Un grupo de cerca de 500 islas de coral, al este de Filipinas en el
océano Pacífico. La distancia de Manila a Yap, una de las mayores islas
del grupo es de 1,200 millas. Las Islas Carolinas fueron descubiertas en
el Siglo XVI por los españoles y recibieron tal nombre en honor de
Carlos V. Los jesuitas Juan Antonio Cantova y Victor Walter, intentaron
realizar trabajos misioneros allí en 1731. El último de los mencionados
fue asesinado y el primero obligado a huir. Más tarde fueron asesinados
otros dos padres jesuitas.
En 1767 los jesuitas fueron expulsados de los territorios españoles, y durante los siguientes 120 años no hubo trabajo misionero. El Papa León XIII resolvió a favor de España, la disputa que había respecto a este archipiélago, entre España y Alemania. El rey español dirigió hacia allí a los capuchinos españoles el 15 de marzo de 1886, y se estableció oficialmente la misión el 15 de mayo de 1886, dividiéndose en dos secciones llamadas Carolinas del este y del oeste. Hasta ese entonces, las islas habían pertenecido en términos eclesiásticos al Vicariato Apostólico de Micronesia.
Los aborígenes perteneciendo a la raza polinesia, no son caníbales. Ellos viven fundamentalmente de la casa y de la pesca, y no saben nada de agricultura, aún cuando el suelo es muy fértil. Usan muy poca ropa y construyen chozas con ramas. La inmoralidad está presente en ellos y aún los niños pequeños están infectados de la misma. Los muchachos hacen progresos en el aprendizaje, las muchachas son excepcionalmente lentas. El lenguaje que se practica con fines comerciales es el inglés, pero los aborígenes mantienen sus propios dialectos. Los capuchinos españoles contaron con un catecismo y con un libro de plegarias, impresos en el dialecto Ponape, y el padre Antonio de Valentia escribió un pequeño libro de gramática y diccionario del dialecto Yap en 1890.
Los aborígenes creen en un Ser Supremo (Yalafar) y en un espíritu del mal (Can), a pesar de ello tienen escasamente ritos religiosos. Ya cuando los padres españoles habían establecido las bases de la misión, estas islas pasaron por compra, a manos de Alemania (1 de junio de 1899). España había contribuido con más de 5,000 dólares por año como fondos para la misión. Alemania no dio apoyo. Los españoles habían hecho que los niños aborígenes fueran a la escuela, los alemanes dieron completa libertad en este sentido, y la gente indolente, consecuentemente, dejo de asistir a la escuela y a la iglesia. La misión sufrió grandemente, y los capuchinos españoles comenzaron a ser substituidos por otros de nacionalidad alemana (7 de noviembre de 1904). Se estableció una prefectura apostólica en lugar de dos misiones separadas (18 de diciembre de 1905).
El Reverendo Venancio de Prechthal fue nombrado como el primer prefecto apostólico. En 1906 doce padres y doce hermanos estaban trabajando en trece estaciones y varias hermanas de San Francisco dejaron Luxemburgo para hacerse cargo de 10 escuelas, con 262 niños. Noventa adultos convertidos fue el resultado de ese año y la población católica de cerca de 1,900 entre los 11,600 habitantes, además de unos pocos protestantes.
El 1 de julio de 1905, el gobierno de los Estados Unidos envió a un jesuita del observatorio de Manila, para erigir una estación meteorológica en la isla de Yap. Fue nombrado director de esa estación, el padre capuchino Calixto. De estas regiones es de donde se originan los tifones del este de Asia. Las observaciones se toman dos veces al día y se envían por cable a Manila.
OTTO JERON Transcripción de Gerald M. Knight Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes
En 1767 los jesuitas fueron expulsados de los territorios españoles, y durante los siguientes 120 años no hubo trabajo misionero. El Papa León XIII resolvió a favor de España, la disputa que había respecto a este archipiélago, entre España y Alemania. El rey español dirigió hacia allí a los capuchinos españoles el 15 de marzo de 1886, y se estableció oficialmente la misión el 15 de mayo de 1886, dividiéndose en dos secciones llamadas Carolinas del este y del oeste. Hasta ese entonces, las islas habían pertenecido en términos eclesiásticos al Vicariato Apostólico de Micronesia.
Los aborígenes perteneciendo a la raza polinesia, no son caníbales. Ellos viven fundamentalmente de la casa y de la pesca, y no saben nada de agricultura, aún cuando el suelo es muy fértil. Usan muy poca ropa y construyen chozas con ramas. La inmoralidad está presente en ellos y aún los niños pequeños están infectados de la misma. Los muchachos hacen progresos en el aprendizaje, las muchachas son excepcionalmente lentas. El lenguaje que se practica con fines comerciales es el inglés, pero los aborígenes mantienen sus propios dialectos. Los capuchinos españoles contaron con un catecismo y con un libro de plegarias, impresos en el dialecto Ponape, y el padre Antonio de Valentia escribió un pequeño libro de gramática y diccionario del dialecto Yap en 1890.
Los aborígenes creen en un Ser Supremo (Yalafar) y en un espíritu del mal (Can), a pesar de ello tienen escasamente ritos religiosos. Ya cuando los padres españoles habían establecido las bases de la misión, estas islas pasaron por compra, a manos de Alemania (1 de junio de 1899). España había contribuido con más de 5,000 dólares por año como fondos para la misión. Alemania no dio apoyo. Los españoles habían hecho que los niños aborígenes fueran a la escuela, los alemanes dieron completa libertad en este sentido, y la gente indolente, consecuentemente, dejo de asistir a la escuela y a la iglesia. La misión sufrió grandemente, y los capuchinos españoles comenzaron a ser substituidos por otros de nacionalidad alemana (7 de noviembre de 1904). Se estableció una prefectura apostólica en lugar de dos misiones separadas (18 de diciembre de 1905).
El Reverendo Venancio de Prechthal fue nombrado como el primer prefecto apostólico. En 1906 doce padres y doce hermanos estaban trabajando en trece estaciones y varias hermanas de San Francisco dejaron Luxemburgo para hacerse cargo de 10 escuelas, con 262 niños. Noventa adultos convertidos fue el resultado de ese año y la población católica de cerca de 1,900 entre los 11,600 habitantes, además de unos pocos protestantes.
El 1 de julio de 1905, el gobierno de los Estados Unidos envió a un jesuita del observatorio de Manila, para erigir una estación meteorológica en la isla de Yap. Fue nombrado director de esa estación, el padre capuchino Calixto. De estas regiones es de donde se originan los tifones del este de Asia. Las observaciones se toman dos veces al día y se envían por cable a Manila.
OTTO JERON Transcripción de Gerald M. Knight Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes
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