domingo, 8 de diciembre de 2013

Akitu o Zagmuk

Modelo que representa la principal vía procesional (Aj-ibur-shapu) hacia la Puerta de Ishtar en Babilonia. Museo de Pérgamo, Berlín.
Akitu o Zagmuk (término acádico del sumerio, Akītum, ezen á-ki-tum, akiti-šekinku (á-ki-ti-še-gur10-ku5) "corte de cebada", akiti-šununum "siembra de cebada", babilonio, akitu, también rêš-šattim "cabeza o comienzo del año") fue una fiesta de primavera en la Antigua Mesopotamia.
Su nombre proviene del sumerio, para "cebada", y originalmente marcaba dos festivales que se celebraban al comienzo de cada uno de los dos medios años del calendario sumerio, con motivo de la siembra de cebada en el otoño y el corte de la cebada en la primavera. La religión babilónica llegó a dedicarla a la victoria de Marduk sobre Tiamat.
En el Próximo Oriente, también aparece desde la antigüedad la noción de que los dioses determinan el destino de todos los seres, incluidos los humanos, cada vez que se alcanza un Año Nuevo. En esa fecha, dictaminan la suerte que han de correr en los meses venideros hasta el próximo año. Se evoca el ciclo del eterno retorno, que tiene analogías en innumerables culturas y que en Babilonia queda reflejado en la fiesta Akitu.

Akitu babilónica

La fiesta babilónica tradicionalmente comenzaba entre el 21 del mes Adar y el 1 del Nisannu, considerado el primer mes del año (equivalente a marzo-abril del calendario gregoriano). Duraba doce días, comprendiendo complejos rituales.

Del primero al tercer día

El sacerdote del templo Ésagila (casa de Marduk) recitaría oraciones tristes con otros sacerdotes y el pueblo respondería con oraciones igualmente tristes que expresarían el temor de la humanidad a lo desconocido. Este miedo a lo desconocido explica por qué el sumo sacerdote encabezaría desde la Esagila la petición diaria de perdón a Marduk, rogándole que protegiese a Babilonia, su ciudad santa. Esta oración era llamada "El Secreto de Esagila".

Cuarto día

Se seguirían los mismos rituales de los tres días anteriores y luego, por la noche, se recitaría la "Epopeya de la Creación", Enuma Elish, que cuenta la historia de cómo se crearon el universo y las estaciones del año, y cómo, a continuación, todos los dioses se reunían (mediante la colocación de sus estatuas juntas) ante el dios Marduk después de su victoria sobre Tiamat. La recitación de esta epopeya era considerada como el inicio de los preparativos para la sumisión del rey de Babilonia ante Marduk durante el quinto día de Akitu.

Quinto día

Sumisión del rey de Babilonia ante Marduk. El rey entraría al santuario Esagila acompañado por los sacerdotes, que se acercarían todos juntos al altar donde el sumo sacerdote de Esagila suplantaría a Marduk para acercarse entonces al rey, comenzar a despojarlo de sus emblemas (joyas, espada, cetro y corona) y golpearlo con fuerza en el rostro, mientras que se arrodillaría ante el altar y comenzaría a rezar pidiendo el perdón de Marduk y sometiéndose a él diciendo:
"no he pecado, oh Señor del universo, ni he descuidado en ningún momento tu divinidad" ... Entonces, el sumo sacerdote en su papel de Marduk decía:
"No temas lo que Marduk tiene que decir, escuchará tus oraciones, extenderá tu poder y aumentará la grandeza de tu reino".
Después, el rey se ponía en pie y el sacerdote le devolvía sus joyas y demás pertenencias y le volvía a golpear con fuerza, esperando que el rey derramara lágrimas, lo que expresaría una mayor sumisión a Marduk y respeto a su poder. Cuando el sacerdote devolvía la corona al rey, simbolizaba que su poder había sido renovado por Marduk, por lo que la conmemoración no sólo se consideraba por el renacimiento de la naturaleza y la vida, sino también para el Estado.
Estas ceremonias rituales harían a las personalidades, más grandes y más temidas, sometidas al más grande Dios, viviendo un momento de humildad ante toda la población, compartiendo oraciones para demostrar su fe ante el poder del dios. Después de su presencia en su hogar terreno de Babilonia y renovando el poder del rey, el dios Marduk se quedaba en el Etemenanki (un zigurat o torre escalonada formada por siete terrazas, conocidas en la Torá como Torre de Babilonia), donde moraba Marduk o ​​en el templo Esagila (en la Torá, el dios viviría en una "montaña". Salmos 74:2). Durante este día, de acuerdo con la tradición del Akitu, Marduk entraría en su morada y sería sorprendido por dioses malignos que lucharían contra él, le apresarían y le llevarían cautivo a una montaña. Allí esperaría la llegada de su hijo, el dios Nabu, que lo salvaría de "Nada" y restauraría su gloria.

