domingo, 8 de mayo de 2016

FACEO


Decimoctavo rey de Israel después del cisma. Su reinado habría comenzado en el año cincuenta y dos -el último- del reinado de Azarías de Judá (1R 15,27). Pero los especialistas estiman por lo general que subió al trono un poco más tarde, en el 737 a.C., en tiempos de Yotán (2R 15,32), sucesor de Azarías, y que reinó cinco años. Fue, por tanto, contemporáneo de Ajaz de Judá, hijo de Yotán (2R 16,1).

Hijo de Remalyahu y ayudante del rey Pecajías, había destronado y asesinado a su señor para sucederle. Fue un rey impío: "Hizo lo malo a los ojos de Yahvé (2R 15,25.27-28)". Pécaj acepta hacer causa común con un enemigo tradicional de Israel, el rey de Aram, que entonces era Rasón (Resín), para luchar contra el rey de Asur, Teglat-Falasar III, a quien Menajén de Israel había ya pagado tributos (cf. 2R 15,19-20). Estados árabes y fenicios, ciudades filisteas y edomitas entran en la coalición cuya inciativa había tomado Rasón, pero Ajaz se negó a participar a pesar de las presiones. El rey de Aram y el "hijo de Remalyahu" invadieron entonces Judá y, según el libro de los Reyes, asediaron Jerusalén (2R 16,5).

El libro de las Crónicas distingue dos expediciones: la de los arameos y la del rey de Israel cuya victoria aparece como un castigo por la impiedad de Ajaz (2Cró 28,5-7, cf. 2-4). Los combatientes del reino del Norte hicieron numerosos prisioneros a los que liberaron por las conminaciones del profeta Obed (2Cró 28,8-15). Ésta fue la guerra "siro-efraimita" (735 a.C). A pesar de la oposición de Isaías, Ajaz recurrió a Teglat-Falasar, al que ofreció el tesoro del Templo y el de la casa del rey a cambio de su intervención. Teglat-Falasar invadió el reino del Norte, salvando así a Jerusalén, y le quitó a Pécaj las ciudades de Galilea, de Galaad, el extremo norte y el territorio de Neftalí.

Inaugurando la política de deportación, Teglat-Falasar trasladó  a Asur a la mayoría de los habitantes de las regiones conquistadas e implantó gobernadores asirios.

Tan sólo Samaría y las cercanas colinas de Efraín conservaron algo parecido a la independencia. Al mismo tiempo, Teglat-Falasar se había apoderado de Damasco y había dado muerte a Rasón. Pécaj no sobrevivió al desastre. Fue asesinado por Oseas, hijo de Elá, que fue reconocido como rey por los asirios. Los anales de Teglat-Falasar (Anales I. 227-230) proporcionan valiosos datos para el conocimiento de este reinado (2R 15,29-31; 16,7-21; 2Cró 28,16.20-21; Is 7,1-2.17, cf. 8,5-10.)

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