miércoles, 29 de agosto de 2012

YAMNIA, YABNEEL o JAMNIA.

Ciudad en la costa filistea a algunos kilómetros del mar y a unos veinte al sur de Jafa. En el momento del reparto de la Tierra Prometida representa la frontera de Judá, en teoría común con la de Efraín (Jos 15,11). Quizás estuviera más o menos sometida, como las otras ciudades del litoral, en época del reinado de David y Salomón; en cualquier caso sólo fue verdaderamente arrebatada a los filisteos y, por un corto plazo, bajo el reinado de Ozías, quien desmanteló las murallas (2Cró 26,6). Pasa entonces a llamarse Yabneel. Una vez más perdida por los israelitas sse la llamó Jamnia en la época de los Macabeos (1M 4,,15; 5,55-62; 2M 12,3-9). Hoy es Yebna.

No debe confundirse con la Yabneel que el reparto de Josué convierte en un jalón del territorio de Neftalí. Situada al suroeste del lago Genesaret, esta otra Yabneel podría ser la alctual khirbet Yamna (Jos 19,33).

YAMNIA o YABNÉ.

Antigua ciudad en la llanura costera este de Jerusalén y al sur de la moderna Tel Aviv, mencionada de manera ocasional en los escritos de la época bíblica y macabea. Logró especial relevancia en el primitivo judaísmo después de la caída de Jerusalén (70 DEC), cuando Rabban Johann ben Zakkai pidió al emperador romano la ciudad y restableció el consejo del Sanedrín en ella durante un tiempo. Famosos eruditos judíos se reunieron allí para sentar las bases de la Mishnáh y dedicarse al estudio de la Toráh.

YAJAZIEL.

(heb. Yajazîêl, "Dios ve [revela]"). 1. Benjamita que se unió a David en Siclag (1 Cr. 12:4). 2. Sacerdote empleado por David para hacer sonar las trompetas ante el arca (1 Cr. 16:6). 3. Levita coatita de la casa de Hebrón (1 Cr. 23:19; 24; 23). 4. Levita descendiente de Asaf que profetizó en tiempos del rey Josafat y lo animó a ir contra Moab (2 Cr. 20:14, 15). 5. Judío de Babilonia cuyo hijo regresó con Esdras de Babilonia (Esd. 8:5).

YAÍR.

(heb. Yâîr [1, 2. 4], "él ilumina [ilustra]"; acad. Yaîru; heb. Yâ{îr [3], "él levanta" o "bosque"; también aparece en antiguo sudar.). 1. Galaadita que juzgó a Israel durante 22 años. Tuvo 30 hijos que puso como administradores sobre 30 aldeas de Jair. Pudo haber sido un descendiente directo de Jair 2, y por ello haber tenido algunos derechos sobre estas comunidades (Jue. 10:3-5). 2. Descendiente de Judá (1 Cr. 2:3, 21, 22), que según parece fue contado como de Manasés (Nm. 32: 40, 41; Dt. 3:14), probablemente porque su abuelo Hezrón se casó con una mujer de Manasés. En ocasión de la conquista de Transjordania bajo Moisés, Jair conquistó aldeas en la frontera de Basán y Galaad que estaban en territorio de Manasés (1 Cr. 5:23), y las llamó Havot-jair, "aldeas de tiendas de Jair" (Nm. 32:41; Dt. 3:14). 3. Hombre cuyo hijo Elhanán mató a Lahmi, el hermano de Goliat geteo (1 Cr. 20:5). En 2 S. 21:19 se lo llama Jaare-oregim,* donde un escriba habría repetido la palabra ôregîm, "tejedores", de la siguiente línea del mismo versículo. 4. Benjamita, padre o antepasado de Mardoqueo (Est. 2:5).

YAHVÉ-YIREH.

Nombre dado por Abrahán al lugar del sacrificio llamado "de Isaac", después de que Dios sustituyó al niño por un morueco. Significa "Yahvé provee". El texto añade: "Se dice hoy en día: Sobre la montaña de Yahvé él provee (Gn 22,14)". Lo que también podríamos traducir por "Yahvé vé" o "es visto". Este pasaje fundamenta la tradición según la cual el nombre Moria, lugar del famoso sacrificio, se habría convertido en el enclave del Templo, de Jerusalén: "la Morada" de Yahvé sobre su montaña.

YAHVÉ-PAZ.

(Yahvé-Salom). Nombre que Gedeón da al altar que construyó cuando cae en la cuenta de la visita del ángel de Yahvé.

YAHVÉ-NISÍ.

Nombre dado por Moisés a un altar que construyó para Yahvé después de su victoria sobre Amalec (Éx 17,15). Significa: Yahvé es mi estandarte".

YAHÁS.

Localidad de Transjordania cuyo emplazamiento es incierto: entre Dibón y Mádaba. Fue asignada a la tribu de Rubén en el reparto de la Tierra Prometida (Jos 13,18). Antes de entrar en Canaán, los hebreos se enfrentaron aquí con Sijón, rey de los amorreos (Nm 21,23), combate que también evoca un "discurso de Moisés (Dt 2,32)" y el juez Jefté (Jc 11,20).

Yahsá será elegida ciudad levítica para los descendientes de Merarí (1Cró 6,63 ó 78 según vers). Cayó de nuevo bajo el yugo de Moab y, en tanto que ciudad moabita, será fustigada por Isaías (Is 15,4) y Jeremías (Jr 48,21.34). La famosa estela del rey Mesá o Mesá la menciona. Es quizás la actual Umm-el Idhâm.

YAFO o JOPE.

