De las 24 veces que
aparece en los Evangelios el verbo «atar», el mayor número de veces se emplea en
el sentido de unión física y el resto en sentido moral y espiritual. Así:
1) Juntar diversos
elementos: cuando se habla de hacer manojos con la cizaña (Mt 13,30); sujetar
algo a otra cosa, por ejemplo, «del borrico atado que nadie ha montado todavía»
(Mc 11,2 y par.); sujetar con cadenas o encadenar con el significado de estar
preso (arresto y encarcelamiento de Juan Bautista (Mc 6,17; Mt 14,3);
prendimiento de Jesús (Jn 18,12); Anás envía a Jesús atado a presencia de Caifás
(Jn 18,24); (Cfr Mc 15,1 y Mt 27,2; Mc 15,7). «Atar» se
usa para «vendar», «envolver con vendas»: Lázaro atado de pies y manos (Jn
11,44); el cadáver de Jesús envuelto con vendas de lino (Jn 19,40).
2) En sentido moral
y espiritual: en el contexto de la observancia del sábado se habla de una
mujer a quien Satanás ató hace ya dieciocho años: «¿,no será lícito soltar en
sábado la cadena a esta hija de Abraham?» (Lc 13,16). «Atar» aparece varias
veces en conexión con «desatar» tanto en sentido físico (Mc 11,2 y par.; 11,4;
Jn 11,44) como en sentido espiritual y moral (Lc 13,16).
3) Significado de la
expresión «atar y desatar»: Términos antónimos (Mt 16,19; 18,18) que expresan
la totalidad. En la Biblia, para indicar la idea de totalidad, se oponen
frases contrarias (Gn 24,50; 31,24; 2 Mac 6,26). Es la llamada ley de los
contrarios. En nuestra conversación corriente usamos frases similares a las
que se han hallado en algunos papiros: «comió lo que había y lo que no
había»=lo comió todo; «no quiero saber de ti ni para bien ni para mal»=no
quiero saber de ti para nada. Se admite que al hablar Mateo de «atar y
desatar» traslada una fórmula aramea atestiguada en los escritos rabínicos
posteriores por los verbos hebreos «asar» y «hitir», o los arameos «asar» y «serah».
Son términos técnicos para designar no sólo la autoridad en materia de
disciplina, sino también la autoridad para enseñar. En sentido disciplinar se
refieren frecuentemente a la imposición y levantamiento de la exclusión de la
sinagoga; en el sentido de enseñanza, significa la expresión una
interpretación autoritativa de la ley por el rabino competente en la materia,
es decir que tiene autoridad para excluir o reintroducir en la comunidad
religiosa, también para «prohibir y permitir». «Atar» y «desatar» en Mateo
16,19 está en el contexto de Jesús entregando las llaves a Pedro, cuya escena
es un eco de Isaías 22,22, donde el símbolo de la autoridad real, la llave de
palacio, se promete a Eliakin, constituyéndolo así en primer ministro del rey. Entre
los comentaristas las interpretaciones admiten matices muy variados. Así,
unos, P. Bonnard, en la obra citada en la Bibliografía, pg. 367, interpretan
ambos textos (Mt 16,19 y 18,18) del poder de excluir o de introducir a los
hombres en el reino. Este poder no está reservado a Pedro, sino que se concede
a todo el colegio apostólico. J. Mateos-F. Camacho, en la obra citada en la
bibliografía, p. 165, afirman: «La expresión «atar y desatar» es rabínica.
Procede de la función judicial, que puede mandar a prisión y dejar libre. Los
rabinos la aplicaron a la explicación de la Ley con el sentido de declarar
algo permitido o no permitido. Pero, en este pasaje, el paralelo con las
llaves muestra que se trata de acción, no de enseñanza. Los creyentes,
representados por Pedro, tienen las llaves, es decir, son los que abren o
cierran, admiten o rechazan. La misión de los discípulos de Jesús, contraria a
la de los fariseos (Mt 23,13) que cierran a los hombres el reino de Dios, es
la opuesta: abrirlo a los hombres.
Más recientemente
G. Bornkamm dice que la autenticidad de Mateo 16 y 18 no ofrece duda alguna e
igualmente la independencia de uno y otro texto entre si. Mateo 18,17 de modo
inequívoco se refiere a la vida de una iglesia local, mientras que Mateo 16,18
se refiere a la iglesia universal. Este último texto indicaría, además,
particularmente la autoridad doctrinal de Pedro, mientras que Mateo 18 se
referiría a la disciplina comunitaria ejercida en un círculo restringido.
4) Texto de Juan
20,23: Los comentaristas sostienen que la tradición mateana ha conformado el
dicho de Jesús sobre las llaves según una conocida fórmula legal judía:
«abrir» se convierte en «desatar», «cerrar» en «atar», mientras que
la tradición joánica habría adaptado el dicho para aplicarlo al pecado:
«abrir» se convierte en «soltar, absolver, perdonar»; y «cerrar» se convierte
en «retener, detener, sujetar». De cualquier modo, Juan emplea una fórmula que
a los oídos griegos suena mejor y es más inteligible que la fórmula mateana. Conviene
advertir que los textos, sean más o menos redaccionales de los autores del
evangelio, transmiten la vivencia de la presencia del Señor resucitado, que
después de Pascua entrega los poderes para la proclamación autoritativa de la
salvación y para su interpretación siguiendo los criterios con que Jesús
presentó «el nuevo orden» inaugurado en si vida y en su doctrina. ->
antítesis; Pedro.
BIBL. — P. BONNARD,
Evangelio según Mateo, Madrid, 1976, 367-368;1. MATEOS-F. CAMACHO, El
Evangelio de Mateo, Lectura comentada, Madrid, 1981, 165-166; G. BORNKAMM,
El poder de atar y desatar en la Iglesia de Mateo, en «Estudios sobre el
N. T., Salamanca, 1983, 279-293; F. STAUDINGUER, «Atar», en DENT, vol. 1,
Salamanca, 1996, 883-887.
Carlos de
Villapadierna
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