viernes, 27 de noviembre de 2015

Criptestesia.

Llámase Criptestesia al fenómeno parapsicológico que explica la adivinación o precognición de hechos que habrán de ocurrir en un futuro lejano o cercano.
La palabra “criptestesia” (del griego “kriptostiesto”, o receptáculo) sirve para designar el tipo de adivinación que logra una persona mediante la observación directa de un recipiente con agua.

Para lograr una explicación clara de este fenómeno, diremos que el experimentador usara un vaso (a falta de este puede ser un botella) lleno de de agua hasta el borde.  Recluido en una habitación donde nadie interfiera el desarrollo de esta experiencia, el experimentador colocara dicho vaso sobre una mesa, la que estará cubierta con un mantel de color oscuro, preferentemente negro.

La luz deberá ser difusa, esto es, bastara con la tenue claridad que pueda entrar por una ventana, que deberá estar colocada detrás del experimentador, a fin de evitar que su luz, al reflejarse sobre el cristal del vaso, provoque reflejos que  obstaculicen la visión uniforme del mismo.
Se comprenderá, en consecuencia, que ninguna sombra ni reflejo deberá proyectarse sobre el recipiente que el experimentador colocara delante de él, arriba de la mesa.  Procederá entonces a sentarse y a mirar fijamente el vaso.

CONCENTRACION DEL EXPERIMENTADOR

Si la silla es muy alta, el experimentador podrá mirar el interior del vaso fijando su mirada desde arriba, o sea por la boca del vaso, pero si su ubicación es más baja, mirara el interior a través del costado del vaso.

La atención del experimentador se concentrara en el agua; mejor dicho, en el centro de ésta.  Una larga espera precederá a cualquier tipo de manifestación que se presente.

Con sus ojos fijos en el interior del vaso, mirando intensamente el centro del agua, permanecerá así durante un lapso prolongado.

Nada debe turbar su concentración, que será intensa y uniforme.  Su mente estará en forma absorbente dirigida a detectar en el interior del vaso alguna manifestación visible, la que, de producirse, le hará comprender que posee condiciones “mediumnímicas”, o sea, que es sujeto propicio para visualizar experiencias criptestésicas.

Aclaremos ahora que durante largo rato el experimentador no verá nada.  Y es probable que, incluso, durante varias sesiones no perciba manifestación alguna.  Pero después de reiteradas sesiones experimentales, comenzará a advertir que su mirada parece nublarse, que sus ojos se van llenando de lágrimas y que cree ver sombras alrededor del vaso.

Luego vendrán otras sensaciones: le parecerá que el vaso se deforma y se aleja y se acerca alternativamente, moviéndose constantemente de sito.  Todo ello será producto de su fuerte concentración y servirá para indicarle que pronto, en sucesivas experimentaciones, llegara a percibir formas que irán corporizándose gradualmente.

Si en las primeras sesiones (que podrán durar de 20 a 30 minutos) el experimentador no observa nada que despierte su interés, deberá suspender la prueba para otro día.  En lo posible, es aconsejable realizar estas sesiones en el mismo lugar y a la misma hora, pues ello predispone la psiquis del experimentador y lo habitúa a la percepción de las imágenes que busca producir.

Estas manifestaciones, con el tiempo, harán concebir en la psiquis del experimentador ideas, tal vez confusas en un comienzo, pero cada vez mas firmes y mejor esbozadas.  La misma psiquis del experimentador debe tratar de traducir el significado que dichas manifestaciones encierran.

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