DESENMASCARA A LETRADOS Y FARISEOS.
Mt 23, 1-36.
23 1 Entonces Jesús, dirigiéndose a las
multitudes y a sus discípulos,
2 declaró:
- En la cátedra de
Moisés han tomado asiento los letrados y los fariseos.
3 Por tanto, todo lo
que os digan, hacedlo y cumplidlo..., pero no imitéis sus obras, porque ellos
dicen, pero no hacen.
4 Lían fardos pesados
y los cargan en las espaldas de los hombres, mientras ellos no quieren
empujarlos ni con un dedo.
5 Todo lo hacen para llamar la
atención de la gente: se ponen distintivos ostentosos y borlas grandes en el
manto:
6 les encantan los
primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas,
7 que les hagan
reverencias por la calle y que la gente los llame "Rabbí".
8 Vosotros, en cambio,
no os dejéis llamar “Rabbí", pues vuestro maestro es uno solo y vosotros
todos sois hermanos;
9 y no os llamaréis
"padre" unos a otros en la tierra, pues vuestro Padre es uno solo, el
del cielo;
10 tampoco dejaréis
que os llamen "directores", porque vuestro director es uno solo, el
Mesías.
11 El más grande de
vosotros será servidor vuestro.
12 A quien se
encumbra, lo abajarán, y a quien se abaja, lo encumbrarán.
13 ¡Ay de vosotros,
letrados y fariseos hipócritas, que les cerráis a los hombres el reino de Dios!
Porque vosotros no entráis, y a los que están entrando tampoco los dejáis.
15 ¡Ay de vosotros,
letrados y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para ganar un
prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que
vosotros!
16 ¡Ay de vosotros,
guías de ciegos, que enseñáis: "Jurar por el santuario no es nada, pero
jurar por el oro del santuario obliga"!
17 ¡Necios y ciegos!
¿Qué es más: el oro o el santuario que consagra el oro?
18 O también:
"Jurar por el altar no es nada, pero jurar por la ofrenda que está en el
altar obliga".
19 ¡Ciegos! ¿Qué es
más: la ofrenda o el altar, que hace sagrada la ofrenda?
20 Quien jura por el
altar, jura al mismo tiempo por todo lo que está encima;
21 y quien jura por
el santuario, jura al mismo tiempo por el que habita en él:
22 y quien jura por
el cielo, jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él.
23 ¡Ay de vosotros,
letrados y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, del
anís y del comino y descuidáis lo más grave de la Ley: la justicia, el buen
corazón y la lealtad. ¡Esto había que practicar!, y aquello..., no dejarlo.
24 ¡Guías ciegos, que
filtráis el mosquito y os tragáis el camello!
25 ¡Ay de vosotros,
letrados y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato,
mientras dentro rebosa de robo y desenfreno!
26 ¡Fariseo ciego!
Limpia primero la copa por dentro, que así quedará limpia también por fuera.
27 ¡Ay de vosotros,
letrados y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por
fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muerto
y podredumbre;
28 lo mismo vosotros:
por fuera aparentáis ser hombres justos, pero por dentro estáis repletos de
hipocresía y de iniquidad.
29 ¡Ay de vosotros,
letrados y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y
ornamentáis los mausoleos de los justos,
30 diciendo: ¡"Si
hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres no habríamos sido cómplices
suyos en el asesinato de los profetas"!
31 Con esto
atestiguáis, en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los
profetas. 32¡Pues colmad vosotros la medida de vuestros padres!
33 ¡Culebras, camada
de víboras!, ¿cómo evitaréis la condena al fuego?
34 Mirad, para eso os
voy a enviar yo profetas, sabios y letrados: a unos los mataréis y
crucificaréis, a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis
de ciudad en ciudad;
35 así recaerá sobre
vosotros toda la sangre inocente derramada sobre la tierra; desde la sangre de
Abel el justo hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, al que matasteis
entre el santuario y el altar.
36 Os aseguro que
todo eso va a recaer sobre esta generación.
EXPLICACIÓN.
1 - 36. Mt
quiere desengañar a los que piensan que la doctrina de letrados y fariseos es
compatible con el cristianismo. En primer lugar denuncia la opresión que letrados
y fariseos ejercen sobre el pueblo y su ansia de prestigio y poder (1-12). Los
siete "ayes" (13-31) ponen en evidencia la hipocresía de ellos al
proponer su doctrina. Sigue una breve invectiva (32s) y termina con una amenaza
profética (34-36). Empieza dirigiéndose a la gente y a sus discípulos (1), para
abrirles los ojos. Según Dt 18,15.18, habían de ser los profetas los sucesores
de Moisés; su puesto lo han tomado los doctores y los observantes de la Ley
(2): en vez de la voz de Dios, un código legal. Frase irónica (3): el segundo
miembro neutraliza el primero, pues nadie hace caso de hipócritas. De hecho,
Jesús ataca la doctrina misma de los letrados y fariseos (15,69.14; 16,12;
17,10-12; 23,13.15.16-22). Fardos pesados, cf. 11,30: carga insoportable sin
prestar ayuda alguna. No buscan el bien del hombre, sino dominar con la
doctrina (4). Exhibicionismo de letrados y fariseos (5-7; cf. 6,1-18): se
constituyen en casta privilegiada. Rabbí: "señor mío, monseñor".
Insiste en la igualdad entre los discípulos (8): ningún rango o privilegio.
Padre (9): título de los maestros, en cuanto transmisores de la tradición y
modelos de conducta. Lo mismo que Jesús no tiene padre humano, tampoco los
suyos han de reconocerlo en el sentido dicho. Único modelo, el Padre del cielo
(5,48). Director o guía espiritual (10): sólo a Jesús hay que seguir. La
verdadera grandeza (11). Dios juzga las actitudes humanas (12).
Los siete "ayes" (13 - 33). Letrados y fariseos pretenden ser
fieles a Dios por practicar observancias mínimas, mientras son infieles en lo
principal. Usan de su autoridad para impedir que el pueblo acepte el mensaje
(13). Algunos mss. añaden el v.14, tomado de Mc 12,40: "Esos que se comen
los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos. Esos tales recibirán una
sentencia severísima". No llevan a los prosélitos al conocimiento de Dios,
los hacen fanáticos del legalismo (15). Guías ciegos (cf. 15,14), juramentos
supersticiosos que no se refieren a Dios, sino a objetos (16-22). Denuncia su
pretendida fidelidad (23-24): perversión religiosa total (tragarse el camello,
etc.). No sólo omiten lo esencial, sino que su actitud es contraria a toda
justicia (25s); bajo una apariencia respetable, corrupción (27-28). Canonizan a
los profetas, siendo herederos de los que los asesinaron (29-32).
Invectiva (33), como antes la de Juan Bautista (3,7; cf. 12,34).
Perseguirán a los discípulos de Jesús (34); nueva alusión a la destrucción de
Jerusalén (35s).
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