Desde finales del
siglo XIV hasta finales del siglo XVI
El Renacimiento es un proceso que comenzó en
el siglo XIV, aunque fue en el siglo XV cuando irrumpió con más fuerza. En sí,
fue un periodo en el que se revalorizó la Antigüedad clásica y se inició un
ciclo muy activo en el que la crítica jugaba un papel importantísimo.
Las principales características de esta etapa histórica
fueron las siguientes:
|
En la Península
Ibérica, Los Reyes
Católicos, Isabel
y Fernando,
lograron la unidad de las coronas castellanas y aragonesas mediante el enlace
matrimonial que protagonizaron. El dominio de Castilla permitió que se
trasladase a la Corona de Aragón las características absolutistas que se daban
en la primera.
Una de las primeras tareas de los
monarcas fue la pacificación interna y el restablecimiento de la autoridad
real. Y todo ello se hizo por medios de campañas contra nobles revoltosos,
acoso a delincuentes comunes y diferentes medidas legislativas.
Las guerras contribuyeron a
reforzar la autoridad absoluta de la Monarquía. Este absolutismo regio tenía
su raíz ideológica en el romanismo que constituía la base de la formación de
los legalistas. De esta forma, el absolutismo propugnado por la doctrina escolástica
sólo estaba limitado por la Ley Divina, y no creaba conflicto con la teoría
del pacto entre el gobernante y los gobernados. No obstante, este absolutismo
era compatible con la gran variedad de situaciones a que daban lugar la multitud
de fueros, ordenanzas y costumbres de los reinos y las ciudades.
Los Reyes
Católicos ejercieron una
mezcla de generosidad y firmeza ante el estamento nobiliario. En algunos casos,
se procuró reforzar las relaciones con la nobleza mediante alianzas
matrimoniales. Así, la alta nobleza renunció a sus ambiciones políticas y se
configuró como pieza esencial de la organización social y política.
Las medidas tomadas por los reyes
también tuvieron ese propósito de llegar a un equilibrio entre las diversas
fuerzas de la sociedad, aunque teniendo en la cúspide a la monarquía. Las
Cortes de Castilla fueron reunidas pocas veces, pero las que se convocaron
fueron de gran importancia. Fueron 18 las ciudades que tuvieron el privilegio de
enviar procuradores a las Cortes castellanas. En ellas se trataba el juramento
de los herederos a la corona, la organización de los altos cuerpos
administrativos, los nombramientos de los escribanos, el estado de la Hacienda,
la defensa de los concejos contra la intrusión de los poderosos y muchos otros
asuntos de gran interés.
La verdadera labor legislativa la
desarrollaron los monarcas, aunque las Cortes también emitían sus propuestas
que tenían que ser confirmadas por los reyes. Éstos actuaban por medio de los
secretarios reales, que se ocupaban de diferentes temas cada uno. Asimismo,
existió un equilibrio entre el personal castellano y aragonés.
La pieza fundamental de la
organización estatal era el Consejo de Castilla, que se ocupaba de temas
judiciales, gubernamentales y administrativos. Posteriormente, aparecieron los
consejos de Ordenes Militares, de Aragón, de Indias y de Inquisición. En
cuanto a la organización de la justicia, aparte del Consejo de Castilla en la cúspide,
estaban las Chancillerías de Valladolid y la de Granada; en la de Valladolid
existía la Sala de Vizcaya para los asuntos del País Vasco y, además, Galicia
y Sevilla
tuvieron audiencias propias.
La Santa Hermandad fue empleada en
primer lugar para reclutar hombres y conseguir fondos destinados a la guerra de
Granada. Una vez terminada la contienda, se estableció que esta institución se
encargaría de perseguir los delitos cometidos en zonas rurales por medio de
cuadrilleros; disponía de cárceles propias y jurisdicción especial.
Una obsesión fue el saneamiento de
la Hacienda. Se establecieron diferentes impuestos, como la alcabala (sobre las
transacciones), las tercias (2/9 de los diezmos) y los almojarifazgos (sobre los
derechos de aduanas), etc... Entre los ingresos extraordinarios,estaban los que
procedían del mundo eclesiástico, que concedió la Santa Sede en forma de
subsidios del clero y bulas de la Santa Cruzada. No obstante, también fueron
importantes las aportaciones realizadas por los concejos para afrontar los
gastos de la guerra de Granada. Posteriormente, fueron las Cortes las encargadas
de votar los diversos subsidios.
Para hacer frente a los diferentes
gastos que requería tanto la política interna como la externa, se tuvo que
emitir deuda pública en forma de juros, e incluso se llegó a vender y empeñar
joyas reales. La incorporación de los maestrazgos a la Corona, supuso el poder
disponer de las rentas de las mesas maestrales y tener la capacidad para premiar
ciertos servicios con la concesión de encomiendas.
En el capítulo de gastos, hay que
mencionar que la mayor parte de los ingresos estaban destinados a las fuerzas
armadas de las dos Coronas. Los Reyes
Católicos crearon un ejército
profesional y permanente a través de las Guardias Reales y que, ya en 1504,
contaba con más de 5.000 hombres, distribuidos casi en la misma proporción
entre infantería y caballería, más un reducido número de artilleros.
En los países de la Corona de Aragón,
la acción reformista fue limitada por su mayor grado de independencia respecto
a la autoridad monárquica. Los cuatros estados tenían pocos vínculos comunes
y ligados entre sí mediante un pactismo con la Corona.
Sus grandes logros expansivos
fueron la conquista de Granada, la incorporación de las islas Canarias y las
expediciones por el continente americano. También se impulsaron las relaciones
con los territorios mediterráneos.
El heredero de esta corona fue
Carlos I de España
y V de Alemania. Durante cuarenta años (1516-1556), estuvo en el primer plano
de los hechos ocurridos en Europa.
Posteriormente, fue su hijo Felipe II quien continuó en la línea sucesoria,
encabezando el imperio hispánico que se extendía por Europa,
América, África
y Asia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.