Representación del dios Ahura Mazda en el templo de la comunidad mazdeísta de Yazd (Irán).
Una
de las características del mazdeísmo y de otras formas religiosas
desarrolladas en Irán es el dualismo, que significa la creencia en que
bien y mal se enfrentan en una terrible lucha en la que el ser humano es
una pieza clave. Según Zaratustra, de Ahura Mazda surgieron dos
espíritus que eligieron su destino libremente. Spenta Mainyu (espíritu
santo) tomó el camino de la verdad, y Angra Mainyu (espíritu destructor)
optó por el camino de la mentira y fue el creador de todo mal. Los
seres humanos tienen la opción de elegir su propio camino según esta
religión, ya sea por la vía del bien o la del mal. Pero esta elección
tiene sus consecuencias tras la muerte, ya que los que elijan el bien
irán, tras el juicio final, a un más allá paradisíaco y maravilloso,
mientras que los que opten por el camino del mal sufrirán grandes
castigos en el infierno.
Además
de Ahura Mazda existen otros seres espirituales, los Amesha Spenta
(santos inmortales): Asha Vaishta, que es la justicia perfecta; Vohu
Manah, el buen pensamiento; Haurvatat, la salud; Ameretat, la
inmortalidad. Junto a Angra Mainyu luchan los daeva, seres demoníacos
que buscan la perdición del ser humano y del mundo. Con el paso del
tiempo, otros reformadores religiosos en Irán profundizaron en ese
combate, haciendo el dualismo más extremista. Terminaron planteando que
la lucha entre el bien y el mal es eterna y existe desde el principio de
los tiempos, y que las fuerzas del bien y de la luz lideradas por Ormuz
combaten eternamente con las de las tinieblas y las del mal dirigidas
por Ahrimán.
EL DUALISMO COMO MODO DE PENSAR.
Celebración de una ceremonia del fuego parsi con ocasión del año nuevo.
El
dualismo puede ser también una forma de pensar la religión y la vida. Si
alguien se cree dueño de la verdad, se puede señalar a los que no
piensan del mismo modo como servidores del mal, argumento que puede
producir muchos conflictos y violencia. Mani, un reformador religioso
del siglo III e.c., ha dado nombre en nuestra lengua a esa forma de
entender la vida: se llama maniqueísmo a la forma de pensar según la
cual los que no están del mismo lado son enemigos y se van a condenar.
Pero esa forma de pensar ya aparece en Zaratustra, como se puede ver en
este texto muy antiguo del Avesta:
«Voy
a hablaros de cuanto Ahura Mazda me dijo, él que todo lo sabe. Los que
de entre vosotros no cumplan la palabra como yo la pienso y yo la
pronuncio, para ellos el fin de la existencia será un lamento [...] pero
los que escuchen y obedezcan conseguirán Haurvatat y Ameretat.»
El
texto señala que aquellos que sigan el camino de Ahura Mazda
interpretado por Zaratustra conseguirán salud (Haurvatat) y la
inmortalidad (Ameretat). Además amenaza con el castigo a los que no
sigan las indicaciones.
Los
cristianos siguen este modo de pensar, igual que los musulmanes y otras
religiones. La clara separación entre bien y mal que hacen estas
religiones también aparece en el mazdeísmo. En definitiva, es habitual
en muchos sistemas religiosos establecer un código moral en el que se
establezca lo que es correcto y lo que no, de forma que se intente
ordenar la convivencia en comunidades, facilitada por la presión
ejercida por el cumplimiento religioso.
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