SUMARIO: 1. Destinatarios y niveles. -2. Concepción de la formación. – 3. Programa de formación fundamental para agentes de evangelización.
La formación del laicado es una opción pastoral prioritaria de la Iglesia en España tal como lo pone de manifiesto el documento "Cristianos laicos, Iglesia en el Mundo" de la Conferencia Episcopal y lo desarrolla la "Guía-Marco de formación de laicos" de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española.
En la década de los 90 las diócesis han ido promoviendo diversas ofertas formativas. Unas se dirigen a la formación universitaria a través de la figura del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, otras se conciben como formación sistemática pero no universitaria. Unas se formulan con una orientación más académica, otras tienen una concepción de formación más integral. Unas se organizan de forma centralizada en la diócesis otras de modo más descentralizado y próximo a las comunidades y los territorios. En medio de esta diversidad no obstante se dibujan algunas tendencias de fondo convergentes que se intentarán formular y definir.
1. Destinatarios y niveles
Destinatarios. Los destinatarios son laicos y laicas necesitados de una formación teológico-pastoral que pretenden una capacitación para el ejercicio de su misión apostólica en el mundo y en la iglesia, bien desde la libre Iniciativa bautismal o desde un Envío eclesial, esto es, por encargo y en nombre de la comunidad cristiana.
Niveles. La formación se desarrolla en tres niveles: elemental, fundamental y de profundización. Nivel Elemental: Es la formación teológica necesaria para los procesos de iniciación cristiana, esto es, para ser cristiano. Pertenece a la educación cristiana básica. Es responsabilidad directa de las parroquias y las asociaciones laicales. Nivel Fundamental: Es una formación teológica con carácter sistemático. Es requerida para el ejercicio de cualesquiera responsabilidad con envío eclesial. Es organizada por instancias diocesanas. Hay una tendencia a desarrollarla de modo descentralizado en los territorios (parroquias, arciprestazgos y vicarías). Contempla la Especialidad pastoral, esto es, la formación específica en función del compromiso personal o responsabilidad evangelizadora que la persona haya adquirido o vaya a adquirir. Hay dos perfiles: joven (18-23) y adulto (23-....). Perfil adulto: se suele desarrollar en Diseños de 15-20 créditos (1 crédito = 10 horas). Perfil joven: se desarrolla en Diseños de 10-12 créditos. Nivel de Profundización: Es un nivel de formación teológica sistemática de rango universitario o cuasi-universitario. Escuelas o Centros de Teología (100 créditos), Diplomatura de Ciencias Religiosas (150 créditos), Licenciatura de Ciencias Religiosas (250 créditos) Licenciatura en Estudios eclesiásticos (280 créditos), Licenciatura y Doctorado en Teología...
2. Concepción de la formación
Formación integrada en un proceso vocacional. La formación teológica se concibe no como compartimento estanco de la vida cristiana, dirigida a llenar un vacío de conocimiento, sino que inserta la teología en las otras dimensiones educativas de la vida cristiana: la espiritual, la actitudinal, la práxica, la comunitaria. Particularmente se enraiza en procesos dirigidos al discernimiento, a la maduración de una vocación de seguimiento de Jesús y al ejercicio de una misión apostólica en la sociedad y en la comunidad cristiana. Es este sentido es una formación teológica al servicio de formar cristianos en mediaciones seculares, líderes políticos cristianos, personas de referencia en la expresión, la transmisión y el pensamiento cultural, padres y madres creyentes conscientes de su tarea educativa, militantes y profesionales de una empresa y unas relaciones económicas al servicio de la persona y basadas en la dignidad humana, catequistas y monitores, educadores, voluntariado de caridad y justicia, cooperantes al desarrollo, animadores de las celebraciones de la fe, laicos para un ejercicio ministerial...
Es una formación para una sabiduría al modo de la que habla Pablo a los Colosenses: "Pedimos a Dios que os llene del conocimiento de suvoluntad, que os haga profundamente sabios y os conceda la prudencia del Espíritu" (Col 1,9b).
Iniciativa bautismal y envío eclesial. El compromiso apostólico de los laicos puede desarrollarse desde la libre iniciativa bautismal o desde el envío eclesial. Por el bautismo todos los cristianos están llamados al compromiso evangelizador en los medios de vida, la familia, el trabajo, la cultura, la economía, la política. Ahí el cristiano laico ha de anunciar y construir el Reinado de Dios. Cada cual adoptará un compromiso personal conforme a su medio, las necesidades, el discernimiento cristiano y las propias aptitudes y sensibilidades. Ese compromiso hace presente a la Iglesia. La participación en el interior de la Iglesia nace también de esta razón bautismal. Hay otra forma de compromiso apostólico que tiene su origen en el encargo expreso de la comunidad cristiana para actuar en nombre y representación expresa de ella misma. Es el caso de un catequista, de un responsable de Caridad y Justicia, de un responsable de Juventud, de un ministerio laical para la Reconciliación, de un responsable de Pastoral penitenciaria o de un animador de la Celebración dominical en ausencia de presbítero. En estos casos es un Envío eclesial el que autoriza y capacita para el ejercicio de tal compromiso. Este exige un discernimiento eclesial y una formación. Uno y otro tipo de apostolado son objetivo de la formación del laicado.
