sábado, 25 de agosto de 2012

SIQUÉN.

(heb. Shekem, "hombro" o "sierra"; como nombre personal aparece en las inscripciones pal. y sudar.; gr. Sujém). 1. Ciudad cananea fortificada ubicada en el centro de Palestina, en la vecindad del lugar donde Abrahán levantó su 1er campamento y erigió su 1er altar a Dios después de llegar a Canaán (Gn. 12:6, 7). Algunos textos egipcios se refieren a una campaña militar encabezada por el faraón Sesostris III (1880-1840 a.C.) contra Siquem, que aparece como Skmm en el texto, la que se debió haber desarrollado durante la permanencia de Abrahán en Canaán. Jacob se instaló en las proximidades de Siquem después de regresar de Padan-aram, y compró allí un terreno donde José fue sepultado 1106 después (Gn. 33:18, 19; Jos. 24:32). Mientras Jacob se encontraba en el lugar, sus hijos Simeón y Leví dieron muerte a la población masculina de la ciudad en venganza porque uno de ellos deshonró a su hermana Dina (Gn. 34:25-29). Su padre condenó este acto, pero, temeroso de las represalias de las poblaciones vecinas, se trasladó a otra parte del país (34:30; 35:3, 5; 49:5-7). Sin embargo, no mucho después, parece que los hijos de Jacob concluyeron de que era posible regresar a la región, puesto que pastoreaban los rebaños de su padre en las proximidades de Siquem (37:12, 13). 473. Monte de Balâtâh, la antigua Siquem, en el medio del paso entre el monte Gerizim (a la izquierda) y el monte Ebal (a la derecha). Durante la invasión de Canaán por parte de los israelitas (c 1400 a.C.), no se cita a Siquem entre las ciudades conquistadas, pero que éstos pudieran celebrar una gran reunión en las laderas de los montes Ebal y Gerizim (Jos. 8:30, 33), donde Siquem estaba ubicada, revelaría que la ciudad se manifestó amistosa hacia los israelitas, o que estaba tan atemorizada por las victorias de los hebreos que no se animó a molestarles. Una de las Cartas de Amarna,* escrita por el rey de Jerusalén pocos años después, declara que Siquem (que aparece como Shakmi) le había sido entregada a los habirus, por cuyo nombre posiblemente se designaba a los hebreos.* Cuando se distribuyó el país entre las tribus israelitas, parece que Siquem le tocó a Manasés, pero quedaba muy cerca del límite con Efraín (17:7). Más tarde se la designó residencia de los levitas coatitas y, además, se constituyó en ciudad de refugio (20:7; 21:21). Josué pronunció su discurso de despedida mientras la nación se encontraba reunida enSiquem (24:1). En el período de los jueces, Siquem tenía un templo dedicado a Baal-berit (Jue. 8:33; 9:4). La ciudad era el lugar de residencia de Abimelec, un hijo de Gedeón y de su concubina. Después de la muerte de su padre, Abimelec, con el apoyo de los siquemitas, se elevó a la categoría de rey, pero más tarde sus conciudadanos se volvieron en su contra, por lo cual él tomó represalias y destruyó la ciudad (9:1-7, 23-57). Siquem recuperó su importancia en la época de los reyes. Allí las 10 tribus de Israel rechazaron a Roboam, hijo de Salomón, y coronaron a Jeroboam en su lugar (1 R. 12:1-19). El nuevo rey fortificó la ciudad y la usó por un tiempo como su capital (v 25). Más tarde perdió su importancia cuando Samaria, a sólo 11 km al noroeste de Siquem, llegó a ser la capital del país. Las inscripciones en óstracas descubiertos en Samaria mencionan que Siquem pagaba impuestos a la tesorería real, y el profeta Jeremías nos dice que todavía estaba habitada después de la destrucción de los reinos de Israel y Judá (Jer. 41:5). Durante el período helenístico llegó a ser la principal ciudad de los samaritanos. La tomó Juan Hircano. Flavio Vespasiano pasó una noche en Siquem durante las guerras judaicas, y cuando se reconstruyó la ciudad después de la contienda, en su honor se le dio el nombre de Flavia Neapolis (Nueva Ciudad de Flavio). La última parte de este nombre se conserva en la actualidad