(Carboneros)
Es el nombre de una sociedad secreta política, que jugó un papel
importante, sobre todo en Francia e Italia, durante las primeras décadas
de siglo diecinueve y que , aunque no es probable, decían provenir de
varios siglos antes, hasta hacer que el rey Francisco I apareciera en
algunos de sus documentos como uno de sus protectores. En realidad la
asociación se originó en el siglo XVIII, pasó al XIX, siendo el
resultado de un movimiento político que acompañó a la Revolución
Francesa y a los principios políticos proclamados en ella. No es cierto
que los Carbonarios, como sociedad política, tuvieran su primera
organización en Francia o Italia. Sea lo que fuere, hasta principios del
s. XIX no aparece como una sociedad poderosa, en el reino de Nápoles y
en los Estados de la Iglesia.
Así como adoptaron el nombre de Carbonari, de los carboneros, también su vocabulario, en sus relaciones secretas es tomado de la profesión de los quemadores de carbón. El lugar donde se reunían se llamaba baracca (barraca, cabaña), su interior vendita (lugar de venta del carbón) y sus alrededores foresta ( de floresta, bosque). Los miembro se llamaban unos a otros buon cugino (buen primo); los que no pertenecían a la sociedad eran pagani.
Los Carbonarios se dividían en dos clases: aprendices y maestros. Ningún aprendiz podía llegar al grado de maestro antes de seis meses. Los miembros se conocían unos a otros por signos secretos en los apretones de manos. Los signos no eran los mismos para los aprendices que para los maestros. Uno de los principios de la sociedad era que la “buena hermandad” debía basarse en la religión y la virtud, entendiendo por ello una concepción de la religión puramente natural, estando además prohibida cualquier mención a la religión. En realidad la asociación era opuesta a la Iglesia. Sin embargo veneraban a S, Teobaldo como patrón. Los miembros que pertenecían a cada distrito separado formaban una vendita, llamada a sí por el lugar de reunión. A la cabeza estaba la alta vendita, para la que se elegían diputados de otras venditas. El símbolo del maestro era una pequeña hacha y el de los aprendices un haz de leña que se llevaba en el ojal. La iniciación a la sociedad iba acompañada por ceremonias especiales que en el caso del grado de maestro imitaba la Pasión de Cristo de manera en verdad blasfema.
Los miembros se juraban mantener absoluto silencio sobre lo que ocurría en la vendita. Las semejanzas entre la sociedad secreta de los carbonarios y la Francmasonería son evidentes. Los francmasones podían entrar en los carbonarios como maestros inmediatamente. La finalidad abiertamente declarada de los Carbonarios era política: imponer una monarquía constitucional o una república y defender los derechos de los ciudadanos contra toda forma de absolutismo. Y no dudaban en utilizar el asesinato y la revuelta armada para conseguir sus propósitos. A principios del siglo XIX la sociedad se había extendido mucho en el territorio napolitano, especialmente en los Abruzzi y Calabria. Pertenecían a ella no sólo gente de baja cuna sino también oficiales del gobierno de alto rango y hasta miembros del clero.
En 1814 los Carbonari resolvieron conseguir a la fuerza una constitución para el reino de Nápoles. El gobernante legítimo, Fernando I , se opuso, pero el rey puesto en el trono por Napoleón, Murat, entró en contacto con ellos en marzo de 1815, ya que creía que había llegado el momento de crear una Italia unida e independiente. Sin embargo en octubre Murat fue capturado y fusilado y Fernando volvió al trono una vez más. Durante los años siguientes, los Carbonarios crecieron en fuerza y poder en todos los distritos del Reino de Nápoles y se preparaban para un nuevo movimiento revolucionario. Desde Nápoles los Carbonarios se extendieron a los territorios vecinos de los Estados Pontificios, donde la sociedad también buscaba deshacerse del dominio absoluto del papado. Los Carbonarios promulgaron llegaron a promulgar un falso breve papal que contenía una aprobación de la sociedad.
El 15 de agosto de 1814, los cardenales Consalvi y Pacca emitieron un decreto contra las sociedades secretas, especialmente contra la Masonería y los Carbonarios en el que se prohibía a todos bajo severas penas hacerse miembro de estas asociaciones secretas, asistir a sus reuniones o cederles un lugar para este fin. Sin embargo la propaganda de los Carbonarios siguió, sobre todo en el distrito de Macerata, donde se dio una revuelta el 25 de junio de 1817, fácilmente reprimida por las tropas papales ( ver el importante informe de Leggieri , Processo romano contro i congiurati di Macerata di 1817, ristretto presentato alla congregazione criminale, Rome, 1818).