(heb. Yâfô, "belleza [hermosura, gracia]"; mencionada por 1ª vez en los textos cun. de Ebla del período prepatriarcal, y luego por Tutmosis III en el , XV a.C., Ypw; Cartas de Amarna, Yapu; fen. Ypy; gr. Ióppe). Antigua ciudad cananea sobre la costa de Palestina, mencionada como una ciudad de la frontera de Dan (Jos. 19:46), pero que aparentemente nunca fue ocupada por los israelitas en tiempos del AT. Como era el único puerto entre Egipto y el cordón del Carmelo (a menos que se cuente a Dor), era de gran importancia para el interior de Palestina. Estaba a unos 55 km al noroeste de Jerusalén (véase Jafo en el Mapa 656 VI, D-2). Los cedros del Líbano que se usaron en la construcción del templo de Salomón y el de Zorobabel entraron a Palestina por este puerto (2 Cr. 2:16; Esd. 3:7), y allí el profeta Jonás se embarcó para huir de la orden divino en un barco con destino a Tarsis* (quizás en España; Jon. 1:3). Jope fue puesta bajo control judío, tal vez por 1ª vez, por los macabeos, que establecieron a un grupo de judíos en la ciudad, ampliaron su puerto y reforzaron sus fortificaciones (1 Mac. 10:74, 75; 12:33, 34; 14:5, 34). Pompeyo la convirtió en ciudad semilibre en el 63 a.C., pero César la devolvió a los judíos. En tiempos de los Herodes se convirtió en una fortaleza del judaísmo ortodoxo. Cuando estalló la rebelión judía (66 d.C.), los habitantes de Jope mostraron una oposición tan fanática a los romanos que Cestio Galo masacró a más de 8.000 de ellos. Aunque la ciudad se recuperó de esta catástrofe, fue destruida completamente por Vespasiano un poco más tarde. 288. La antigua ciudad de Jope sobre el Mar Mediterráneo. El cristianismo entró temprano en Jope. La ciudad fue el hogar de Tabita o Dorcas, benefactora de los pobres. Cuando murió, Pedro la resucitó; resultado: "muchos creyeron" (Hch. 9:36-42). Pedro permaneció en la ciudad por un tiempo con Simón el curtidor (fig 118), donde tuvo una visión que le mostró que el evangelio tenía que ir a los gentiles, y que no había de hacerse distinción entre judíos y gentiles (10:5-48). Jope, hoy llamada Jafa (o Yafo), es ahora una sección de la ciudad doble Tel Aviv-Jafa con una población combinada de 321.700 habitantes (1990), con lo que es la ciudad más grande del Estado de Israel. El montículo que contiene los restos de la antigua Jope está situado al este del puerto turco. Las excavaciones dirigidas por J. Kaplan desde 1955 han descubierto restos de fortificaciones y de casas de todos los períodos desde el 3er milenio a.C. hasta los tiempos islámicos. De interés especial son los restos de fortificaciones del período patriarcal construidos por los hicsos, y una puerta de la ciudad con bloques de piedra en los que hay inscripciones del tiempo cuando Jope estaba controlada por los egipcios bajo Ramsés II. Bib.: J. Kaplan, en Archaeological Discoveries in the Holy Land [Descubrimientos arqueológicos en Tierra Santa] (Nueva York, 1967), pp 112-118; H. y J. Kaplan, EAEHL II:532-541.

YAFIA.

(heb. Yâfîa{, "él brilla" o "brillante [espléndido, resplandeciente]"). 1. Rey cananeo de Laquis, que en tiempos de Josué se unió a una confederación contra los israelitas, pero fue derrotado, capturado y muerto (Jos. 10:3-27). 2. Pueblo en Galilea sobre la frontera con Zabulón (Jos. 19:10, 12); identificado con Yâf~, a unos 2,5 km al sudoeste de Nazaret. Mapa VI, C-3. 3. Hijo de David nacido en Jerusalén (2 S. 5:15; 1 Cr. 3:7; 14:6).

YAEL.

(heb. Yâ{êl, "cabra montés"). Esposa de Heber el ceneo (Jue. 4:17). Sísara, general de 602 Jabín, rey de Hazor, huyendo de las fuerzas de Barac, encontró refugio en el hogar de ella. En ese tiempo había paz entre el clan de Heber y el reino de Hazor. Totalmente agotado, Sísara se durmió, ocasión en que Jael lo mató clavándole una estaca de carpa a través de la sien con un martillo. Por este hecho fue alabada por Débora y Barac en su canto de triunfo (vs 11-22; 5:6, 24-27).

YADÚA.

(heb. Yaddûa{, "conocido [conociendo]" o "sabedor"; también aparece en inscripciones sudar. y en las Cartas de Laquis). 1. Dirigente judío que puso su sello en el pacto de Nehemías (Neh. 10:21). 2. Sumo sacerdote, hijo de Jonatán, y el 5º descendiente de Jesúa, el 1er sumo sacerdote postexílico (Neh. 12:11, 22). No es seguro si se lo debe identificar con el gran Jadúa del tiempo de Alejandro Magno mencionado por Josefo, en vista de la falta de confiabilidad de Josefo con respecto a la historia de ese período. Si Jadúa era el nombre del sumo sacerdote que salió al encuentro de Alejandro Magno, pudo haber sido el nieto del Jadúa mencionado en el libro de Nehemías. Bib.: FJ-AJ xi.7.2; 8.4-7; CBA 3:375, 376.

YABOC.

(heb. Yabbôq, tal vez "evacuación [derrame, fluir]"). Río de Transjordania que en el tiempo de Moisés constituía el límite norte del reino amorreo de Sihón (Nm. 21:23, 24; Jos. 12:2; Jue. 11:22), como también la línea norte del territorio amonita (Dt. 2:37; 3:16). Las fuentes de este río están cerca de Rabá de los amonitas. Desde allí fluye primero en dirección al norte, pero después de unos 32 km toma rumbo oeste y entra al Jordán a unos 37 km al norte del Mar Muerto. Su nombre moderno es Nahr e5-Zerq~, "el río azul". La lucha de Jacob contra el Ángel ocurrió en un vado del Jaboc (Gn. 32:22-32). Cuando los israelitas tomaron Transjordania, el Jaboc, que dividía a Galaad en dos partes, formó el límite norte de la tribu de Gad y el borde sur de la de Manasés (figs 271, 289). Mapa VI, D-4. 271. El río Jaboc, cerca del tradicional sitio donde Jacob luchó contra el Ángel de Dios.

YABÍN.

(heb. Yâbîn, "él comprende" o "entendedor [inteligente]"). 1. Rey cananeo de la ciudad de Hazor en tiempos de Josué. Estuvo a la cabeza de la confederación de ciudades-estados en el norte de la Canaán derrotada por los israelitas. Después de la batalla, Jabín fue muerto y Hazor fue quemada (Jos. 11:1-14). 2. Rey de Hazor que oprimió a Israel durante el período de los jueces por espacio de 20 años. Probablemente fue un descendiente de Jabín 1. Su ejército, dirigido por Sísara, fue derrotado por Barac y Débora de Israel. Continuó su oposición por un tiempo, pero luego fue destruido (Jue. 4:2-24).

YABES DE GALAAD.

Ciudad de Galaad, situada, se cree, en el lugar llamado Ed-Deir, al este del Jordán. Ed-Deir está sobre el Wadi Yabis, donde parece haber quedado preservado el nombre de Jabes. 32° 23' N, 35° 40' E.
Cuando en la época de los Jueces las tribus lanzaron una campaña contra la tribu de Benjamín por proteger a unos atroces criminales, Jabes de Galaad se abstuvo de enviar a sus guerreros. Por esta indiferencia hacia el pecado nacional Jabes fue destruida al final de la campaña, quedando sólo 400 jóvenes vírgenes, que fueron dadas a 400 supervivientes de la tribu de Benjamín (Jueces 21:8 15). Jabes fue pronto reocupada.
Posteriormente, la ciudad fue salvada de los amonitas por Saúl (1 Samuel : . 11:1-11). Cuando Saúl y sus hijos fueron muertos en la batalla de Gilboa contra los filisteos, los valientes de Jabes de Galaad recuperaron sus cuerpos y los enterraron (1 Samuel : . 31:11-13), acto por el cual fueron alabados por David (2 Samuel 2:4 , 5). (Véanse DAVID, SAeL).

YABÉS- GALAAD.

Otra forma de escribir Jabes de Galaad* (Jue. 21:8-14).

