El conjunto era todo un monasterio que disponía de tres iglesias diferentes, bajo la advocación de San Benito, Santa María y el Salvador. En realidad, aquí se aplicó la palabra claustrum a todo el conjunto del monasterio, que ocupaba una especie de triángulo en cuyos extremos había tres iglesias. De estos tres templos el primero es el de menores dimensiones, mientras que la segunda es similar a la Capilla de Aquisgrán, y la última fue la parte más novedosa de todo el conjunto, ya que en sus extremos tenía dos torres coronadas por linternas de tres cuerpos. En realidad, había un monasterio, tres iglesias y dos cultos diferentes. Por un lado al este, el santuario dedicado a Saint Riquier y al oeste el dedicado al Salvador.
En estos santuarios se puede ver que para la arquitectura carolingia la nave de los templos tenía poca importancia, y generalmente eran un corto espacio que servía como lugar de paso hacia los altares secundarios.
Otra de las novedades que se plantearon en esta construcción fue que se generó una iglesia-porche en el lado occidental, sobre la cripta, con su propio altar rodeado por galerías. Este modelo se usaría en otras iglesias-porche posteriores come es el caso de la Abadía de Corvey, ya realizada en el siglo IX, pero que a diferencia de Saint Riquier todavía se conserva en la actualidad.
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