sábado, 2 de febrero de 2013

EL DILUVIO.

Representación del arca de Noé, obra del grabador alemán Antón Koberger (1445-1513).
Representación del arca de Noé, obra del grabador alemán Antón Koberger (1445-1513)

Algunos de los mitos que encontramos en los textos mesopotámicos aparecen recogidos en la Biblia como sucesos vividos por el pueblo judío. Los judíos son de origen semita, y son uno de los pueblos que vivieron en Mesopotamia, por lo que no es de extrañar que encontremos parecidos entre los textos. Un ejemplo de esta similitud es el relato del diluvio visto por los mesopotámicos, en el Poema de Gilgamesh, y por los judíos, en el Génesis, primer libro de la Biblia. El diluvio es un mito mesopotámico muy antiguo, que tuvo su nacimiento, probablemente, antes del tercer milenio a.e.c. Es muy frecuente que las religiones, en muchos aspectos, beban de fuentes o tradiciones comunes. En ambos textos un dios se pone en contacto con un humano que ha sido elegido para ser salvado de un diluvio. Ambos personajes tienen el encargo de hacer una embarcación e introducir en ella una pareja de cada ser vivo para que también estos se salven. La lluvia arrasa con toda vida en la tierra exceptuando los que habitan en la barca. La duración del diluvio de Ut-Napishtim es de siete días, mientras que el de Noé es de cuarenta, pero ambas cifras son de carácter simbólico y representan un tiempo ilimitado.

«¡Ut-Napishtim, deshaz tu casa, construye una barca! Deja tus pertenencias, sal a la busca de seres vivos. ¡Desecha los tesoros y salva vidas! Embarca a una pareja de todos los seres vivos en la barca. [...] Durante seis días y siete noches sopló el viento, las inundaciones y la tempestad asolaron el país. Al séptimo día, la tempestad, el diluvio y la embestida fueron desvaneciéndose. [...] Observé el clima; reinaba el silencio, porque toda la humanidad había vuelto al barro.»

«Dijo, pues, Dios a Noé: "He decidido acabar con toda carne, porque la tierra está llena de violencias por culpa de ellos. Por eso, he aquí que voy a exterminarlos de la tierra. Hazte un arca de maderas resinosas. [...] Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca una pareja para que sobrevivan contigo". [...] El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra. [...] Subió el nivel de las aguas y crecieron mucho sobre la tierra, mientras el arca flotaba sobre la superficie de las aguas. [...] Dios exterminó todo ser que había sobre el suelo, desde el hombre hasta los ganados, hasta las serpientes y hasta las aves del cielo: todos fueron exterminados de la tierra, quedando solo Noé y los que con él estaban en el arca.»

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