LOS PRIMEROS OBJETORES DE CONCIENCIA.

Hoy lo de la objeción de conciencia es algo que nos resulta familiar. En los últimos tiempos del servicio militar obligatorio muchos jóvenes se han declarado objetores, negándose a entrar en el ejército por convicciones morales o religiosas que consideran el servicio de arma como contrario a sus ideas: pacifistas. Testigos de Jehová y alguno que otro que no deseaba incorporarse al ejército bajo ningún concepto se decidieron por esta opción. Generalmente el servicio militar era sustituido para estos objetores por servicios a la comunidad … iY todos tan contentos! Pero en la Roma de los Césares el que era objetor se enfrentaba a situaciones mucho más extremas. 

Éste es el caso de san Maximiliano, que según las Actas de los Mártires fue llevado a martirio por no querer incorporarse al ejército. Maximiliano fue de aquellos primeros cristianos que en verdad creía en el quinto mandamiento: "No matarás", ya los veintiún años, ya tallado y medido, se negó a integrarse en el ejército romano. Es cierto que había cristianos en él, pero el joven decidió que su milicia era la de su fe y no hubo forma de convencerte de otra cosa. El procónsul Dión, por activa y por pasiva, intentó forzarle a que aceptara su destino de soldado pero en vista de que Maximiliano no estaba dispuesto a ello y harto ya de oír hablar de Cristo y de las legiones celestiales, ordenó que se le decapitara allí mismo. Antes el mártir le regaló su vestido al verdugo y murió con serenidad, con alegría pensando en que iba a reunirse con el Padre. 

Las Actas dicen que el padre terrenal de Maximiliano se volvió a su casa lleno de gozo ante el comportamiento de su hijo. No sé. Tal vez la fe de los cristianos primitivos tuviera tal fuerza y tal creencia en la vida eterna que convirtiera los sufrimientos de la vida finita como un puro trámite, pero desde luego no se puede decir que la sentencia no fuera dura. 

iSi san Maximiliano desde el cielo ha contemplado las innumerables guerras que han provocado los cristianos, la cantidad de sangre derramada entre los propios hermanos en la fe, sin duda se habrá quedado boquiabierto!