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Catedral de Santa María de Toledo | ||
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Patrimonio de la Humanidad (parte de «Ciudad histórica de Toledo», n.º ref. 379) (1986) Enlace a ficha de Patrimonio de la Humanidad. |
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Tipo | Catedral | |
Advocación | Santa María | |
Ubicación | Toledo, España | |
Coordenadas | 39°51′25″N 4°01′26″OCoordenadas: 39°51′25″N 4°01′26″O (mapa) | |
Uso | ||
Culto | Iglesia católica | |
Diócesis | Toledo | |
Orden | Clero secular | |
Arquitectura | ||
Construcción | 1226-1493 | |
Estilo arquitectónico | Gótico | |
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Se la conoce popularmente como Dives Toletana (con el sentido de la rica toledana).nota 1
Índice
- 1 Historia
- 2 El edificio de la catedral actual
- 3 Exterior de la catedral
- 4 Interior de la catedral. Generalidades sobre las capillas
- 5 Capilla Mayor
- 6 Capilla Mozárabe
- 7 Capilla de los Reyes Nuevos
- 8 Capillas del muro sur
- 9 Capillas de la girola
- 10 Capillas del muro norte
- 11 Unidad compositiva de espacios herrerianos
- 12 El coro
- 13 Vidrieras
- 14 El transparente
- 15 La rejería renacentista en la catedral
- 16 Tesoro Mayor de la catedral
- 17 Miembros de la realeza sepultados en la catedral
- 18 El Claustro
- 19 Música de la catedral
- 20 Modelo e influencia de la catedral de Toledo en la arquitectura religiosa
- 21 Citas
- 22 Véase también
- 23 Notas
- 24 Referencias
- 25 Bibliografía consultada
- 26 Enlaces externos
Historia
Orígenes
Durante muchos años, la tradición popular no escrita ha venido contando que hubo en este mismo lugar donde se encuentra la actual catedral un primer templo de la época del primer obispo Eugenio. Este templo fue consagrado por segunda vez el año 587, después de haber sufrido algunas alteraciones, como lo atestigua la inscripción aparecida en el siglo XVI que se conserva en el claustro y dice:En el nombre del Señor fue consagrada la Iglesia de Santa María en católico, el día primero de los idus de abril, en el año felizmente primero del reinado de nuestro gloriosísimo rey Flavio Recaredo, Era 625 [13 de abril de 587]La ciudad había sido sede obispal de la Hispania visigoda. Los numerosos Concilios de Toledo atestiguan su importante pasado eclesiástico. También la abjuración del arrianismo por parte de Recaredo había tenido en ella su lugar y tiempo. La invasión musulmana no eliminó de inmediato la impronta cristiana y el obispado se trasladó y quedó establecido en la iglesia de Santa María de Alfizén.2
Se cree que el edificio obispal visigodo fue trasformado nuevamente para convertirse en la mezquita mayor de la ciudad de Toledo. Algunos investigadores apuntan que la sala de oración de la mezquita se corresponde con el cuerpo de las cinco naves de la actual catedral: el sahn (o patio) coincidiría con una parte del actual claustro y de la capilla de San Pedro y el alminar con la torre de campanas. Entre los datos arqueológicos actuales es posible observar algunos vestigios de la construcción musulmana: una columna islámica empotrada dentro de la capilla de Santa Lucía; los fustes marmóreos que guarnecen el exterior del coro son un aprovechamiento de una antigua construcción musulmana; los arcos entrecruzados de estilo califal en el triforio de la capilla mayor y en el de la girola, coinciden con la tradición constructora musulmana de Córdoba, si bien evidentemente su estructura es de traza cristiana.
