Un pensamiento mítico común y diverso
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Cuando estudiamos las creencias de los numerosos grupos de indígenas que pueblan Sudamérica desde las selvas venezolanas a las gélidas costas de la Tierra del Fuego, hay que tener en cuenta dos paradigmas: el de la diversidad y el de ciertas bases de pensamiento mítico común. Un aspecto que hermana todas estas visiones religiosas es la división cosmogónica del universo en tres partes: el mundo superior, el mundo "de aquí" y el mundo inferior o inframundo. La diferencia con otras culturas (sin ir más lejos, la cristiana, que concibe, como sabemos, cielo, tierra e infierno) es que los tres mundos están conectados por el rito, las visiones, los sueños y, especialmente, la actividad de los chamanes. Éstos están presentes en casi todas las formas de religión indígena y son un puente entre los hombres y los dioses, además de ejercer de curanderos, guías espirituales y transmisores de la cultura oral. Muchos de ellos, al entrar en trance, se identifican con animales salvajes, especialmente el jaguar, que es un animal sagrado en todas la culturas de Latinoamérica.
Otro rasgo común es la idea de que el universo no ha sido creado de la nada, sino transformado a partir de algo (agua, fuego, tierra). A veces, a partir del verbo, como afirman los indios piaroas, según los cuales Buoka dio forma al mundo con una "brisa de palabras". Muchas veces los indígenas piensan que un elemento material une su mundo con el mundo superior, por lo general una columna o un árbol. Es el concepto de axis mundi.
El Ser Supremo
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Pero, tal vez si ofrecemos ejemplos de las distintas culturas, veamos con más claridad el sustrato común; echemos una ojeada a distintas tribus, siguiendo un orden más o menos geográfico, de norte a sur.
En Venezuela encontramos varias tribus muy interesantes: por ejemplo, los yanomamas, cuya idea de la creación del mundo es muy original: no fue un ser supremo quien lo hizo, sino dos hermanos. También piensan que el reino de los muertos está en el mundo superior (lo habitual en estos pueblos es situarlo en el inframundo). También venezolanos son los makiritare, que tienen un concepto muy original del axis mundi: la parte baja de la columna que une el mundo con el cielo puede verse desde cierto monte, por lo que los lazos que atan lo terrestre con lo divino no son sólo abstractos, sino también materiales. La idea de cómo el creador formó a los hombres (similar al Adán bíblico) está también presente en muchas tribus de esta zona: los guahibos y los yupas piensan que el hombre fue creado a partir de figuras de madera, ya que el barro no ofrecía la suficiente resistencia al agua.
En Colombia hallamos a los uiotos, con una concepción religiosa muy típica de la Sudamérica no andina: aceptan que hay un dios creador (en este caso, Moma), pero no celebran ceremonias en su honor, porque después de crear el mundo, Moma se ha separado de él y no se le debe molestar. Por ello, los uiotos practican rituales relacionados con actividades más terrenales que el origen del hombre. En Santa Marta nos encontramos con un caso de asimilación cultural: los indios koguis y aruhacos, ambos de la familia teyrona, han adoptado -por contacto- el ancestral concepto inca de la Pachamama. Veneran a la madre común (tierra) como una diosa dormida que cuida de ellos. Por otro lado, presentan detalles propios: su tradición religiosa viene de antes de la llegada de los europeos y consideran a los blancos "hermanitos menores". Además, no se dejan tomar fotos, porque consideran que ello podría robarles el alma, por lo que vemos que creen en la dualidad cuerpo/espíritu.
En Brasil, tribus amazónicas como los sherentes, cayapós y shipayas tienen la creencia de que el mundo empezó cuando sus antepasados llegaron a sus dominios: venían de otra región del universo y al encontrar un lugar tan acogedor, se quedaron e iniciaron la historia del mundo. No obstante, algo tuvieron que ver los dioses creadores en todo ello. En concreto, los shipayas atribuyen el origen del hombre a Kumakari y los tucunas, a Dyai, quien los creó transformando peces que había pescado en el río. Otros grupos brasileños tienen otras teorías al respecto: según los mundurucúes, los pioneros subieron a la superficie de la tierra desde el inframundo, usando una soga. Los baikaris, por el contrario, piensan que sus primeros antepasados vinieron directamente del mundo superior.
Perú y Ecuador están bastante dominados por la cultura inca andina, pero también tienen zonas de selva donde los indígenas profesan creencias similares a las que estamos describiendo: en relación a lo dicho anteriormente sobre el material del que está hecho el hombre, los indios campas (Perú) piensan que el hombre está destinado a morir precisamente por estar fabricado con una sustancia tan frágil como el barro. Los secoyas de Ecuador tienen teorías religiosas muy interesantes: por ejemplo, que el creador dio lugar al mundo a partir de una gran masa cenagosa de la que hizo salir a un tatú (armadillo) que transportó un pequeño trozo de barro hasta sus manos. De él consiguió Ñane (la divinidad) extraer todo el material necesario para construir el mundo terrestre. Muchas religiones convienen en que dios crea a partir de la nada. Los secoyas lo suavizan diciendo que crea a partir de poca cosa: es decir, trasformando. La transformación es un concepto muy arraigado entre casi todos los indígenas americanos. Es una visión mítica de una inocencia casi infantil: recordemos cómo en los cómics Supermán conseguía un valioso diamante a base de estrujar con su superfuerza un pobre trozo de carbón.
