SUMARIO:
I.
Asociaciones marianas ayer y hoy:
1. Congregaciones marianas;
2. Asociación mariana;
3. Asociación Mariana Internacional;
4. Asociación Devotos de María Auxiliadora;
5. Asociaciones monfortianas;
6. Milicia de la Inmaculada;
7. Legión de María;
8. Ejército azul;
9. Asociaciones de espiritualidad mariana;
10. Juventud Ardiente Mariana;
11. Asociación mariana "Con María por un mundo nuevo";
12. Organismos de vinculación mariana;
13. Otras asociaciones de inspiración mariana
1. Congregaciones marianas;
2. Asociación mariana;
3. Asociación Mariana Internacional;
4. Asociación Devotos de María Auxiliadora;
5. Asociaciones monfortianas;
6. Milicia de la Inmaculada;
7. Legión de María;
8. Ejército azul;
9. Asociaciones de espiritualidad mariana;
10. Juventud Ardiente Mariana;
11. Asociación mariana "Con María por un mundo nuevo";
12. Organismos de vinculación mariana;
13. Otras asociaciones de inspiración mariana
II.
Asociacionismo mariano: notas características:
1. Experiencia no clerical;
2. Experiencia comunitaria;
3. Experiencia original;
4. Experiencia apostólica;
5. Experiencia abierta
1. Experiencia no clerical;
2. Experiencia comunitaria;
3. Experiencia original;
4. Experiencia apostólica;
5. Experiencia abierta
III.
Asociaciones marianas: perspectivas:
1. Riqueza de estímulos marianos;
2. Recuperación del modelo mariano;
3. Influjo de experiencias carismáticas
1. Riqueza de estímulos marianos;
2. Recuperación del modelo mariano;
3. Influjo de experiencias carismáticas
IV.
Conclusión.
Es
difícil negar la presencia de una crisis en la piedad mariana en los años
sesenta. Testimonio de ello es el desinterés y el gradual abandono de tantas prácticas
exaltadas en otros tiempos y sobre todo la mentalidad difusa de que María es en
el cristianismo algo accesorio, embarazoso. Una aportación decisiva para la
superación de esta crisis peligrosa se debió al Vat 11, que dedicó a la
cuestión mariana la exposición más amplia que nunca se había desarrollado en
un concilio. La inserción orgánica y armoniosa de María en el conjunto del
misterio cristiano ha abierto nuevos caminos a la mariología, remachando el carácter
ineludible del tema mariano. Existen en la actualidad varios elementos que
demuestran la continuidad de una nueva fase de interés por María. Entre
ellos hay que señalar sin duda la presencia cada vez más masiva y cualificada
en la vida de la iglesia de asociaciones, iniciativas y movimientos de inspiración
mariana, algunos de ellos de reciente institución y otros que tienen un origen
muy antiguo [I Centros marianos; I
Movimientos eclesiales].
I.
Asociaciones marianas ayer y hoy
Falta
una verdadera historia del asociacionismo mariano. La carencia de una
documentación crítica de cada uno de los movimientos hace necesariamente
aproximativo el marco histórico general de las diversas asociaciones. También
parece problemática su debida colocación y clasificación. En este
estudio no tomaremos en consideración aquellas formas asociativas, realmente
interesantes, que a lo largo de la historia se identificaron bien como cofradías
marianas o bien como terceras órdenes marianas. En la síntesis que hacemos
señalamos, siguiendo un orden cronológico, aquellas formas asociativas que
presentan modos y contenidos originales, es decir, en donde la referencia a
María no es genérica y ocasional, sino permanente y estructural. Y no
solamente eso, sino que esas formas asociativas se presentan en la actualidad en
la iglesia con una destacada consistencia numérica y actúan en todas partes
con contenidos y programas idénticos. Estas experiencias asociativas no se
mencionan según una distinción canónica. El terreno de nuestra investigación
está limitado adrede. Se parte del s. xvi, la época en que emprende su camino
el asociacionismo mariano en el sentido que hemos indicado.
1.
