La vieja Catholic Encyclopedia de 1913 se puede leer en Internet, en su versión original inglesa; también en una traducción al español
que todavía es incompleta. A la vista de los últimos acontecimientos,
tiene interés recoger lo que aquella monumental obra de consulta decía
acerca del islam, no vaya a ser que cualquier día de éstos alguien
decida censurarlo o reescribirlo: ya en uno de los sitios donde se puede
consultar en inglés, New Advent,
se ha antepuesto al artículo “Mohammed and Mohammedanism” una
advertencia previa que se podría traducir así: “Como complemento de este
artículo, tomado de la Enciclopedia Católica de 1910 [sic], New Advent
recomienda una lectura piadosa [prayerful] de [la Declaración] “Nostra Aetate” del Concilio Vaticano Segundo”.
En ese artículo, la Catholic Encyclopedia decía, por ejemplo (traducción española):
De cualquier forma, admitiendo toda licencia en la exageración, la vida de Mahoma y sus acciones le muestran como un hombre de valor intrépido, gran estratega, elevado patriotismo, compasivo por naturaleza y pronto al perdón. Y sin embargo, no tuvo piedad en su trato con los judíos, una vez que hubo abandonado toda esperanza de que se sometieran. Aprobó el asesinato, si ello servía a su causa; por muy bárbaros o traicioneros que fueran los medios utilizados, a sus ojos el fin justificaba su utilización; y en más de una ocasión no sólo aprobó sino que también instigó el crimen. [...]
Según Sir William Muir, Marcus Dods y otros estudiosos, Mahoma fue sincero al principio, pero más tarde, exaltado por su éxito, practicó el engaño en cuanto le ayudara a obtener sus fines. Koelle “encuentra la clave para el primer periodo de la vida de Mahoma en Khadija, su primera esposa”, después de cuya muerte él se convirtió en presa de todas sus malvadas pasiones. Sprenger atribuye las pretendidas revelaciones a ataques epilépticos, o a “un paroxismo de locura cataléptica”. El mismo Zwemer pasa a criticar la vida de Mahoma tomando como referencia las normas, en primer lugar, del Antiguo y Nuevo Testamento, ambos reconocidos por Mahoma como revelación divina; en segundo, por la moralidad pagana de sus compatriotas árabes, y en último lugar, según la nueva ley de la que él se presentaba como “el intercesor y guardián escogido por Dios”. Según este autor, el profeta fue desleal incluso con respecto a las tradiciones éticas de los bandidos idólatras entre los que vivía, y violó grandemente la fácil moralidad sexual de su propio sistema. [...]
El amor fraternal en el islam se limita a los musulmanes.
Y acababa diciendo (hemos corregido la traducción defectuosa de la última frase):
En materia política, el Islam es un sistema de despotismo dentro de las fronteras y de agresión más allá de las mismas. El Profeta ordenó una sumisión absoluta al imán. En ningún caso se podía levantar la espada contra él. Los derechos de los no-musulmanes son del tipo más indefinido y limitado y la guerra de religión es un deber sagrado cuando se da la oportunidad del éxito contra el “infiel”. Las persecuciones mahometanas de la Edad Media y Moderna, especialmente las turcas, tanto de judíos como de cristianos son quizá la mejor ilustración de este fanático espíritu religioso y político.
Aquí pueden verse y descargarse íntegras las versiones original y traducida de ese artículo de la Catholic Encyclopedia, que por supuesto se publicó con sus correspondientes Nihil Obstat e Imprimatur. ¿Qué ha cambiado en la islamología desde los tiempos de Pío X, para que lo que entonces se consideraba en Roma verdadero ahora presumiblemente se haya de considerar, en palabras recientes de Benedicto XVI, “prejuicios del pasado” e “imagen distorsionada del otro”? ¿Qué ha cambiado, para que la jerarquía católica haya podido estar equivocada acerca de los fundamentos del islam por espacio de trece siglos? Mysterium tremendum.
En ese artículo, la Catholic Encyclopedia decía, por ejemplo (traducción española):
De cualquier forma, admitiendo toda licencia en la exageración, la vida de Mahoma y sus acciones le muestran como un hombre de valor intrépido, gran estratega, elevado patriotismo, compasivo por naturaleza y pronto al perdón. Y sin embargo, no tuvo piedad en su trato con los judíos, una vez que hubo abandonado toda esperanza de que se sometieran. Aprobó el asesinato, si ello servía a su causa; por muy bárbaros o traicioneros que fueran los medios utilizados, a sus ojos el fin justificaba su utilización; y en más de una ocasión no sólo aprobó sino que también instigó el crimen. [...]
Según Sir William Muir, Marcus Dods y otros estudiosos, Mahoma fue sincero al principio, pero más tarde, exaltado por su éxito, practicó el engaño en cuanto le ayudara a obtener sus fines. Koelle “encuentra la clave para el primer periodo de la vida de Mahoma en Khadija, su primera esposa”, después de cuya muerte él se convirtió en presa de todas sus malvadas pasiones. Sprenger atribuye las pretendidas revelaciones a ataques epilépticos, o a “un paroxismo de locura cataléptica”. El mismo Zwemer pasa a criticar la vida de Mahoma tomando como referencia las normas, en primer lugar, del Antiguo y Nuevo Testamento, ambos reconocidos por Mahoma como revelación divina; en segundo, por la moralidad pagana de sus compatriotas árabes, y en último lugar, según la nueva ley de la que él se presentaba como “el intercesor y guardián escogido por Dios”. Según este autor, el profeta fue desleal incluso con respecto a las tradiciones éticas de los bandidos idólatras entre los que vivía, y violó grandemente la fácil moralidad sexual de su propio sistema. [...]
El amor fraternal en el islam se limita a los musulmanes.
Y acababa diciendo (hemos corregido la traducción defectuosa de la última frase):
En materia política, el Islam es un sistema de despotismo dentro de las fronteras y de agresión más allá de las mismas. El Profeta ordenó una sumisión absoluta al imán. En ningún caso se podía levantar la espada contra él. Los derechos de los no-musulmanes son del tipo más indefinido y limitado y la guerra de religión es un deber sagrado cuando se da la oportunidad del éxito contra el “infiel”. Las persecuciones mahometanas de la Edad Media y Moderna, especialmente las turcas, tanto de judíos como de cristianos son quizá la mejor ilustración de este fanático espíritu religioso y político.
Aquí pueden verse y descargarse íntegras las versiones original y traducida de ese artículo de la Catholic Encyclopedia, que por supuesto se publicó con sus correspondientes Nihil Obstat e Imprimatur. ¿Qué ha cambiado en la islamología desde los tiempos de Pío X, para que lo que entonces se consideraba en Roma verdadero ahora presumiblemente se haya de considerar, en palabras recientes de Benedicto XVI, “prejuicios del pasado” e “imagen distorsionada del otro”? ¿Qué ha cambiado, para que la jerarquía católica haya podido estar equivocada acerca de los fundamentos del islam por espacio de trece siglos? Mysterium tremendum.
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