A pesar de lo que muchos podrán pensar las llamadas brujas de Salem no fueron ejecutadas en la hoguera.
Esta historia nos remonta hasta el siglo XVII. Corría el año 1692 cuando unas niñas de una pequeña aldea de Massachusetts, las hermanas Parris, comenzaron a cambiar de comportamiento. Al parecer se decía que lloraban sin razón, que corrían por la casa a cuatro patas y que ladraban como perros furiosos. Después de ser examinadas se dictaminó que estaban embrujadas por su criada (una mujer antillana). Lo que en un principio comenzó como un juego de niños terminó llevando a muchos inocentes a la horca acusados de brujería. Más de una quincena de personas fueron ejecutadas y otras tantas apresadas y torturadas.
Según las leyes inglesas (todavía no se había declarado la independencia en Estados Unidos), los acusados de brujería eran castigados con la horca . En el caso de que la persona confesara esta pena era cambiada por la desposesión de todos sus bienes y la vergüenza pública. Éste es el motivo por el que las llamadas brujas de Salem no fueron quemadas en la hoguera, más bien fueron ahorcadas.
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