CONGREGACIONES MARIANAS. Constituyen un primer ejemplo de devoción mariana
asociada con contenidos y formas originales. Esta experiencia fue
madurando durante la segunda mitad del s. xvi en Roma, en los colegios de la
Compañía de Jesús. La asociación alcanzó muy pronto una rápida difusión
en Italia y en el resto de Europa, ejerciendo un notable influjo en la
formación espiritual de' los jóvenes, sobre todo estudiantes. Por este valor
altamente educativo la experiencia interesó también a otras categorías de
personas. A finales de aquel mismo siglo se tiene noticia, en Friburgo, de
congregaciones marianas con diversas secciones, una de ellas reservada a las
jóvenes. Es importante indicar este detalle, ya que encontramos aquí una forma
asociativa de inspiración mariana destinada a desarrollarse posteriormente,
sobre todo en el s. xix. Hoy las congregaciones marianas han tomado una nueva
denominación: comunidades de vida cristiana.
2.
ASOCIACIÓN MARIANA. Es la denominación
que tomaron las Hijas de María Inmaculada a partir de 1970. El origen de la
asociación está relacionado con las apariciones de la Virgen a santa Catalina
Labouré (1830). Los primeros grupos aparecen en París entre 1837 y 1847. En
Italia encontramos un primer núcleo de Hijas de María en Roma, en 1862, en la
parroquia de San Juan de los Florentinos. La asociación antigua, vinculada a
las Hijas de la Caridad y a los padres Paúles, se ha renovado mucho en-su
estructura y en sus métodos de apostolado. La Asociación Mariana se presenta
hoy como "una escuela de formación donde tiene la primacía la vida
espiritual, a la luz y bajo la dirección de la Virgen Inmaculada". Deseada
por la misma Virgen para la juventud, confiada a la Comunidad Vicentina, la
asociación está comprometida en el apostolado a nivel nacional e
internacional, atenta a la voz de la iglesia, abierta a sus necesidades y a las
del mundo.
3.
ASOCIACIÓN MARIANA INTERNACIONAL. Es la nueva denominación de otra rama de las
Hijas de /María Inmaculada, la de la Pía Unión de las Hijas de María, que
surgió en Roma por iniciativa de la marquesa Constanza Lepri en enero de 1864.
El primer grupo se formó en la parroquia de Santa Inés extramuros, bajo la
dirección de don Alberto Passeri, párroco y posteriormente abad general de los
Canónigos regulares lateranenses. Después de su solemne aprobación concedida
por Pío IX el 16 de febrero de 1866, la asociación se difundió rápidamente
por el mundo, sobre todo por su carácter popular y parroquial. En el período
posconciliar se procedió a un oportuno "aggiornamento" de los
estatutos, aprobados en 1970. Junto a la rama femenina tradicional, dirigida a
la formación cristiana de la juventud
femenina, con la autorización de la Santa Sede, se ha iniciado otra forma de
vida de grupo con el nombre de Comunidad mariana, que puede extenderse no
sólo a los jóvenes, sino a cualquier edad. Con frecuentes cenáculos de
oración, los miembros de la asociación enriquecen sumida interior y se hacen
disponibles para la participación en las actividades apostólicas,
catequísticas, caritativas.
4.
ASOCIACIÓN DEVOTOS DE MARÍA AUXILIADORA. Es la asociación que, en el
pensamiento de san Juan Bosco, su fundador, intentaba recoger en torno a la
Virgen auxiliadora los corazones de todas las partes del mundo. Los primeros
grupos surgieron en Turín en 1868. En los estatutos don Bosco declaró que el
objetivo principal de la asociación tenía que ser la promoción de una
auténtica vida cristiana entre el pueblo, a través de la difusión de la
devoción a María, ayuda de los cristianos. Él mismo se esforzó en que fuera
parte integrante de la familia salesiana y adquiriera cuanto antes dimensiones
mundiales, saliendo del ámbito restringido de una pequeña diócesis. Hoy la
Asociación Devotos de María Auxiliadora colabora en las iniciativas
apostólicas más diferentes. Los inscritos tienen que tomar como modelo y guía
a la Virgen en su servicio al Señor, para dar testimonio de los valores
evangélicos en su propio ambiente, con la palabra y con una vida
auténticamente cristiana.
5.
