jueves, 8 de diciembre de 2011

FUENTE Q.

La Fuente Q, Documento Q o, simplemente, Q (del alemán Quelle, "fuente") es un documento hipotético que, según la opinión mayoritaria de los expertos bíblicos, habría sido utilizado como fuente por los autores de los evangelios de Mateo y de Lucas para componer sus obras respectivas.
La hipótesis de la existencia de Q se planteó por primera vez en el marco de la llamada teoría de las dos fuentes, propuesta por los eruditos alemanes Weisse y Wilke, a mediados del siglo XIX, para explicar las similitudes existentes entre los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). Según la mencionada teoría, los autores de los evangelios de Mateo y de Lucas utilizaron dos fuentes para la composición de sus escritos: el Evangelio de Marcos y una colección de dichos de Jesús, la fuente Q. Esta hipótesis, varias veces reformulada y matizada a lo largo de los años, es hoy mayoritariamente aceptada por los estudiosos para explicar las coincidencias entre los sinópticos.
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Se cree actualmente que Q fue un documento escrito en griego, que contenía básicamente los versículos que Mateo y Lucas tienen en común y que no se encuentran en Marcos (230 en total), aunque pudo ser algo más extenso. Consistía sobre todo, según las reconstrucciones realizadas por especialistas, en una colección de dichos de Jesús, aunque incluía también pasajes narrativos. Aunque no es posible fecharlo con exactitud, la opinión más extendida es que fue redactado en Palestina (probablemente en Galilea) entre los años 40 y 60 d.C.

El problema sinóptico y la teoría de las dos fuentes

Una comparación entre los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) muestra que existen importantes similitudes entre ellos. Los tres coinciden en unos 330 versículos. Aparte de estos, Mateo y Marcos tienen en común 180; Lucas y Marcos unos 100; Mateo y Lucas, 230. Por último, cada uno de los tres contiene cierto material que no se encuentra en ninguno de los otros dos: unos 500 versículos en Lucas, 330 en Mateo y sólo 51 en Marcos. Los versículos comunes de Mateo y Lucas que no se encuentran en Marcos contienen casi únicamente dichos y anécdotas de Jesús.
La teoría de las dos fuentes, postulada por primera vez por Christian Weisse, sostiene que los versículos comunes a los tres evangelios (lo que se denomina "material de triple tradición") se deben a que Mateo y Lucas utilizaron a Marcos como fuente; esto explicaría igualmente los parecidos, por separado, entre Mateo y Marcos y entre Lucas y Marcos. Para explicar las semejanzas entre Mateo y Lucas ajenas a Marcos se postuló la existencia de una segunda fuente, que se denominó Q (del alemán Quelle, "fuente"), que contenía casi exclusivamente palabras de Jesús.

