Las revueltas del Arrabal de Córdoba.
El
arrabal de Córdoba se sublevó ante las presiones a las que les sometía
Alhakam I. Su motín tuvo un inicial éxito, pero pronto fueron derrotados
por los soldados del emir.
Alhakam
I acuarteló la caballería junto a la puerta del alcázar, aumentó su
guardia de esclavos y exigió a los vecinos de los arrabales la entrega
anual de un diezmo de sus productos. Como se resistieron, metió en
prisión a algunos de los ciudadanos más levantiscos y crucificó a varios
[...].
La respuesta no se hizo esperar. Los primeros en sacar las armas fueron los vecinos del arrabal del sur. En seguida les siguieron los de los demás arrabales, entre los que un cronista llegó a contar cuatro mil estudiantes. Al principio, la suerte sonrió a los sublevados que asediaron el alcázar del emir. Sin embargo, una estratagema de este permitió a un grupo de sus soldados salir por un portillo y proceder a incendiar las casas de los atacantes. Estos abandonaron el asedio y fueron a defender sus pertenencias. Fue inútil. Los soldados los fueron apresando uno a uno. Más de trescientos prisioneros fueron crucificados cabeza abajo. El resto, con toda la población de los arrabales, fue desterrado.
La respuesta no se hizo esperar. Los primeros en sacar las armas fueron los vecinos del arrabal del sur. En seguida les siguieron los de los demás arrabales, entre los que un cronista llegó a contar cuatro mil estudiantes. Al principio, la suerte sonrió a los sublevados que asediaron el alcázar del emir. Sin embargo, una estratagema de este permitió a un grupo de sus soldados salir por un portillo y proceder a incendiar las casas de los atacantes. Estos abandonaron el asedio y fueron a defender sus pertenencias. Fue inútil. Los soldados los fueron apresando uno a uno. Más de trescientos prisioneros fueron crucificados cabeza abajo. El resto, con toda la población de los arrabales, fue desterrado.
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