ASOCIACIONES MONFORTIANAS. A finales del s. xix la vivacidad y la difusión del
asociacionismo mariano están atestiguadas por su masiva presencia en los
congresos marianos nacionales e internacionales. En uno de tales congresos, el
de Friburgo (18-21 agosto 1901), se vio con
mucho interés un movimiento que se inspiraba en la vida y en las obras de san
Luis M. Grignion de Monfort (1673-1716). La asociación había surgido por
iniciativa de los padres de la Compañía de María para realizar la
inspiración de su fundador, o sea, dar una forma asociativa a todos aquellos
que escogieran la propuesta espiritual de la consagración a Cristo por medio de
María. Los primeros grupos surgieron en Canadá, en 1889. En Italia
el movimiento se desarrolló en 1906 en Roma, junto al santuario de María Reina
de los corazones. La doctrina mariana de san Luis de Monfort inspiró tanto a la
Cofradía de María Reina de los corazones como a la Asociación de
sacerdotes de María Reina de los corazones". Los asociados
monfortianos se comprometen a vivir la consagración a Cristo por medio de
María como propuesta de vida espiritual.
6.
MILICIA DE LA INMACULADA. Esta asociación nació el 17 de octubre de 1917 en el
colegio internacional de los Hermanos Menores conventuales de Roma, por
iniciativa de san Maximiliano Kolbe (1894-1941). Estimulado por Benedicto XV, el
movimiento alcanzó muy pronto una rápida difusión, que le valió el
reconocimiento oficial tan sólo diez años después de su fundación. Desde
1974 la Milicia de la Inmaculada tiene nuevos estatutos. La condición esencial
de pertenencia a la misma es la consagración de sus inscritos a la Inmaculada.
A través de este gesto la Milicia realiza en la iglesia la presencia de María,
viviendo a través de ella una vida de fe, de oración y de apostolado. Para
alcanzar sus objetivos el movimiento adopta un rico programa, que prevé entre
otras cosas cenáculos de oración, cursos de doctrina y espiritualidad mariana,
misiones marianas parroquiales, vicariales y ciudadanas, difusión de revistas,
opúsculos y libros de formación mariana. El valor carismático de san
Maximiliano Kolbe garantiza a la asociación una vitalidad en continuo progreso.
7.
LEGIÓN DE MARÍA. Este movimiento nació en Dublín (Irlanda) en 1921, por
iniciativa de Frank Duff. La asociación recogía a laicos dispuestos a
participar, bajo la dirección poderosa de María, en la guerra continuamente
abierta de la iglesia contra el mundo y sus potencias. Con ocasión del Congreso
eucarístico internacional de Dublín (1932), la idea de la Legión de María se
dio a conocer en todo el mundo y pudieron encontrarse los medios necesarios para
su desarrollo. El órgano central del movimiento es el Consilium Legionis, con
sede en la capital de Irlanda. Otros organismos son: el Senatus, órgano
dirigente de carácter nacional o también regional; la Curia, órgano
diocesano o también local; el Praesidium, organismo que actúa a nivel
parroquial o interparroquial. Cualquier obra de apostolado, por muy sencilla o
difícil que sea, puede ser objeto del trabajo del legionario. Cada uno de sus
miembros tiene que dedicar al apostolado por lo menos dos horas semanales. Una
de las características del legionario es el deber que tiene de relacionarse con
las personas y ambientes en que ejerce su apostolado. Hoy, fuertemente apoyada
por los obispos, está difundida por todas partes con un estilo de presencia
poco llamativa, más bien escondida pero pastoralmente muy eficaz como el
fermento en la masa.
8.
EJÉRCITO AZUL. Esta asociación nació por obra de Harold Víctor Colgan,
párroco de una localidad próxima a Nueva York. En 1946, gravemente enfermo,
prometió dedicarse al servicio de la Virgen si obtenía la curación. Obtuvo lo
que tan ardientemente deseaba y mantuvo su promesa. Después de reflexionar
atentamente sobre los hechos de Fátima e impresionado por la promesa de
conversión de Rusia y de paz para la humanidad si se acogían los deseos de la
Virgen, habló de ello a sus parroquianos. Nació así el Ejército azul de
aquellos que se comprometían a trabajar, según las indicaciones de la Virgen
de Fátima, por la conversión de Rusia y por la paz del mundo. Este movimiento
recibe también el nombre de Apostolado mundial de Fátima. Para
demostrar incluso externamente que forman parte de este ejército, los asociados
suscriben el acta de alistamiento dentro del espíritu del mensaje de Fátima.
9.