 Descubrimientos que han reforzado la Hipotesis de Q

La hipótesis de Q tomó fuerza gracias a dos grandes descubrimientos arqueológicos:
1) En la localidad egipcia de Oxirrinco, se dio inicio a una serie de excavaciones en 1896 y que han sido continuadas por diferentes equipos de investigadores hasta la actualidad. Entre los papiros allí encontrados está un fragmento del evangelio de Tomás. (Como dato curioso, también se halló un fragmento del Apocalipsis, el más antiguo que se conoce, donde el número de la bestia es 616, y no el mítico 666).
2) En el pueblo de Nag Hammadi, también en Egipto, en 1945 se descubrió una colección de textos gnósticos, entre ellos la única copia completa conocida del evangelio de Tomás, así como el evangelio de Felipe.
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Los evangelios de Tomás y de Felipe corroboran algo que ya se sabía por escritos de otros autores de la antigüedad: Que entre las primeras comunidades de cristianos era común encontrar colecciones de los dichos del Maestro. Estos son evangelios coloquiales, que no hablan de la crucifixión ni de la resurrección, sino que buscan transmitir las enseñanzas que indicaban a sus seguidores la forma de vida que debían llevar.
Los textos que tenemos de estos evangelios son del siglo III, y al igual que en el caso de los evangelios canónicos, no disponemos de ningún original, sino de estas que son traducciones del griego al copto, y además, copias de copias. Sin embargo, el evangelio de Tomás es de especial interés, pues los fragmentos de él encontrados en Oxirrinco han sido datados en el año 200, y en el libro Remedios de Clemente de Alejandría, datado en el año 190, aparece una cita tomada de este evangelio.
Lo más importante del evangelio de Tomás es que se han identificado 37 de sus dichos como coincidentes con Q, es decir, coincidentes con los versículos de Mateo y Lucas que no están en Marcos. Esto ha reforzado la hipótesis de Q y es una de las razones de que tenga cada vez más acogida: los eruditos están de acuerdo en que Q es una fuente documental común a Mateo, Lucas y Tomás, siendo Q un evangelio coloquial del mismo tipo que Tomás y Felipe, pero anterior a todo evangelio de que se tenga noticia. Esto también ubica a Tomás antes que a Mateo y Lucas, haciéndolo como mínimo contemporáneo de Marcos.
Si, como afirman algunos eruditos, el evangelio de Tomás data del año 50, el evangelio perdido Q habría sido escrito en la primera mitad del siglo I, siendo el más cercano de que se tenga noticia en recoger las palabras auténticas de Jesús, aunque no necesariamente el primero ni el único de la época. Por ello, muchos eruditos bíblicos dan más valor a los versículos de Mateo y Lucas identificados como heredados de Q que a cualquier otro texto bíblico para tener un verdadero acercamiento al Jesús histórico y a su mensaje.

martes, 21 de junio de 2011

HERMANOS DE JESÚS.

Los hermanos de Jesús de Nazaret son mencionados en algunos pasajes del Nuevo Testamento, y, especialmente, en los evangelios canónicos (en concreto, 2 veces en el Evangelio de Mateo, 2 en el Evangelio de Marcos, 1 en el Evangelio de Lucas y 2 en el Evangelio de Juan). Dado que la existencia de hermanos carnales de Jesús de Nazaret entra en contradicción con el dogma de la virginidad perpetua de la Virgen María, que mantienen algunas confesiones cristianas, existe un debate entre filólogos e investigadores bíblicos de diferentes confesiones cristianas sobre cómo deben ser interpretados los textos que hacen referencia a los hermanos de Jesús. El debate está muy condicionado por las diferentes creencias religiosas de los participantes.
Desde el punto de vista estrictamente histórico, no hay razón alguna para suponer que Jesús no tuvo hermanos, tal y como se relata en los evangelios.[1] No puede, sin embargo, excluirse completamente la posibilidad de que se trate de hermanastros, o incluso (aunque esta posibilidad es bastante más remota) de primos. Desde el punto de vista confesional, las iglesias protestantes defienden que estos hermanos de Jesús son hijos de María, los ortodoxos han sostenido tradicionalmente que se trata de hijos de un matrimonio anterior de José, y los católicos y anglicanos que son en realidad primos de Jesús, posiblemente hijos de una hermana de María, que a veces se identifica como María de Cleofás.

MENCIONES EN EL NUEVO TESTAMENTO.

En ciertos pasajes del Nuevo Testamento se habla de forma explícita de hermanos (en griego αδελφόι) de Jesús. Son los siguientes:

Evangelios sinópticos

Los evangelios sinópticos contienen dos pasajes que mencionan a hermanos de Jesús:
Καὶ ἔρχονται ἡ μήτηρ αὐτοῦ καὶ οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ καὶ ἔξω στήκοντες ἀπέστειλαν πρὸς αὐτὸν καλοῦντες αὐτόν. καὶ ἐκάθητο περὶ αὐτὸν ὄχλος, καὶ λέγουσιν αὐτῷ. Ἰδοὺ ἡ μήτηρ σου καὶ οἱ ἀδελφοί σου ἔξω ζητοῦσίν σε. καὶ ἀποκριθεὶς αὐτοῖς λέγει Τίς ἐστιν ἡ μήτηρ μου καὶ οἱ ἀδελφοί; καὶ περιβλεψάμενος τοὺς περὶ αὐτὸν κύκλῳ καθημένους λέγει Ἴδε ἡ μήτηρ μου καὶ οἱ ἀδελφοί μου: ὃς ἂν ποιήσῃ τὸ θέλημα τοῦ θεοῦ, οὗτος ἀδελφός μου καὶ ἀδελφὴ καὶ μήτηρ ἐστίν.
Entre tanto, llegaron sus hermanos y su madre y, quedándose afuera, enviaron a llamarlo. Entonces la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo:«Tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan.» Él les respondió diciendo: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?» Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo:«Aquí están mi madre y mis hermanos, porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.»
El pasaje aparece en los tres evangelios sinópticos: es recogido también en Mateo 12:47-50 y en Lucas 8:19-21, con palabras muy semejantes.
  • En Marcos 6:3, cuando Jesús se encuentra en Nazaret, la muchedumbre se maravilla al oírle predicar en la sinagoga, ya que se trata de su antiguo convecino, y se preguntan:
Οὐχ οὗτός ἐστιν ὁ τέκτων, ὁ υἱὸς τῆς Μαρίας καὶ ἀδελφὸς Ἰακώβου καὶ Ἰωσῆτος καὶ Ἰούδα καὶ Σίμωνος; καὶ οὐκ εἰσὶν αἱ ἀδελφαὶ αὐτοῦ ὧδε πρὸς ἡμᾶς; καὶ ἐσκανδαλίζοντο ἐν αὐτῷ.
«¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?» Y se escandalizaban de él.
El mismo pasaje aparece también en Mateo 13:55-56, donde se mencionan los mismos nombres de los hermanos de Jesús. En cambio, en el pasaje correspondiente del Evangelio de Lucas (Lucas 4:22) se omite la referencia a la madre y los hermanos de Jesús, quien es citado solo como "hijo de José".

Evangelio de Juan

En el Evangelio de Juan, mayoritariamente considerado más tardío que los sinópticos, hay también pasajes que hacen referencia a la existencia de hermanos de Jesús:
  • En Juan 2:12, se relata que Jesús fue de Caná a Cafarnaúm "con su madre, sus hermanos y sus discípulos".
  • En Juan 7:3-10, durante la fiesta de los tabernáculos, Jesús es increpado por sus hermanos:
Εἶπον οὖν πρὸς αὐτὸν οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ Μετάβηθι ἐντεῦθεν καὶ ὕπαγε εἰς τὴν Ἰουδαίαν, ἵνα καὶ οἱ μαθηταί σου θεωρήσουσιν [σοῦ] τὰ ἔργα ἃ ποιεῖς: οὐδεὶς γάρ τι ἐν κρυπτῷ ποιεῖ καὶ ζητεῖ αὐτὸς ἐν παρρησίᾳ εἶναι: εἰ ταῦτα ποιεῖς, φανέρωσον σεαυτὸν τῷ κόσμῳ. οὐδὲ γὰρ οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ ἐπίστευον εἰς αὐτόν. λέγει οὖν αὐτοῖς ὁ Ἰησοῦς Ὁ καιρὸς ὁ ἐμὸς οὔπω πάρεστιν, ὁ δὲ καιρὸς ὁ ὑμέτερος πάντοτέ ἐστιν ἕτοιμος. οὐ δύναται ὁ κόσμος μισεῖν ὑμᾶς, ἐμὲ δὲ μισεῖ, ὅτι ἐγὼ μαρτυρῶ περὶ αὐτοῦ ὅτι τὰ ἔργα αὐτοῦ πονηρά ἐστιν. ὑμεῖς ἀνάβητε εἰς τὴν ἑορτήν: ἐγὼ οὔπω ἀναβαίνω εἰς τὴν ἑορτὴν ταύτην, ὅτι ὁ ἐμὸς καιρὸς οὔπω πεπλήρωται. ταῦτα δὲ εἰπὼν αὐτοῖς ἔμεινεν ἐν τῇ Γαλιλαίᾳ.
y le dijeron sus hermanos: «Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces, porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.» Ni aun sus hermanos creían en él. Entonces Jesús les dijo: «Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo siempre está preparado. No puede el mundo odiaros a vosotros; pero a mí me odia, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido.» Y habiéndoles dicho esto se quedó en Galilea.