Cuando la Revolución Española estalló en 1820, los Carbonari napolitanos se alzaron en armas para conseguir la constitución del rey Fernando I. Avanzaron hacia la capital desde Nola dirigidos por el oficial militar Morelli y al abad Minichini. Se les unieron el general Pepe y muchos oficiales y empleados del gobierno. El rey juró el 13 de julio observar la Constitución española en Nápoles (cf. La defensa que de si mismo hizo Pepe: Relation des evenements politiques et militaires qui ont eu lieu a Naples en 1820 et 1821, Paris, 1822).
El movimiento se extendió al Piamonte y Víctor Manuel renunció al trono a favor de su hermano Carlos Félix. Sólo por la intervención austríaca, que envió tropas a Italia se logró reprimir el movimiento y suprimir la Constitución Napolitana. Pero los Carbonarios continuación secretamente la agitación contra Austria y contra los gobiernos que tenían relaciones amistosas con ella. Hasta en Roma se formó una vendita que publicaba en la prensa los ataques más violentos contra las autoridades legales y que lograron atraer a su causa a miembros de las familias reales depuestas, como el príncipe Louis, después Napoleón III. El papa Pío VII emitió una condenación general de la sociedad secreta de los Carbonarios el 13 de septiembre de 1821. Poco a poco fue perdiendo su influencia absorbida en las nuevas organizaciones que surgían en Italia. Sus miembros se afiliaron, sobre todo, a la “Joven Italia “ de Manzini.
De Italia pasó a Francia donde fue conocida como Charbonnerie, y organizada en ventes, como en Italia. Tuvo numeroso miembros en París, donde la sociedad se formó en 1821 por tres jóvenes, Bazard, Buchez y Flotard. El principal objetivo de la asociación en Francia era también política, es decir, para obtener una constitución en la que el concepto de soberanía popular pudiera encontrar su expresión. Desde París, centro de la Charbonnerie, se extendió rápidamente por todo el país y hacia finales del año 1821 causó varios motines entre las tropas. El movimiento perdió su importancia una vez que varios de los conspiradores fueran ejecutados, especialmente cuando las discusiones surgieron entre los líderes del movimiento. La Charbonnerie tomó parte en la revolución de julio de 1830, pero tras la caída de los Borbones perdió su importancia. Después se formó una Charbonnerie démocratique entre los republicanos franceses, para conseguir una constitución republicana para el país, pero después de 1841 no volvió a oírse hablar de ellos. También hubo Carbonarios en España pero fueron tan importantes como en otros países.
J.P. Kirsch.
Transcrito por Gerald M. Knight.
Traducido por Pedro Royo.
The Catholic Encyclopedia, Volume III. Published 1908. New York: Robert Appleton Company. Nihil Obstat, November 1, 1908. Remy Lafort, S.T.D., Censor. Imprimatur. +John Cardinal Farley, Archbishop of New York
Así como adoptaron el nombre de Carbonari, de los carboneros, también su vocabulario, en sus relaciones secretas es tomado de la profesión de los quemadores de carbón. El lugar donde se reunían se llamaba baracca (barraca, cabaña), su interior vendita (lugar de venta del carbón) y sus alrededores foresta ( de floresta, bosque). Los miembro se llamaban unos a otros buon cugino (buen primo); los que no pertenecían a la sociedad eran pagani.
Los Carbonarios se dividían en dos clases: aprendices y maestros. Ningún aprendiz podía llegar al grado de maestro antes de seis meses. Los miembros se conocían unos a otros por signos secretos en los apretones de manos. Los signos no eran los mismos para los aprendices que para los maestros. Uno de los principios de la sociedad era que la “buena hermandad” debía basarse en la religión y la virtud, entendiendo por ello una concepción de la religión puramente natural, estando además prohibida cualquier mención a la religión. En realidad la asociación era opuesta a la Iglesia. Sin embargo veneraban a S, Teobaldo como patrón. Los miembros que pertenecían a cada distrito separado formaban una vendita, llamada a sí por el lugar de reunión. A la cabeza estaba la alta vendita, para la que se elegían diputados de otras venditas. El símbolo del maestro era una pequeña hacha y el de los aprendices un haz de leña que se llevaba en el ojal. La iniciación a la sociedad iba acompañada por ceremonias especiales que en el caso del grado de maestro imitaba la Pasión de Cristo de manera en verdad blasfema.
Los miembros se juraban mantener absoluto silencio sobre lo que ocurría en la vendita. Las semejanzas entre la sociedad secreta de los carbonarios y la Francmasonería son evidentes. Los francmasones podían entrar en los carbonarios como maestros inmediatamente. La finalidad abiertamente declarada de los Carbonarios era política: imponer una monarquía constitucional o una república y defender los derechos de los ciudadanos contra toda forma de absolutismo. Y no dudaban en utilizar el asesinato y la revuelta armada para conseguir sus propósitos. A principios del siglo XIX la sociedad se había extendido mucho en el territorio napolitano, especialmente en los Abruzzi y Calabria. Pertenecían a ella no sólo gente de baja cuna sino también oficiales del gobierno de alto rango y hasta miembros del clero.
