Historiador de los francos y obispo de Tours del 573 al 594.
Jorge Florencio Gregorio, n. en Clermont-Ferrand ca. 538 y m. en Tours el 17 nov. 594. Hijo de Florencio y Armentaria, de noble familia senatorial, perdió pronto a su padre, y la madre, junto con sus tíos los obispos S. Galo de Clermont y S. Niceo de Lyon, se encargaron de su educación. En su familia figurabán varios obispos más, los cuales influyeron notablemente en su persona y en el itinerario de su vida. Con motivo de una enfermedad peregrinó a la tumba de S. Martín de Tours donde, una vez curado, permaneció algún tiempo junto al obispo Eufronio, primo de su madre, dándose a conocer por su piedad y sus dotes pastorales. A la muerte de este último, en el 573, fue elegido por el clero y el pueblo de Tours para sucederle, siendo consagrado en Reims por el obispo de aquella ciudad en el mismo 573.
Rigiendo su diócesis se convirtió en uno de los hombres más influyentes de la Galia merovingia tanto en el aspecto eclesiástico como en el político (V. FRANCIA VI). Tenido en gran estima por diversos reyes francos (Sigiberto de Austrasia, Chilperico de Neustria, Gontrano de Borgoña y Childeberto II de Austrasia), mantuvo, no obstante, gran independencia de los poderes políticos, entregado a la labor pastoral por encima de todo. Viajó frecuentemente para conocer en todos sus pormenores los intereses y necesidades de su extensa diócesis, y se trasladó, a pesar de su naturaleza enfermiza, a participar en numerosos sínodos y reuniones episcopales, tan frecuentes en la activa Iglesia de las Galias durante todo el s. VI: Poitiers, Nantes, Burdeos, Lyon, Chálon, Autún, Reims, Soissons, Metz, Coblenza, Orleáns, París, etc. Especial relación mantuvo con el obispo de Poitiers, Venancio Fortunato (v.), quien le dedicó más tarde varias composiciones poéticas.
El tiempo que le dejaba libre su actividad pastoral lo dedicaba, aparte de a la reconstrucción y cuidado de los edificios sagrados (restauró y decoró con pinturas la basílica de S. Martín, amplió la iglesia de S. Esteban y edificó en Artón una iglesia a S. Gabriel), a la composición de su escritos; en éstos se echa de ver la influencia que recibió del conocimiento de la cultura clásica; especialmente Virgilio dejó en él una profunda huella.
La obra maestra de G. es la Historia f rancorum, en diez libros. Púsole fin el a. 591 siendo la primera obra de carácter histórico y nacional de la época cristiana. Los cuatro primeros libros informan acerca de los años anteriores al 575. A partir del quinto traza un cuadro de su tiempo por medio de apuntes personales. Toda la obra está impregnada de un ambiente religioso y moralizador. En general, adolece de poco espíritu crítico, aunque constituye una fuente indispensable para la historia del Medievo galo.
En la gran colección hagiográfica Miraculorum libri VIII, el primer libro, In gloria martyrum, narra los milagros del Señor, de los apóstoles y en especial de los mártires de las Galias; el segundo, De virtutibus S. luliani, se ocupa de narrar los milagros acaecidos en la tumba del mártir S. Julián, que m. el 304 cerca de ClermontFerrand; los libros terceros a sexto constituyen un relato de los prodigios sucedidos en la tumba de S. Martín (De virtutibus S. Martini); el séptimo, De vita Patrum, comprende 23 vidas de santos galos y el octavo, In gloria confessorum, refiere los milagros de confesores no mártires de la Galia.
También redactó un libro litúrgico con el modo de determinar la hora de los oficios de la noche por la posición de las estrellas (De cursu stellarum ratio). Quedan fragmentos de un Comentario sobre los Salmos y una refundición latina de la conocida leyenda siriaca de los siete durmientes (Passio septem dormientium). Se le atribuyen con ciertas reservas otras dos obras más: De miraculis beati Andreae apostoli y De miraculis beati Thomae.
A su muerte fue enterrado en Tours en la basílica de S. Martín, donde, en el s. vii, el obispo S. Ouen le dedicó un mausoleo, destruido en el ix y reconstruido en el XI. Su culto se extendió rápidamente convirtiéndose en uno de los santos más populares de la Francia medieval. Su fiesta se celebra el 17 de noviembre.