Otros libros del Nuevo Testamento

Los hermanos de Jesús son también mencionados, además de en los evangelios, en otros libros del Nuevo Testamento:
  • En los Hechos de los Apóstoles (Hechos 1:14) se dice que los apóstoles "perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos".
EL PROBLEMA SEMÁNTICO.

El término en el griego del Nuevo Testamento

En griego clásico, como antes se ha dicho, la palabra "ἀδελφός" tiene el mismo significado que el español "hermano". En el griego Koiné, en que se escribió el Nuevo Testamento, el término podía tener un sentido más amplio.[2] Sin embargo, en el Nuevo Testamento, el término se usa en sentido literal solo con el significado de "hermano" o "medio hermano". También se emplea en ocasiones en sentido figurado.
En sentido literal, se emplea para hacer referencia a un hermano consanguíneo, carnal (los dos progenitores en común) o medio hermano (un solo progenitor en común). Por ejemplo, el término se utiliza para hacer referencia al parentesco que une a Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo (Marcos 1:19, Marcos 3:17 y Marcos 5:37, y correspondientes); y también a la relación entre Antipas y Filipo, quienes, como se sabe por el historiador judío Flavio Josefo, eran ambos hijos de Herodes el Grande, pero de diferentes madres (Marcos 6:17-18).
En sentido figurado, la palabra se utiliza para hacer referencia a relaciones personales que no son de parentesco: en este sentido, se identifica como hermanos a los seguidores de Jesús (Marcos 3:35), a los cristianos (1 Corintios 1:1; 1 Corintios 5:11) e incluso a todos los seres humanos (Hebreos 2:11-17).[3] Parece claro, dado el contexto de las alusiones a los hermanos de Jesús antes mencionadas, que el sentido figurado puede excluirse aquí.[2]
Estudiosos del tema han afirmado que ni una sola de las apariciones del término en el Nuevo Testamento (texto del que proceden las principales alusiones a los hermanos de Jesús) tiene el significado inequívoco de "primo" o "pariente".[4] Se ha planteado, sin embargo, una posible excepción: en Juan 19:25 se indica que estaban junto a la cruz de Jesús "su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás". Los exegetas han llamado la atención sobre el hecho de que no es probable que estas dos mujeres fueran realmente hermanas, ya que llevan un mismo nombre. El pasaje se presta a muy diferentes interpretaciones.[5]

