LA BIBLIA Y LA CRÍTICA TEXTUAL. EL ESTUDIO CRÍTICO DE LA BIBLIA.

La Biblia, en sus diferentes traducciones, ha sido el libro más editado de la historia de la humanidad. No solo lo leen los cristianos y los judíos, sino que es un legado cultural universal. Pero mientras que para los creyentes la Biblia contiene la palabra de Dios, para los no creyentes es un libro escrito por autores humanos, y como tal debe ser leído y entendido.


Creación de Eva en el jardín del Edén, miniatura de Belbello di Pavia (siglo XV).


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En el judaísmo y el cristianismo, la Biblia es un libro sagrado, revelación de Dios a los seres humanos. En el pasado se consideraba que lo que contenía no debía ponerse en duda o criticarse. Si se decía que el mar Rojo se había separado para dejar pasar a los judíos que escapaban del faraón bajo las órdenes de Moisés, o que el mundo había sido creado en siete días, había que aceptar que era verdad. Todavía hoy hay quienes interpretan literalmente las afirmaciones bíblicas.

Sin embargo, a partir del Renacimiento, el desarrollo de la ciencia condujo a que se pusieran en duda algunos puntos de vista que la religión defendía. Comenzó a emplearse para estudiar las obras literarias antiguas un método que consistía en establecer las épocas de redacción de los escritos basándose en las diferencias en la lengua y el vocabulario que se observaban en sus diferentes partes y teniendo en cuenta los contextos históricos que podían explicar estas diferencias, es decir, el mundo que reflejaban.

Tampoco la Biblia escapó al empleo de este método de análisis, llamado crítica textual. La Biblia se convirtió en un libro como los demás, obra de seres humanos y, como tal, sometido a los cambios y las evoluciones en la lengua y en la sociedad.