El eje del mundo
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Como vemos, elementos comunes y particularidades que hacen de las culturas precolombinas y poscolombinas un mosaico religioso digno de estudio y rico en matices e imaginación mítica.
Una constelación de creencias en Sudamérica
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Amaru: Según los indios baniwas (Brasil), serpiente acuática que se apareó con un armadillo dentro de una cesta para dar origen a las diversas especies animales y también al hombre. Por ello, en los ritos iniciáticos de esta cultura las jóvenes aspirantes a mujer adulta son encerradas en canastas.
Axis mundi: En latín, "el eje del mundo". Se aplica a una creencia muy extendida entre los indígenas sudamericanos y según la cual un árbol, columna o escalera une el mundo terrenal con el cielo.
Buoka: Héroe fundador del mundo según los indios piaroas (Venezuela), que creó el mundo visible a partir de una "brisa de palabras".
Chamán: Especialista del trance, cuya alma puede abandonar el cuerpo para viajar al cielo o al inframundo. Son comunes en casi todas las religiones nativas precolombinas y poscolombinas.
Dyai: Dios de los indios tucunas (Brasil) que creó a la humanidad de una manera harto curiosa; fue a pescar, arrojó los peces en la orilla y éstos se conviertieron en los primeros hombres.
Kuwai: Dios creador de los indios guahibos (Venezuela), que trató por dos veces de hacer al hombre. Primero con barro y luego con cera. Al no tener éxito, probó con la madera y por fin lo consiguió.
Kwarup: Figuras antropomórficas talladas en madera por el dios Mavutsine (véase) para hacer inmortal al hombre. Por culpa de una intrusión inoportuna, no lo consiguió, pero los kamayurás aún los usan en los ritos de iniciación a la vida adulta.
Mavutsine: Dios creador de los kamayurás (Brasil).
Moma: Dios creador de los indios uitotos (Colombia), que lo identifican con la Luna. También se le llama nainuema ("el Inaccesible") y se dice que dio origen a todo a partir del vacío absoluto.
Ñanderuvusu: Dios de los indios guaraníes (Paraguay, Argentina, Brasil) que se encaramó en una cruz de madera para crear el mundo. Según la cultura guaraní, si este soporte se rompiera alguna vez, el mundo se desmoronaría.
Ñane: Dios creador de los indios secoyas (Ecuador). Hizo salir de un inmenso cenagal a un armadillo con un diminuto trozo de barro adherido al lomo. Ñane transformó este barro en el mundo. También se identifica con la Luna.
Peqo-achy: Según los guaraníes, el peso que las imperfecciones humanas pueden ejercer sobre los peregrinos, impidiéndoles llegar a su destino: la Tierra sin maldad.
Wlaha: Deidad de los indios marikitare (Venezuela) que regía las estrellas. Sobrevivió a las pirañas, caimanes y anacondas del Amazonas, y ascendió al firmamento junto con otras estrellas.
Nombres clave de las religiones precolombinas
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Dios supremo
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Civilización maya: Itzam Na
Civilización inca: Viracocha
Madre Tierra
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Civilización inca: Pachamama
Planeta Venus
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Civilización maya: Xux Ek (dios avispa)
Dios padre
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Civilización inca: Viracocha
Rey (humano)
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Civilización inca: Sapa Inca
Dios de la guerra
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Civilización maya: Ek Chuah
Dios de los muertos
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Civilización maya: Ah Puch/Kizin
Dios del infierno
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Civilización maya: Bolon Ti Ku (nueve dioses)
Pájaro hierofánico
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Civilización maya: Kuk
Civilización inca: Qorequenque
Dios del viento
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Civilización maya: Kukulcán/Gucumatz
Civilización inca: Virakocha
Dios de la vida
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Civilización maya: Tlachiitonatiuh
Civilización inca: Virakocha
Madre de los dioses
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Dios de las lluvias
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Civilización maya: Chaacs (varios dioses)
Civilización inca: Illapu
Dios de la fertilidad
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Civilización maya: Hunahpú-Utiú
Civilización inca: Mama Quilla (femenina)
Diosa del amor
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Dios rebelde
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Dios de las cosechas
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Civilización inca: Illapu
Diosa de las joyas
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Dios del amanecer
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Civilización maya: Hunahpú-Vuch
Dios de la noche
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Civilización maya: Akbal (jaguar)
Diosa Luna
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Civilización inca: Mama Quilla
Dios Sol
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Civilización maya: Itzam Na/Kinich Ahau
Civilización inca: Inti
Primer hombre
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Civilización inca: Manco Cápac
Primera mujer
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Civilización inca: Mama Ocllo
Dios del fuego
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Civilización maya: Tohil
Civilización inca: Viracocha
Dios del rayo
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Civilización inca: Illapa
Héroe cultural
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Civilización maya: Kukulcán
Civilización inca: Viracocha
Dios de las aguas
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Civilización inca: Mamacocha (femenina)
Diosa del amor carnal
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Dios del maíz
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Civilización maya: Ah mun
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