Johann Simon Haspinger

Un sacerdote tirolés y patriota; si. en Gries, Tirol, 28 de octubre de 1776; re. en el palacio imperial de Mirabell, Salzburgo , el 12 de enero de 1858. Sus padres eran campesinos acomodados y destinaron a su hijo al sacerdocio . Sin embargo, recién en 1703, después de haberse dedicado hasta su decimoséptimo año al trabajo agrícola y al alpinismo, ingresó al gimnasio de Bozen. Aunque todavía era un mero joven, encontró la oportunidad de dar prueba de su intrepidez. En 1796 se unió a una tropa de tiradores voluntarios, con la intención de ayudar a las tropas regulares a defender su territorio natal contra el ejército de la Revolución Francesa y, al capturar a uno de los oficiales del enemigo, ganó la medalla porvalentía . También participó activamente en los compromisos cerca de Spinges en 1797, como consecuencia de lo cual el general Joubert se vio obligado a retirarse del Pusterthal. Young Haspinger luego reanudó sus estudios y en 1799 asistió por algún tiempo a la Universidad de Innsbruck . Sin embargo, la renovación casi inmediata de las hostilidades no permitió la continuación de sus estudios. La pelea en el Taufersthal lo volvió a ver entre los más destacados. Regresando más tarde a la universidad , asistió a conferencias médicas por algunos términos, pero en 1802 se unió a la Orden Capuchina en Eppan, cerca de Bozen, recibiendo a Joachim como su nombre en la religión. Sacerdote ordenado el 1 de septiembre de 1805, trabajó primero en Schlanders en Vintschgau. Durante el austro-rusa guerra contra Napoleón , se desempeñó como capellán entre sus compatriotas, pero aún así no pudo evitar por completo su inclinación hacia la vida del soldado. Ante la desafortunada terminación de la lucha iniciada bajo tan auspicios justos, el padre Joachim se retiró a su celda en Schlanders.

La paz de Presburgo cedió el Tirol a Baviera , cuyo gobierno, bajo la influencia de reformadores ateos y visionarios, pronto exasperó, por su desconsideración y brutalidad, a los montañeros, que se aferran en su fidelidad a su Dios y a la casa imperial. La política detestable adoptada hacia los frailes mendicantes universalmente estimados despertó una amargura especial., que fueron arrastrados a la fuerza desde sus moradas y empujados como delincuentes, hacia los llamados "Claustros centrales". Como el resto, Haspinger tuvo que someterse a este trato rudo, y se esforzó poco por ocultar su indignación. No tardó mucho en conectarse con Hofer, el patriota campesino, a quien el archiduque John y otros habían confiado la tarea de incitar al Tirol a rebelarse una vez más contra Francia y sus Estados vasallos. Los conspiradores se esforzaron tanto y con tanto éxito que a principios de abril de 1809, las tropas austríacas se unieron al movimiento, y pronto todo el país estaba en armas. En la mañana de Whit-Sunday Haspinger anunció desde el púlpitoen Klausen Hofers se convoca a levantarse, y para el mediodía se formó, en Verdings, una compañía de tiradores elegidos y se colocó a la cabeza. En la primera batalla en el Monte Isel (28-29 de mayo) dirigió el ala izquierda del ejército campesino, que operaba cerca de Natters. Armado solo con su bastón, e imprudente ante el peligro, hora tras hora dirigió ataques contra las bien posicionadas tropas bávaras y su artillería, sin detenerse a tomar comida, hasta que el enemigo fue desalojado y su batería capturada. Al día siguiente marchó victorioso a Innsbruck en compañía de Hofer, cuyas representaciones urgentes solo lograron prevalecer sobre los superiores religiosos de Haspinger para permitirle permanecer con los defensores patrióticos del suelo.