La catedral de Alfonso VI
Véase también: Primacía de la Diócesis de Toledo
La ciudad de Toledo fue conquistada por Alfonso VI, rey de León y Castilla en 1085. Uno de los puntos de las capitulaciones
que hicieron posible la entrega de la ciudad sin derramamiento de
sangre fue la promesa de este rey de conservar y respetar los edificios
de culto, las costumbres y la religión tanto de musulmanes como de la
gran población cristiano-mozárabe;
naturalmente, la mezquita mayor se hallaba comprendida en ese
compromiso. Poco después, el rey tuvo que ausentarse por cuestiones de
Estado, quedando al frente de la ciudad su esposa Constanza y el abad
del monasterio de Sahagún Bernard de Sedirac (o Bernardo de Cluny), que había sido elevado al rango de arzobispo
de Toledo. Estos dos personajes, de mutuo acuerdo y aprovechando la
ausencia del rey, protagonizaron un hecho desafortunado que, según
cuenta el padre Mariana en su Historia General de España, a punto estuvo de provocar una rebelión y un levantamiento no deseado y la ruina de la ciudad recién conquistada.No se conservan los planos de lo que fue la mezquita ni se sabe cómo era esta construcción, pero teniendo en cuenta los vestigios conservados en otras ciudades (Sevilla, Jaén, Granada, Málaga y la propia Mezquita de Córdoba) puede suponerse que sería un edificio columnario, con arquería de herradura sobre columnas tal vez aprovechadas de otras construcciones romanas y visigodas. Es posible que se pareciese bastante a la iglesia de El Salvador de Toledo, antigua mezquita.
El rey Alfonso VI hizo importantes donaciones al nuevo templo. El 18 de diciembre de 1086 fue puesta la catedral bajo la advocación de María y se le concedieron villas, aldeas, molinos y un tercio de los ingresos de todas las demás iglesias de la ciudad. El primer privilegio real que se conserva reza en latín en su inicio:
Se hicieron las obras necesarias para establecer el culto cristiano romano, entre otras el cambio de orientación del presbiterio y capilla mayor. Urbano II le reconoció en 1088 su condición de catedral primada sobre las demás del reino. La mezquita-catedral se mantuvo casi intacta hasta el siglo XIII, año de 1222, en que una bula del Papa Honorio III autorizó a emprender las obras de la nueva fábrica que se iniciaron en 1224 (o 1225) y cuya ceremonia oficial de colocación de la primera piedra tuvo lugar en 1226 (otras fuentes dicen 1227), con la presencia del rey Fernando III el Santo.5 A lo largo del siglo XIII se aumentaron las rentas catedralicias al integrarse en su patrimonio Alcalá de Henares.nota 2
Ego, disponente Deo, Adefonsus Esperie imperator condeco sedi metropolitane scilicet Sancte Marie urbis Toletane honorem integrum, ut decent abere pontificalem sedem, secundum quod preteritis fuit constitutum a sanctis patribus...
Yo, por la disposición de Dios, Alfonso Emperador de España doy a la silla metropolitana de Santa María de la ciudad de Toledo entera honra como conviene la tenga la silla pontifical, según que en los tiempos pasados fue ordenado por los santos padres.4
La catedral del arzobispo Ximénez de Rada
El edificio de la catedral actual
En la cabecera se encuentra la girola que es doble como corresponde a una planta de 5 naves. Esta doble girola es de proporciones grandiosas y está enriquecida por elementos arquitectónicos y por un original abovedamiento.
Las bóvedas de las naves son cuatripartitas excepto en el crucero y capilla mayor en que se refuerzan con terceletes.