El término en la Biblia judía

En hebreo y arameo no existe una palabra con el significado preciso del español "primo", por lo cual el concepto se expresa recurriendo a circunloquios. En el hebreo del Antiguo Testamento, la palabra אח ('ah, "hermano") se utiliza en algunos pasajes en el sentido de "primo" o "sobrino". En el Génesis Abrám (Abraham) le dice a Lot: "somos hermanos" (Génesis 13:8), cuando en realidad se trataba de su sobrino.[6] Son, sin embargo, casos muy excepcionales, y en los que el contexto resuelve la posible ambigüedad. En concreto, solo hay un caso en la Biblia hebrea en que el término tenga el sentido de "primo": se trata de 1 Crónicas 23:21-22: "Hijos de Majlí: Eleazar y Quis. Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, a las que los hijos de Quis, sus hermanos, tomaron por mujeres."; aquí son primos los que se casan pero se les llama "hermanos". Cuando se realizó la traducción al griego del Antiguo Testamento, la llamada Biblia de los Setenta (siglos III-I a. C.) se tradujo el hebreo אח por el griego ἀδελφός. Por ese motivo, la palabra se utiliza, en esa ocasión al menos, con el significado de "primo" en el Antiguo Testamento.
En época de Jesús el hebreo no era una lengua hablada, sino solo religiosa y de cultura. La lengua más extendida era el arameo, otra lengua semítica: también en arameo, la palabra para hermano ("'aha'") puede utilizarse con el sentido de "primo" o "sobrino".
Algunos autores han planteado que podría haber una influencia semítica en el empleo del término "ἀδελφός" en el Nuevo Testamento, ya que Jesús predicó probablemente en arameo, y es posible que sus primeros seguidores escribieran en esa misma lengua. Sin embargo, está claro que ninguno de los textos del Nuevo Testamento, incluyendo los cuatro evangelios canónicos, es una traducción del arameo: todos fueron escritos originalmente en griego. Por otro lado, en el griego del Nuevo Testamento se utilizan otras palabras para expresar otros grados de parentesco: primo ("anepsios") o pariente. Es improbable, por lo tanto, que el término adelphos sea una traducción de un término arameo equivalente con un sentido más amplio.

EL SENTIDO DE LA EXPRESIÓN.

El punto de vista histórico

Desde un punto de vista estrictamente histórico, no existe razón alguna para pensar que los hermanos y hermanas de Jesús no lo sean en el sentido convencional de la palabra, es decir, hijos biológicos de José y de María, y hermanos carnales de Jesús de Nazaret.[7] Los principales argumentos en favor de esta postura son los siguientes:
1. Las referencias a los hermanos de Jesús aparecen en múltiples fuentes cristianas. Los pasajes sinópticos tienen su origen, según la extendida teoría de las dos fuentes, en el Evangelio de Marcos, pero hay referencias también en las cartas de Pablo de Tarso, el Evangelio de Juan, e incluso, independientemente de Marcos, en los escritos de autor del Evangelio de Lucas (si se interpreta como una verdadera alusión a los hermanos de Jesús el pasaje de Hechos 1:14, e incluso en una fuente no cristiana, el historiador judío Flavio Josefo. Ninguno de estos autores introduce ninguna precisión sobre la naturaleza de la relación entre estos personajes y Jesús que pueda hacer suponer que no se trata de verdaderos hermanos.
2. En varios de los pasajes, los hermanos de Jesús son mencionados en relación con su madre, María. La expresión perdería su sentido si se interpretase como "primos" o "parientes".
3. El uso habitual de los autores del Nuevo Testamento, de los autores cristianos primitivos y de Flavio Josefo diferencia claramente entre "hermanos" y otras relaciones de parentesco. Otros términos para expresar relaciones de parentesco fueron usados por Pablo (ανεψιός, anepsiós: "primo");[8] y Lucas (συγγεννής, siggenês, "pariente").[9] En el siglo II, Hegesipo distinguía entre un hermano, un tío y un primo de Jesús.[10] El historiador judío Flavio Josefo, que se refiere a Santiago, "hermano de Jesús", utiliza también estos términos para hacer referencia a otras relaciones de parentesco.
4. Los relatos de la concepción de Jesús en Mateo 1:1-2:23 y Lucas 1:1-2:52 son considerados generalmente tardíos y menos fiables históricamente que la tradición que procede de Marcos. Según la crítica actual, tienen fundamentalmente un carácter teológico, y parecen coexistir con otra tradición más antigua según la cual Jesús era hijo de José. Por otro lado, hacen referencia a una intervención divina de carácter sobrenatural, que resulta históricamente poco creíble.

