sábado, 21 de diciembre de 2013

Bersabé.

         Este nombre aparece por primera vez en el Génesis, cuyos redactores no se sienten en modo alguno obligados a respetar la cronología, en la historia de Agar, la sirviente-concubina de Abrahán, que, expulsada con su hijo del campamento del patriarca, yerra "por el desierto de Bersabé" y termina encontrando en él agua (Gn 21,14-19). El relato bíblico pone el origen de la ciudad que se convertirá en la capital del Négueb en relación con esas aguas; más adelante se descubriría una importante capa de agua subterránea que se extiende hasta Guerar (tell Yamma, al sur de Gaza).

        Cuando Abimélec se acercó a Abrahán para proponerle un pacto de amistad, sus pastores estaban enfrentados por una querella a propósito de un pozo que se había confiscado en provecho propio por los pastores del rey de Guerar. En torno a ese pozo se concluyó la alianza, y la devolución del mismo para uno de los rebaños del patriarca fue reconocida mediante la donación de siete corderos que hizo éste a su nuevo aliado. El lugar se convirtió entonces en "Bersabé (Gn 21,22-31)", palabras hebreas que pueden traducirse como "Pozo del juramento", en recuerdo del pacto jurado entre Abrahán y Abimélec; o como "Pozo de los siete", en memoria del regalo de los siete corderos. Debido a tradiciones orales diferentes, o quizá por tratarse del relato de una auténtica renovación de la alianza con el mismo Abimélec, hay un doblete en el libro del Génesis en el que Isaac a su vez da nombre al mismo lugar (Gn 26,26-33), lo que pesa en favor de la primera etimología. En cualquier caso, el "pozo de Abrahán" ha sido al parecer descubierto recientemente por un equipo de arqueólogos de la universidad de Tel Aviv a 5 km al este de la ciudad moderna de Beerseba, en la que el tell Es-Seba señala el emplazamiento de la antigua ciudad.

          La Escritura dice que en este lugar Abrahán plantó un árbol y practicó el culto a Yahvé; precisa incluso que se quedó largo tiempo en este país anacrónicamente atribuido a los filisteos (Gn 21,33-34). Isaac residió allí después de él (Gn 26,23 y 25), y desde Bersabé se pone en camino hacia Egipto Jacob con su familia para responder a la invitación de José (Gn 46,1-7).

          El reparto de la Tierra Prometida hace de Bersabé "una ciudad de Simeón en el Negueb de Judá (Jos 15,28 y 19,2); es cierto que la tribu de Simeón sería muy pronto absorvida por la de Judá. En la segunda mitadl del s. XI a.C., esta ciudad del Sur parece suficientemente importante como para que los hijos de Samuel, profeta y juez de todo Israel, ejerzan en ella la judicatura (1S 8,2). Sigue siendo un centro comercial, religioso y tal vez administrativo, y con seguridad una plaza fortificada, en tiempo de la monarquía: han aparecido los restos de una potente fortaleza de esa época. En el Israel bíblico es la ciudad más meridional, lo mismo que Dan es la más septentrional, por lo que se emplea la fórmula "de Dan a Bersabé" para referirse a todo el país, de Norte a Sur (Jc 20,1; 1S 3,20; 2S 3,10; 17,11; 24,2; 1R 5,5; 1Cró 21,2; 2Cró 30,5 etc). El profeta Elías pasa por ella al retirarse hacia el monte Horeb (1R 19,3), en otro tiempo a Yahvé por Abrahán e Isaac, conoció cultos dudosos condenados particularmente por el profeta Amós (Am 5,5; 8,14) (hacia 760-750) y prohibidos por Josías, rey de Judá (2R 23,8) (hacia el 620).

         Después del Exilio, Bersabé fue repoblada por habitantes de Judá de la comunidad del Retorno (Ne 11,27). El Nuevo Testamento no la menciona, pero marca la frontera meridional de Idumea en la Judea romana. Eusebio de Cesarea la considera a comienzos del s.IV como una localidad que tiene todavía cierta importanica, y que está dotada de una guarnición; el famoso mosaico de Madaba (s. VI), la Mádaba de la Biblia, la hace figurar con el nombre de Berossabe en el mapa de los países bíblicos. La ciudad contemporánea, fundada por los turcos a comienzos del s.XX, a 5 km de la antigua ciudad, ha aprovechado no poco los materiales que se encontraban en las ruinas de la ciudad bizantina.


1 comentario:

  1. Buenos dias Jesús. Me llamo Ana y este del que hablas es mi apellido.
    Podrías contarme algo más sobre el. Como se conserva hasta nuestros días. Imagino q sería el nombre de judíos conversos.
    Te agradecería cualquier información.Te mando mi email por si quieres escribirme por privado. anabelen.bh@gmail.com

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