En 1814 los Carbonari resolvieron conseguir a la fuerza una constitución para el reino de Nápoles. El gobernante legítimo, Fernando I , se opuso, pero el rey puesto en el trono por Napoleón, Murat, entró en contacto con ellos en marzo de 1815, ya que creía que había llegado el momento de crear una Italia unida e independiente. Sin embargo en octubre Murat fue capturado y fusilado y Fernando volvió al trono una vez más. Durante los años siguientes, los Carbonarios crecieron en fuerza y poder en todos los distritos del Reino de Nápoles y se preparaban para un nuevo movimiento revolucionario. Desde Nápoles los Carbonarios se extendieron a los territorios vecinos de los Estados Pontificios, donde la sociedad también buscaba deshacerse del dominio absoluto del papado. Los Carbonarios promulgaron llegaron a promulgar un falso breve papal que contenía una aprobación de la sociedad.
El 15 de agosto de 1814, los cardenales Consalvi y Pacca emitieron un decreto contra las sociedades secretas, especialmente contra la Masonería y los Carbonarios en el que se prohibía a todos bajo severas penas hacerse miembro de estas asociaciones secretas, asistir a sus reuniones o cederles un lugar para este fin. Sin embargo la propaganda de los Carbonarios siguió, sobre todo en el distrito de Macerata, donde se dio una revuelta el 25 de junio de 1817, fácilmente reprimida por las tropas papales ( ver el importante informe de Leggieri , Processo romano contro i congiurati di Macerata di 1817, ristretto presentato alla congregazione criminale, Rome, 1818).
Cuando la Revolución Española estalló en 1820, los Carbonari napolitanos se alzaron en armas para conseguir la constitución del rey Fernando I. Avanzaron hacia la capital desde Nola dirigidos por el oficial militar Morelli y al abad Minichini. Se les unieron el general Pepe y muchos oficiales y empleados del gobierno. El rey juró el 13 de julio observar la Constitución española en Nápoles (cf. La defensa que de si mismo hizo Pepe: Relation des evenements politiques et militaires qui ont eu lieu a Naples en 1820 et 1821, Paris, 1822).
El movimiento se extendió al Piamonte y Víctor Manuel renunció al trono a favor de su hermano Carlos Félix. Sólo por la intervención austríaca, que envió tropas a Italia se logró reprimir el movimiento y suprimir la Constitución Napolitana. Pero los Carbonarios continuación secretamente la agitación contra Austria y contra los gobiernos que tenían relaciones amistosas con ella. Hasta en Roma se formó una vendita que publicaba en la prensa los ataques más violentos contra las autoridades legales y que lograron atraer a su causa a miembros de las familias reales depuestas, como el príncipe Louis, después Napoleón III. El papa Pío VII emitió una condenación general de la sociedad secreta de los Carbonarios el 13 de septiembre de 1821. Poco a poco fue perdiendo su influencia absorbida en las nuevas organizaciones que surgían en Italia. Sus miembros se afiliaron, sobre todo, a la “Joven Italia “ de Manzini.
De Italia pasó a Francia donde fue conocida como Charbonnerie, y organizada en ventes, como en Italia. Tuvo numeroso miembros en París, donde la sociedad se formó en 1821 por tres jóvenes, Bazard, Buchez y Flotard. El principal objetivo de la asociación en Francia era también política, es decir, para obtener una constitución en la que el concepto de soberanía popular pudiera encontrar su expresión. Desde París, centro de la Charbonnerie, se extendió rápidamente por todo el país y hacia finales del año 1821 causó varios motines entre las tropas. El movimiento perdió su importancia una vez que varios de los conspiradores fueran ejecutados, especialmente cuando las discusiones surgieron entre los líderes del movimiento. La Charbonnerie tomó parte en la revolución de julio de 1830, pero tras la caída de los Borbones perdió su importancia. Después se formó una Charbonnerie démocratique entre los republicanos franceses, para conseguir una constitución republicana para el país, pero después de 1841 no volvió a oírse hablar de ellos. También hubo Carbonarios en España pero fueron tan importantes como en otros países.
J.P. Kirsch.
Transcrito por Gerald M. Knight.
Traducido por Pedro Royo.
The Catholic Encyclopedia, Volume III. Published 1908. New York: Robert Appleton Company. Nihil Obstat, November 1, 1908. Remy Lafort, S.T.D., Censor. Imprimatur. +John Cardinal Farley, Archbishop of New York
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.