Los puntos de vista confesionales

La interpretación considerada más plausible desde el punto de vista filológico e histórico,[11] es decir, que los hermanos de Jesús citados en el Nuevo Testamento son hijos de José y de María y, por lo tanto, hermanos carnales, biológicos, de Jesús, resulta inaceptable para la mayoría de los cristianos. Por una parte, los cristianos no aceptan que Jesús fuese hijo biológico de José, ya que atribuyen su concepción a la obra del Espíritu Santo, según los relatos de Mateo 1:1-2:23 y Lucas 1:1-2:52. Por otro, desde el siglo II la corriente mayoritaria de la tradición cristiana afirma la virginidad perpetua de la madre de Jesús, en la actualidad dogma de fe para varias confesiones cristianas, incluyendo a católicos y ortodoxos. Por ese motivo han surgido interpretaciones alternativas de los textos evangélicos.[12]
Según algunos autores, la única razón de estas interpretaciones es hacer compatibles las alusiones a los hermanos de Jesús con las creencias cristianas.[13]

Hijos de José y María

Una de las primeras interpretaciones que se dio a las referencias a "hermanos de Jesús" los considera hijos del matrimonio formado por sus padres, José y María. Según esta interpretación, después del nacimiento de Jesús, concebido por obra del Espíritu Santo como se relata en Mateo 1:1-2:23 y Lucas 1:1-2:52, ambos esposos habrían mantenido relaciones conyugales y tenido varios hijos. En Mateo 1:25 se describe a Jesús como el primogenito hijo de María, lo que implica que el fue el primero de varios. Si no se hubiese utilizado el término unigénito, como cuando se hace referencia de Jesús en relación al Padre (el únigenito hijo de Dios). Además, el término traducido como "conocio" hace referencia a la sexualidad de la pareja (José y María), por lo que se deduce que después de nacer Jesús ellos tuvieron relaciones como todo matrimonio. Jesús sería, entonces, el hermano mayor. Desde este punto de vista, los hermanos solo serían en realidad medio hermanos, ya que los cristianos no creen que José fuese el verdadero padre de Jesús.
Esta posición fue defendida ya por Tertuliano en el siglo II, especialmente en Adversus Marcionem ("Contra Marción").[14] En esta obra, Tertuliano busca refutar el docetismo, doctrina que niega la verdadera humanidad de Jesús, y uno de los argumentos que emplea es el de las relaciones de consanguinidad entre Jesús y sus hermanos, consanguinidad que solo puede darse a través de María, ya que José no era, según el punto de vista cristiano, el padre biológico de Jesús. Más adelante, en el siglo IV, esta misma idea fue defendida por otro teólogo, Helvidio, que fue refutado por Jerónimo de Estridón.
Esta posición es en la actualidad la dominante entre los cristianos protestantes, aunque solo desde el desarrollo de la teología liberal (Lutero y otros muchos de los iniciadores de la Reforma fueron defensores del dogma de la virginidad perpetua de María).