YABÉS.

(heb. Yâbêsh [1, 2], "seco [sequedad]"; heb. Ya{bêts [3, 4], de significado incierto; sin embargo, en 1 Cr. 4:9 este nombre está relacionado con "dolor" [heb. {ôtseb], de modo que de alguna manera esa idea está ligada con el nombre, por lo que podría significar "él entristece" o "tristeza [penalidad]"). 1. Forma acortada del topónimo Jabes de Galaad* (1 S. 11:1). 2. Israelita cuyo hijo Salum usurpó el trono de Israel pero reinó sólo 1 mes (2 R. 15:10). 3. Pueblo en el que vivían ciertas familias de escribas (1 Cr. 2:55). Probablemente estaba situado en Judá. 4. Hombre de Judá cuya madre le dio ese nombre porque lo había dado a luz con dolor (1 Cr. 4:9). Por causa de su piedad personal, Dios lo bendijo y acrecentó sus posesiones.
 

YABAL o YABEL.


Jabal (o Yabal) es una persona mencionada en la Biblia hebrea , en Génesis 4:20 .

editar ]Familia

Jabal era un descendiente de Caín , el hijo de Lamec y Ada, y el hermano de Jubal , medio hermano de Tubal-Caín y Naamah . Se le describe como el "antepasado de todos los que habitan en tiendas y crían ganado."

editar ]Teorías

Francis Nigel Lee interpreta Génesis 4:20 en el sentido de que Jabal era tanto el "padre de todos los ganaderos" y el "padre de todos los habitantes de tienda", y como tal, como el "pionero de todo el ganado y la tecnología agrícola", así como el "pionero de la arquitectura." Lee señala que Jabal fue probablemente también un tejedor, y así "el pionero de la industria de la confección". [1]
Gordon Wenham , por otra parte, entiende el verso para indicar Jabal fue el primer "habitante de los rebaños". Es decir, él era el "padre de los beduinos estilo de vida. " Señala que, mientras que Abel "sólo vivía de sus rebaños," Jabal podrían "comerciar con sus bestias de carga" y que esto "representa progreso cultural". [2]

editar ]Referencias

  1. ^ Francis Nigel Lee , el significado central de la cultura (Presbyterian and Reformed, 1976), 29.
  2. ^ Gordon Wenham , Génesis 1-15 (Word, 1987), 113.

YAAZANÍAS o YAAZANYAHU.

(heb. Yaa5anyâh[û], "Yahweh escucha [oye]"; aparece en antiguos sellos heb. y en trozos de tiesto con inscripciones provenientes de Laquis). 1. Maacateo, oficial del ejército durante el reinado de Sedequías (2 R. 25:23; llamado Jezanías, una forma abreviada, en Jer. 40:8; 42:1). Escapó de una batalla que culminó en la caída de Jerusalén y la cautividad de la nación, y cuando Godalfas fue designado gobernador de Judea se presentó en Mizpa, el asiento del gobierno provincial, para manifestar su lealtad al nuevo gobernador. Después del asesinato de Gedalías, junto con otros dirigentes se acercó a Jeremías en busca de consejo divino con respecto a sus planes de emigrar a Egipto (42:1-3). 270. El sello de ágata (izquierda) y la impresión del sello (derecha) de "Jaazanías, siervo del rey", con una de las representaciones más primitivas de un gallo. Encontrado en Tell en-Natsbeh, Palestina (tamaño real). 2. Dirigente recabita, hijo de un cierto Jeremías, a quien el profeta Jeremías le ofreció vino a él y a otros miembros de su familia como para que su rechazo de aun tocarlo fuera un ejemplo de obediencia a la rebelde casa de Judá (Jer. 35:3-10). 3. Uno de los 70 ancianos en Jerusalén, a quien Ezequiel vio en visión que ofrecía incienso a los ídolos (Ez. 8:11). 596 4. Príncipe del pueblo de Judá, al que el mismo profeta vio en visión maquinando perversidades (Ez. 11:1, 2).

YAAR.

La expresión "campos de Yaar", en hebreo Sedé-Yaar (Sal 132 - Vulg. 131,6), es la transcripción poética de Quiryat-Yearín que significa "la ciudad de los bosques". El Arca de la Alianza permaneció durante veinte años en la ciudad de este nombre y será allí donde irá a buscarla David para introducirla en Jerusalén (cf. 1S 7.1-2: 2S 6,2; 1Cró 13,5-6; 15,25 a 16,3; 2Cró 1,4).

lunes, 27 de agosto de 2012

WAHEB EN SUFÁ.

Nombre inspirado en un resumen de poemas, el Libro de las guerras de Yahvé que parece designar una etapa del éxodo de los hebreos hacia el Arnón (Nm 21,14). Waheb no ha sido identificado y Sufá podría ser el "Suf" de Moab, desconocido también, citado en el Deuteronomio (Dt 1,1).

VIÑA.

(heb. kerem; gr. ampelon). Específicamente, un conjunto de vides comunes; un campo plantado de vides que, si es grande, se llama viña, y si es pequeño se llama viñedo. El cultivo de la vid aparece muy pronto en la Biblia (Gn. 9:20); también se nos dice que las viñas siempre abundaron en Palestina (fig 194). En las Escrituras hay abundantes referencias a la plantación, al cuidado, a la poda y a la cosecha de las uvas. Una descripción bastante compleja de los pasos que debía dar una familia para cultivar su Viña aparece en la parábola de Is. 5:1-6, y en las ilustraciones y parábolas de Cristo (Mt. 20:1-16; 21:28-31; Mr. 12:1-9; Jn. 15:1-6). A veces se hacían terrazas para que las viñas pudieran estar ya sea en las laderas o en las cumbres de las colinas (cf Is. 5:1; Jl. 3:18, BJ). Alrededor del terreno se levantaba un cerco de piedra para evitar la entrada de animales merodeadores (Nm. 22:24; Sal. 80:8-13; Pr. 24:30, 31; Cnt. 2:15; Is. 5:5), y además había una torre para el vigía, que tenía la responsabilidad de cuidar de la Viña (Mt. 21:33; fig 515). La época de la vendimia empezaba en Palestina en junio en el cálido valle del Jordán, seguía en agosto en las llanuras de la costa y culminaba en septiembre en la región de las colinas y montañas. Esta era la gran fiesta del año, y la alegría de la vendimia era proverbial (ls. 16:10; etc.). Las viñas les proporcionaron muchas ilustraciones y lecciones espirituales a los profetas y maestros de los tiempos bíblicos. Morar a la sombra de la propia higuera o de la Viña era símbolo de alegría, paz y abundancia (1 R. 4:25; Mi. 4:4; Zac. 3:10). Se comparaba a Israel con una Viña que había sido transplantada desde Egipto (Sal. 80:8-16). Se decía que los hebreos rebeldes eran como una vid de buena clase que se había echado a perder (Jer. 2:21). Cristo se comparó con una vid, cuyos pámpanos eran los discípulos, y de quienes se esperaba que dieran mucho fruto (Jn. 15:1-8). Para los hebreos, una Viña se contaba entre sus posesiones más preciadas, y la promesa de que dispondrían para siempre de los frutos de la vid era un símbolo de seguridad, prosperidad y recompensa (ls. 65:21). Véase Vino. Bib.: PB 240-244.