Los maestros constructores y sus mecenas
Durante siglos se tuvo la total seguridad de que el primer maestro arquitecto de la catedral de Toledo fue Petrus Petri (Pedro Pérez). Tal certeza se basaba en el único testimonio existente sobre la autoría, testimonio grabado sobre una lápida, bien a la vista donde se puede ver esta leyenda escrita en un latín no muy culto:«Petrus Petri, fallecido en 1291, maestro de la iglesia de Santa María de Toledo, cuya fama cundió por sus buenos ejemplos y costumbres, el cual construyó este templo y aquí descansa, pues quien tan admirable edificio hizo, no sentirá la cólera de Dios»A mediados del siglo XX, el obispo de Ciudad Real investigó a fondo en este tema y sacó a la luz una serie de documentos que vinieron a demostrar la existencia de un primer maestro anterior a Petrus Petri llamado maestro Martín, casado con María Gómez, seguramente de origen francés, mandado llamar por Ximénez de Rada. Uno de los documentos está fechado en 1227 y nombra a «un maestro Martín de la obra de Santa María de Toledo». En otro documento donde se da la lista de rentas percibidas por la catedral en 1234 figura de nuevo el nombre de «Maestro Martín de la obra», de quien se dice ser además inquilino de una casa perteneciente a la catedral. En escrituras de años posteriores aparecen los nombres de Martín (albañil) y Juan Martín (maestro de albañiles), que se cree serían parientes suyos. No han aparecido nuevos documentos, de manera que por el presente se tiene a este maestro Martín como primer arquitecto. A estos argumentos hay que añadir que la fecha del comienzo de la construcción cuadraba mal con la edad de Petrus Petri que por aquellos años debía ser demasiado joven para ser arquitecto.7
Los estudios realizados después de este hallazgo indican que el maestro Martín sería el autor de las capillas de las girolas y que al desaparecer por muerte o por ausencia tomó el peso de la dirección de las obras el maestro Petrus que terminó las girolas y construyó los triforios al estilo toledano. A finales del siglo XIII estaba concluida la cabecera y dos tramos de las naves del lado sur.
A finales del siglo XIV aparece documentada la figura del maestro Rodrigo Alfonso, que puso la primera piedra del claustro en 1389, bajo el patronazgo del arzobispo Pedro Tenorio que murió diez años después. Este arzobispo se ocupó de bastantes obras de la catedral, como la capilla de San Blas en el claustro que es famosa por la riqueza artística de sus frescos de la escuela de Siena.
El siguiente maestro de quien se tiene noticia fue Alvar Martínez (otras veces González), que fue aparejador de las canteras de Olihuelas en el término de Olías del Rey. Es el autor de la fachada de poniente que se comenzó a construir en 1418. Las reformas hechas en 1787 hacen que esta fachada no se pueda contemplar como era realmente en su origen. También fue el autor de la única torre de la catedral, en tiempos del arzobispo Juan Martínez de Contreras, cuyos escudos figuran en el friso que corona el primer cuerpo. La coronación de la torre fue hecha por otro gran maestro: Hannequin de Bruselas, que plasmó las armas del siguiente arzobispo Juan de Cerezuela. Con Hannequin llegó un grupo de maestros ilustres: Egas Cueman, Enrique Egas, Juan Guas, que trabajaron en portadas, capillas y obras suntuarias dando fin con su labor a la obra gótica. Las bóvedas de los pies de la nave central se cerraron en 1493, bajo la dirección de Juan Guas y Enrique Egas, con el mecenazgo y supervisión del cardenal Pedro González de Mendoza.
Grandes mecenas del siglo XVI. Obras y artistas
Después ocupó la plaza el cardenal Cisneros; bajo su influencia y patrocinio se hicieron importantes obras (quizás la más importante fue la capilla Mozárabe), realizadas por maestros de la talla de Juan Francés (reja de la capilla mozárabe), Enrique Egas, Juan de Borgoña (pinturas de la capilla mozárabe) y su maestro mayor Pedro de Gumiel. Cisneros mandó construir además el magnífico retablo mayor obra de Diego Copín de Holanda y el claustro alto para la comunidad canónica, más la librería (biblioteca). Le sucedió Guillermo de Croy, flamenco, que no residió nunca en Toledo. Alfonso de Fonseca y Acevedo (que había sido arzobispo de Santiago de Compostela) fue el impulsor de la capilla de los Reyes Nuevos, obra del arquitecto Covarrubias con pinturas de Maella (siglo XVIII).
Con el arzobispo Juan Tavera el renacimiento toledano se encuentra en su gran esplendor. Bajo su gobierno se construyó el magnífico coro de Alonso Berruguete y Vigarny, las fachadas interiores del crucero, la capilla de San Juan o del Tesoro y otras portadas y adornos. Con Juan Martínez Siliceo la catedral se vio adornada con la espléndida reja de la capilla mayor, obra de Francisco de Villalpando.