Formación aquí y ahora desde los pobres. La vida cristiana se inscribe en un contexto cultural, político, económico en el que brotan las preguntas de la fe y en el que adquiere significado la salvación cristiana. La globalización, el abismo de la desigualdad Norte/Sur, la exclusión social, las identidades culturales, el desarrollo exponencial de la tecnociencia, la transformación de lo religioso, la religiosidad difusa, la revolución silenciosa de la mujer, las perspectivas de género, la violencia, el diálogo interreligioso, ... son realidades que no pueden quedar al margen de la reflexión teológica. Es decisivo incorporar la realidad tanto social como eclesial al proceso de reflexión teológica. Y no de manera periférica sino vertebral. La sociología ha concluido que el conocimiento tiene un lugar social y un interés. Los pobres y las víctimas, sin paternalismos, son el criterio de autenticidad de una mirada evangélica a la realidad. La misericordia y la práctica de la justicia son vía de conocimiento de Dios. Así lo dice la primera carta de Juan: "Quien no ama no ha conocido a Dios ya que Dios es amor" (1 Jn. 4,8).
Formación teológica en una cultura plural y secular. La formación teológica del cristiano es particularmente necesaria en una cultura plural y secular. La teología aporta lenguaje a la fe. Sin teología la fe es muda, con ella la fe es comunicable. Ayuda a poner nombre a la realidad, desde la tradición cristiana. Aporta identidad. Confiere razonabilidad humana a la experiencia de Dios, siempre sometida a la tentación de la irracionalidad. Es reflexión crítica de la fe. Fija convicciones. Da performatividad al creer: al nombrar la realidad, la dota de un significado nuevo, para nosotros, para el mundo. Hace posible el diálogo razonable con el no creyente. Confiere a la fe capacidad de aportación cultural originaria. La teología ejerce una función utópica y crítica. El pensamiento adivina, imagina un futuro aún inédito no dado, pero posible y sobre todo querido por Dios. Pensar es libre. Pensar es subversión. Hace posible vivir la fe como historia compartida, como narración, como fidelidad.
Su contenido y su método remiten siempre a una tradición originaria. Es acicate para la conversión a un Acontecimiento del que ella es memoria. Como dice el teólogo napolitano B. Forte, la teología es compañía, memoria y profecía de la fe (B. FORTE, La teología como compañía, memoria y profecía, Sígueme, Salamanca, 1990).
Dimensión eclesial de la formación. Tal proceso vocacional, en el que ha de estar inscrita la formación teológico-práctica, se da necesariamente en el marco de la comunidad eclesial. Exige un proceso de acompañamiento, promoción y discernimiento desde las comunidades cristianas y los responsables eclesiales. Esta formación no es pues el mero resultado de la conciencia y el esfuerzo individual sino de una conciencia y un empeño eclesial. Algunas implicaciones de la eclesialidad son:
La territorialización de la formación, esto es, la aproximación física y humana del servicio formativo al humus social y eclesial en el que se inscribe la vida y misión apostólica de los destinatarios de la formación.
La conversión de la formación en una acción básica de la comunidad cristiana y en instrumento de su dinamización pastoral y evangelizadora.
La dependencia de la gestión de la formación de los responsables pastorales territoriales y la articulación para el diseño y el seguimiento de la misma de los servicios formativos y de los servicios y delegaciones de Curia.
La interrelación entre la comunidad cristiana y el proceso formativo antes, durante y al término del proceso de formación.
3. Programa de formación fundamental para agentes de evangelización
El desarrollo de este apartado se basa en una experiencia concreta.
3.1. Programa y método
Dura tres cursos, con una sesión de trabajo semanal de dos horas basada en la reflexión grupa) a partir del trabajo personal. Lo que supone 180 horas, es decir 18 créditos. Requiere un trabajo de preparación que supone la lectura de un material o libro —tema a tema- y la respuesta a un cuestionario. No hay clases magisteriales. Los grupos son pequeños -de 8 a 12 personas-, con un acompañante, que guía el proceso de formación. Los grupos se organizan por sectores y vicarías. El programa se ordena en conformidad con este lema: "En este país, el cristiano sigue a Jesús, en comunión con la Iglesia local, con un compromiso personal preferente". Tiene dos partes: el Diseño Común (2 años) y la Especialidad (1 año) que se distribuyen como sigue.
