Catacomba, Vía Latina.
La escalera de Jacob (en hebreo סֻלָּם sullām, «escalera») es una estructura mencionada en la Biblia (Génesis 28,11-19) en la que los ángeles ascendían y descendían del cielo. Fue vista por el patriarca Israel durante un sueño, tras su huida por su enfrentamiento con su hermano Esaú:
Jacob en Betel (Os 12,5; Sab 10,10)
10Jacob salió de Berseba y se dirigió a Jarán. 11Acertó a llegar a un
lugar; y como se había puesto el sol, se quedó allí a pasar la noche.
Tomó una piedra del lugar, se la puso como almohada y se acostó en aquel
lugar.
12Tuvo un sueño: una rampa, plantada en tierra, tocaba con el extremo
el cielo. Mensajeros de Dios subían y bajaban por ella. 13El Señor
estaba en pie sobre ella y dijo:
-Yo soy el Señor, Dios de Abrahán tu padre y Dios de Isaac. La tierra
en que yaces te la daré ati y a tu descendencia. 14Tu descendencia será
como el polvo de la tierra; te extenderás a occidente y oriente, al
norte y al sur. Por ti y por tu descendencia todos los pueblos del mundo
serán benditos. 15Yo estoy contigo, te acompañaré adonde vayas, te haré
volver a este país y no te abandonaré hasta cumplirte cuanto te he
prometido.
16Despertó Jacob del sueño y dijo:
-Realmente está el Señor en este lugar y yo no lo sabía.
17Y añadió aterrorizado:
-¡Qué terrible es este lugar! Es nada menos que casa de Dios y Puerta del Cielo.
18Jacob se levantó de mañana, tomó la piedra que le había servido de
almohada, la colocó a modo de estela y derramó aceite en la punta. 19Y
llamó al lugar Casa de Dios (la ciudad se llamaba antes Luz*). 20Jacob
pronunció un voto:
-Si Dios está conmigo y me guarda en el viaje que estoy haciendo y me
da pan para comer y vestido con que cubrirme, 21y si vuelvo sano y
salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios, 22y esta
piedra que he colocado como estela será una casa de Dios y te daré un
diezmo de todo lo que me des.
Explicación.
28,10-22 El nuevo episodio sorprende a Jacob en su viaje de Berseba a
Jarán y se detiene en una noche histórica. Un alto y un salto en el
camino. El que vivía tranquilo en tiendas junto a sus padres (25,27),
anda ahora a campo traviesa: no tiene parientes que lo acojan ni
extranjeros que le ofrezcan hospitalidad. El rico de bendiciones
celestes, marcha con un bastón en la mano (32,11) y pedirá a Dios
solamente pan y vestido (v.20). El futuro señor de pueblos marcha
fugitivo. Duerme donde le alcanza la puesta del sol y por cabecera tiene
una piedra.
El camino es como una línea en un plano horizontal. El sueño y la
aparición son un desgarrón hacia arriba: lo vertical en un punto del
camino. El sueño es el reino de los símbolos. De Jacob no nos consta su
preocupación religiosa: una vez ha mencionado al Señor y ha sido usando
su nombre en vano (27,20). En la huida, en la aflicción se le abre de
repente un mundo superior; alcanza una experiencia nueva del Señor, que
no conocía. Como si en casa y con el rebaño estuviera confinado, en
camino se le abrieran horizontes. Su viaje resulta ser de iniciación.
El lugar parece solitario, pero está bien poblado de mensajeros
celestes. Despierto Jacob no lo ve (16). Cuando el sueño le cierre los
ojos, se le abrirán los de la fantasía, no para inventar ficciones, sino
para descubrir la realidad. Lo que ve es un espacio dominado por una
rampa gigantesca, más que cualquier montaña, más que la proyectada torre
de Babel. Une la tierra con el cielo, transitable para los mensajeros
celestes. El Señor está de pie "sobre él / ella". El hebreo es ambiguo:
sobre él, protegiéndolo de cerca (cfr. Sal 63,8-9; 139,10); sobre ella,
en el vértice de la rampa. A ella se refiere la declaración de Jesús en
Jn 1,51.
En Jacob se cumple un doble movimiento: hacia fuera, saliendo del
espacio doméstico; hacia dentro, penetrando en el espacio interior de
los sueños. De pie fija los ojos en el suelo; acostado a ras de tierra
descubre la altura celeste.
El lugar se revela como "Casa de Dios": no recinto cerrado, que acoge y
contiene, sino "puerta del cielo", apertura a espacios trascendentes. A
Jacob se le ha abierto la última puerta y queda sobrecogido.
El oráculo renueva la promesa de tierra y descendencia. Betel es un
centro. Une con el cielo, como el "ombligo del mundo" de otras culturas.
Betel es lo contrario de Babel (que significa "Puerta de los dioses").
