Término
bastante reciente en el terreno teológico, con el que se entienden diversas
cosas. Etimológicamente se deriva de Christos (Cristo) y monos (solo, único).
En
el plano histórico se da el " solus Christus» de M. Lutero y del
luteranismo. Con él se quiso y se sigue queriendo significar la primacía y la
unicidad de la mediación de Jesucristo para que el hombre obtenga y viva una
relación de gracia con Dios. Esta misma posición puede asumirse también en la
teología y en la espiritualidad católicas, si no se excluye la mediación
sacramental de la salvación de Cristo por parte de la Iglesia y la libre
entrega del hombre al Dios que se le revela y se ofrece como Padre y Señor de
su vida en Cristo. Sin embargo, con el término cristomonismo se entienden
formalmente algunas posiciones o tendencias teológicas bien determinadas.
1.
La teológica católica, según dicen algunos teólogos ortodoxos de nuestro
siglo (V. Losky y N. Nissiotis), tiende a conectar la realidad de la Iglesia
unilateralmente con Jesucristo como su fundador y principio de vida, sin valorar
suficientemente la misión y la función originales del Espíritu Santo para su
animación carismática. Se trata de un cristomonismo eclesiológico en que se
da una Iglesia ligada fundamentalmente sólo a Cristo y no se le reconoce al Espíritu
Santo una función constitutiva. Esta posición eclesiológica tendría sus raíces
en la posición católica sobre la procesión del Espíritu Santo a partir del
Padre y del Hijo, como único principio de espiración en el seno de la
divinidad (Filioque).
Varios
teólogos católicos en los últimos decenios han reconocido la parte de verdad
que hay en esta crítica y se han comprometido a valorar más adecuadamente en
la eclesiologia la función esencial que corresponde al Espíritu Santo en la
vida de la Iglesia. Hay numerosos pasajes en los documentos del Vaticano II que
constituyen una superación de este cristomonismo.
2.
La tendencia presente en la teologia de K. Barth a hacer que todo el discurso
teológico sobre Dios y sobre el hombre se derive de la reflexión sobre
Jesucristo, Verbo encarnado, como fundamento, centro y fin de la revelación, y
a no atribuir ninguna validez en el terreno teológico a todo lo que por otros
caminos se puede conocer sobre Dios y sobre el hombre (H. U. von Balthasar:
" ceñidor cristológico » ) .
3.
La tendencia que, según algunos teólogos de las religiones, absolutiza a Jesús
hasta tal punto que lo transforma en una figura contrapuesta a otras figuras
religiosas.
G.
Iammarrone
Bibl.:
H, U von Balthasar Karl Barth, Darstellung se~ner Theologie, Colonia 1951. Y
Congar, El Espíritu Santo, Herder. Barcelona 1983; G. Colombo, Cristomonismo e
pneumatologia o cristocentrismo e trinita, en Teologia 9 (1984) 189-193; Y
Subilia, Solus Christus, Turín 1985,
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