ASOCIACIONES DE ESPIRITUALIDAD MARIANA. Son diversos los movimientos de
espiritualidad sacerdotal que tienen una referencia constante y original a
María. Señalemos dos especialmente. La Liga sacerdotal mariana comenzó
en 19431 en Roma, por iniciativa de mons. Lulgi Novarese. Este movimiento
depende de los Silenziosi Opera¡ della Croce y recoge a todos los
sacerdotes, seculares y religiosos, con especial atención a los que sufren y a
los que tienen una particular necesidad de ayuda espiritual o material. Unidos a
la Inmaculada, estos sacerdotes se proponen sostener con la oración y la
acción la misión apostólica del papa y de los obispos, promover entre los
fieles la más tierna devoción a la Virgen y al corazón de Jesús, extender la
devoción al corazón inmaculado de María. Algunas importantes iniciativas:
peregrinaciones anuales de sacerdotes enfermos a Lourdes, congresos marianos
nacionales e internacionales, publicación de libros, cursos de ejercicios
espirituales.. Otra asociación de espiritualidad sacerdotal mariana
es el Movimiento sacerdotal mariano, nacido en 1972 por iniciativa de
Esteban Gobbi después de una inspiración que tuvo en Fátima. El movimiento
tiene la finalidad de llevar a los sacerdotes y a los fieles a la consagración
al corazón inmaculado de María para superar en la experiencia de la vida
consagrada a ella cualquier forma de crisis. Está difundido por todo el mundo y
comprende a sacerdotes diocesanos y de las más diversas familias religiosas.
Los momentos fuertes del movimiento son los cenáculos de oración y de
fraternidad.
10.
JUVENTUD ARDIENTE MARIANA (GAM). El 24 de mayo de 1975, en Turín, se celebró
una gran noche de oración al aire libre, con la participación de 5.000
jóvenes. Aquella noche nació este movimiento. Desde entonces, inspirado y
querido por la Virgen según el testimonio del fundador, don Carlo Ambrogio, se
ha extendido por Italia y por otros países. La asociación encuentra su
expresión concreta en los cenáculos, en una comunión de oración
guiada por María y animada por el Espíritu Santo. La juventud que se adhiere a
ella se adjetiva ardiente por la especial importancia que le dan a la
acción del Espíritu Santo, a la eucaristía y a la lectura de la palabra de
Dios; y mariana por su particular devoción a la Virgen, madre de Dios y
de la iglesia, por la práctica del rosario y por la consagración al inmaculado
y dolorido corazón de María, según las indicaciones de Fátima. El movimiento
exige a los jóvenes tres grandes amores blancos: el amor eucarístico,
el amor mariano y el amor al papa y a la iglesia. Por tanto, este movimiento es
de inspiración eucarística, mariana y eclesial. Es un movimiento de jóvenes, de
oración y de amor fraterno. No hay fichas de afiliados, sólo se trata de su
libre adhesión. Tampoco tiene lugar central; su sede es la iglesia. Rechaza la
masificación y tiende a responsabilizar a los individuos.
11.
ASOCIACIÓN MARIANA "CON MARÍA POR UN MUNDO NUEVO". Es un movimiento
de reciente institución, que surgió en marzo de 1978 en la iglesia romana de
Santa María in Via Lata por iniciativa del padre Ermanno Toniolo. La
asociación intenta valorar todo lo posible la vida, poniéndola en manos de
María, para ser una presencia viva en el tiempo presente y una humilde
aportación de cooperación y de salvación para el día de la eternidad. Se
compendia en una frase: Con María por, de manera que toda la vida
personal y comunitaria, interior y exterior, se convierta en una comunión con
María, prolongando su vida en cada uno de los miembros, en cuanto que ella es,
en Cristo y dependiendo de él, la madre de la humanidad. Con María por quiere
ponerse en línea con su acción y sumergir con ella nuestra vida en la historia
de la humanidad; quiere decir salir de uno mismo para mirar con ojos de amor a
los otros, que no son otros, sino hermanos. El movimiento no se
configura con votos ni promesas, sino que insiste en el libre compromiso de cada
uno. Cada cual ofrece su compromiso cotidiano a María sin angustias, con
absoluta libertad de espíritu.
12.
