lunes, 20 de abril de 2015

Dies Irae

Nombre por el que se conoce comúnmente la secuencia en las Misas de Réquiem. Son las primeras palabras del primer verso: Dies iræ, dies illa. Las rúbricas del Misal Romano prescriben que el celebrante recite la secuencia en las siguientes ocasiones: (1) En la Misa del Día de los Fieles Difuntos (In commemoratione Omnium Fidelium Defunctorum); (2) en las Misas fúnebres (In die obitus seu depositionis defuncti); y (3) siempre en las Misas de Réquiem, solamente ha de decirse una oratio, o colecta, por ejemplo en la Misa de aniversario y cuando la Misa se celebra solemnemente el tercer, séptimo y trigésimo día (recordación mensual) tras la muerte o entierro. Su recitación en otras Misas de Réquiem (In Missis quotidianis defunctorum) es opcional del celebrante. Hay que notar que el decreto de la Congregación de Ritos Sagrados (12 de agosto de 1854) que permite al coro suprimir tales estrofas por no contener una oración, no se incluyó en la nueva edición de los "Decreta Authentica S. R. C" (Roma, 1898-1900). A partir de este dato se puede inferir que la regla más antigua está ahora en vigor y toda la secuencia debe ser o cantada por el coro o “recitada” en voz alta y clara con acompañamiento de órgano (cf. American Ecclesiastical Review, August, 1907, p. 201). (N. del T.: Se utilizó en la Misa de Réquiem católico romana hasta la revisión del Misal Romano de 1970.)
Tal como se encontraba en el Misal Romano, el Dies Irae es un poema latino de cincuenta y cinco líneas en metro acentual (no cuantitativo), rimado trocaico. Consta de 19 estrofas de las que las primeras diecisiete siguen el tipo de la primera.
1. Dies iræ, dies illa,
Solvet sæclum in favilla:
Teste David cum Sibyllâ.
Las estrofas restantes descartan el esquema de rimas triples a favor de coplas rimadas, mientras que las dos últimas líneas usan asonancia en vez de rima y son, además, catalécticas.
18. Lacrimosa dies illa,
Quâ resurget ex favillft,
Judicandus homo reus.
19. Huic ergo parce Deus:
Pie Jesu Domine,
Dona eis requiem. Amen.
Así están impresas las dos últimas estrofas en la edición típica del Misal de 1900 y en la edición de Ratisbona del arreglo para canto llano. La edición vaticana (1907) de la melodía en canto llano, sin embargo, aparentemente toma en cuenta el hecho de que las últimas seis líneas no pertenecieron, probablemente, a la secuencia original, y las divide en tres coplas.
Este texto de la secuencia en el Misal se encuentra, con ligeras variaciones verbales, en un manuscrito del siglo XIII de la Biblioteca Nacional de Nápoles (cf. Haberl, Magister Choralis, Ratisbona, 1900, págs. 237-238). El Padre Eusebio Clop, O.F.M., en la “Revue du chant Grégorien" (nov.-dic, 1907, p. 49) sugiere una fecha entre 1253-1255 para el manuscrito ---un Misal franciscano cuyo calendario no incluye el nombre de Santa Clara, canonizada en 1255, y cuyo nombre se habría insertado si fuera posterior. El mismo escritor asigna (pp. 48, 49) una fecha anterior (1250) a una copia del Dies Irae insertado al final del llamado “Breviario de Santa Clara” que data de cerca de 1288. No es necesario entrar en este argumento ahora, pero es importante notar que estas fechas son muy anteriores a las del manuscrito del que, hasta fines del siglo XIX, los himnólogos conocían cuanto intentaron descubrir el probable autor de la secuencia. Así, Mone, no encontró ninguno anterior al siglo XV; Chevalier menciona solamente el Misal de Magdeburgo, de 1480 y el manuscrito de un Misal franciscano de 1477; la primera edición del “Diccionario de Himnología” de Julián (1892), declaró “la forma más antigua conocida hasta hoy”, que se encuentra en un misal dominico “escrito a finales del siglo XIV y aparentemente para usarse en Pisa”; Warren en su "Dies Irae" (Londres, 1902, p. 5) no conoce un manuscrito anterior.
La segunda edición de Julián (1907) menciona el manuscrito de Nápoles en su suplemento (p. 1629), pero no el “Breviario de Santa Clara”. El P. Clop también describe un tercer manuscrito contemporáneo (p. 49), italiano, como los demás: "Toutes trois enfin appartenant également à la liturgie des Frères Mineurs". Todo esto hace muy probable la conjetura generalmente aceptada por los himnólogos de que el Dies Irae fue compuesto por un franciscano en el siglo XIII.
Su autoría se ha atribuido generalmente a Tomás de Celano, fraile de la misma orden, amigo y biógrafo de San Francisco de Asís. Keyser da razones (Beiträge zur Geschichte und Erklärung der alten Kirchenhymnen, Paderborn und Münster, 1886, II, 194-196; 230-235) para esta particularidad de adjudicación. También Duffield, (Latin Hymn Writers and Their Hymns, Nueva York, 1889, 245-247), un ardiente defensor de la atribución a Tomás; también en "The Dolphin" (Nov. 1904, 514-516), donde corrige un error fundamental en uno de los principales argumentos de Duffield. Varios escritores han sugerido otros diez nombres como probables autores del Dies Iræ: (1) San Gregorio el Grande (m. 604); (2) San Bernardo de Claraval (m. 1153); (3) San Buenaventura (m. 1274); (4) el cardenal Mateo d'Acquasparta (m. 1302); (5) Inocencio III (m. 1216) (6) Thurstan, arzobispo de York (m. 1140); (7) el cardenal Latino Orsini, o Frangipani, un dominico (m. 1296); (8) Humberto, un general de los dominicos (m. 1277); (9) Agostino Biella, un agustino (d. 1491); (10) Felix Haemmerlein, un sacerdote de Zurich (m. 1457). La atribución a Haemmerlein se debió a que, tras su muerte, se descubrió entre sus papeles una variante del texto. Sus estrofas dieciocho y diecinueve son:
18. Latcrimosa dies illa,
Cum resurget ex favillâ
Tamquam ignis ex scintillâ,
19. Judicandus homo reus:
Huic ergo parce, Deus;
Esto semper adjutor meus.
A éstas se añaden cinco estrofas con la misma forma. Keyser (op. cit., 211), Warren (op. cit., 11) y otros dan este texto de Haemmerlein. Otro texto más, conocido como el "Mármol de Mantua" (impreso por primera vez en 1594) le coloca al Dies Irae un prefacio con cuatro estrofas semejantes y remplaza las estrofas 17-19 con una sola:
Ut consors beatitatis
Vivam cum justificatis
In ævum æternitatis.
Daniel da ambos textos en su “Thesaurus Hymnologicus” (II, 103-106), excepto las dos estrofas finales del texto de Haemmerlein. Coles (Dies Irae in Thirteen Original Versions, Nueva York, 1868) da (XV-XXI) ambos textos con una traducción inglesa versificada.
Todas estas estrofas adicionales más bien van en detrimento de la vigorosa belleza del himno original, cuya forma más antigua conocida es, con ligeros cambios verbales, la que se encuentra en el Misal romano. Parece que probablemente el texto original terminaba en la estrofa diecisiete, y que las primeras cuatro de las últimas seis líneas se hallaron entre una serie de versos en el responsorio "Libera Me, Domine", en un manuscrito de finales del siglo XII o comienzos del XIII (cf. Mone, Lateinische Hymnen des Mittelalters, Friburgo im Br., 1863, I, 406). Es muy probable que al principio la secuencia estaba destinada para la devoción privada y que después se añadieran las seis líneas a fin de adaptarlo al uso litúrgico. El compositor encontró su texto bíblico en Sofonías (1,15.16): "Dies iræ dies illa. ... dies tubæ et clangoris" (Día de ira aquel, día de angustia y de aprieto…); y puede que obtuviese una sugerencia para su maravilloso ritmo (cf. Trench, Sacred Latin Poetry, 3ra. ed., Londres, 1874, p, 302, nota al calce) de un himno del juicio del siglo X (dado en dos formas por Dreves, Analecta Hymnica, Leipzig, 1896, XXIII, págs. 53, 54) que contenía este texto rimado de Sofonías.
Dies iræ, dies illa,
Dies nebulæ et turbinis,
Dies tubæ et clangoris,
Dies nebulosa, valde,
Quando tenebrarum pondus
Cadet super peccatores.
La secuencia ha sido traducida muchas veces a varios idiomas, el mayor número registrado es de 234 al inglés. Entre los nombres de los que han hecho traducciones totales o parciales están Crashaw (1646); Dryden (1696); Scott (1805); Macaulay (1819); el P. Caswall (1849). Entre los traductores americanos encontramos al Dr. Abraham Coles, un médico de Newark, a quien se le atribuyen dieciocho versiones. W. W. Nevin, con nueve; y el Rev. Dr. Samuel W. Duffield, con seis. No hay espacio aquí para un análisis del Dies Irae o para ninguna cita de la enorme riqueza de elogios que le han prodigado los himnólogos de toda convicción religiosa, salvo fragmentos de las apreciaciones de Daniel: "Sacræ poeseos summum decus et Ecclesiæ Latinæ keimelion est pretiosissimum" (es la principal gloria de la poesía sagrada y el más precioso tesoro de la Iglesia Latina); de Orby Shipley, en el "Dublin Review" de enero 1883, quien, después de enumerar algunos himnos, “que son no solo inspirados, o que, más verdaderamente, están inspirados en su grado", dice “Pero más allá de todos ellos y sobre todos ellos, puede estar colocado el Dies Irae de Tomás de Celano; de Coles: “entre las gemas es un diamante, solitario en su excelencia”; del Dr Schaff: “Este maravilloso himno es la obra maestra reconocida de la poesía latina y el más sublime de todos los himnos no inspirados”; del Dr Neale: “…el Dies Irae en su gloria inalcanzable” .

Bibliografía: JULIAN, Dictionary of Hymnology (Ed. Revisada, Londres, 1907), 295-301, 1551, 1629, da referencias muy útiles, pero extrañamente omite a WARREN, Dies Iræ (London. 1902), quien dedica 170 páginas a su tema, prologado con referencias bajo el título de Literatura del Dies Iræ. A sus listas se debe añadir: SHIPLEY, Annus Sanctus (Londres, 1884); ANON., The Seven Great Hymns of the Mediæval Church (Nueva York, 1868); HENRY in The Amer. Ecclesiastical Review (abril 1890), 247-261; IDEM en The Dolphin (noviembre 1904 a mayo 1905), una extensa serie de artículos (144 páginas) sobre la historia, usos literarios y traducciones del Dies Iræ: CLOP en Revue du Chant Grégorien (nov.-dic. 1907), 48-53, quien discute la autoría y la melodía de canto llano de la secuencia; JOHNER, A New School of Gregorian Chant (Nueva York, 1906), 116.
Fuente: Henry, Hugh. "Dies Iræ." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/04787a.htm>.
Traducido por Pedro Royo. lhm

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