VESTÍBULO.

Porche adornado con columnas y un tejadillo que Salomón edificó sobre la fachada de la casa del Bosque del Líbano, en la ciudad real que lindaba con el Templo. Medía 30 codos por 50 (1R 7,6) (es decir, alrededor de 22,50 por 13,50 m). En el "vestíbulo del trono" o "vestíbulo del juicio", tapizado de cedro, es donde Salomón administraba justicia.

La palabra se traduce a veces por "sala"; sin embargo, "vestíbulo" puede también designar el ulán o porche del Templo.

VERBO.


La palabra Logos es el término con el cual la teología cristiana designa en lengua griega al Verbo de Dios, o Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Antes de que San Juan consagrara este término adoptándolo, los griegos y los judíos lo habían utilizado para expresar concepciones religiosas que, bajo diferentes títulos, han ejercido una influencia cierta en la teología cristiana, y a las cuales es necesario hacer referencia.

Contenido

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El Logos en el Helenismo

La teoría del Logos aparece por vez primera en Heráclito, y es indudablemente por esta razón que fue considerado por San Justino (Apol. I, 46) como un cristiano antes de Cristo entre los filósofos griegos. Según Heráclito, el Logos, al que identifica aparentemente con el fuego, es aquel principio universal que anima y gobierna el mundo. Esta concepción solo podía hallar lugar en un monismo materialista. Los filósofos de los siglos quinto y cuarto antes de Cristo eran dualistas, y concebían a Dios como trascendente, de manera que ni en Platón (lo que quiera se haya dicho sobre el tema) ni en Aristóteles encontramos la teoría del Logos.
Reaparece en los escritos de los estoicos, y son ellos particularmente quienes la desarrollan. Dios, de acuerdo a los estoicos, "no hizo el mundo como un artesano hace su trabajo, sino que es penetrando completamente toda materia que Él se hace demiurgo del universo" (Galeno, "De qual. incorp." en "Fr. Stoic.", ed. von Arnim, II, 6); Él penetra el mundo "como la miel el panal" (Tertuliano, "Adv. Hermogenem", 44); este Dios tan íntimamente compenetrado con el mundo es fuego o aire encendido; en tanto Él es el principio que controla el universo, es llamado Logos; y en cuanto Él es el germen del que se desarrolla todo lo demás, es llamado Logos seminal (logos spermatikos). Este Logos es al mismo tiempo una fuerza y una ley: una fuerza irresistible que conduce al mundo entero y todas las criaturas a un final común; una ley inevitable y sagrada de la que nada puede sustraerse, y que todo hombre razonable debe seguir voluntariamente (Cleantes, "Himno a Zeus" en "Fr. Stoic." I, 527 - cf. 537). En conformidad con sus hábitos exegéticos, los estoicos hicieron de los diferentes dioses personificaciones del Logos, por ejemplo, de Zeus, y sobre todo de Hermes.
En Alejandría, Hermes fue identificado con Thoth, el dios de Hermópolis, conocido luego como el gran Hermes, "Hermes Trimegistos", y representado como el revelador de todas las letras y toda religión. Simultáneamente, la teoría del Logos se conformó al dualismo neoplatónico corriente en Alejandría: no se concibe al Logos como naturaleza o necesidad inmanente, sino como un intermediario a través del cual el Dios trascendente gobierna el mundo. Esta concepción aparece en Plutarco, especialmente en su "Isis y Osiris"; desde temprana data en el primer siglo de la era cristiana, influenció profundamente al filósofo judío Filón.

La Palabra en el Judaísmo

Con bastante frecuencia el Antiguo Testamento presenta el acto creador como la palabra de Dios (Gn.1, 3; Sal. 32, 9; Si. 42, 15); a veces parece atribuir a la palabra acción por sí misma, aunque no independiente de Yavé (Is. 55, 11; Za. 5, 1-4; Sal. 106, 20; 147, 15). En todo esto podemos ver solo audaces figuras retóricas: la palabra de creación, de salvación, o, en Zacarías, la palabra de maldición, es personificada, pero no concebida como una hipóstasis divina distinta. En el Libro de la Sabiduría esta personificación se implica más directamente (18, 15 s), y se establece un paralelo (9, 1-2) entre la Sabiduría y la Palabra.
En el rabinismo palestino la Palabra (Memra) es mencionada a menudo, al menos en los Tárgumes: es el Memrá de Yahvé que vive, habla, y actúa; sin embargo, si se procura determinar en forma precisa el significado de la expresión, frecuentemente aparenta ser solo una paráfrasis por la que el targumista sustituye el nombre de Yavé. El Memrá se asemeja al Logos de Filón tan poco como las obras de la mente rabínica en Palestina se asemejan a las especulaciones de Alejandría: los rabinos se preocupan principalmente del ritual y las observancias; en razón de escrúpulos religiosos, no se atreven a atribuir a Yavé acciones como las que las Escrituras le atribuyen; es suficiente para ellos velar la majestad divina bajo una paráfrasis abstracta: la Palabra, la Gloria, la Morada, y otras. El problema de Filón era de orden filosófico: Dios y el hombre están infinitamente distantes uno del otro, y es necesario establecer entre ellos relaciones de acción y oración; el Logos es aquí el intermediario.
Además del autor del Libro de la Sabiduría, otros judíos alejandrinos antes que Filón habían especulado acerca del Logos; pero sus obras nos han llegado únicamente a través de los raros fragmentos que autores cristianos y Filón mismo han preservado. Sólo Filón nos es conocido cabalmente; sus escritos son tan extensivos como los de Platón o Cicerón, y esclarecen cada aspecto de su doctrina; de él es de quien mejor aprendemos la teoría del Logos según fuera desarrollada por el judaísmo alejandrino. El carácter de su enseñanza es tan diverso como sus fuentes:
· a veces, influenciado por la tradición judaica, Filón representa al Logos como la Palabra creadora de Dios ("De Sacrific. Ab. et Cain"; cf. "De Somniis", I 182; "De Opif. Mundi", 13);
· en otras ocasiones lo describe como el revelador de Dios, simbolizado en la Escritura por el ángel de Yavé ("De Somniis", I, 228-39, "De Cherub.", 3; "De Fuga", 5; "Quis rer. divin. haeres sit", 201-205).
· Con mayor frecuencia aún, acepta el lenguaje de la especulación helénica; el Logos es entonces, siguiendo un concepto platónico, la suma total de ideas y el mundo inteligible ("De Opif. Mundi", 24, 25; "Leg. Alleg.", I, 19; III, 96),
· o, de acuerdo con la doctrina estoica, el poder que sostiene el mundo, el lazo que asegura su cohesión, la ley que determina su desarrollo ("De Fuga", 110; "De Plantat. Noe" 8-10; "Quis rer. divin. haeres sit", 188, 217; "Quod Deus sit immut.", 176; "De Opif. Mundi", 143).
En esta diversidad de conceptos puede reconocerse una doctrina fundamental: el Logos es un intermediario entre Dios y el mundo; a través de él Dios crea el mundo y lo gobierna; a través de él también los hombres conocen a Dios y le oran ("De Cherub." 125; "Quis rerum divin. haeres sit" 205-06). En tres pasajes el Logos es llamado Dios ("Leg. Alleg." III, 207; "De Somniis" I, 229; "In Gen." II, 62, citado por Eusebio, "Praep. Ev." VII, 13); pero, como Filón mismo explica en uno de estos textos (De Somniis), es una apelación indebida e incorrectamente empleada, y él la utiliza sólo porque lo conducen a ello los textos sagrados que comenta. Más aún, Filón no reconoce al Logos como una persona; es una idea, un poder, y aunque identificado ocasionalmente con los ángeles de la Biblia, lo es por personificación simbólica.

