(ALBERTO DI MORRA)
Nacido alrededor del comienzo del siglo doce, en Benevento; elegido en Ferrara, Oct. 21, 1187; murió en Pisa, Dic. 17, 1187, después de un pontificado de un mes y veintisiete días. El año 1187 atestiguó la casi completa destrucción de la Cristiandad en Palestina. El 4 de Julio, Saladin ganó la decisiva victoria de Hittin, cerca del Lago Tiberíades; el 3 de Octubre, el terrible sultán fue amo de Jerusalén. Las noticias de la caída de la Ciudad Santa golpeó a Europa como un rayo. Se dice que Urbano III murió al rompérsele el corazón (Oct. 20). Al día siguiente los cardenales eligieron al canciller, el Cardenal Alberto. Él era un Benevento de familia noble; había recibido una buena educación; a edad temprana se volvió monje, algunos dicen un Cisterciense, algunos un Benedictino de Monte Cassino. Fue nombrado diácono principal en 1155, por Adrián IV, y en 1158 sacerdote principal con el título de San Lorenzo en Lucina. Alejandro III, en 1172 lo hizo su canciller. Es interesante notar que él fue el último cardenal que usó ese título hasta que fue nuevamente usado en nuestros días por Pío X, los siguientes cancilleres de la Santa Sede, por alguna razón no explicada satisfactoriamente, llamándose a sí mismos vice-canciller. El Cardenal Alberto fue uno de los dos legados despachados a Inglaterra por Alexander III para investigar el asesinato de Santo Tomás Becket. Él también, en nombre del Papa, colocó la corona real en Alfonso II de Portugal. Era universalmente bienamado por la mansedumbre y gentileza de su forma de ser; y ni tan pronto fue sentado en el trono pontificio confirmó la estima popular de su carácter al hacer proposiciones a Barbarossa para una reconciliación con la Iglesia. Ya que la política dominante de su pontificado debe ser una cruzada para el recobro de la Santa Sepultura, él dictó circulares a todos los creyentes, ordenando oraciones y ayunos; y como paz entre los puertos rivales de Pisa y Génova era una condición esencial para el transporte de tropas y provisiones, él acudió a aquellas ciudades donde fue alcanzado por la muerte. Fue enterrado en la catedral de Pisa con todos los honores posibles, y fue sucedido por Clemente III.
Liber Pontificatis, ed. DUCHESNE, II, 451; WATTERICH, Vitoe Pont. Rom., II, 683-92; Bibl. de l'Ecole des Chartes (1881), XLII, 166; NADIG, Gregors VIII 57 tugiges Pontifikat (Basle, 1890).
JAMES F. LOUGHLIN
Transcrito por Janet van Heyst
Traducido por Maurice Saux S.
Nacido alrededor del comienzo del siglo doce, en Benevento; elegido en Ferrara, Oct. 21, 1187; murió en Pisa, Dic. 17, 1187, después de un pontificado de un mes y veintisiete días. El año 1187 atestiguó la casi completa destrucción de la Cristiandad en Palestina. El 4 de Julio, Saladin ganó la decisiva victoria de Hittin, cerca del Lago Tiberíades; el 3 de Octubre, el terrible sultán fue amo de Jerusalén. Las noticias de la caída de la Ciudad Santa golpeó a Europa como un rayo. Se dice que Urbano III murió al rompérsele el corazón (Oct. 20). Al día siguiente los cardenales eligieron al canciller, el Cardenal Alberto. Él era un Benevento de familia noble; había recibido una buena educación; a edad temprana se volvió monje, algunos dicen un Cisterciense, algunos un Benedictino de Monte Cassino. Fue nombrado diácono principal en 1155, por Adrián IV, y en 1158 sacerdote principal con el título de San Lorenzo en Lucina. Alejandro III, en 1172 lo hizo su canciller. Es interesante notar que él fue el último cardenal que usó ese título hasta que fue nuevamente usado en nuestros días por Pío X, los siguientes cancilleres de la Santa Sede, por alguna razón no explicada satisfactoriamente, llamándose a sí mismos vice-canciller. El Cardenal Alberto fue uno de los dos legados despachados a Inglaterra por Alexander III para investigar el asesinato de Santo Tomás Becket. Él también, en nombre del Papa, colocó la corona real en Alfonso II de Portugal. Era universalmente bienamado por la mansedumbre y gentileza de su forma de ser; y ni tan pronto fue sentado en el trono pontificio confirmó la estima popular de su carácter al hacer proposiciones a Barbarossa para una reconciliación con la Iglesia. Ya que la política dominante de su pontificado debe ser una cruzada para el recobro de la Santa Sepultura, él dictó circulares a todos los creyentes, ordenando oraciones y ayunos; y como paz entre los puertos rivales de Pisa y Génova era una condición esencial para el transporte de tropas y provisiones, él acudió a aquellas ciudades donde fue alcanzado por la muerte. Fue enterrado en la catedral de Pisa con todos los honores posibles, y fue sucedido por Clemente III.
Liber Pontificatis, ed. DUCHESNE, II, 451; WATTERICH, Vitoe Pont. Rom., II, 683-92; Bibl. de l'Ecole des Chartes (1881), XLII, 166; NADIG, Gregors VIII 57 tugiges Pontifikat (Basle, 1890).
JAMES F. LOUGHLIN
Transcrito por Janet van Heyst
Traducido por Maurice Saux S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.