Cristo entre Pedro y Pablo, siglo IV, Catacumbas de los Santos Marcelino y Pedro en la Vía Labicana.
Índice
Los cristianos gentiles y la Torá
Como los gentiles comenzaron a convertirse del paganismo al cristianismo, surgió una disputa entre los líderes cristianos en cuanto a si los gentiles tenían que observar todos los preceptos de la Ley de Moisés. En particular, se debatió si los gentiles conversos debían circuncidarse y observar las leyes dietéticas; especialmente la circuncisión, que se consideraba repulsiva en la cultura helenística.2Probablemente completamente independiente de Pablo, pero alrededor del mismo período de tiempo, el tema de los gentiles y la Torá también fue objeto de debate entre los rabinos según consta en el Talmud. Esto dio lugar a la doctrina de las Siete Leyes de Noé, para ser seguidas por los gentiles, así como la determinación de que «los gentiles no pueden ser enseñados en la Torá». En el siglo XVIII, el rabino Jacob Emden era de la opinión que el objetivo original de Jesús, y especialmente Pablo, solamente fue convertir a los gentiles a las Siete Leyes de Noé, mientras que permitían a los judíos seguir la completa Ley Mosaica.3
Pablo era un firme defensor de la posición de que los gentiles no necesitaban ser circuncidados ni observan las leyes dietéticas, una posición que algunos tomaron como antinomismo. Otros, a veces denominados judaizantes, sintieron que los cristianos gentiles necesitaban cumplir plenamente la Ley de Moisés.
Concilio de Jerusalén
Ícono de Jacobo el Justo, cuya decisión fue aprobada en el Decreto Apostólico según Hechos 15:19-29, c. 50 d. C.
Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.
Varones hermanos, oídme. Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: «Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos». Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.Este Decreto Apostólico todavía es observado por la Iglesia Ortodoxa Oriental.5
Sin embargo, la fiabilidad histórica de los Hechos de los Apóstoles se disputa.6
El incidente
De acuerdo con la Epístola a los Gálatas, capítulo 2, Pedro había viajado a Antioquía y había una disputa entre él y Pablo. La epístola no exactamente dice si esto ocurrió antes o después del concilio de Jerusalén, pero el incidente se menciona en la carta de Pablo como su siguiente tema después de describir una reunión en Jerusalén, que los estudiosos consideran a menudo que es el concilio. Gálatas 2:11-13 dice:Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.Para consternación de Pablo, el resto de los cristianos judíos de Antioquía se pusieron del lado de Pedro, incluyendo al desde hace mucho tiempo colaborador de Pablo, Bernabé:
Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.
Pedro y Pablo, representados en un grabado del siglo IV con sus nombres en latín y el crismón.
Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión, diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?Esto se describe como haber sucedido antes de la muerte del rey Herodes (Agripa) en el 44 d. C., y por lo tanto años antes del Concilio de Jerusalén (c. 50). Hechos es completamente silencioso acerca de cualquier enfrentamiento entre Pedro y Pablo, en éste o en cualquier otro momento.
Existe cierto debate que el enfrentamiento en realidad no era entre Pablo y Pedro el apóstol, sino con otro de los identificados 70 discípulos de la época con el mismo nombre que Pedro. En 1708, el jesuita francés Jean Hardouin escribió una tesis que sostiene que «Pedro» era en realidad «otro Pedro», de ahí el énfasis de usar el nombre de Cefas (arameo de Pedro) para referirse al apóstol.7
Resultado
La separación definitiva de Pedro y Pablo ha sido un tema del arte cristiano, que apunta a una tradición de su reconciliación.
La discusión con Pedro fue un fracaso total de bravata política y Pablo pronto dejó Antioquía como persona non grata, nunca más regresó.9Según la tradición de la iglesia, Pedro y Pablo enseñaron juntos en Roma y fundaron el cristianismo en esa ciudad. Eusebio cita a Dionisio, obispo de Corinto como diciendo, «Ellos enseñaron de igual manera en Italia, y sufrieron el martirio al mismo tiempo».10 Esto puede indicar su reconciliación. En 2 Pedro 3:16, las cartas de Pablo son llamadas «escritura», lo que indica la relación que el escritor tenía de la autoridad apostólica de Pablo.11 Sin embargo, algunos eruditos modernos consideran que la Segunda Epístola de Pedro es pseudoepigráfica.12 13
Referencias
Bibliografía
- Dunn, James D.G. The Incident at Antioch (Gal 2:11–18) Journal for the Study of the New Testament 18, 1983, pg 95–122
- James D. G. Dunn Echoes of Intra-Jewish Polemic in Paul's Letter to the Galatians Journal of Biblical Literature, Vol. 112, No. 3 (Autumn, 1993), pp. 459–477
- James D. G. Dunn, Jesus, Paul and the Law, chapter 6: "The Incident at Antioch"[1]
Enlaces externos
«Judaizers». Catholic Encyclopedia (en inglés). Nueva York: Robert Appleton Company. 1913. OCLC 1017058.. «The Incident at Antioch».- Paul N. Tobin, The Incident at Antioch
- Jewish Encyclopedia: Saul of Tarsus: Paul's Opposition to the Law
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