El Logos en el Nuevo Testamento

El término Logos se halla únicamente en los escritos joánicos: en el Apocalipsis (19,13), en el Evangelio de San Juan (1, 1-14), y en su Primera Carta (1, 1; cf. 1, 7 - Vulgata). Pero ya en las cartas de San Pablo la teología del Logos había hecho sentir su influencia. Vemos esto en las Cartas a los Corintios, donde Cristo es llamado "fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1 Co. 1, 24) e "imagen de Dios" (2 Co. 4, 4); es más evidente en la Carta a los Colosenses (1, 15 ss); por encima de todo, en la Carta a los Hebreos, donde la teología del Logos carece solo del término en sí, que finalmente aparece en San Juan. En esta carta también notamos una pronunciada influencia del Libro de la Sabiduría, especialmente en la descripción de las relaciones entre el Hijo y el Padre: "resplandor de su gloria e impronta de su sustancia" (cf. Sb. 7, 26). Esta semejanza sugiere el modo por el que la doctrina del Logos se introdujo en la teología cristiana; otra clave nos es proporcionada por el Apocalipsis, donde el término Logos aparece por primera vez (19,13), y no a propósito de alguna enseñanza teológica, sino en una visión apocalíptica, en cuyo contenido no hay indicio de Filón sino que más bien evoca a Sabiduría 18, 15.
En el Evangelio de San Juan el Logos aparece en el primer versículo sin explicación alguna, como un término familiar para los lectores; San Juan lo utiliza en el final del prólogo (1, 14), y no lo vuelve a mencionar en su Evangelio. De esto, Harnack concluye que la mención de la Palabra era solo un punto de partida para el evangelista, y que pasó directamente de esta concepción helénica del Logos a la doctrina cristiana del Hijo único ("Ueber das Verhältniss des Prologs des vierten Evangeliums zum ganzen Werk" en "Zeitschrift fur Theol. und Kirche", II, 1892, 189-231). Esta hipótesis se ve desacreditada por la insistencia con que el evangelista vuelve sobre esta idea de la Palabra; además, es bastante natural que este término técnico, empleado en el prólogo donde el evangelista está interpretando el misterio divino, no reaparezca en la continuación de la narrativa, cuyo carácter podría de esta manera variar.
¿Cuál es el valor preciso de este concepto en los escritos de San Juan? El Logos no tiene para él el significado estoico que con tanta frecuencia tenía para Filón: no es el poder impersonal que sostiene el mundo, ni la ley que lo regula; tampoco encontramos en San Juan el concepto platónico del Logos como el modelo ideal del mundo; el Verbo es para él la Palabra de Dios, y en consecuencia se alinea con la tradición judaica, la teología del Libro de la Sabiduría, de los Salmos, de los Libros Proféticos, y del Génesis; él perfecciona la idea y la transforma al mostrar que este Verbo creador, que desde toda la eternidad estaba en Dios y era Dios, se hizo carne y habitó entre los hombres.
Esta diferencia no es la única que distingue la teología joánica del Logos del concepto de Filón, al que no pocos han querido asemejarla. El Logos de Filón es impersonal; es una idea, un poder, una ley; a lo máximo podría ser comparado con aquellas entidades semi-abstractas, semi-concretas a las que la mitología estoica había prestado cierta forma personal. Para Filón, la encarnación del Logos debe haber carecido absolutamente de significado, tanto como su identificación con el Mesías. Para San Juan, por el contrario, el Logos aparece a la entera luz de una personalidad concreta y viviente; es el Hijo de Dios, el Mesías, Jesús. La diferencia es igualmente vasta cuando consideramos el papel del Logos. El Logos de Filón es un intermediario: "El Padre que engendró todo ha otorgado al Logos el insigne privilegio de ser un intermediario (methorios) entre la criatura y el creador… no es sin principio (agenetos) como lo es Dios, ni engendrado (genetos) como lo sois vosotros [la humanidad], sino intermedio (mesos) entre estos dos extremos" (Quis rer. divin. haeres sit, 205-06). El Verbo de San Juan no es un intermediario, sino un Mediador; Él no es intermedio entre dos naturalezas, divina y humana, sino que las une en su Persona; de Él no puede decirse, como del Logos de Filón, que no es agenetos ni genetos, porque es al mismo tiempo uno y otro, no en tanto es el Verbo, sino en cuanto es el Verbo encarnado (San Ignacio, "Ad Ephes." vii, 2).
En la historia subsiguiente de la teología cristiana se originarían naturalmente muchos conflictos entre estos conceptos rivales, y las especulaciones helénicas constituían una tentación peligrosa para los escritores cristianos. Desde luego, no habrían de hacer del Logos divino un poder impersonal (la Encarnación prohibía esto muy claramente), pero en ocasiones se inclinaban, más o menos conscientemente, a considerar al Verbo como un ser intermediario entre Dios y el mundo. De aquí surgieron las teorías subordinacionistas encontradas en algunos escritores ante-nicenos; de aquí, también, la herejía arriana (véase NICEA, CONCILIO DE).

