Emperador romano; nació aproximadamente en el año 218; murió en Milán el 4 de marzo de 268; su padre Valeriano lo nombró regente cuando los germanos
amenazaban las fronteras del Imperio en el Rin y el Danubio. Galieno
ocupó la mitad occidental del Imperio, y su padre la parte oriental, en
255. Galieno era indolente por naturaleza y amante del placer. Fue cruel con los vencidos, y fue incapaz de repeler los ataques de los invasores francos de la Galia, pero sobornó a sus jefes para llevar a cabo la conserjería de la frontera renana. Cuando los alamanes irrumpieron a través de las limes Rhaticus, o barrera rética, e invadieron el norte de Italia,
el Senado armó a los burgueses romanos por primera vez en treinta años y
reclutó una fuerza de tropas bajo su propia responsabilidad. Galieno
derrotó al enemigo en Milán, pero hizo una alianza con uno de los jefes
de los marcomanos, y le dio la Alta Panonia. Prohibió a los senadores
entrar al servicio militar, tener nada que ver con el ejército, y los
excluyó de la administración de las provincias. Como consecuencia de
este decreto desapareció la antigua distinción entre las provincias imperiales y senatoriales. Durante las guerras
contra los alemanes muchos distinguidos oficiales romanos fueron
proclamados emperadores en las diversas provincias. El más exitoso de
ellos fue Aureliano,
quien más tarde se convirtió en único emperador. Como consecuencia de
la retirada de las tropas de las fronteras orientales, los países cerca
del Bósforo y del Mar Negro quedaron expuestos al pillaje a manos de los
godos. Al mismo tiempo los persas bajo Sapor I se abalanzaron sobre el Asia Menor. Valeriano dirigió un ejército contra ellos, pero fue traicionado y capturado. Su vasallaje se prolongó hasta su muerte en 260.
A partir de entonces Galieno se convirtió en el único gobernante. Una sangrienta persecución a los cristianos estalló en 257-258, instigada por los edictos imperiales; ellos fueron acusados de no haber tomado las armas contra los invasores y en defensa del Imperio. Quien se negaba a participar en los ritos paganos romanos era primero exiliado y luego asesinado. Una de las primeras víctimas fue San Cipriano, obispo de Cartago, quien fue ejecutado el 14 de septiembre de 258; en Roma sufrieron el martirio el Papa San Sixto II y su diácono San Lorenzo. Después de la muerte de su padre, Galieno concedió libertad de culto a los cristianos.
Reconoció como su segundo en Oriente a Odenanto, gobernante de la ciudad comercial de Palmira y conquistador enérgico de Sapor I, rey de Persia; luego le nombró emperador. En el curso de las guerras contra los enemigos del imperio, en varias ocasiones los soldados proclamaron a dieciocho de sus generales como emperadores provinciales. A estos hombres también se les llamaba "Los Treinta Tiranos". Entre ellos se encontraban Póstumo en la Galia e Ingenuo en Panonia, sobre el cual Galieno obtuvo una victoria parcial, con la ayuda de Aureolo, el comandante en jefe de los ejércitos imperiales. Cuando las tropas en Italia aclamaron a Aureolo como "imperator", éste trató de hacerse dueño de Italia y Roma, pero fue derrotado por Galieno en el Adda y encerrado en Milán. Galieno fue asesinado por sus oficiales durante el transcurso de este asedio.
Bibliografía: CLINTON, Fasti Romani (Oxford), II; SCHILLER, Röm. Kaisergeschichte; SEECK, Untergang der Antiken Welt, II; LINSENMAYR, Bekämpfung des Christenthums durch den römischen Staat (1905), 158 sqq.; ALLARD, Hist des Persécutions; HEALY, The Valerian Persecution (Nueva York, s. d.).
Fuente: Hoeber, Karl. "Publius Licinius Egnatius Gallienus." The Catholic Encyclopedia. Vol. 6. New York: Robert Appleton Company, 1909. <http://www.newadvent.org/cathen/06366a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina
A partir de entonces Galieno se convirtió en el único gobernante. Una sangrienta persecución a los cristianos estalló en 257-258, instigada por los edictos imperiales; ellos fueron acusados de no haber tomado las armas contra los invasores y en defensa del Imperio. Quien se negaba a participar en los ritos paganos romanos era primero exiliado y luego asesinado. Una de las primeras víctimas fue San Cipriano, obispo de Cartago, quien fue ejecutado el 14 de septiembre de 258; en Roma sufrieron el martirio el Papa San Sixto II y su diácono San Lorenzo. Después de la muerte de su padre, Galieno concedió libertad de culto a los cristianos.
Reconoció como su segundo en Oriente a Odenanto, gobernante de la ciudad comercial de Palmira y conquistador enérgico de Sapor I, rey de Persia; luego le nombró emperador. En el curso de las guerras contra los enemigos del imperio, en varias ocasiones los soldados proclamaron a dieciocho de sus generales como emperadores provinciales. A estos hombres también se les llamaba "Los Treinta Tiranos". Entre ellos se encontraban Póstumo en la Galia e Ingenuo en Panonia, sobre el cual Galieno obtuvo una victoria parcial, con la ayuda de Aureolo, el comandante en jefe de los ejércitos imperiales. Cuando las tropas en Italia aclamaron a Aureolo como "imperator", éste trató de hacerse dueño de Italia y Roma, pero fue derrotado por Galieno en el Adda y encerrado en Milán. Galieno fue asesinado por sus oficiales durante el transcurso de este asedio.
Bibliografía: CLINTON, Fasti Romani (Oxford), II; SCHILLER, Röm. Kaisergeschichte; SEECK, Untergang der Antiken Welt, II; LINSENMAYR, Bekämpfung des Christenthums durch den römischen Staat (1905), 158 sqq.; ALLARD, Hist des Persécutions; HEALY, The Valerian Persecution (Nueva York, s. d.).
Fuente: Hoeber, Karl. "Publius Licinius Egnatius Gallienus." The Catholic Encyclopedia. Vol. 6. New York: Robert Appleton Company, 1909. <http://www.newadvent.org/cathen/06366a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina
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