitario de Básquet en que jugaban los equipos de las Universidades de Ingeniería y Agricultura, el equipo de monseñor iba perdiendo por un punto. Antes de que sonara el silbato dando por terminado el encuentro, Cipriani lanzó la pelota desde la mitad de la cancha encestando los dos puntos de la victoria ante el estruendo del público. Su equipo ganó 50-49 y fue el protagonista del triunfo.
Participó en la selección nacional de básquet que campeonó en los juegos bolivarianos de Barranquilla, Colombia (1961). Fue miembro del equipo nacional de básquet subcampeón en el Campeonato Sudamericano de Lima (1963). Integró el equipo de básquet de la Universidad Nacional de Ingeniería, obteniendo el campeonato universitario (1965). Integró el equipo peruano de básquet que participó en los Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá (1967). Integró la selección peruana de básquet que jugó en el Campeonato Sudamericano de Montevideo, en el que empataron el primer puesto Argentina, Brasil, Uruguay y Perú (1969).
Sacerdocio: Fue ordenado sacerdote en la Basílica de San Miguel de Madrid, España, el 21 de agosto de 1977. La labor sacerdotal desarrollada en Lima se centró en la dirección espiritual de jóvenes. Fue también director espiritual en el Seminario de Santo Toribio de Lima (1981 a 1983) y profesor de Teología Moral en la Facultad Pontificia y Civil de Teología de Lima. También fue profesor de Ética Empresarial y Capellán de la Escuela de Alta Dirección (PAD), y de la Escuela Superior Montemar. El Prelado del Opus Dei lo nombró Vicario Regional en el Perú y Vice-Canciller en la Universidad de Piura (1986-1988), cargos que dejó al ser nombrado Obispo por Su Santidad Juan Pablo II.
Episcopado: El 3 de julio de 1988 fue consagrado Obispo en la Catedral de Lima por el Cardenal Juan Landázuri, y destinado como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Ayacucho, en la sierra central peruana, cuna del terrorismo. Cuando el Arzobispo anterior dimitió, y luego de desempeñarse un tiempo como Administrador Apostólico, Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Ayacucho, entregándole en la Basílica de San Pedro el palio correspondiente a su alta investidura.
El 13 de mayo de 1995, en una ceremonia espectacular, en la ciudad de Huamanga, monseñor Cipriani tomó posesión de su cargo de Arzobispo de Ayacucho. El Cardenal Augusto Vargas Alzamora, entonces Arzobispo de Lima y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, varias decenas de Obispos, y el Nuncio de su Santidad, monseñor Fortunato Baldelli, respaldaron con su presencia y aplaudieron al nuevo Arzobispo ayacuchano, ante una inmensa multitud de ciudadanos, campesinos, ronderos y autoridades regionales y locales, en gráfica muestra de unidad fraterna del Episcopado Peruano.
En Ayacucho desarrolló una intensa labor pastoral, fomentando las vocaciones sacerdotales en el Seminario de Huamanga; reconstruyendo 17 de los 33 Templos de la ciudad; alentando a los sacerdotes en el cumplimiento de sus actividades parroquiales y educativas; estimulando la presencia de religiosos contemplativos y asistenciales en beneficio del pueblo; atendiendo personalmente el buen desarrollo de los centros de ayuda social en favor de los huérfanos, ancianos y enfermos.
Si se le pregunta cuál es el mayor logro, a lo largo de su servicio en la Iglesia en Ayacucho, confiesa que es la reapertura del Seminario Mayor de Huamanga, después de 38 años de haber permanecido cerrado.
El 9 de enero de 1999 el Santo Padre hace público su nombramiento como Arzobispo de Lima, cargo que asume el 30 de ese mes, convirtiéndose en sucesor de Santo Toribio de Mogrovejo, Patrono del Episcopado Latinoamericano.
En la toma de posesión del Arzobispado de Lima, Monseñor Juan Luis Cipriani pidió a los fieles oraciones "para que yo me deje conducir por el Espíritu Santo en esta difícil tarea que me espera". Dijo también: "Asumo esta gran responsabilidad en espíritu de servicio a la Iglesia y consciente de mis personales limitaciones. Es una carga gravosa y fuente de fatiga que me lleva a meditar en las palabras de Cristo: 'No he venido a ser servido, sino a servir' (Mt. 20,28)".
La Pontificia Universidad Católica del Perú reconoció públicamente como Gran Canciller a Monseñor Juan Luis Cipriani el 24 de marzo de 1999, en una ceremonia académica con el claustro de profesores.