El Logos en la Literatura Cristiana Primitiva

Los Padres Apostólicos no mencionan la teología del Logos; una pequeña referencia aparece solamente en San Ignacio (Ad Magn. viii, 2). Los Apologistas, por el contrario, la desarrollan, debido en parte a su entrenamiento filosófico, pero más particularmente a su deseo de declarar su fe de un modo familiar para sus lectores (San Justino, por ejemplo, insiste vigorosamente en la teología del Logos en su "Apología" destinada a los paganos; en muy menor medida en su "Diálogo con el judío Trifón"). Esta ansiedad por adaptar la discusión apologética a las circunstancias de sus oyentes acarreaba sus peligros, ya que así era posible que los apologistas cayeran dentro de las líneas de sus adversarios.
Sobre la cuestión capital de la generación del Verbo, la ortodoxia de los Apologistas es irreprochable: el Verbo no fue creado, como los arrianos sostuvieron más tarde, sino que nació de la misma sustancia del Padre de acuerdo a la posterior definición de Nicea (Justino, "Diál." 128; Taciano, "Or." v; Atenágoras, "Legat." x, xviii; Teófilo, "Ad Autolyc." II, x; Tertuliano "Adv. Prax." vii). Su teología es menos satisfactoria en lo que se refiere a la eternidad de esta generación y su necesidad; de hecho, representan a la Palabra como pronunciada por el Padre cuando el Padre quiso crear y en orden a esta creación (Justino, "II Apol." 6; cf. "Dial." 61-62; Taciano, "Or." v, un texto corrupto y dudoso; Atenágoras, "Legat." x; Teófilo, "Ad Autolyc." II, xxii; Tertuliano, "Adv. Prax." v-vii). Cuando buscamos comprender qué indicaban con esta "pronunciación", es difícil dar una única respuesta. Atenágoras parece querer significar el rol del Hijo en la obra de la creación, la syncatabasis de los Padres nicenos (Newman, "Causes of the Rise and Successes of Arianism" en "Tracts Theological and Ecclesiastical", Londres, 1902, 238); otros, especialmente Teófilo y Tertuliano (cf. Novaciano, "De Trinit." xxxi), con suficiente certeza, parecen entender esta "pronunciación" literalmente. Serían responsables de esta actitud remanentes mentales de la psicología estoica: los filósofos del Pórtico distinguían entre la palabra innata (endiathetos) y la palabra pronunciada (prophorikos); teniendo en mente esta distinción, los sobredichos apologistas concebían un desarrollo en el Verbo de Dios según el mismo modo. Después de este período, San Ireneo condenó muy severamente estos intentos de explicación psicológica (Adv. Haeres. II, xiii, 3-10; cf. II, xxviii, 4-6), y Padres posteriores rechazaron esta desafortunada distinción entre el Verbo endiathetos y prophorikos [Atanasio (?), "Expos. Fidei" i, en PG XXV, 201 - cf. "Orat." II, 35, en PG XXVI, 221; Cirilo de Jerusalén "Cat." IV, 8, en PG XXXIII, 465 - cf. "Cat." XI, 10, en PG XXXIII, 701 - cf. Concilio de Sirmio, can. viii, en Atan., "De Synod." 27 - PG XXVI.
En cuanto a la naturaleza divina del Verbo, todos los apologistas estaban de acuerdo, pero para algunos de ellos, al menos para San Justino y Tertuliano, parecía haber en esta divinidad una cierta subordinación (Justino, "I Apol." 13 - cf. "II Apol." 13; Tertuliano, "Adv. Prax." 9, 14, 26).
Los teólogos alejandrinos, estudiosos profundos de la doctrina del Logos, evitaron los errores antes mencionados respecto de la concepción dual del Verbo (véase, sin embargo, un fragmento de las "Hipotiposis", de Clemente de Alejandría, citado por Focio, en PG CIII, 384, y Zahn, "Forschungen zur Geschichte des neutest. Kanons", Erlangen, 1884, xiii 144) y la generación en el tiempo; para Clemente y para Orígenes el Verbo es eterno como el Padre (Clemente "Strom." VII, 1, 2, en PG IX, 404, 409, y "Adumbrat. in Joan." i, 1, en PG IX, 734; Orígenes, "De Princip." I, xxii, 2 ss, en PG XI, 130 ss; "In Jer. Hom." IX, 4, en PG XIII, 357, "In Jo." i, 32, en PG XIV, 77; cf. Atanasio, "De decret. Nic. syn." 27, en PG XXV, 465). En lo referente a la naturaleza del Verbo, su enseñanza es menos segura: en Clemente, por cierto, encontramos solo unos pocos indicios de subordinacionismo ("Strom." IV, 25, en PG VIII, 1365; "Strom." VII, 3, en PG IX, 421; cf. "Strom." VII, 2, en PG IX, 408); en cualquier otro lugar él afirma explícitamente la igualdad del Padre y del Hijo y la unidad ("Protrept." 10, en PG VIII 228, "Paedag." I, vi, en PG VIII, 280; I, viii, en PG VIII, 325, 337 - cf. I, ix, en PG VIII, 353; III, xii, en P. d., V*I, 680). Orígenes, por el contrario, defendía frecuente y formalmente ideas subordinacionistas ("De Princip." I, iii, 5, en PG XI, 150; IV, xxxv, en PG XI, 409, 410; "In Jo." ii, 2, en PG XIV, 108, 109; ii, 18, en PG XIV, 153, 156; vi, 23, en PG XIV, 268; xiii, 25, en PG XIV, 441-44; xxxii, 18, en PG XIV, 817-20; "In Matt." xv, 10, en PG XIII, 1280, 1281; "De Orat." 15, en PG XI, 464, "Contra Cels." V, xi, en PG XI, 1197); sus enseñanzas acerca del Verbo evidentemente adolecían de especulación helénica: en el orden del conocimiento religioso y de la oración, el Verbo es para él un intermediario entre Dios y la criatura.
En medio de estas especulaciones de apologistas y teólogos alejandrinos, elaboradas no sin peligro ni error, la Iglesia mantuvo su estricta enseñanza dogmática acerca del Verbo de Dios. Se la reconoce particularmente en las obras de aquellos Padres más devotos de la tradición que de la filosofía, y especialmente en San Ireneo, quien condena cada forma de teoría helénica y gnóstica de seres intermediarios (Adv. Haer. II, xxx, 9; II, ii, 4; III, viii, 3; IV, vii, 4; IV, xx, 1), y quien afirma enérgicamente la total comprensión del Padre por el Hijo y su identidad de naturaleza (Adv. Haer. II, xvii, 8; IV, iv, 2, IV, vi, 3, 6). La encontramos nuevamente con mayor autoridad aún en la carta del papa San Dionisio a su tocayo, el obispo de Alejandría (véase Atan., "De decret. Nic. syn." 26, en PG XXV, 461-65): "… opinan falsamente sobre la generación del Señor los que se atreven a llamar creación a su divina e inefable generación. Ni se debe dividir en tres divinidades la admirable y divina unidad, ni disminuir con la idea de creación la dignidad y suprema grandeza del Señor; sino que hay que creer en Dios Padre omnipotente y en Jesucristo su Hijo y en el Espíritu Santo, y que en el Dios del universo está unido el Verbo. Porque: Yo —dice— y el Padre somos una sola cosa (Jn. 10, 30); y: Yo estoy en el Padre y el Padre en mí (Jn. 14, 10). Porque de este modo es posible mantener íntegra tanto la divina Trinidad como la santa predicación de la unidad de principio." El Concilio de Nicea (325) no tenía más que prestar consagración oficial a esta enseñanza dogmática.