El Diseño Común. En este País: 1. Análisis de la realidad social, política, económica y cultural de la que parten nuestras preguntas (5 sesiones de 2 horas). - 2. Historia reciente del País Vasco y de la Iglesia (5 sesiones de 2 horas cada). El Cristiano sigue a Jesús... - 3. La Biblia. Palabra de Dios en palabras humanas (12 sesiones) - 4. Cristología. ¿Quién es Jesús, el Cristo, a quien seguimos? (7 sesiones). En comunión con la Iglesialocal... - 5. Eclesiología. La Iglesia de Jesús (13 sesiones). Con un compromiso personal preferente... que es la Especialidad (24 sesiones). Cada bloque tiene sesión de apertura y cierre con un experto.
Las Especialidades. La Especialidad se desarrolla en el tercer curso. Representa 6 créditos. La elección de la especialidad requiere un discernimiento personal y eclesial, esto es, desde el ámbito que ha enviado a la persona a la formación. Cabe elegir las siguientes: Liturgia, Catequesis infantil y de adultos, Pastoral de Juventud, Pastoral de la Salud, Pastoral Familiar, Caridad y Justicia, para el compromiso en Cáritas, Norte/Sur, Pastoral penitenciaria, Educador cristiano para profesorado cristiano y Mediaciones Seculares, para el compromiso socio-político.
Los materiales y el seguimiento de la especialidad se realizan en colaboración con las Delegaciones y Secretariados responsables del área en la diócesis.
3.2. Otros medios específicos
a) El Proyecto de Intervención Evangelizadora. Se elabora en el curso del tercer año. Es el término natural de una formación entendida desde y para el compromiso. No es una memoria, ni un mero trabajo final. De hecho necesita elaborarse en consulta con los responsables eclesiales del ámbito en el que la persona va a desarrollar su compromiso. Su finalidad es ayudar a la persona a volver al compromiso con un talante más evangelizador y con más claridad en las razones, los objetivos y los cómos de su tarea.
b) Los retiros. Hay un retiro por cada tiempo litúrgico fuerte: adviento, cuaresma y pentecostés. Y unos ejercicios espirituales anuales de fin de semana. Están planteados con un programa que intenta ir ayudando a vivir un itinerario espiritual. Se realizan por vicaría. Abren y educan en la experiencia de la oración personal a solas de una hora.
c) La jornada anual. En una ocasión al año se invita a alguien relevante del pensamiento cristiano para el encuentro del laico con los rostros de la teología.
d) Certificado y convalidaciones. Al término del proceso de formación se entrega un certificado acreditativo de la formación realizada, en el marco de una celebración de acción de gracias presidida por el Vicario territorial.
3.3. Programa de formación fundamental para agentes de evangelización jóvenes
El Perfil Joven presenta algunas peculiaridades respecto al adulto. Tiene una menor carga horaria, tienen más intensivos de fin de semana y se organiza en torno a la especialidad. El proceso concluye también con la elaboración del Proyecto de Intervención Evangelizadora. E incluye retiros. a) Especialidades educativas. Hay tres especialidades dirigidas principalmente al servicio de la educación en la fe. Duran un curso y medio. Contempla además de las sesiones semanales de dos horas varios intensivos de fin de semana. Las tres incluyen una formación introductoria de un cuatrimestre con el esquema "En este país, el cristiano sigue a Jesús, en comunión con la Iglesia local". Sirven para asentar las bases espirituales, bíblicas y eclesiales de la identidad cristiana. Las tres especialidades son: Iniciación Cristiana, para formar Monitores de Convocatoria e Iniciación Cristiana de adolescentes y jóvenes; Educador Cristiano de Preadolescentes, para la preparación de monitores de grupos parroquiales de preadolescentes y Educador Cristiano en el Tiempo Libre, dirigida a monitores eskaut y de grupos parroquiales de tiempo libre. b) Especialidades sociales. Especialidades orientadas al compromiso social de los jóvenes. Duran un curso, a lo largo de 30 sesiones de 2 horas, siguen esquema de Ver, Juzgar y Actuar e incluyen experiencia de compromiso. Caridad yJusticia. Está diseñada para introducir en el voluntariado cristiano en Cáritas. Norte-Sur. Está orientada a la introducción o primer asentamiento en la Cooperación Norte/ Sur. Fe y política.Especialidad dirigida a jóvenes que quieren introducirse en un compromiso político o que en él necesitan una fundamentación cristiana básica.
3.4. Formación de profundización y formación permanente.
Realizados los objetivos formativos de una etapa fundamental es preciso ofrecer formación permanente o formación de profundización. La primera trata de acompañar y alimentar la experiencia de compromiso o responsabilidad evangelizadora Suele configurarse en módulos de 1-1,5 créditos. La segunda implica el paso a niveles de estudio teológico de carácter universitario. Habitualmente hay demasiada separación entre los procesos de formación fundamental y los de profundización. Es preciso establecer cauces de colaboración más intensos entre instancias pastorales y universitarias de manera que estas adapten las modalidades y el enfoque de formación, no la profundidad a un laicado que normalmente compatibiliza estudios con el ejercicio de tareas y compromisos familiares, profesionales y eclesiales.
Carlos García de Andoin
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