Es común pensar en
la estrella de seis puntas como el símbolo más antiguo del judaísmo, pero nos
puede sorprender el saber que se trata de un emblema moderno, sin ninguna
connotación religiosa.
El
hexagrama es un producto de la imaginación geométrica del hombre, que no
pertenece a ninguna cultura en particular. Es un elemento decorativo que aparece
en el arte y en la arquitectura de los tiempos antiguos, sin que se le atribuya
ningún simbolismo.
A
pesar de que no poseemos suficientes datos para establecer claramente el origen
del Maguén David, se cree que la primera vez que se utilizó como representación
judía fue en el siglo VIII a.e.c. como escudo de una de las familias de Sidón.
Por otra parte, en el siglo VI e.c. apareció en la lápida de una tumba en un
cementerio judío de Italia.
Se
supone que el Maguén David no tiene conexión alguna con el legendario rey David,
pero entre 1300 y 1700, era común que se utilizaran los términos "Escudo de
David" y "Escudo de Salomón" indistintamente en las discusiones religiosas.
Alrededor del siglo XVIII se estableció una diferencia entre ambos nombres: se
adjudicó el término "Sello de Salomón" a la estrella de cinco puntas y "Maguén
David" al hexagrama.
Posteriormente, los alquimistas usaron la estrella para representar la unión del
fuego y del agua a través de sus dos triángulos.
El
primer uso oficial del emblema en un contexto, comunitario judío tuvo lugar en
Praga 1354, cuando el rey Carlos IV otorgó a los judíos el derecho de poseer una
bandera que portara el hexagrama. A partir de este momento se extendió el uso de
la estrella a sinagogas, sellos y libros.
La
asociación de la estrella de seis puntas como representación judía se expandió
con rapidez. Para fines del siglo XVIII y principios del XIX, el Maguén David
era estandarte de diversos movimientos de emancipación judía en Europa. Por
ejemplo, en 1897 Teodoro Herzl publicó el órgano periodístico del Partido
Sionista, Die Welt, con el Maguén David en su portada.
Para
1921 el filósofo Franz Rosenzweig utilizó la estrella de David como símbolo
judío en su obra La Estrella de la Redención, en donde representaba a Dios, el
hombre y el mundo a través de las tres puntas de un triángulo, y a la creación,
la revelación y la redención en las puntas del otro.
De
1933 a 1945, los terribles años de la Alemania nazi, la dictadura hitleriana
utilizó la estrella para discriminar, avergonzar y marcar a los judíos que
serían destinados al exterminio. Por esta misma razón, y como símbolo de
sobrevivencia, en 1948, el Congreso Sionista decidió que este distintivo se
convertiría en la figura central de la bandera del recién creado Estado de
Israel.
A
pesar de que existen polémicas sobre el significado real de este emblema,
tenemos que reconocer que su simbolismo numérico es congruente con importantes
capítulos y conceptos de la historia judía. Fueron seis los días de la creación,
seis pares de tribus constituyeron el pueblo de Israel, 600,000 hebreos llegaron
al Monte Sinaí a recibir las Tablas de la Ley en el sexto día del mes de Siván,
son 613 los preceptos divinos y seis millones de judíos fueron martirizados en
el Holocausto.
El
Maguén David es reconocido universalmente como el símbolo judío por excelencia,
y se utiliza tanto en cuestiones administrativas y religiosas, como en forma
decorativa.
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