Los Heraldos del Evangelio es una Asociación Internacional de Fieles de Derecho Pontificio, la primera a ser erigida por la Santa Sede el 22 de febrero del 2001. Mayoritariamente integrada por jóvenes, la Asociación actualmente se haya presente en 78 países. Sus miembros de vida consagrada practican el celibato y se dedican íntegramente al apostolado, viviendo en comunidad tanto de hombres como de mujeres, en un ambiente de caridad fraterna y disciplina; alternando su vida de recogimiento, estudio y oración, con actividades de evangelización en las diócesis y parroquias haciendo especial énfasis en la formación de la juventud. Aunque no profesan votos y se mantienen en estado de laicos, con la excepción de algunos que, con el fin de llevar a su ápice la obra evangelizadora de los Heraldos , abrazan las vías del sacerdocio; pasando a integrar así la Sociedad Clerical de Derecho Pontificio Virgo Flos Carmelie; sociedad fundada también por el excelentísimo Mons. João Scognamiglio Clá Dias.
Otra categoría de miembros son los Cooperadores: Laicos, casados o solteros; los cuales se esfuerzan por vivir en conformidad con el carisma y la espiritualidad de la Asociación, dedicando a ella su tiempo libre y comprometiéndose a cumplir ciertas obligaciones. Finalidad La Asociación tiene como fin ser instrumento de santidad y participación activa, consciente y responsable en la misión salvífica de la Iglesia mediante el apostolado, actuando en pro de la evangelización, de la santificación y de la visión cristiana de las realidades temporales.
Espiritualidad
Los Heraldos tienen su espiritualidad cimentada en tres puntos esenciales: la Eucaristía, María y el Papa, como está definido en sus estatutos: “La espiritualidad tiene como líneas maestras la adoración a Jesús Eucarístico; la filial piedad Mariana, imitando a la siempre Virgen y aprendiendo a contemplar en Ella el rostro de Jesús; y la devoción al Papado, fundamento visible de la unidad de la Fe”. Estos puntos están representados destacadamente en el blasón que los distingue.
Carisma
Su carisma los lleva a procurar actuar con perfección en busca de la pulcritud en todos los actos de la vida diaria, incluso en la intimidad, “Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto” (Mt.5,48).
Para el Heraldo del Evangelio este llamado a la perfección no queda restringido a los actos interiores sino que debe exteriorizarse en todas sus actividades, de modo que reflejen mejor a Dios. Esto quiere decir que el Heraldo del Evangelio debe revestir de ceremonial sus acciones cotidianas "El mundo en que vivimos tiene necesidad de belleza para no caer en el desespero. La belleza como la verdad, es la que trae alegría al corazón de los hombres, y es este fruto precioso el que resiste el paso del tiempo, que une a las generaciones y hace comulgar en la admiración" (CV.II).
Hace muchos años la Iglesia asumió el color negro para diferenciar a sus miembros de las personas del mundo, pero cuando en mundo asumió este color es que surge el hábito del Heraldo:
- Con una túnica de color beach (postulantes), blanca (novicios) o marrón (Sacerdotes).
- Un escapulario marrón, representando el manto de la Virgen que recubre al Heraldo; mostrando el sentido carmelita de la asociación.
- Una Cruz bicolor en el pecho, con los colores rojo (representando una vida de sacrificios) y blanco (por las promesas de pureza y celibato); así mismo, notase un cordón dorado en el centro, representando la línea recta de la Santa Iglesia que debe seguir el católico fiel.
- Un par de botas muestran el carácter misionero del Heraldo; el cual ya no transmite mensajes para un rey terreno (como era su función antiguamente), sino que anuncia el Evangelio del Rey de Reyes.
- Una cadena de acero en la cintura, simboliza su castidad y su esclavitud a “Jesús, por las manos de María Santísima”, según el método de San Luis María Griñón de Monteforte, Santo francés que afirma a María Santísima como el camino más rápido, seguro y corto para llegar al propio Jesús. Razón por la cual es indispensable pertenecer a la Madre de Dios, con el fin de ser por ella presentados en el día final delante de su hijo y así ser dignamente aceptados por Él; no a causa de los méritos propios, sino por el hecho de ser presentados por las manos de -la Reina del Cielo y de la Tierra- la Santa Madre de Dios, de y a la cual, no rechaza ni niega nada.
- Un gran rosario; ratifica el papel central de la oración, como arma principal en contra de todas las embestidas del demonio, el mundo y la carne.
- Un medallón a la altura del corazón muestra los 3 pilares de la espiritualidad.
- Avanzada la edad, el Heraldo usa un capús sobre los hombros; el cual, al ser usado, cubre toda la cabeza, simbolizando la abstracción completa y elevo de los pensamiento exclusivamente hacia Dios.
- Por último las dos llaves pontificias en el cuello, simbolizan la obediencia y sumisión al Santo Padre y la aprobación de éste para ser Heraldos del Evangelio.
Evangelización con la Cultura y el Arte
Por ver en la Cultura y en el Arte eficaces instrumentos de evangelización, los Heraldos habitualmente echan mano de la música tanto por instrumentos como por voces; formando numerosos coros, orquestas y conjuntos musicales, llevando el mensaje de Fe y de Esperanza a la Sociedad contemporánea. "Existe una misteriosa y profunda relación entre música y esperanza, entre canto y Vida Eterna. Por este motivo la tradición cristiana representa a los espíritus bienaventurados, en cuanto canta en coro, raptados y extasiados por la belleza de Dios” (Benedicto XVI, 24/04/2008).
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