Louis-Christophe-Leon Juchault de la Moricière
General francés, y Comandante y Jefe del ejercito papal. Nace en Nantes el 5 de Febrero de 1806 y muere el 11 de Septiembre de 1865 en Chateau de Prouzel, cerca de Amiens. Su padre era descendiente de una antigua familia bretona cuyo emblema era “Spes mea Deus” y su madre lo fue Desirée de Robineau de Bougon. Realizo sus estudios clásicos en el colegio de Nantes, y su profesor de filosofía lo fué un sacerdote que posteriormente sería el Abad Trapense de Bellafontaine. Según la costumbre centenaria de su familia, lo hijos estaban destinados para la milicia, y en 1826 entra en la “Ecole Polytechnique” en Paris, dos años después pasa a la “Ecole d'Application” en Metz. Termina la última escuela comisionándose como Sub-Teniente de ingeniería siendo enviado a Montpelier. En 1830 ingresa en un destacamento que toma posesión de Algeria, y en reconocimiento a su gallarda conducta es nombrado Capitán de Zouaves.
Durante diecisiete años permanece en África adquiriendo una duradera reputación, no solo de valiente militar, si no también como pionero de la civilización, siendo querido y estimado por los árabes y sus propios soldados. En 1833 el gobierno francés le ordena la organización del “Bureau Arabe”, una especie de tribunal cuya misión era la de servir de mediador entre los franceses y los árabes. Su autoridad con las tribus locales era tan sólida que mientras viajaba por el país lo hacia desarmado, con tan solo una macana para defenderse, por lo que le llamaron Bou-Aroua (padre con una macana). Posterior a la captura de Bougie, es promovido al rango de Mayor, y en 1835 es Teniente-Coronel de Zouaves. En esta capacidad participa de muchos combates, inspirando sus tropas con recia valentía y siempre estando en la posición más peligrosa. Su intrepidez en la toma de Constantine le gana el rango de Coronel en el 1837. En 1840, posterior al encuentro de Mouzaia, es promovido como Brigadier General y asignado a comandar la división de Oran. Al año siguiente fue muy prominente su participación en la expedición contra Tagtempt y Mascara. Gracias a sus hábiles tácticas e intrepidez en 1843 sometió a la tribu de Filtas y fue promovido como Teniente General. En 1844 va a Marruecos donde detiene las tropas moriscas en Lalla-Maghinia y en 1845 contribuye grandemente al éxito en la batalla de Isly. A finales de ese año se le confía con la gobernación temporera de Algeria. Culmina su carrera militar acorralando a Abd-el-Kader, quien tuvo que rendirse el 23 de Noviembre de 1847. Habiendo pacificado a Algeria, el distinguido soldado pensaba retirarse de la milicia y en tomar parte activa en la política.
En 1846, habiendo sido electo Diputado por el distrito de Saint-Calais (Sarthe), se opuso al Gabinete de Guizot y causo revuelo con sus discursos sobre Argelia y la promoción en el ejercito. El 21 de Abril de 1847 se casa con Amélie d'Auberville. En Febrero de 1848 ocupa por varios días el Gabinete de Guerra en el gabinete de Thiers-Barrot, el cual entrego cuando inicia la revolución que causa la caída de Louis Philippe. En Abril de 1848, habiendo sido electo a la Asamblea Constituyente por el departamento de Sarthe, lucha contra la insurrección popular en Junio. El 28 de Junio, nuevamente acepta el Gabinete de Guerra y dirige todos sus esfuerzos hacia la organización de Algeria. El 20 de Diciembre de 1848, cuando Luís Napoleón entra en la presidencia de la Republica de Francia, deja el Gabinete y continua como Diputado o Vicepresidente de la Asamblea para antagonizar con el gobierno, ya que se oponía reciamente a las ambiciones del Presidente. En el golpe de estado del 2 de Diciembre de 1852, es arrestado y encarcelado en Mazas, luego en Ham y finalmente desterrado de Francia. Su carrera política duro solo cuatro años y su exilio duró nueve, siendo este el periodo más difícil de su vida. Primero viajo a Inglaterra y Alemania, estableciéndose en Bélgica, centrado en su forzado ocio y deseo por una ocupación activa. Entonces es que vuelve a la fe de su juventud. Durante muchos años, aunque no fué un infiel, había obviado su religión, y hasta había seguido a partidarios de Henri de Saint-Simoine. Cediendo a su amigo Carlos de Montalembert, el gran orador católico, comienza él a estudiar cada uno de los artículos del Credo. Desde este momento vivió su fe como un devoto Católico, hasta el día de su muerte.
En 1860 su primo, el Monseñor de Mérode, lo insta a tomar el mando del ejercito papal. Era una tarea difícil. Ignorando el riesgo a su reconocida reputación militar, va a Roma. Solo necesito un año para convencerse de lo imposible de su tarea. El 18 de Septiembre de 1860, sus 8,000 tropas fueron derrotadas por 50,000 hombres de Cialdini en Castelgandolfo, y Ancona tuvo que rendirse. Acepto este severo golpe a su reputación con digna resignación cristiana. Estimando que sus servicios no eran ya necesarios para el ejercito papal, retorna a Francia y vive en su “Château du Chaillon (Maine-et-Loire)”. Una colecta nacional fue realizada para presentarle una espada de honor, pero enfáticamente la declinó, ya que se consideraba un general derrotado. La única distinción que jamás acepto fue la Cruz de la Orden de Cristo, y bajo la presión personal del Papa Pió IX. Los últimos años de su vida fueron dedicados a labores piadosas. Costeo la construcción de una iglesia en la empobrecida parroquia de Loroux-Beconnais, y contribuyó grandes sumas a un orfanatorio y a una escuela católica que fundó. Gustaba de leer libros religiosos, siendo La Santa Biblia, la Suma Teológica de Santo Tomas, y La Historia de la Iglesia por Darras sus favoritos. Cuando la encíclica del 8 de Diciembre de 1864 fue publicada, la leyó con gusto, siendo muy feliz en encontrar en ella las respuestas a muchas preguntas que le preocupaban. Su muerte fue súbita. Su nombre esta hoy extinto pues solo le sobrevivieron sus hijas, ya que perdió a su único hijo en 1859. Pero su fama de gallardo militar y verdadero cristiano durará por siempre .
Oraisons funebres de La Moricière, by PIE (Poitiers, 1865) and DUPANLOUP (Orleans. 1865); KELLER, Le General de La Moricière (2 vols., Paris, 1874); HUGNET, Celebres conversions contemporaines (Paris, 1889); BAUNARD, La foi et ses victoires (Paris, 1892).
LOUIS N. DELAMARRE Transcrito por Joseph E. O'Connor Traducido por Anónimo de Borinquen
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