Movimiento artístico de vanguardia, que floreció
desde finales de la II Guerra mundial hasta 1955-60. En sentido amplio, se
identifica con el informalismo (v.) o el tachismo. Se trata de una pintura más o
menos abstracta que, en cierto modo, puede considerarse como un desarrollo del
expresionismo nórdico europeo y de las improvisaciones de V. Kandinski (v.). Su
característica no reside tanto en el uso de una «materia» particular, cuanto en
la virulencia del gesto y en la voluntad de expresar estados anímicos muy
intensos. En Europa el centro aglutinante fue Amsterdam y el grupo Cobra.
Numerosos artistas informalistas pueden considerarse en esta línea. En su
sentido estricto, es aplicado a la action painting (pintura de acción) de la
escuela de Nueva York. El crítico H. Rosenberg, al proponer esta denominación,
subrayaba la importancia de la acción física en el acto de pintar.
El e. a. o action painting americana es la primera gran tendencia de la posguerra. Sus orígenes son difíciles de fijar. Pero parece que influyeron varios factores. Algunos autores ven cierta influencia en las obras de artistas americanos precedentes, como John Marin o Arthur Dove. Más acertada es la opinión que la relaciona con el surrealismo europeo anterior a la Guerra y con el radicado en los EE. UU. La figura de enlace sería A. Gorki (1904). Precisamente la técnica dripping había sido inventada por M. Ernst (v.) durante su estancia en América y fue adoptada por Jackson Pollock a partir de 1946.
Esta técnica se asemeja en muchos aspectos a la escritura automática de André Breton (v.) y el surrealismo. Consiste en derramar directamente, sin control, los colores y materiales sobre el lienzo, promoviendo una composición fortuita, al azar. La figura clave, en lo referente al componente expresionista del color, fue probablemente el veterano artista alemán Hans Hofmann, que emigró a los EE. UU. en 1932. Hofmann ejerció gran influencia tanto por su obra como por sus enseñanzas y simpatías con las jóvenes generaciones. Los principales artistas del e. a. son, entre otros, 1. Pollock (1912-56), Willem De Kooning (1904), Franz Kline (1910). Este grupo és energético y gestual y a veces se han implicado con la neofiguración. Mark Rothko (1903) encabeza otro tipo de artista abstracto más puro y tranquilo, entre cuyos seguidores podríamos situar a Adolph Gottlieb (1903), Ph. Guston (1913). Harold Rosenberg ha sido el principal teórico del movimiento. El organizador no ha sido Pollock o Hofmann, sino Robert Motherwell (1915).
El éxito enorme del e. a. tuvo muchas consecuencias para la vanguardia americana y europea. La leyenda de Pollock corrió como un reguero de pólvora a ambos lados del Atlántico. Estilísticamente, como señalábamos, es una subcorriente del arte abstracto (v.). Las composiciones no obedecen a un orden «regular», predeterminado, sino casual, caótico. El color es el protagonista de la obra. La línea queda anulada, a no ser como delimitación resultante de la aplicación de los diferentes colores. Una de las consecuencias más radicales del modo de pintar es el cambio que introducen en el concepto del espacio pictórico. No ignoran los problemas espaciales. Sus obras no son planas, sino que crean un espacio visualmente ambiguo. Con ello se convierte en el primer cambio importante del espacio desde el cubismo (v.), abocando a una nueva composición over-all, cubierta, plena en todas sus partes. Este rasgo es el que más ha influido en las tendencias posteriores de los años 60, acentuando la dirección contemplativa de M. Rothko, o la abstracción cromática. Desde el punto de vista creativo se subraya que una pintura es un acto inseparable de la biografía del artista, un «momento» de su vida. Esto responde a la concepción romántica y trasnochada de la autoexpresión y el genio. A pesar de los intentos de revalorización, es una tendencia apagada como todo el informalismo, aunque fiel reflejo de su momento.
El e. a. o action painting americana es la primera gran tendencia de la posguerra. Sus orígenes son difíciles de fijar. Pero parece que influyeron varios factores. Algunos autores ven cierta influencia en las obras de artistas americanos precedentes, como John Marin o Arthur Dove. Más acertada es la opinión que la relaciona con el surrealismo europeo anterior a la Guerra y con el radicado en los EE. UU. La figura de enlace sería A. Gorki (1904). Precisamente la técnica dripping había sido inventada por M. Ernst (v.) durante su estancia en América y fue adoptada por Jackson Pollock a partir de 1946.
Esta técnica se asemeja en muchos aspectos a la escritura automática de André Breton (v.) y el surrealismo. Consiste en derramar directamente, sin control, los colores y materiales sobre el lienzo, promoviendo una composición fortuita, al azar. La figura clave, en lo referente al componente expresionista del color, fue probablemente el veterano artista alemán Hans Hofmann, que emigró a los EE. UU. en 1932. Hofmann ejerció gran influencia tanto por su obra como por sus enseñanzas y simpatías con las jóvenes generaciones. Los principales artistas del e. a. son, entre otros, 1. Pollock (1912-56), Willem De Kooning (1904), Franz Kline (1910). Este grupo és energético y gestual y a veces se han implicado con la neofiguración. Mark Rothko (1903) encabeza otro tipo de artista abstracto más puro y tranquilo, entre cuyos seguidores podríamos situar a Adolph Gottlieb (1903), Ph. Guston (1913). Harold Rosenberg ha sido el principal teórico del movimiento. El organizador no ha sido Pollock o Hofmann, sino Robert Motherwell (1915).
El éxito enorme del e. a. tuvo muchas consecuencias para la vanguardia americana y europea. La leyenda de Pollock corrió como un reguero de pólvora a ambos lados del Atlántico. Estilísticamente, como señalábamos, es una subcorriente del arte abstracto (v.). Las composiciones no obedecen a un orden «regular», predeterminado, sino casual, caótico. El color es el protagonista de la obra. La línea queda anulada, a no ser como delimitación resultante de la aplicación de los diferentes colores. Una de las consecuencias más radicales del modo de pintar es el cambio que introducen en el concepto del espacio pictórico. No ignoran los problemas espaciales. Sus obras no son planas, sino que crean un espacio visualmente ambiguo. Con ello se convierte en el primer cambio importante del espacio desde el cubismo (v.), abocando a una nueva composición over-all, cubierta, plena en todas sus partes. Este rasgo es el que más ha influido en las tendencias posteriores de los años 60, acentuando la dirección contemplativa de M. Rothko, o la abstracción cromática. Desde el punto de vista creativo se subraya que una pintura es un acto inseparable de la biografía del artista, un «momento» de su vida. Esto responde a la concepción romántica y trasnochada de la autoexpresión y el genio. A pesar de los intentos de revalorización, es una tendencia apagada como todo el informalismo, aunque fiel reflejo de su momento.
SIMÓN MARCHÁN.
BIBL.: H. ROSENBERG, The american action painters, «Arts
news» 51 (1952); W. SEITZ, Abstract expressionist painting in America, Princeton
University 1955; 1. E. CIRLOT, Abstracción en la nueva pintura norteamericana,
«Goya», n° 30, mayo-junio (1959), 372-377; R. GOLDWATER, Reflections on the New
York School, «Quadrum» 8 (1960), 17-36.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia
Rialp, 1991
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