Analogía entre el Verbo Divino y el Lenguaje Humano

Luego del Concilio de Nicea, habiendo extirpado todo peligro de subordinacionismo, fue posible buscar en la analogía del habla humana alguna luz sobre el misterio de la generación divina; los Padres griegos se refieren especialmente a esta analogía para explicar cómo esta generación es puramente espiritual y no implica disminución ni cambio: Dionisio de Alejandría (Atan., "De Sent. Dion." 23, en PG XXV, 513); Atanasio ("De decret. Nic. syn." 11, en PG XXV, 444); Basilio ("In illud: In principio erat Verbum" 3, en PG XXXI, 476-77); Gregorio de Nazancio ("Or." xxx, 20, en PG XXXVI, 128-29) Cirilo de Alejandría (" Thes." iv, en PG LXXV, 56; cf. 76, 80; xvi, ibíd., 300; xvi, ibíd., 313; "De Trinit." diál. ii, en PG LXXV, 768-69), Juan Damasc. ("De Fide Orthod." I, vi, en PG XCIV, 804).
San Agustín estudió más detalladamente esta analogía entre el Verbo divino y el habla humana (véase especialmente "De Trinit." IX, vii, 12 s, en PL XLII, 967, XV, x, 17 s, ibíd., 1069), y dedujo de ella enseñanzas aceptadas por mucho tiempo en la teología católica. Compara al Verbo de Dios no con la palabra hablada por los labios, sino con el habla interior del alma, con lo cual podemos en alguna medida captar el misterio divino; engendrada por la mente, permanece allí dentro, es igual a ella, es la fuente de sus operaciones. Esta doctrina fue luego desarrollada y enriquecida por Santo Tomás, especialmente en "Contra Gent." IV, xi-xiv, opúsc. "De natura verbi intellectus"; "Quaest. disput. de verit." iv, "De potent." ii-viii, 1, "Summa Theol." I-I, xxvii, 2; xxxiv. Santo Tomás expone de un modo muy claro la identidad de significado, mencionada ya por San Agustín (De Trinit. VII, ii, 3), entre los términos Hijo y Verbo: "eo Filius quo Verbum, et eo Verbum quo Filius" ("Summa Theol." I-I, xxvii, 2; "Contra Gent." IV, xi). La enseñanza de Santo Tomás ha sido honrosamente aprobada por la Iglesia especialmente en la condenación del Sínodo de Pistoya por Pío VI (Denzinger, "Enchiridion" 1460). (Véase JESUCRISTO; TRINIDAD.)

Fuente: Lebreton, Jules. "The Logos." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/09328a.htm >.
Traducido por Emilce S. Fékete

VENGADOR DE LA SANGRE.

Después del Diluvio Dios dio a Noé la ley de que el que derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada (Genesis 9:6 ). La ley establecía la distinción entre homicida y asesino; cuando una persona era muerta accidentalmente, el homicida podía huir a una de las ciudades de refugio (véase CIUDADES DE REFUGIO) para ser protegido allí del vengador de la sangre. Entonces se consideraba que el ejecutor de la justicia debía ser el pariente más próximo del asesinado.
Dios ha investido al hombre con una autoridad gubernamental para mantener en vigor este mandato universal, dado mucho antes que la Ley de Moisés, y que nunca ha sido revocado ni mitigado. En el NT se menciona que el magistrado no lleva en vano la espada, porque es servidor de Dios para castigar a los que hacen lo malo (Romanos 13: ).
Bajo la Ley de Moisés se promulgó el ojo por ojo y diente por diente (Mateo 5:38 Exodo 21:24 ). Para el cristiano es totalmente diferente: habiendo sido tratado en gracia, tiene que actuar también hacia los demás con este mismo espíritu de gracia. Lo que a él se le indica es: No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor (Romanos 12:19 Apocalipsis 6:10 ; 19:2). Ahora es el día de la gracia; pero se avecina el día de la venganza que caerá sobre aquellos que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo (2 Tesalonicenses 1:8 ). El deber del cristiano de no vengarse no choca en absoluto con el ejercicio del gobierno de Dios por los magistrados, que derivan su autoridad de el en la represión y retribución del mal.

VEDÁN.

Uno de los lugares con los que Tiro mantuvo intercambios comerciales. (Eze 27:19.) Si bien no se conoce con exactitud su ubicación, se ha identificado tentativamente con Wadden, cerca de Medina, hacia el centro de la parte occidental de la península arábiga.

VASTÍ.

(heb. Washtî, antiguo nombre persa que significa "la deseada [hermosa, mejor]" o "hermosura"). Esposa del rey persa Asuero (Jerjes). Cuando se le pidió que compareciera ante los invitados del rey, rehusó hacerlo, y por lo tanto fue depuesta (Est. 1:3-2:4). Las fuentes seculares sólo dan el nombre de una esposa de Jerjes, a saber, Amestris, con quien el rey se había casado antes de ascender al trono. Vastihabría sido alguna de sus otras esposas, desconocida en las fuentes extrabíblicas.

VALLE DEL TEREBINTO.

Lugar situado al sureste de Jerusalén (1S 17,2; 21,9 ó 10 según vers)., donde se encuentran cara a cara los filisteos y los hombres de Saúl cuando Goliat combatió con David en duelo a muerte. Actualmente es wadi Es-Sant.

VALLE DE SOREC.

El valle de Sorec, cuyo nombre significa un tipo especial de uva roja, comienza en las montañas a pocos kilómetros al suroeste de Jerusalén, ampliándose gradualmente a medida que desciende hacia la fértil llanura costera. Proporciona una de las principales rutas de acceso a las tierra altas de Judea y valles adyacentes y fue muy usado por los filisteos, además de otras fuerzas invasoras. Actualmente, parte del valle de Sorec es usada por la principal vía férrea entre Jerusalén y Tel-Aviv.

VALLE DE SIDÍN.

Lugar donde tiene lugar la batalla que enfrenta a los cuatro reyes de Mesopotamia con los cinco reyes de la Pentápolis del Mar Muerto en tiempos de Abrahán. El texto sagrado lo asimila con el "mar de la Sal" (Gn 2,21) que no es más que un "pozo de betún" donde se hunden los reyes de Sodoma y de Gomorra (Gn 14,10). Este nombre designa sin duda una parte poco profunda de este mar, quizá al sur de la península de El-Lisán.

VALLE DE LA SAL.

Lugar testigo de combates contra los edomitas, atribuidos tanto a David (2S 8,13) como a su valiente sobrino Abisay (1Cró 18,12), a al jefe de su ejército, Joab (Sal 60- Vulg 59,2). A su vez, el rey de Judá, Amasías, también vence aquí a los edomitas (2R 14,7; 2Cró 25,11). Se trata probablemente de la Arabá, depresión que prolonga el Mar Muerto (el mar de la sal) hasta el golfo de Aqaba.

VALLE DEL REY o VALLE DE SAVÉ.

Lugar donde el rey de Sodoma reencuentra a Abrahán tras su victoria sobre Codorlaomer y sus aliados los reyes de Mesopotamia (Gn 14,17). La palabra savé significa "amplia llanura". Absalón habría erigido una estela en un "valle del rey" (2S 18,18) que Flavio Josefo sitúa a dos estadios (400 m) de Jerusalén. Pero la pretendida "tumba de Absalón" que actualmente se enseña en el valle del Cedrón y que data de la época helenística o de Herodes, no puede ser atribuida al hijo rebelde de David. El emplazamiento de este monumento no facilita ninguna indicación acerca de dicho "valle".