 Hijos de un matrimonio anterior de José

Para defender el dogma de la virginidad de María, madre de Jesús, antes y después del parto, surgió desde fecha relativamente temprana en los autores cristianos la idea de que los "hermanos de Jesús" mencionados en el Nuevo Testamento eran en realidad hijos de un matrimonio anterior de José de Nazaret. Eran, por tanto, hijos biológicos de José, pero no de María, quien habría permanecido virgen hasta su muerte. Desde el punto de vista cristiano, ya que Jesús no fue en realidad hijo biológico de José, sino solo de María, estos hermanos lo habrían sido solo desde el punto de vista legal, como hijos de José, pero no tendrían ningún vínculo de parentesco real con Jesús. Esta posición es conocida a veces como la "solución de Epifanio", por el nombre de su más destacado defensor, Epifanio de Salamis, quien la desarrolló en su obra Panarion.
La idea, sin embargo, es bastante más antigua. Se remonta al menos al siglo II. Está presente ya en un evangelio apócrifo conocido como Protoevangelio de Santiago, en el que se defiende la virginidad de María, antes y después del parto. También se encuentra en otros evangelios apócrifos del siglo II, como el Evangelio de la Infancia de Tomás. Orígenes[15] menciona un Evangelio de Pedro (no está claro si se trata del mismo Evangelio de Pedro del que han llegado hasta nosotros algunos fragmentos), según el cual "los hermanos de Jesús serían los hijos de José, nacidos de una primera mujer que él habría tenido antes de María".[16]
Esta es la posición tradicional en las iglesias orientales, y especialmente en la Iglesia Ortodoxa. Desde el punto de vista filológico, es una interpretación posible, ya que, ciertamente, el término griego para "hermano" podía significar también "medio hermano", es decir, persona que, con respecto a la otra, tiene solo un progenitor común. En Marcos 6:17-18, y correspondientes, se usa el término para hacer referencia a dos medio hermanos, Antipas y Filipo, que solo tenían un progenitor en común, el rey Herodes el Grande.
No existe, sin embargo, ningún argumento basado en los textos bíblicos que haga preferible esta interpretación a la de que los hermanos de Jesús fueron hijos biológicos de José y María. No hay referencias en el Nuevo Testamento a un matrimonio anterior de José.
Además, en la interpretación del término griego para hermano, que pudiese significar "dos progenitores en común o uno sólo" si quisiéramos tomar el de "un progenitor en común" como el válido o verdadero, entra entonces otra cuestión para analizar: Como se mencionó anteriormente, desde el punto de vista cristiano, Jesús fue hijo biológico de María y no de José. Si el argumento que afirma que los supuestos hermanos de Jesús eran en realidad hijos de José únicamente y no de María, entonces el progenitor en común no existe, ya que Jesús es hijo de María, y sus hermanos son hijos de José. Ambos de progenitores distintos. Así la interpretación de "un progenitor en común" de la postura que defiende la virginidad perpetua de María, se invalida automáticamente. Ahora bien, la única forma de asentar la posibilidad del progenitor en común, sería concluir que el progenitor en común fue María, y por consiguiente, Cristo fue hijo biológico de María, concebido por obra del Espíritu Santo, y que los supuestos hermanos de Jesús, fueron hijos de María y José posteriormente, tal y como la historia bíblica lo corrobora repetidamente. Así, cualquiera que sea su interpretación, Jesús y sus hermanos acaban siendo hijos de María.

Primos

La interpretación de que los hermanos de Jesús citados en el Nuevo Testamento son en realidad sus primos es bastante tardía. Su principal defensor fue, ya en el siglo IV, San Jerónimo, en su obra Adversus Helvidium ("Contra Helvidio"),[17] que tiene una intención apologética: se trata de refutar la opinión de un autor llamado Helvidio, para quien los hermanos de Jesús eran hijos biológicos de José y de María. Jerónimo centra su argumentación en el uso que del término "adelphos" se hace en la primera traducción al griego de la Biblia hebrea, la llamada "Biblia de los Setenta". Aduce varios ejemplos en que el término "adelphós" se utiliza para designar relaciones entre tío y sobrino (Abraham y Lot; Jacob y Labán en Génesis 29:12), o entre primos (1 Crónicas 23:21-22). Este último es el único caso, en toda la Biblia, en que el término se utiliza, fuera de toda duda, para expresar una relación entre primos.[18] Está claro, en cualquier caso, que no es usual el empleo de la palabra "adelphos" con el significado de primo en la traducción griega del Antiguo Testamento, por lo que esta interpretación, común hasta hoy en medios católicos, resulta altamente improbable.[19]
Incluso aunque pudiera demostrarse que el uso de "adelphos" como "primo" es común en la Biblia de los Setenta, la argumentación de San Jerónimo pierde de vista que no hay razón alguna para inferir un uso semejante en el Nuevo Testamento. Los libros que conforman el Nuevo Testamento se escribieron originalmente en griego. No hay ni un solo uso que permita confirmar la tesis de San Jerónimo, con una sola posible (y muy discutible) excepción (Juan 19:25).
Desde un punto de vista exclusivamente filológico, que no tenga en cuenta la teología cristiana, esta posición es muy improbable. No tiene una base bíblica firme, y es descartada por la mayoría de los investigadores actuales, muchos de ellos católicos.[20] No obstante, es históricamente la predominante en la tradición católica y cuenta con algunos defensores en la actualidad.