ORGANISMOS DE VINCULACIÓN MARIANA. En Italia, la necesidad de una vinculación
entre las diversas asociaciones marianas antiguas y recientes dio origen al
proyecto de la Vinculación Mariana Nacional, iniciado por el padre
Francesco Franzi en 1959, año de la consagración de Italia al Corazón
inmaculado de María. El objetivo de este
organismo es promover, dentro del respeto a la autonomía y al carácter
específico de cada movimiento, una unidad de intenciones y una actividad común
en orden al estudio y al culto de María en el contexto de la vida eclesial
italiana. A este organismo nacional se debe la organización anual de la Semana
Mariana Nacional, de la Reunión de rectores de los santuarios de Italia y
de las Tendópolis marianas 20.
13.
OTRAS ASOCIACIONES DE INSPIRACIÓN MARIANA. En la historia del
culto mariano han ido constituyendo formas asociadas inspiradas en la devoción
mariana tanto las grandes cofradías marianas como las terceras órdenes
consagradas a María. Entre las primeras han tenido especial importancia las Cofradías
del Santo Rosario, que aparecen ya a finales del s. xv. Estas cofradías,
gracias al celo de los padres dominicos, están difundidas por todos los
rincones del mundo. En la devoción al santo rosario se inspira la Asociación
del Rosario perpetuo, aprobada oficialmente por el papa León XIII el 28 de
marzo de 1901. El progreso de la asociación, que tiene su sede central junto a
la espléndida basílica-santuario de Santa María Novella, de Florencia, ha
sido constante. El compromiso fundamental de los socios es el rezo del rosario
entero en una hora del mes libremente escogida por ellos (la "hora de
guardia'). Entre las terceras órdenes estrictamente marianas
recordamos: la Tercera orden de los siervos de María, la Tercera
orden carmelitana y la Tercera orden
de la Virgen de la Merced.
II.
Asociacionismo mariano: notas características
Un
análisis detenido de las diversas asociaciones marianas antiguas y
recientes nos permite señalar en ellas no pocos elementos comunes, que
encontramos también en otros muchos movimientos eclesiales más recientes, no
estrictamente marianos. Señalaremos algunos dedos más significativos.
1.
EXPERIENCIA NO CLERICAL. Asociaciones
marianas como las Congregaciones marianas y las Hijas de María, las mismas
cofradías marianas y las terceras órdenes marianas surgieron en la iglesia
para ofrecer a los laicos, de toda edad y condición, la posibilidad de vivir un
modelo de vida cristiana inspirado en María, fuera de cualquier forma de vida
religiosa organizada. Las formas más importantes, históricamente hablando, de
espiritualidad mariana nacieron a la sombra de las grandes instituciones
religiosas, bajo la influencia del valor carismático de los fundadores. Casi
siempre esas mismas formas originales de piedad mariana acabaron inspirando
formas asociativas no clericales.
2.
EXPERIENCIA COMUNITARIA. La
relación con María, expresada de diversas formas en cada una de las
asociaciones, no se vive solamente a nivel personal, sino en una dimensión
francamente comunitaria. Esta connotación de experiencias asociativas más
recientes ha influido positivamente en movimientos más antiguos, en donde
prevalecía quizá el interés por la formación individual. Tampoco para los
asociados marianos se plantea el problema de una esmerada programación y
celebración de momentos comunitarios como instrumento de cohesión y por tanto
de crecimiento y de maduración humana y espiritual. Las reuniones se convierten
en ocasión de encuentro, en tiempos fuertes para una experiencia comunitaria
que tiende a mejorar la comunión de los inscritos
en torno a un mismo carisma. A esto tienden, por ejemplo, los cenáculos de
la Juventud Ardiente Mariana y las Tendópolis marianas organizadas por la
Vinculación Mariana Nacional.
3.
EXPERIENCIA ORIGINAL. Cada una
de las asociaciones marianas desarrolla su propia experiencia. Aunque se
inspiran en el mismo modelo mariano, son diversos los modos de realizar las
distintas experiencias. La mediación se debe a los diferentes carismas. El
itinerario espiritual que hay que recorrer y el estilo de comportamiento que
proponen contienen elementos específicos. Así, por ejemplo, aunque se remiten
a María como modelo de vida cristiana, es diversa la manera de reinterpretarlo
en asociaciones como la Juventud Ardiente Mariana y las Congregaciones marianas.
La misma forma de consagración mariana, que reúne a los diversos movimientos,
se vive de formas diversas, con matices originales incluso en las motivaciones
de fondo. Entre la fórmula de consagración de las Congregaciones marianas y la
que propuso san Luis M. Grignion de Monfort existen diferencias.
4.