Sexto día

Llegada en barcos del dios Nabu acompañado por sus ayudantes, valientes dioses procedentes de las ciudades babilonias de Nippur, Uruk, Kish y Eridú. La estatua de Nabu sería trasladada navegando desde su lugar de residencia, Borsippa. Los dioses que acompañan a Nabu estarían representados por estatuas que se montarían en barcos hechos especialmente para la ocasión. Aquí la gente en gran número empezaría su caminar detrás de su rey hacia el Esagila donde Marduk seguiría prisionero, cantando lo siguiente:
"Aquí está el que viene desde muy lejos para restaurar la gloria de nuestro padre encarcelado".

Séptimo día

Al tercer día de su encarcelamiento Nabu liberará a Marduk. Los dioses malignos le habían encerrado con una enorme puerta. Marduk estaría luchando hasta la llegada de Nabu, cuando rompería esa puerta y se produciría una batalla de la que finalmente, Nabu saldría victorioso y liberaría a Marduk.

Octavo día

Cuando Marduk es liberado, las estatuas de los dioses son reunidas en el Salón de los Destinos, "Ubshu-Ukkina", para deliberar su destino. Allí se decide unir todas las fuerzas de los dioses y otorgarlas a Marduk. Aquí, el rey implora a todos los dioses que apoyen y honren a Marduk, siendo esta tradición la indicación de que Marduk recibió la sumisión de todos los dioses y fue único en su posición y dominio.

Noveno día

Procesión victoriosa hacia la "Bit Akitu" ("Casa de Akitu"), donde se celebraba la victoria de Marduk al principio de la Creación sobre el dragón Tiamat (diosa de las aguas inferiores). La Casa de Akitu que los asirios de Nínive llamaban "Bet Ekribi" ("Casa de Oraciones" en el antiguo idioma asirio), estaba a unos 200 metros fuera de las murallas de la ciudad, donde había maravillosos árboles decorados y regados cuidadosamente por respeto al dios que estaba considerado como el único que otorgaba naturaleza a la vida. La procesión triunfal era la forma en que la población expresaba su alegría a Marduk (Assur para los asirios, que le habría sustituido) por la renovación de su poder y la destrucción de las fuerzas del mal que casi controlaban la vida en el principio.

Día décimo

Al llegar a "Bet Akitu", el dios Marduk comenzaba la celebración, tanto con los dioses del mundo inferior, como con los del superior (las estatuas de los dioses se organizaban en torno a una gran mesa, como en un banquete), y luego Marduk volvía a la ciudad por la noche para celebrar su matrimonio con la diosa Ishtar, donde la tierra y el cielo se unen, y como los dioses se unieron, así fue esta unión dispuesta en la tierra. De este modo, el rey personifica este matrimonio sagrado, jugando el papel de casarse con la más alta sacerdotisa del Esagila (hieródula que representaría a la diosa), donde permanecerían sentados en el trono ante la población y recitarían poemas específicos para la ocasión. Este amor traerá consigo la vida durante la primavera.

Día undécimo

Los dioses regresaban acompañados de su Señor Marduk (Assur) para reunirse de nuevo en el Salón de los Destinos "Upshu Ukkina", donde se reunieron por primera vez en el octavo día, y donde esta vez se decidirá el destino del pueblo de Marduk (Assur). En la antigua filosofía asiria de la Creación, en general, se consideraba como un pacto entre el cielo y la tierra, siempre y cuando los seres humanos sirvan a los dioses hasta su muerte, por lo que, la felicidad de los dioses no es completa, salvo que los humanos sean felices también. El destino de los seres humanos sería dar la felicidad con la condición de que sirvan a los dioses. Así, Marduk y los dioses renovarían su pacto con Babilonia y luego volverían a su casa superior (cielo).