como Nâblus, la denominación de la ciudad de nuestros días. Esta tiene una población completa en su mayoría de musulmanes, pero con una pequeña comunidad samaritana de unas 250 personas. La Siquemdel AT se encontraba en la salida oriental del estrecho valle que forman los montes Ebal y Gerizim, en un lugar que en la actualidad lleva el nombre de Balâtâh. Neápolis o Náblus, la sucesora de Siquem, se encuentra a una altura de 570 m s.n.m., y ocupa 1107 parte de las laderas de los 2 montes adyacentes mencionados. El Tell Balâtâh fue excavado por una expedición alemana bajo la dirección de E. Sellin y G. Welter en 1913, 1914, 1926, 1928, 1931 y 1934, y, con algunas interrupciones, desde 1956 hasta 1973 por una expedición norteamericana bajo la dirección de G. Ernest Wright. La 1ª expedición llevó a cabo su tarea en forma no muy científica y más bien algo desordenada. Puso al descubierto partes de las sólidas fortificaciones de la ciudad (incluso el muro que se ve en la fig 370), la puerta noroccidental y una gran estructura que se cree era el templo de Baal-berit. Frente al templo había un altar y el fragmento de una gran piedra enhiesta (matstsebâh) con su pedestal, quizá los restos de la columna erigida por Josué (Jos. 24:26) y mencionada de nuevo en relación con la coronación de Abimelec (Jue. 9:6). Los excavadores tuvieron la buena suerte de encontrar 2 tablillas cuneiformes y una inscripción escrita en alfabeto protosemítico. La expedición norteamericana desenterró la puerta oriental en el antiguo muro de la ciudad (fig 474), y en otras zonas expuso los diferentes niveles de ocupación, 24 en total, y desentrañó la historia arqueológica del lugar, la que se puede dividir en 5 períodos importantes, con algunos baches entre ellos: 1. Una pequeña aldea del período calcolítico. 2. Una ciudad estado de la Edad Media del Bronce, que existió entre el 1900 y el 1550 a.C., y que quizá fue destruida por los egipcios. 3. Una ciudad estado de la Edad Tardía del Bronce, que tal vez existió entre el 1450 y el 1250, cuando Abimelec la destruyó (Jue. 9). 4. Una ciudad fortificada de la Edad del Hierro, del año 1000 al 724, que cayó en manos de los asirios pero sobrevivió por un tiempo como aldea después de esta catástrofe. 5. Una ciudad fortificada de tiempos de Alejandro Magno, que fue destruida por última vez por Juan Hireano en el 107 a.C. Mapa VI, D-3. Bib.: ANET 230, 489; FJ-AJ xi.8.6; xiii.9.1; FJ-GJ iv.8.1. 2. Hijo de Amor, un príncipe heveo de la ciudad de Siquem. Se enamoró de Dina, hija de Jacob, la deshonró y se la llevó a su casa. Puesto que se quería casar con ella, accedió a someterse al rito de la circuncisión junto con todos los habitantes de sexo masculino de Siquem, condición impuesta por los hermanos de Dina con el fin de dar su consentimiento para la boda. Cuando las víctimas se encontraban indispuestas como consecuencia de dicha operación, Simeón y Leví atacaron a traición la ciudad y dieron muerte a todos los hombres de Siquem, inclusive al joven príncipe (Gn. 33:18-34:31). 3. Torre (heb. migdal Shekem) o fortaleza ubicada en la región de Siquem. Pero posiblemente no formó parte de la ciudad de este nombre (Jue. 9:46-49). Se la ha identificado a veces con Khirbet en-Natsrallah, cerca de la aldea de Sâlim, a 5 km al este de Balâtâh, la verdadera ubicación de la antigua Siquem; y otras veces con Tell Sufar, en la salida occidental del valle formado por los montes Ebal y Gerizim. Mapa XVI, D-3. Bib.: G. Ernest Wright, Shechem, the Biography of a Biblical City [Siquem, biografía de una ciudad bíblica] (Nueva York, 1965). 4. Hijo de Galaad y principal antepasado de una familia tribal, la de los siquemitas* (Nm. 26:31; Jos. 17:2). 5. Hijo de Semida, de la tribu de Manasés (1 Cr. 7:19). 474. Excavación de la puerta oriental de la Siquem antigua.

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