
Supuesta carta de Abgaro a Jesús
1.
Abgaro, rey de Edesa, a Jesús el Salvador, que se ha manifestado en
Jerusalén.
2.
He oído hablar de las curaciones que has hecho, sin usar hierbas, ni
otros remedios ordinarios.
3.
Y sé que devuelves la vista a los ciegos, y
que haces andar a los cojos, y que limpias la lepra, y que arrojas los
demonios inmundos, y que curas las enfermedades más crónicas, y que
resucitas a los muertos.
4.
Y, oyendo tales cosas, me he persuadido de
que tú eres Dios, o Hijo de Dios, y que estás en la tierra con el fin de
realizar esas maravillas.
5.
Y por eso te escribo, para suplicarte que
vengas a mí, y que me cures de la enfermedad que me atormenta.
6.
Y he oído decir que los judíos murmuran de ti y que te preparan celadas.
7.
Y yo poseo una ciudad que es pequeña, pero honesta, y bastará para los
dos.
Supuesta
contestación de Jesús a Abgaro
1.
Bienaventurado seas, tú, Abgaro, que crees en mí, sin haberme conocido.
2.
Porque de mí está escrito: "Los que lo vean no creerán en él, a
fin de que los que no lo vean puedan creer, y ser bienaventurados."
3.
Cuanto al ruego que me haces de ir cerca de ti, es preciso que yo cumpla
aquí todas las cosas para las cuales he sido enviado, y que, después de
haberlas cumplido, vuelva a Aquel que me envió.
4.
Y, cuando haya vuelto a Él, te mandaré a uno de mis discípulos, para
que te cure de tu dolencia, y para que comunique a ti y a los tuyos el
camino de la bienaventuranza.

La
carta de Jesús según la versión de Luis de Dios
1.
Yo, Jesucristo, Hijo de Dios vivo y eterno, a Abgaro, rey de la ciudad de
Edesa. La paz sea contigo.
2.
Dichoso tú y bienaventurado tu reino de Edesa, pues que, sin nunca verme,
has creído en mí.
3.
Tú serás siempre dichoso, así como tu
pueblo.
4.
Y la paz y la caridad se multiplicarán en
tu ciudad, y en ella brillará una fe sincera en mí, y la ciencia estará
en ella.
5.
Yo, Jesucristo, rey del cielo, he venido a
la tierra a salvar a Adán y a Eva y a su raza.
Sentencias
que acompañó a Jesús a la carta, según el manuscrito árabe de la
biblioteca de Leyden, en que se halla esta versión
1.
Yo me someto de mi propio grado a los dolores de la pasión y a la cruz.
2.
Yo no soy solamente un hombre, sino un Dios
perfecto y un hombre perfecto.
3.
Y he sido elevado hacia los serafines.
4.
Y soy eterno, y no hay más Dios que yo.
5.
Y me he convertido en el salvador de los hombres, por virtud de mi amor
hacia ellos.
6.
Y vivo en toda hora, siempre y eternamente.
7.
Y el Señor escribió en esta carta de su puño y letra y la envió
diciendo:
8.
He dispuesto que seas curado de tus
dolencias, y que tus pecados te sean remitidos.
9.
Y, siempre que lleves contigo esta carta, el
poder de los ejércitos enemigos no prevalecerá contra los tuyos.
10.
Y tu ciudad será siempre bendita, gracias a
ti.
11.
Y estas son las siete sentencias y las otras palabras que Nuestro Señor
Jesucristo envió a Abgaro, rey de Edesa, tratando de su divinidad y su
humanidad, y de cómo es Dios perfecto y hombre perfecto. A él sea por
siempre toda alabanza.

Fuente:
Los Evangelios Apócrifos, por Edmundo González Blanco
Ver
también el relato completo de Eusebio, Hist.
Ecl. libro 1 cap. XIII
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