Obispo de Alejandría de 231 a 232 y de 247 a 248. Orígenes nos dice sobre su juventud, cuando defendía sus propios estudios filosóficos (Eusebio, Historia de la Iglesia, VI.19): “En esto imitamos a Panteno, quien antes de nosotros ayudó a muchos y no tenía conocimiento sobre estos asuntos, y Heraclas, quien es ahora uno de los sacerdotes de Alejandría, a quien yo encontré como oyente de mi propio maestro de estudios filosóficos, pues él había estado con él por cinco años antes de que yo comenzara a asistir a estas clases. Según el relato de este maestro él dejó a un lado el vestido ordinario que había usado hasta entonces, y asumió el traje de un filósofo, el cual todavía usa, y no cesa de estudiar los libros de los griegos con todo su poder.” Por lo tanto, Heraclas probablemente era por lo menos cinco años mayor que Orígenes, que había nacido en 185. Así cuando Orígenes a sus dieciocho años de edad se vio obligado, debido al martirio de su padre y la consiguiente confiscación de todos sus bienes, a comenzar a enseñar gramática (por corto tiempo) y filosofía, Heraclas y su hermano Plutarco fueron los primeros discípulos de este joven maestro. Orígenes convirtió a ambos al cristianismo, y San Plutarco pronto sufrió por la fe, ya que fue el primero de los discípulos de Orígenes que ganó la corona del martirio. Heraclas “dio un gran ejemplo de vida filosófica y askesis (ibid., vi, 33), y fue su reputación de gran conocimiento de la filosofía y del griego lo que llevó a Julio Africano a visitar Alejandría. Con el correr del tiempo Orígenes estuvo tan ocupado con los alumnos que no tenía casi tiempo para respirar de la mañana a la noche, así que escogió a Heraclas como su ayudante en la escuela catequética (de la cual ahora era director al suceder a Clemente), para enseñar a los principiantes (ibid., VI, 15).
Heraclas fue ordenado sacerdote por el longevo obispo Demetrio. Cuando en 231 éste último condenó a Orígenes, quien permanecía en Cesarea, Heraclas se convirtió en director de la escuela. Poco después sucedió a Demetrio como obispo. Según Teófilo de Alejandría (en Genadio, “De vir. Ill.”, XXXIV), cuando Orígenes regresó a la ciudad, Heraclas lo depuso del sacerdocio y lo desterró (cf. la vida de San Pacomio en Acta SS., 14 de mayo, §21, y la probablemente espuria “Mystagogia” de San Alejandro de Alejandría en la “Reliquiæ Sacræ”, IV, 81 de Routh). Esta declaración está apoyada por un interesante comentario de Focio (Synag. kai apod.; 9), quien probablemente era buena autoridad. Dice como sigue (Döllinger, "Hippol. und Kallist.", 264, trad. al inglés 245): “en los días del muy santo Heraclas, Orígenes, llamado Adamancio, estaba exponiendo su propia herejía claramente los miércoles y viernes; el antedicho santo Heraclas, por lo tanto, lo separó de la Iglesia y lo desterró de Alejandría, como un distorsionador de la sana doctrina y un pervertidor de la fe ortodoxa. Orígenes, así excomulgado, de camino a Siria llegó a una ciudad llamada Thmuis, que tenía un obispo ortodoxo llamado Amonio, el cual le confió a Orígenes una instrucción en su Iglesia. El tal Papa Heraclas, al oír esto se fue a Thmuis, depuso a Amonio, y en su lugar nombró obispo a un hombre más joven llamado Felipe, que era de gran distinción entre los cristianos. Luego Heraclas, siendo buscado por la gente de la ciudad, recibió de nuevo a Amonio como obispo, y le dio el episcopado de Thmuis a ambos Amonio y Felipe. Pero después que el santo Heraclas se fue, Felipe nunca se sentó en el trono de obispo, sino que cuando Amonio exponía o celebraba la liturgia, Felipe estaba detrás durante el resto de la vida de Amonio. Pero cuando éste murió Felipe se sentó en el trono, y se convirtió en uno de los obispos más notorios por su virtud.”
Sobre la identificación de este Amonio con el autor de las “Secciones Amonianas”, mencionadas en la carta de Eusebio a Carpiano, vea Harnack , "Chronol.", II, 81-2. En el tercer año del emperador Felipe, Heraclas fue sucedido por San Dionisio de Alejandría quien había sido antes su sucesor como director de la escuela catequética. San Dionisio describe la costumbre de Heraclas de recibir a los herejes a la Iglesia sin rebautizarlos, pero sólo después de un examen público de su conducta (Eusebio, Historia de la Iglesia, VII.7.4). Heraclas fue insertado por Usuardo en su martirologio bajo el 14 de julio, y así entró al martirologio romano en esa fecha. Los coptos y etíopes celebran su fiesta el 4 de diciembre.
Sobre el testimonio de San Jerónimo (Ep. XLVI) que “hasta Heraclas y Demetrio” los obispos de Alejandría eran ordenados por sacerdotes, vea Egipto (V). La más reciente discusión por Cabrol (con una bibliografía completa) está en "Dict. d'archéol. chrét.". En cercana conexión con esta pregunta está la declaración de Eutiquio (933-40) que hasta Demetrio sólo hubo un Obispo para todo Egipto; Demetrio estableció tres sedes sufragáneas, y Heraclas fundó veinte más. Eutiquio añade que uno de los nuevos obispos, llamado Eumenio (¿es este un error por Amonio?) cayó en el error; Heraclas convocó un concilio de obispos fue a su ciudad, examinó el asunto y lo trajo de nuevo a la verdad. La gente, oyendo a sus obispos llamar a su patriarca “Aba” (Padre), lo nombraron su abuelo “Baba”, de ahí el título de “Papas” dado al alejandrino como obispo romano.
Bibliografía: Acta SS., 14 julio y junio, V (VII), Hist. Chronol. Patriarcham Alex.; LEQUIEN, Oriens Christ., II; HARNACK, Gesch. der altchr. Litt. I, 332, Chron., II, 24; SMITH AND WACE, Dict. of Christ. Biography, s.v.
Fuente: Chapman, John. "Heraclas." The Catholic Encyclopedia. Vol. 7. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/07242a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina.
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