Trabajo Pastoral en Lima: En los dos años que lleva Monseñor Cipriani como Arzobispo de Lima ha visitado, domingo a domingo, diversas parroquias de la Arquidiócesis, comenzando por las más pobres, para conocer a su feligresía, que colma los templos, y predicarles la Palabra de Dios. Hombres y mujeres; niños, adultos y ancianos; sanos, discapacitados y enfermos, todos se acercan al Pastor para conocerle y recibir de él unas palabras de aliento.
Este programa de visitas pastorales, que ha llegado a más 50 de las 112 parroquias con que cuenta Lima, acerca al Pastor con los fieles de su Arquidiócesis y ofrece, además de la celebración de la eucaristía, la administración de los sacramentos.
Asimismo, el Señor Arzobispo ha realizado distintas visitas pastorales a diversas obras de atención social que realiza la Iglesia con los sectores más vulnerables como son los ancianos y discapacitados, niños, jóvenes y adultos en estado de abandono.
Monseñor Cipriani retomó la antigua costumbre de celebrar a las once de la mañana la Santa Misa en la Basílica Catedral todos los domingos. Asimismo, ha retomado la tradición de celebrar la Santa Misa en la Catedral de Lima el 25 de diciembre, día de Navidad, con la presencia de las autoridades políticas, civiles, militares, eclesiásticas y fieles en general.
Como una forma de reforzar la atención y preparación de los docentes que enseñan el curso de Religión en las escuelas y colegios de Lima, monseñor Juan Luis Cipriani inauguró en noviembre de 1999 un nuevo y amplio local de la Oficina de Educación Católica -ODEC- del Arzobispado de Lima.
Diálogo con los creyentes: Monseñor Cipriani participa en el programa radial "Diálogo de Fe", a través de la emisora radial informativa más popular del Perú, en el que aborda distintos temas relacionados al Magisterio de la Iglesia y en el que los oyentes intervienen directamente mediante preguntas. Los sábados, a las diez y media de la mañana, el Arzobispo limeño mantiene así un diálogo plural con los habitantes de la ciudad y del interior del país que participan vía telefónica. No solamente los católicos sino también personas de otras creencias plantean sus inquietudes y reciben de Monseñor Cipriani luz para sus inteligencias y un consejo positivo que aquiete los corazones.
En junio de 1999 creó la Obra Social Cardenal Landázuri, con el objetivo de promover, desarrollar y estimular nuevas obras sociales a favor de las personas más necesitadas de la Arquidiócesis. Desde entonces, esta Obra Social cumple una labor de interacción entre las instituciones donantes nacionales y extranjeras con los sectores más pobres de Lima. Ha implementado un sistema de red computarizada con las parroquias para tener comunicación permanente y rápida a través del correo electrónico. De esta forma se hace más efectiva la ayuda social.
Labor social: Para enfrentar la pobreza, desnutrición y deserción escolar, Monseñor Cipriani creó en agosto de 1999 la Vicaría de la Caridad, la cual cuenta con un amplio local en donde atiende a cientos de niños, ancianos, discapacitados y gente en extrema pobreza ofreciéndoles atención en alimentación, educación, salud y preparación en talleres de manualidades y programas técnicos. Desde allí se administra la atención social de la Arquidiócesis que se ofrece a través de las parroquias y de diversas obras sociales de la Iglesia. Son más de 30 mil personas, entre niños, ancianos, discapacitados y gente en extrema pobreza, quienes se benefician diariamente con esta ayuda.
En la solemnidad del Domingo de Pascua de Resurrección, 4 de abril de 1999, Monseñor Cipriani hizo pública su primera carta pastoral: "Para que tengan vida y la tengan en abundancia", en la que escribió: "Gracias, Madre Iglesia, por defender la vida, en estos tiempos en los que el egoísmo de los poderosos pretende reducir los nacimientos, provocar esterilizaciones, realizar abortos y promover la muerte anticipada de ancianos."
La defensa de la vida desde la concepción, la defensa de la institución familiar y el matrimonio como pilar de la sociedad, el respeto a la dignidad de las personas, son temas que aborda monseñor Cipriani siempre con la firmeza y convicción como corresponde a un Pastor de la Iglesia.
El Pastor de la Iglesia de Lima ha alternado su actividad cultural con su servicio pastoral. Su tesis doctoral como teólogo la hizo sobre "La prudencia en Santo Tomás", obra que publicó después. Inquieto por la situación de los pobres, estudió profundamente la doctrina social de la Iglesia y publicó un famoso "Catecismo de Doctrina Social", que ha tenido ya varias ediciones en el Perú y en España, llegando a vender más de cincuenta mil ejemplares.