EXPERIENCIA .APOSTÓLICA. Todos los movimientos de inspiración mariana tienen
en común la voluntad de traducir la propia experiencia de fe en la vida
concreta. En los estatutos es digna de observar la presencia de esta exigencia
de apostolado. En algunos la referencia es explícita. La Legión de María y la
Milicia de la Inmaculada se imponen a la atención de la comunidad cristiana por
su carácter marcadamente apostólico. Uno de los movimientos más recientes, la
Asociación "Con María por un mundo nuevo", pone muy bien de relieve
que referirse a María significa contribuir con ella a la historia de la
salvación, así como que consagrarse a ella quiere decir asumir en nuestra
propia vida el sentido y el contenido de la suya, es decir, ponerse al servicio
de la causa de Dios, hacerse cargo de su maternidad espiritual.
5.
EXPERIENCIA ABIERTA. Los movimientos
marianos prevén una organización a nivel internacional que tiende a
comprometer a diversas categorías de personas. Las Congregaciones marianas se
vieron muy pronto obligadas a salir del ámbito restringido de la escuela para
abrirse a otras categorías de personas. San Juan Bosco quiso que su Asociación
de devotos de María Auxiliadora se organizase a escala mundial. De hecho casi
todas las asociaciones marianas mencionadas poseen una estructura muy amplia. El
uso abundante de los instrumentos de comunicación social y la misma facilidad
de desplazamiento ofrecen a los grupos la posibilidad de continuos encuentros y
de intercambios de experiencias. El carácter universal de la experiencia
eclesial se advierte ciertamente más dentro de esos movimientos, respecto a las
estructuras organizativas tradicionales, como las comunidades parroquiales y las
formas asociativas que hacen referencia explícita a las mismas.
III.
Asociaciones marianas: perspectivas
Son
diversos los motivos que hacen comprender que el movimiento favorable del
asociacionismo mariano actual está destinado a proseguir su desarrollo.
Señalemos algunos:
1.
RIQUEZA DE ESTÍMULOS MARIANOS. Toda
la historia de la iglesia, pero sobre todo la más reciente, puede justamente
definirse como un entrelazado admirable de
acontecimientos marianos. Desde Pío XII hasta Juan Pablo II ha habido un
crecimiento de situaciones favorables que han influido positivamente en el
impulso de las asociaciones marianas. He aquí algunas: la / consagración del
mundo y de la iglesia al corazón inmaculado de María (1942), la proclamación
del dogma de la asunción de la Virgen (1950), la celebración del año mariano
(1954), las celebraciones del primer centenario de las apariciones de Lourdes
(1958), el concilio Vat II (1962-1965), con su proclamación de María como
madre de la iglesia; la promulgación del Signum magnum (1967), sobre el
sentido del culto a María, y de la Marialis cultus (1974) dedicada
igualmente al culto mariano; la elección de Juan Pablo II (1978), el papa
"todo de María". Esta riqueza de acontecimientos marianos en la vida
de la iglesia ha contribuido fuertemente a revitalizar las asociaciones marianas
tradicionales y a hacer nacer otras nuevas. Baste pensar en los movimientos que
han surgido en relación con los acontecimientos de Fátima.
2.
RECUPERACIÓN DEL MODELO MARIANO.
Existe un amplio consenso en el hecho de que María es en la iglesia un modelo
esencial para la actuación de la experiencia cristiana. Esta línea tendencial
aparece con claridad en los documentos más recientes del magisterio mariano de
la iglesia, en donde se presenta a María como modelo para la comunidad
cristiana. Esta recuperación del modelo mariano no es nunca definitiva.
Inspirarse en María significa dejarse interpelar dinámicamente por su vida. No
se recupera de un solo golpe la figura de María, con toda la riqueza de su ser
y de su misión, sino que alguno de los aspectos de su vida tiene que
convertirse en cada ocasión en inspiración para la vida cotidiana. Los datos
marianos se hacen entonces no sólo privilegios individuales suyos, sino
indicaciones preciosas de la vocación del pueblo de Dios. En María
el hombre se autocomprende; con María el hombre descubre una nueva relación
con Dios; por medio de María el hombre asume compromisos concretos de presencia
en el mundo. Esta recuperación del modelo mariano, esta nueva manera de
referirse a María, ha obligado a las asociaciones marianas a renovarse, a
revisar las formas y los contenidos de su propia experiencia, poniéndolos al
compás de la visión nueva del mundo y de la iglesia.