VALLE DE LAS HIENAS.

Mientras Saúl, abiertamente aclamado como rey por las tribus de Israel, emprende la liberación de su pueblo del yugo de los filisteos, éstos instalan un dispositivo de defensa denominado el valle "de las hienas" (en hebreo Seboín (1S 13,18): es la actual wadi Abu-Dabá ("Padre de las hienas"), orientado hacia el Jordán, al este de Micmás. Sin duda hay que situar en este mismo valle la ciudad de Seboín, habitada por benjaminitas al regreso del Exilio (Ne 11,34).

HIENA.

Traducción en 2 pasajes (Is. 13:22; 34:14) del heb. î, que generalmente significa "isla" o "costa", pero que evidentemente no es apropiada en estos versículos, donde el contexto parece indicar claramente alguna clase de animal. Algunos eruditos opinan que se trata de criaturas fantasmales o demonios de las islas. La Hiena es un animal salvaje que se encuentra en todas partes de la Palestina actual, y debió haber sido también muy común en los tiempos antiguos. Vive en las tumbas y en las cuevas, y sale a merodear después de oscurecer para buscar comida. En el libro apócrifo del Eclesiástico (13:18, BJ), "hiena" es la traducción del heb. tsâbûa{. Esta definición significaría que "valle de Zeboim" (1 S. 13:18) es "valle de las hienas".

 

VALLE DE LA BERACÁ.


(Bendición).
1. Uno de los hombres poderosos y hábiles arqueros de la tribu de Benjamín que se unieron a David en Ziqlag. David estaba en aquel entonces bajo restricciones a causa de Saúl. (1Cr 12:1-3.)
2. Llanura baja de Judá que se encuentra entre Belén y Hebrón. En la actualidad se la identifica con Wadi el-ʽArrub, y el nombre del pueblo cercano de Khirbet Bereikut (Berakhot) parece guardar relación con el nombre original de la llanura. Este valle corre de E. a O. y conecta la zona montañosa de Judá con el desierto que se halla al O. del mar Salado.
Después de la victoria milagrosa sobre las fuerzas combinadas de Ammón, Moab y Edom, Jehosafat congregó al pueblo en esta llanura baja para bendecir a Jehová, de ahí el nombre llanura baja de Beracá (que significa “Bendición”). (2Cr 20:26.)

VALLE DE LOS ARTESANOS.

Pequeño valle habitado por descendientes e Qenaz, hermano de Caleb; se le llama así a causa de las profesiones de éstos, en hebreo Gue-ha-Harasim (cf. 1Cró 4,14). Ocupado de nuevo tras el regreso del Exilio por los benjaminitas, aparece citado junto a Lod y Onó (Ne 11,35), dos ciudades situadas al sureste de Jope (puerto de Jafa) y que formaban parte del territorio de la tribu de Benjamín (cf. 1Cró 8,12).

VALLE DE REFAÍN.

Lugar donde se establecieron los filisteos a quienes David vención en dos ocasiones (Véase Refaín). Se le menciona como frontera de Judá, al suroeste de Jerusalén (Jos 15,8; 2S 5,18,22).

VAGAO.

Nombre dado en la Vulgata al eunuco Bagoas del libro de Judit (Jdt 12,10 y ss. de la Vulg., cf. 12,11 y ss).

VACA ROJA.


La "vaca roja" (Pará Adumá) era uno de los elementos esenciales de purificación en el Templo Sagrado - en el Beit Hamikdash. Este animal es extremadamente raro. Tiene que ser completamente roja e incluso sus pelos deben ser rojos, sin excepción, y no puede haber trabajado en toda su vida. Cuando una vaca como esta era encontrada, era sacrificada en un lugar cercano al Templo, y sus cenizas, mezcladas en agua y otros ingredientes, eran usadas para purificar a las personas que se quedaron ritualmente impuras por haber tenido contacto con algún cadáver o similares. Aquella persona que era salpicada por el agua tendría que pasar por un proceso de purificación y al término del séptimo día estaba nuevamente pura.

El precepto de la "vaca roja" se encuentra en la categoría de "Jukim - decretos", o sea, las leyes que no somos capaces de entender. Existen preceptos que cumpliríamos de cualquier manera por que sean básicas de la civilización humana, u otras que no cumpliríamos solos, pero somos capaces de entender un poquito de su inmenso significado. Sin embargo, la "vaca roja" esta además de nuestra capacidad de comprensión, y a cumplimos por ser la Palabra Divina, que con certeza tiene un significado muy especial.
En la historia del pueblo judío hubo solamente nueve vacas rojas que se utilizaron para purificar al pueblo. La décima vendrá junto al Mashíaj, que esto sea pronto.

Ahora bien, cuando el Gran Templo de Jerusalén estaba de pie, el pueblo traía la ofrenda de Pesaj, para lo que era requisito estar ritualmente puro. Esa es la razón por la que leemos la sección de la vaca roja en la Torá antes de Pesaj.
De alguna manera, cada persona debe "purificarse" a si misma, limpiando su cabeza de ciertos pensamientos y midiendo más sus acciones.

UZÁ.


Uza [1] (d. 1010 aC ) fue un israelí cuya muerte se asocia a tocar el Arca de la Alianza . Él era el hijo de Abinadab , en cuya casa el objeto sagrado era hace 20 años, cuando fue traído de la tierra de los filisteos por el rey David . Con su hermano Ahio , condujo el coche en el que se colocó el arca cuando David trató de llevarlo a Jerusalén . Cuando los bueyes tropezaron, Uza, en violación directa de la ley divina, el arca descansó su mano, y murió inmediatamente. El lugar de su muerte se llamaba Pérez-Uza . Debido a David temía sucedió proceder, a continuación, salieron del arca en la casa de Obed-edom , el geteo durante tres meses.
"Cuando llegaron a la era de la nación, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo, porque los bueyes tropezaban.Entonces la ira del Señor se encendió contra Uza, y Dios lo hirió allí, y Uza murió allí junto al arca de Dios. "( 1 Samuel 6:6-7 ) [2]

Referencias

  1.  Significado: Fuerza
  2.  Según la traducción de la Biblia brasileño


Otros cuatro personajes tienen también este nombre, que en hebreo significa "fuerza":

1. Un levita descendiente de Merarí, el tercer hijo de Leví (1Cró 6,14 ó 29 según vers).

2.Un descendiente de Benjamín según la cronología del Cronista, texto bastante confuso (1Cró 8,7).

3. El propietario de un jardín en Jerusalén, no lejos del palacio real, que el rey Manasés había adquirido para disponer allí su tumba. Allí será enterrado, al igual que dos años más tarde su hijo Amón, muerto por una conspiración (2R 21,18.26).

4. El antepasado de una familia de deportados vueltos a Judá con Zorobabel y que figura entre los netinín (Esd 2,49; Ne 7,51).