Piedad popular: La profunda religiosidad del pueblo peruano tiene en la imagen del Señor de los Milagros la expresión de fe más grande que congrega a millones de personas e inclusive ha traspasado las fronteras del país. Por pedido de Monseñor Cipriani la sagrada imagen ha incluido en su tradicional recorrido por las calles de Lima -iniciado hace más de 300 años- el pernoctar en la Basílica Catedral durante su primera salida de octubre para presidir al día siguiente la Santa Misa por la Nación en la Plaza Mayor. De esta forma miles de fieles pueden rezarle y acompañarle en la sede que es el corazón de la Arquidiócesis.
El 22 de octubre de 2000, con motivo de la tradicional procesión, el Arzobispo de Lima ofreció a los miembros de la Hermandad Señor de los Milagros una charla, al igual que en 1999, en el Gran Parque de Lima. Asistieron más de tres mil miembros entre cargadores, cantoras y sahumadoras. "Que cada uno de ustedes sea un Cristo", advirtió, invitando a los participantes a acudir con frecuencia al sacramento de la reconciliación, un pedido permanente del Arzobispo de Lima a los fieles.
Con motivo del Año Santo y por primera vez en su historia la sagrada imagen del Señor de los Milagros salió de su monasterio de las Nazarenas en Semana Santa para dirigirse en procesión a la Catedral de Lima y presidir el Sermón de las Siete Palabras, que se volvía a realizar en la sede primada después de muchos años. La participación de los fieles fue verdaderamente impresionante. Desde las primeras horas de la mañana miles de personas se acercaron a la Catedral de Lima para participar de esta jornada de fe,
Año Jubilar: El 23 de mayo de 1999 el Arzobispo de Lima envió a los limeños un mensaje jubilar, denominado "Nostalgia de Dios", encaminado a la toma de conciencia del contenido religioso que tiene el Año Santo con motivo del segundo milenio de la venida de Jesucristo, Hijo de Dios. La Arquidiócesis organizó, previamente al Año Santo, la Gran Misión Jubilar de Lima, que tendría como celebración principal el VIII Congreso Eucarístico Nacional, en agosto del año 2000.
Diversos sectores de la población participaron de esta gran fiesta jubilar. Es así que se celebraron los jubileos de la vida consagrada, de los profesores de teología y religión, de los enfermos, de los artesanos, de la mujer, de los trabajadores, de los jóvenes, del clero, de los universitarios, de los movimientos eclesiales, de los catequistas, de los profesores, de las cárceles, de las familias, de las hermandades y cofradías, de los docentes universitarios, de las trabajadoras del hogar, de los laicos (con presencia de los deportistas y periodistas), y de la vida contemplativa.
Como presidente del VIII Congreso Eucarístico Nacional, celebración central del Año Santo Jubilar, Mons. Juan Luis Cipriani tuvo la responsabilidad de organizar este gran evento de fe que, en sus cinco días de duración, reunió a más de 500 mil personas y tuvo como Legado Papa al Cardenal Bernard Francis Law, Arzobispo de Boston, Estados Unidos. Un álbum cuidadosamente editado por el Arzobispado de Lima recoge el íntegro del desarrollo de este evento, como testimonio histórico del mismo.
Apoyo vocacional: Desde el primer momento, Monseñor Cipriani ha querido dedicar una atención preferente a la promoción de vocaciones sacerdotales y la formación permanente de los presbíteros diocesanos. Periódicamente, dirige retiros espirituales y encuentros religiosos en el Seminario de Santo Toribio, tanto con los seminaristas como con los sacerdotes. En el año 2000, Año del Jubileo, después de muchos años, han ingresado al Seminario de Santo Toribio 25 nuevos seminaristas, cifra no alcanzada en mucho tiempo. En el transcurso de estos dos primeros años de su gestión episcopal, ha ordenado a cinco diáconos y cinco presbíteros en emotivas ceremonias litúrgicas en la Catedral de Lima.
La Vicaría de la Pastoral Universitaria, que viene trabajando intensamente con las diversas instituciones de educación superior de Lima, es una gran posibilidad para fomentar las vocaciones sacerdotales mediante la atención y formación espiritual, las jornadas de fe, la participación de los jóvenes que reciben los sacramentos como el bautizo, la comunión y la confirmación. En varias oportunidades monseñor Juan Luis les ha impartido estos sacramentos y compartido jornadas de fe con ellos.
Labor episcopal: Es segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana desde el año 2000, además de presidente de la Comisión Nacional de Educación Católica. En cumplimiento de su encargo, Monseñor Cipriani ha puesto especial interés en la elección de los profesores de religión de los colegios estatales, de la enseñanza de religión en el nivel de bachillerato y en la formación doctrinal y moral de los profesores de religión de enseñanza primaria y secundaria públicos y privados.