NOTAS

  1. Una visión de conjunto sobre el estado de la cuestión puede verse en Meier, Un judío marginal, pp. 326-341 (ver bibliografía). John P. Meier es sacerdote católico y uno de los principales investigadores actuales sobre el Jesús histórico. En su obra prescinde de presupuestos teológicos para atenerse a criterios exclusivamente filológicos e históricos.
  2. a b Meier, op. cit., p. 337.
  3. Un comentario más extenso sobre el uso figurado de la expresión en el Nuevo Testamento puede verse en Meier, op. cit., p. 337.
  4. Según Meier, p. 337, en el Nuevo Testamento, la palabra griega ἀδελφός "nunca significa hermanastro (solución de Epifanio), ni primo (solución de Jerónimo) ni sobrino".
  5. Por ejemplo, Richard Bauckham, en "The relatives of Jesus" interpreta que María de Cleofás es en realidad la esposa de un hermano de José llamado Cleofás, mencionado también por Hegesipo (citado en Eusebio, Hist. Eccl. 3.11; 3.32.6; 4.22.4).
  6. Génesis 11:27 y Génesis 12:5
  7. A este respecto, veánse la "Conclusión" de J.P. Meier (Meier, op. cit., pp. 340-341).
  8. Colosenses 4:10
  9. Lucas 1:36.
  10. Meier, op. cit., p. 338.
  11. Meier, p. 341.
  12. Una completa visión de conjunto sobre las diferentes visiones cristianas del problema puede encontrarse en Puig, Jesús: Una biografía, pp. 164-175 (ver bibliografía).
  13. Como señala J.P. Meier, ningún teólogo ha sugerido nunca que Santiago y Juan, llamados "hermanos" en varias ocasiones en el Nuevo Testamento, no lo fuesen realmente (Meier, op. cit., p. 336).
  14. El texto en latín de Adversus Marcionem puede consultarse aquí. En la web están también disponibles traducciones al inglés de las obras de Tertuliano: The Tertulian Project.
  15. Orígenes, Comentario a Mateo, 10, 17.
  16. Citado en Puig, op. cit., p. 169.
  17. Puede consultarse el texto en latín de Adversus Helvidium aquí.
  18. Puig, op. cit., p. 168; Meier, op. cit., p. 334.
  19. Meier, op. cit., p. 334.
  20. La mayoría de los investigadores católicos se decanta en la actualidad por considerar que los "hermanos de Jesús" eran hijos de un matrimonio anterior de José, ya que es una posición con bases textuales más firmes y resulta compatible con el dogma de la virginidad perpetua de María. Véase, por ejemplo: Puig, op. cit., pp. 169-172, o Bauckham: The Relatives of Jesus. Themelios 21.2 (1996): 18-21.
VÉASE TAMBIÉN.

BIBLIOGRAFÍA.

  • BAUCKHAM, Richard: The Relatives of Jesus. Themelios 21.2 (1996): 18-21.
  • MEIER, John P.: Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico. Tomo I: Las raíces del problema y de la persona. Pamplona: Verbo Divino, 1997 (sexta edición). ISBN 84-8169-203-4. (Primera edición en inglés de 1991). Páginas 326-341.
  • PUIG, Armand: Jesús. Una biografía. Barcelona: Destino, 2005. ISBN 84-233-3752-9. Páginas 164-175.
ENLACES EXTERNOS.