Día duodécimo

Último día de Akitu. Los dioses regresaban al templo de Marduk (las estatuas volvían al templo) y se reanudaba la vida cotidiana en Babilonia, Nínive, y el resto de las ciudades asirias.

Akitu asiria

La fiesta también fue adoptada en la Asiria de la Edad del Hierro. El rey Senaquerib en el 683 a. C. construyó una "Casa de Akitu" fuera de las murallas de Assur. Otra "Casa de Akitu" fue construida en las afueras de Nínive.1

Mitología Comparada

Marduk en el mito de la fiesta Akitu, se conserva en el llamado en inglés Marduk Ordeal Text (KAR 143). Aquí, Marduk aparece como una deidad de vida, muerte y resurrección, lo que refleja el origen agrario de la fiesta basado en el ciclo de siembra y cosecha. Está prisionero en el inframundo hasta que sube de nuevo al tercer día. El obvio paralelismo con la muerte y resurrección de Cristo celebrada en la Pascua cristiana se ha observado hace tiempo, y elaborada en detalle por Zimmern en su editio princeps de 1918.
Pallis, en 1926 rechazó algunos de los paralelismos cristológicas señalados por Zimmern, pero siguió insistiendo en que la muerte de Marduk, los lamentos sobre él, su posterior renacimiento y el regocijo por su resurrección está entre uno de los modelos de Oriente Próximo para la mitología comparada de Jesucristo.2
El tema de la muerte joven (cosecha/vegetal) de un dios (común en todo el Oriente Medio) también se refleja en las leyendas de Tammuz y de ello se hace referencia en la Biblia como "la mujer que llora a Tammuz", incluso en el templo del dios hebreo.

Legado

La fiesta Akitu se continuó celebrando a lo largo del período seléucida3 y durante el Imperio Romano. A principios del siglo III, todavía se seguía celebrando en Emesa, Siria, en honor del dios Elagabal. El emperador romano Heliogábalo (r. 218-222), que era de origen sirio, incluso introdujo la fiesta en Italia (Herodiano, Historia de Roma, 5.6).

Fiestas de primavera contemporáneas en el Oriente Próximo

Los iraníes celebran tradicionalmente el 21 de marzo como Noruz ("Día Nuevo"). Ja b-Nissan es el nombre de la fiesta de la primavera entre los asirios que se celebra el 1 de abril, como correspondiente al inicio del calendario asirio.4 El nombre acadio Akitu ha sido reintroducido en el Asirianismo, cayendo el 1 de Nisan del "calendario asirio", introducido en la década de 1950, que se corresponde con el 1 de abril del calendario gregoriano.

Referencias

  1. Ir a Ali Ahmad Yasin y A. Kirk Grayson, Sennacherib in the Akitu House, Irak, vol. 61, (1999), pp. 187-189; Simo Parpola, Neo-Assyrian Treaties from the Royal Archives of Nineveh, Journal of Cuneiform Studies, Vol. 39, No. 2 (Autumn, 1987), pp. 161-189.
  2. Ir a Tikva Frymer-Kensky, The Tribulations of Marduk the So-Called "Marduk Ordeal Text", Journal of the American Oriental Society, Vol. 103, No. 1, Studies in Literature from the Ancient Near East, por Members of the American Oriental Society, Dedicado a Samuel Noah Kramer (Jan. - Mar., 1983), pp. 131-141.
  3. Ir a S. M. Sherwin-White, Ritual for a Seleucid King at Babylon? The Journal of Hellenic Studies, Vol. 103, (1983), pp. 156-159.
  4. Ir a William Ricketts Cooper. "An Archaic Dictionary: biographical, historical and mythological: from the Egyptian, Assyrian, and Etruscan monuments". S. Bagster and Sons, 1876.

Bibliografía

  • P. Villard, «Akîtu», en F. Joannès (dir.), Dictionnaire de la civilisation mésopotamienne, París, 2001, p. 20-22.
  • J. Bottéro, La plus vieille religion: en Mésopotamie, París, 1998.

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