Es centro de expansión hacia los cuatro puntos cardinales: como la
mirada de Abrán (13,14). Los descendientes se extenderán
concéntricamente, sin perder el centro de unidad, asegurado por el
vínculo con Dios.
El Señor añade una promesa particular para la coyuntura presente: lo
acompañará en el viaje, y lo hará volver. Jacob queda emplazado; la cita
futura con el Señor en Betel tirará de él como fuerza centrípeta. Jacob
responde consagrando con la unción la estela y pronunciando un voto que
incluye la vuelta.
¿Huía Jacob de su hermano?, ¿o marchaba atraído sin saberlo por Dios? El
encuentro con Dios marca al hombre. Al ponerse de nuevo en camino
parece sentirse ligero: "alzó los pies" -expresión única en la Biblia.
28,14 Gn 15,5s.
28,18-19 La piedra alargada, antes caída, se coloca vertical, plantada
en tierra y apuntando al cielo; la dura almohada del sueño se convierte
en imagen del vínculo misterioso entre tierra y cielo. Es recordatorio y
más que eso: está invadida de la presencia de Dios. La unción es acto
de consagración (cfr. Ex 30,26-29).
28,18 Ex 30,26-29.
28,19 * = Almendral.
28,22 Am 4,4.
El nombre de Bethel
(literalmente, «Casa del Señor»), al igual que expresiones como «puerta
del Cielo», aluden al Templo que se construiría en este lugar años más
tarde.
Interpretaciones
Los comentaristas clásicos del judaísmo ofrecen diferentes interpretaciones para el episodio de la Escalera de Jacob:
- De acuerdo con la tradición del Midrásh, la escalera simboliza los exilios que el pueblo judío sufriría antes de la llegada del Mesías. Un primer ángel representa los 70 años de exilio en Babilonia; el siguiente representa el exilio en Persia, y otro más, el exilio en Grecia. El último ángel, que representa el exilio final en Roma o Edom (identificado con el propio Esaú), asciende y asciende hacia el cielo; pese al miedo de Jacob a no poder librarse nunca de la dominación de Esaú, Dios le garantiza que algún día también él caerá.
- Otra interpretación de la escalera acentúa el hecho de que los ángeles primero ascienden y luego descienden. Así el Midrásh explica que Jacob, como hombre santo, estaba siempre acompañado de ángeles. Al alcanzar la frontera de Canaán (la futura tierra de Israel), los ángeles asignados a defenderla volvieron al Cielo, mientras que los de otras tierras descendieron de él para conocerlo. Cuando Jacob volvió a Canaán (Génesis 32:2-3), es saludado por los ángeles asignados a Tierra Santa.
- El lugar en el que Jacob se detuvo a descansar se cree que coincide con el monte Moriá, donde se construyó el Templo de Jerusalén. Así pues, la Escalera simbolizaría el "puente" entre el Cielo y la Tierra, establecido a través del pacto entre Dios y el pueblo judío, y fortificado por las oraciones y sacrificios realizados en el Templo. Además, la escalera representaría a la Torá, como un nuevo vínculo entre cielo y tierra. El término hebreo para "escalera", sulam - סלם - y el de la montaña en que se dictó la Torá (el Monte Sinaí) - סיני - tiene la misma gematría (valor numérico de las letras que las componen).
- La interpretación cristiana de la Escalera de Jacob se basa en Juan 1:51 ("51 Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»"); de acuerdo con esta lectura, Jesucristo es una nueva escalera que comunica el Cielo y la Tierra, al ser al mismo tiempo hijo de Dios y de los hombres.
- Interpretación Mariológica: Es uno de los más bellos símbolos de la Virgen María, porque está puesta por Dios entre El y nosotros, para que podamos llegar al Cielo. Lo mismo que la escala se le apareció a Jacob cuando iba huyendo, cansado triste, así la Virgen gusta de consolarnos cuando estamos tristes y cansados. Los ángeles subían y bajaban por ella; los ángeles, en el Cielo, alaban a la Virgen que es su Reina, y por medio de Ella nos alcanzan las gracias que necesitamos. Significa que María es Medianera universal. Esto se dice por tradición ya que la Biblia dice que solo Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1a timoteo 2:5)
Influencia
El himno cristiano del siglo XIX "Nearer, My God, to Thee", escrito por la poetisa inglesa Sarah Flower Adams hace referencia a la escalera de Jacob en su tercer coro:Este himno es reconocido pues, según el mito, fue la última melodía interpretada por Wallace Hartley y su banda durante el hundimiento del RMS Titanic.
There let the way appear steps unto heav'n
All that Thou sendest me in mercy giv'n
Angels to beckon me nearer, my God, to Thee
La senda siga yo, que al cielo va
Por gozo o por dolor quiero ir allá
Un ángel venga a mí, para llevarme a Ti.
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