Jorge Florencio Gregorio, n. en Clermont-Ferrand ca. 538 y m. en Tours el 17 nov. 594. Hijo de Florencio y Armentaria, de noble familia senatorial, perdió pronto a su padre, y la madre, junto con sus tíos los obispos S. Galo de Clermont y S. Niceo de Lyon, se encargaron de su educación. En su familia figurabán varios obispos más, los cuales influyeron notablemente en su persona y en el itinerario de su vida. Con motivo de una enfermedad peregrinó a la tumba de S. Martín de Tours donde, una vez curado, permaneció algún tiempo junto al obispo Eufronio, primo de su madre, dándose a conocer por su piedad y sus dotes pastorales. A la muerte de este último, en el 573, fue elegido por el clero y el pueblo de Tours para sucederle, siendo consagrado en Reims por el obispo de aquella ciudad en el mismo 573.
Rigiendo su diócesis se convirtió en uno de los hombres más influyentes de la Galia merovingia tanto en el aspecto eclesiástico como en el político (V. FRANCIA VI). Tenido en gran estima por diversos reyes francos (Sigiberto de Austrasia, Chilperico de Neustria, Gontrano de Borgoña y Childeberto II de Austrasia), mantuvo, no obstante, gran independencia de los poderes políticos, entregado a la labor pastoral por encima de todo. Viajó frecuentemente para conocer en todos sus pormenores los intereses y necesidades de su extensa diócesis, y se trasladó, a pesar de su naturaleza enfermiza, a participar en numerosos sínodos y reuniones episcopales, tan frecuentes en la activa Iglesia de las Galias durante todo el s. VI: Poitiers, Nantes, Burdeos, Lyon, Chálon, Autún, Reims, Soissons, Metz, Coblenza, Orleáns, París, etc. Especial relación mantuvo con el obispo de Poitiers, Venancio Fortunato (v.), quien le dedicó más tarde varias composiciones poéticas.
El tiempo que le dejaba libre su actividad pastoral lo dedicaba, aparte de a la reconstrucción y cuidado de los edificios sagrados (restauró y decoró con pinturas la basílica de S. Martín, amplió la iglesia de S. Esteban y edificó en Artón una iglesia a S. Gabriel), a la composición de su escritos; en éstos se echa de ver la influencia que recibió del conocimiento de la cultura clásica; especialmente Virgilio dejó en él una profunda huella.
La obra maestra de G. es la Historia f rancorum, en diez libros. Púsole fin el a. 591 siendo la primera obra de carácter histórico y nacional de la época cristiana. Los cuatro primeros libros informan acerca de los años anteriores al 575. A partir del quinto traza un cuadro de su tiempo por medio de apuntes personales. Toda la obra está impregnada de un ambiente religioso y moralizador. En general, adolece de poco espíritu crítico, aunque constituye una fuente indispensable para la historia del Medievo galo.
En la gran colección hagiográfica Miraculorum libri VIII, el primer libro, In gloria martyrum, narra los milagros del Señor, de los apóstoles y en especial de los mártires de las Galias; el segundo, De virtutibus S. luliani, se ocupa de narrar los milagros acaecidos en la tumba del mártir S. Julián, que m. el 304 cerca de ClermontFerrand; los libros terceros a sexto constituyen un relato de los prodigios sucedidos en la tumba de S. Martín (De virtutibus S. Martini); el séptimo, De vita Patrum, comprende 23 vidas de santos galos y el octavo, In gloria confessorum, refiere los milagros de confesores no mártires de la Galia.
También redactó un libro litúrgico con el modo de determinar la hora de los oficios de la noche por la posición de las estrellas (De cursu stellarum ratio). Quedan fragmentos de un Comentario sobre los Salmos y una refundición latina de la conocida leyenda siriaca de los siete durmientes (Passio septem dormientium). Se le atribuyen con ciertas reservas otras dos obras más: De miraculis beati Andreae apostoli y De miraculis beati Thomae.
A su muerte fue enterrado en Tours en la basílica de S. Martín, donde, en el s. vii, el obispo S. Ouen le dedicó un mausoleo, destruido en el ix y reconstruido en el XI. Su culto se extendió rápidamente convirtiéndose en uno de los santos más populares de la Francia medieval. Su fiesta se celebra el 17 de noviembre.
BIBL.: Ediciones: T. RUINART,
Sancci Georgii Florentii Gregorü episcopi Turonensis opera omnia, París
1679; PL 71; W. ARNDT y B. KRUSCH, ed. crítica en MGH, Scriptores rerum
Merovingicarum, I, Gregorii Turonensis opera; R. POURPARDIN, Opera omnia,
París 1913; H. MORF, Heidelberg 1922 (pasajes escogidos); O. M. DALTON,
The History of the Franks, 2 vol., Oxford 1927 (con traducción inglesa);
S. HELLMANN (traducción alemana de la Historia (rancorum), 3 vol., Berlín
1911-13; W. C. MCDERMOTT, Selections from the Minor Works, Filadelfia
1949.
JOSEMAMA REVUELTA.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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