Poco después jugó un papel ilustre en los concursos en el Eisckthal (4-5 de agosto), donde sus "baterías de piedra" resultaron fatales para cientos de hombres y caballos, y obligó a la mayoría del enemigo a capitular (la "emboscada sajona" "). A "el capuchino pelirrojo " ( Pater Rothbart) también pertenece al crédito principal de bloquear el camino del general Lefebre, que avanzaba desde Sterzing, obligándolo a retirarse e infligiendo graves pérdidas a sus tropas durante su retirada. Para la victoria en la segunda batalla en el Monte Isel (15 de agosto), los tiroleses volvieron a ser infligidos principalmente a Haspinger, que una vez más lideró el ala izquierda. Desafortunadamente, estos éxitos parecieron intoxicar a Haspinger, a quien ahora todo parecía posible, y que procedió con toda seriedad con los preparativos para llevar la guerra más allá de las fronteras, incitar a la rebelión de las poblaciones de los Alpes austríacos y, si es posible, capturar Napoleóny su ejercito. Sin embargo, después de algunos éxitos tempranos, sus seguidores indisciplinados se dispersaron en Hallein. Aunque nadie de juicio tranquilo podría haber fallado en reconocer la inutilidad de prolongar aún más la lucha, Haspinger no oiría hablar de sumisión, y así se convirtió en el genio malvado de Hofer y de muchos otros hombres valientes . Incluso el tema adverso de la tercera batalla en Mount Isel (1 de noviembre) no doblegó su espíritu de hierro; salió al campo por última vez cerca de Klausen, donde sus impuestos con un valor indescriptible se esforzaron en vano para evitar que el enemigo penetrara en Bozen.

Todo el país ahora cayó rápidamente en manos de los aliados franceses y bávaros, y se puso un precio sobre las cabezas de los líderes insurgentes. Al verse obligado a tomar vuelo, Haspinger se retiró al principio a Suiza, pero luego regresó a sus montañas nativas y permaneció oculto durante unos meses en Tschengls. Peligro nuevamente amenazándolo aquí, una vez más buscó refugio en territorio suizo y, bajo un nombre falso, trabajó durante todo un año como asistente de tapicería. Luego se las arregló para abrirse camino a través de la Alta Italia hasta Klagenfurt, donde por fin pudo descansar a salvo. El emperador le brindó la asistencia necesaria desde el bolso privado hasta el arzobispo de Viena.lo asignó a una buena parroquia en la Baja Austria . En 1816 volvió a realizar importantes servicios para su país como espía y agitador. Posteriormente administró la parroquia de Frauenfeld hasta 1836, después de lo cual recibió una pensión y residió en Hietzing, cerca de Viena . En 1848, aunque tenía setenta y dos años, volvió al campo como capellán de una compañía de fusileros tiroleses inscritos en Viena . Fue entonces cuando escribió en la lista de candidatos: "Joachim Haspinger gibt Blut und Leben für Gott, Kaiser u. Vaterland" (Joachim Haspinger da sangre y vida para Dios, emperador y patria). El anciano patriota naturalmente no participó activamente en la campaña, pero sabía cómo avivar en llamas los espíritus brillantes de sus jóvenes camaradas. Tras la finalización exitosa de la guerra contra los piamonteses , se instaló en Viena , de donde luego se trasladó a Salzburgo , celebrando el jubileo de oro de su sacerdocio en la última ciudad. El emperador Frances Joseph, cuyo favor disfrutó, puso a su disposición una espléndida suite de apartamentos en el palacio de Mirabell, y allí Haspinger encontró su final con calma y en un verdadero cristiano.conducta. Un batallón de Jäger, que había escoltado los restos de Hofer, acompañó a los de Haspinger a Insbruck, donde descansa en la iglesia del castillo junto a Hofer y Speckbacher .

Haspinger y Speckbacher deben ser considerados como los protagonistas heroicos en el gran drama representado en el Tirol a principios del siglo XIX. Los servicios de Hofer consistían más bien en organizar y guiar la insurrección, y, aunque era un hombre de indudable coraje , nunca igualaba la destreza personal de sus dos compañeros. Haspinger mismo indicó claramente esta diferencia cuando escribió: "Hofer era más sacerdote que soldado; yo soy más soldado que sacerdote ". El quondam religioso y general, sin embargo, nunca dejó de cumplir con sus deberes como sacerdote .

Fuentes

SCHALLHAMMER, Biogr. des J. Haspinger (Salzburgo, 1856); HEIGEL, Haspinger en Allgem. deutsche Biog., X; HIRN, Die Erhebung Tirols im J. 1809 (2ª ed., Innsbruck, 1909).