3.
INFLUJO DE EXPERIENCIAS CARISMÁTICAS.
En los orígenes de una experiencia asociativa está siempre el carisma de un
fundador. Siguiendo las huellas de los grandes maestros se han formado las
grandes escuelas de espiritualidad. Las formas históricas más importantes de
espiritualidad mariana han nacido en torno a grandes figuras de santos. Algunos
ejemplos: la vela de armas de san Ignacio ante el cuadro de la Virgen de
la anunciación en el santuario de Montserrat, la oblatio que cierra una
de las meditaciones más importantes de sus Ejercicios espirituales y el
coloquio con la Virgen en la meditación de las Dos banderas son los
motivos que inspiraron el gesto de oblación a María propio de las
Congregaciones marianas. Siempre dentro del tema de la consagración mariana, no
es posible infravalorar la influencia ejercida por la experiencia espiritual de
san Luis M. Grignion de Monfort sobre el vasto movimiento que ha hecho suya esta
forma original de piedad mariana. La presencia de un santo, de un verdadero
maestro espiritual, es la mejor garantía que permite a una experiencia
asociativa desarrollarse e imponerse a la atención de amplias capas de personas
comprometidas espiritual y pastoralmente en la iglesia. Las formas asociativas
que se han inspirado en la vida de los santos y de los verdaderos maestros
espirituales conservan siempre un valor actual capaz de conquistar continuamente
nuevos discípulos. Por el contrario, los movimientos que han nacido al amparo
de las modas y de los éxitos fáciles, ligados a acontecimientos clamorosos y a
personajes de dudoso valor carismático, han acabado naufragando fatalmente.
IV.
Conclusión
¿Qué
puesto ocupan las asociaciones marianas en el cuadro más vasto del
asociacionismo católico? La presencia de diversos movimientos en el ámbito de
la iglesia es desde luego un fenómeno positivo, pero no carente de
dificultades. Ciertamente, los grupos marianos tienen su propia fisonomía
específica y su colocación, derivada de la originalidad de la experiencia que
proponen. Esta experiencia crea un estilo de relaciones y manifiesta tipos de
comportamiento propios. La referencia a María, manifestada de diversas formas,
es una connotación importante. Al hablar de posibles riesgos hay que recordar
en seguida éste: el que los grupos marianos deformen su referencia a María. La
historia del culto mariano ha tenido momentos de crisis, causados precisamente
por estas deformaciones.
Volviendo
a la pregunta inicial, podemos decir que las asociaciones marianas tienen que
encontrar el modo de convivir y de colaborar con todos los organismos presentes
en las comunidades eclesiales. Su futuro desarrollo está vinculado a la
voluntad de permanecer fieles a su carisma
original, pero también a la capacidad de sintonizar con la globalidad de las
instancias evangélicas que llevan adelante muchos de los grupos que actúan en
la vida de la iglesia local. También las asociaciones marianas están llamadas
a construir la unidad en la caridad, evitando la radicalización de su propia
experiencia y las actitudes competitivas. Su constante referencia a María tiene
que facilitar y no impedir la comunión con todos los demás grupos. Éstos
tienen que ser conocidos, respetados y apreciados, incluso pensando en una
colaboración en el plano operativo, dentro del contexto de un programa pastoral
orgánico, de acuerdo con los diversos responsables de la comunidad.
Finalmente,
toda forma asociativa de inspiración mariana, si quiere incidir en la vida de
los individuos y de la comunidad, tiene que renovarse continuamente, dejándose
provocar por los muchos signos que llegan de la historia. Es María la que llama
a los cristianos a encarnarse continuamente en las vicisitudes de la vida, en
las situaciones concretas, para proseguir su maternidad espiritual.
S.
Epis
DicMa 249-258
DicMa 249-258
BIBLIOGRAFIA:
Para una bibliografía más completa, cf Bibliografía Mariana (ed. G.
Besutti), Ed. Marianum, Roma(¡ 950-1951) 71-73; (1952-1957) 102-103;
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di Mariologia, Studium, Roma 1961, 459-461; Keegan W., Marian
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España en el siglo X VI, en Es1Mar 45 (1980) 323-351; García
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de una Asociación Mariana. Reto y proyección evangelizadora, "De
cultu mariano... s. xix-xx", PAMI, 1987.
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