Servidor de Saúl. Cuando David por fidelidad hacia Jonatán, hijo de Saúl, se informa sobre los supervivientes de la casa de éste, Sibá le señala la existencia de Meribbaal, hjo de Jonatán, tullido de ambos pies. David le mandó llamar y puso a Sibá al servicio de Meribbaal, a quien dio todo lo que pertenecía a Saúl (2S 9,2-11).
El personaje es equívoco: David, en su huida ante Absolón, se encuentra con Saúl en la cima del monte de los Olivos, llevando víveres para él y para los suyos. Sibá le reveló entonces que Meribbaal, aprovechándose de la ausencia del rey, se había instalado en Jerusalén donde pretendía recuperar el trono de su padre. David regaló a Sibá los bienes de Meribbaal (2S 16,1-4).
A su vuelta, David encontró a Meribbaal que le esperaba de forma manifiesta en actitud de penitencia y duelo. Meribbaal protestó por la traición de Sibá, pero David no trató de averiguar la verdad: decidió que los bienes de Saúl serían divididos entre el hijo de Saúl y el servidor (2S 19,24-30 ó 25-31 según vers).
El personaje es equívoco: David, en su huida ante Absolón, se encuentra con Saúl en la cima del monte de los Olivos, llevando víveres para él y para los suyos. Sibá le reveló entonces que Meribbaal, aprovechándose de la ausencia del rey, se había instalado en Jerusalén donde pretendía recuperar el trono de su padre. David regaló a Sibá los bienes de Meribbaal (2S 16,1-4).
A su vuelta, David encontró a Meribbaal que le esperaba de forma manifiesta en actitud de penitencia y duelo. Meribbaal protestó por la traición de Sibá, pero David no trató de averiguar la verdad: decidió que los bienes de Saúl serían divididos entre el hijo de Saúl y el servidor (2S 19,24-30 ó 25-31 según vers).
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