Caballero, nacido en Granada en 1849; muerto en Londres el 29 de agosto de 1908. Hijo menor del obispo anglicano de las Islas Leeward, fue educado en Inglaterra en las universidades Marlborough y Clifton, y en la Real Academia Militar. Entró en la Artillería Real en 1870, retirándose con el grado de capitán en 1885. Entró en el servicio colonial en 1880, cuando fue designado comandante de la policía de Sierra Leona. Fue comisionado para los Turcos e Islas de Caicos, 1885-90, y Ministro Colonial de las Islas Bahamas, 1890-93. Como Ministro Colonial de Gibraltar, 1894-1901, recayó sobre él la tarea de llevar a cabo los planes para los nuevos trabajos del puerto, que ya habían recibido la aprobación del Almirantazgo y de la Oficina de Guerra. Sus tempranos conocimientos científicos le permitieron señalar los defectos en los planes, y sugerir mejoras que evitaron al Gobierno gastos inútiles. En reconocimiento a su eficiencia fue nombrado en 1899 Caballero Comandante de la Muy Distinguida Orden de San. Miguel y San Jorge. En 1901 fue designado Gobernador de las Islas Leeward y después de defender esta posición durante menos de un año era designado Gobernador de las Islas Fiji y Alto Comisionado del Pacífico Occidental. Después de un estudio cuidadoso de los difíciles problemas que encontró allí aguardando una solución, preparó un informe exhaustivo, acompañado con una serie de recomendaciones que casi se aceptaron sin la modificación por la Oficina Colonial. En Fiji mostró un notable capacidad de inspirar a los nativos una creencia en la justicia de la ley inglesa, y una lealtad hacia su persona. Este poder también lo mostró en Trinidad, donde fue destinado en 1904. Cuando aterrizó en la colonia todavía se estaban padeciendo las consecuencias de los serios alborotos que habían ocurrido recientemente. Después de tres años de trabajo incansable los sentimientos en la colonia estaban completamente cambiados. Se convirtió al catolicismo en 1880, y desde su acogida en la Iglesia nunca dejó de buena gana su Misa diaria. En reconocimiento a sus servicios a la Iglesia en las diferentes colonias con que las que tuvo relación, fue nombrado miembro de la Orden de San Gregorio el Grande en 1904; y como reconocimiento de sus grandes servicios al Estado, el rey le confirió, poco antes su muerte, la Gran Cruz de San Miguel y San Jorge.
C. SCHREINER Transcrito por David Joyce Traducido por Quique Sancho
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