Servicio a la Santa Sede: Actualmente es Consultor de la Congregación Romana del Clero; miembro del Dicasterio de la Congregación Romana del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos; y miembro del Consejo de la Pontifica Comisión para América Latina.
Crisis de rehenes: Cuando sucede la crisis de los rehenes en la residencia del embajador del Japón, producida por terroristas del MRTA, en diciembre de 1996, la Santa Sede lo nombra como miembro de la Iglesia para integrar el grupo de garantes y coordinador para lograr una salida pacífica a esta eventualidad. Con la especial autoridad que le da ese carisma personal, Mons. Cipriani se ganó rápidamente la confianza de los catorce miembros del grupo subversivo y de los rehenes que durante cuatro meses permanecieron cautivos junto al embajador Aoki.
Hoy se sabe que gracias a sus gestiones personales, además de calmar a los cautivos con sus palabras de serenidad y confianza en Dios, intercedió eficazmente para que fueran saliendo algunos enfermos o especialmente afectados por la difícil situación, lo que se exteriorizaba en que, tras sus primeras visitas, iban quedando libres algunos de los rehenes. Mons. Cipriani fue recibido allí con beneplácito, confesó a muchos rehenes católicos, dio luego la absolución colectiva permitida para casos de guerra y desgracias similares y celebró los domingos y fiestas la Santa Misa, dejando una estela de paz, mientras iba a la Nunciatura a informar a Mons. Fortunato Baldelli, del cumplimiento de su singular misión pastoral.
Foros Internacionales: Mons. Cipriani es conocido también en Estados Unidos, donde ha sido expositor en catorce Universidades sobre asuntos de actualidad. Invitado por Harvard, Princeton, Columbia, Chicago y otras universidades, ha dialogado con estudiantes y profesores, con una gran acogida de todos. Cuando el ex presidente George Bush visitó Lima, Mons. Cipriani fue uno de los invitados por el organismo anfitrión, lo que le permitió el diálogo entre ambos. Es frecuente que diversas personalidades le busquen para conversar sobre la realidad peruana, aunque él prefiera mantenerse en el terreno de la vida pastoral de su pueblo.
Ha participado como miembro de la delegación episcopal peruana, en la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Santo Domingo, organizada por el CELAM en 1992. Ofreció la conferencia sobre la Iglesia Católica, en el Japón, como invitado oficial del Gobierno de Tokio, en 1998. Tuvo a su cargo la exposición "La cultura del Trabajo y la Solidaridad", el 27 de noviembre de 1998, en el Congreso de la República, invitado por la Comisión de Educación y Cultura.
Publicaciones: Ha publicado su tesis doctoral: "La virtud de la prudencia en Santo Tomás", y el ensayo sobre el matrimonio: "Personalidad y Amor Conyugal". Después de trabajar tres años en Ayacucho, fruto de su preocupación por sembrar el sentido de solidaridad cristiana, publicó: "La paz, fruto de la solidaridad. Reflexiones sobre la necesaria solidaridad cristiana", Ayacucho, diciembre de 1991.
Pero el libro que ha tenido la mayor difusión ha sido el "Catecismo de Doctrina Social", publicado en Lima con el subtítulo de "Conoce tus derechos" (Editorial Navarrete, 1987), y reeditado en Lima por la Serie Populibros (1989) y en Madrid, por libros MC (3 ediciones, los años 1988, 1990 y 1992). Más de 50,000 ejemplares han sido vendidos en América Latina y España.
Trabajando codo a codo con Mons. Federico Richter Fernández-Prada, OFM, organizó el simposio titulado "La Evangelización de Huamanga en los siglos XVI, XVII y XVIII", editando luego los estudios, y prologando el libro en 1992.
Fruto de su preocupación doctrinal sobre la formación sobre el matrimonio, publicó el folleto "La Natalidad a la luz del Magisterio Católico", Ayacucho, 1995 y el texto escolar "Educación Familiar", en 1996 (2ª edición 1998), del que ya se han vendido veinte mil ejemplares, correspondientes a dos ediciones.
Ha publicado asimismo la recopilación de treinta homilías suyas en el libro: "Testigos vivos de Cristo. Desde la Catedral de Huamanga", habiéndose agotado las dos ediciones peruanas hechas en 1998. Se ha publicado en España una tercera edición con gran éxito. Asimismo es autor de la colección Nueva Evangelización con 8 títulos que incluyen homilías, cartas pastorales, discursos y mensajes, publicado por Ediciones Paulinas y Editorial Salesiana.
Cardenalato: Creado cardenal presbitero el 21 de febrero del 2001, conviriténdose en el primer miembro del Opus Dei en recibir la púrpura cardenalicia. Recibió la birreta roja y el título de San Camilo de Lelis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.