El cardenal Gaspar de Quiroga fue el responsable del complejo arquitectónico de la capilla del Sagrario, Relicario, Sacristía y patio y casa del tesorero. Las trazas y planos fueron del maestro mayor Nicolás de Vergara el Mozo. Para construir este complejo se destruyó el Hospital del Rey que se volvió a levantar frontero y cuyas obras se llevaron a cabo por el gran cardenal Bernardo de Sandoval y Rojas y el arquitecto Nicolás de Vergara, entrado ya el siglo XVII.
Exterior de la catedral
Fachada principal y grandes puertas
Da la cara a una plaza irregular donde se encuentra el Ayuntamiento y el Palacio Arzobispal. A la izquierda del espectador se encuentra la torre campanario que está rematada por una flecha; tiene dos cuerpos: el inferior, de planta cuadrada, fue diseñado por Alvar Martínez; el superior, octogonal, corresponde a Hannequin de Bruselas. A la derecha puede verse el cuerpo saliente de la capilla mozárabe que ocupa el lugar donde se iba a levantar la segunda torre. Fue mandada edificar por el cardenal Cisneros.La Puerta del Infierno, en cambio, no presenta motivos iconográficos reseñables, sino solo decoración de tipo vegetal. Se la conoce también como puerta de la Torre o de las Palmas porque antiguamente se reservaba para la entrada de la procesión de las palmas en el Domingo de Ramos.
La fachada fue modificada en 1787 por el arquitecto Eugenio Durango bajo el mandato del cardenal Lorenzana. El escultor fue Mariano Salvatierra. Las obras fueron necesarias por deterioro de la piedra que no era de muy buena calidad. Es posible que las puertas avanzaran entre contrafuertes en lugar de la disposición actual pero no se sabe con certeza.
Puerta del Reloj
- de la Feria porque daba salida a la calle donde antaño se celebraba la feria.
- de la Chapinería por ser frontera a la calle que lleva ese nombre, lugar donde se fabricaban y vendían los chapines.
- de las Ollas, porque en su decoración pueden verse algunos de estos utensilios.
Por encima de esta portada se aprecia la obra posterior de Durango, en estilo neoclásico del siglo XVIII, igual que en la fachada principal. Es obra de consolidación por el mal estado en que se encontraba la piedra. El intercolumnio central está ocupado por la esfera del reloj que da nombre a esta puerta. Las figurillas del carrillón son de Diego Copín.nota 3 La puerta y su entorno forman un espacio muy agradable con un pequeño compás cerrado por una reja gótica, obra de Juan Francés, con barrotes muy simples, un pequeño friso de separación en el centro, labrado, y una crestería muy sencilla y armoniosa.
- Interior de la puerta del Reloj
Puerta de los Leones
- Puerta Nueva, al ser la última que se construyó.
- Puerta de la Alegría, en alusión a la celebración de la Asunción de la Virgen que está representada en el testero del fondo, tras las arquivoltas.
La estatuaria de la puerta es uno de los mejores conjuntos hispano-flamencos del siglo XV, sobre todo la Virgen del parteluz y las estatuas de las jambas. Los querubines y ángeles músicos que acompañan la subida de María a los cielos son obras de arte ejecutadas con gran delicadeza. La fachada fue alterada por Durango y Salvatierra en el siglo XVIII, igual que en las otras puertas, para consolidar el edificio. Los once medallones situados por encima de la última arquivolta representan a profetas y patriarcas; el del centro representa a la Virgen María. Remata la puerta una gran estatua de San Agustín orante.
Los batientes de bronce de las puertas son una obra maestra de Francisco de Villalpando, que hizo una gran labor en los 35 tableros o planchas. Están ocultas a la vista, protegidas con paneles de madera. Por encima puede verse el gran rosetón de vidrieras policromadas.
- