Después de
clavar sus Noventa y cinco tesis sobre las indulgencias en la puerta de la
iglesia del castillo de Wittenberg el 31 de octubre de 1517, Martín Lutero se
vio envuelto en varias discusiones teológicas con representantes de la Iglesia
católica romana, como las de la Dieta de Augsburgo (12-14 de octubre de 1518)
con el cardenal Cayetano, y la disputa de Leipzig (julio de 1519) con Johannes
Eck. A comienzos de 1520, Eck intentó un proceso doctrinal contra Lutero en
Roma, tomando en consideración las opiniones de las facultades teológicas de
Colonia y de Lovaina. El 15 de junio de 1520, León X publicó la bula Exsurge
Domine, que denunciaba como errores cuarenta y un proposiciones sacadas de
diecisiete escritos y sermones de Lutero de los años 1511-1520. Estas
afirmaciones se referían a temas como la imposibilidad de que los sacramentos
confirieran la gracia justificante, la necesidad de la fe para obtener el perdón
de los pecados y el mérito requerido para recibir la eucaristía; rechazaban la
práctica de las indulgencias y de las excomuniones en la Iglesia, así como la
declaración de que el papa es el vicario de Cristo; declaraban que los
concilios se habían contradicho a sí mismos, que puede ser pecaminoso hacer
una buena acción, y que nunca podemos estar seguros de no pecar mortalmente
con un orgullo escondido; manifestaban que es un error quemar a los herejes o
tomar las armas contra los turcos, desconfiaban de la base escriturística de la
fe y de la práctica católica sobre el purgatorio y afirmaban que los
gobernantes seculares no hacen mal al echar a las órdenes religiosas
mendicantes de sus reinos. Estas diversas proposiciones fueron condenadas en
masa como heréticas, escandalosas, falsas, ofensivas a los oídos piadosos, o
simplemente como seductoras y nocivas para los no instruidos, sin indicar más
en concreto qué categoría había que aplicar a cada proposición.
La bula Exsurge Domine concedía a Lutero dos meses de tiempo para retractarse de las cuarenta
proposiciones que le habían atribuido; pero el 10 de diciembre de 1520 Lutero
quemó públicamente la bula, junto con algunos libros de derecho canónico y de
decretos papales, fuera de las murallas de
Wittenberg. La reacción de Roma fue la bula de excomunión Decet romani
pontificem del 3 de enero de 1521.
Unos meses más tarde, en la dieta de
Worms (abril de 1521), se exigió a Lutero que abjurase de estas
opiniones ante el emperador Carlos y a lo que él respondió: «A no ser que se
me desmienta por la Escritura o por una razón evidente, soy prisionero en
conciencia de la Palabra de Dios. No puedo retractarme ni me retractaré. No es
ni seguro ni justo ir contra la conciencia. ¡Que Dios me ayude! ¡Amén!"
W Henn
Bibl.: HdI, Y
12855.22055; R. García Villoslada, Mnrtín Lutero, 2 vols., BAC. Madrid 1973.
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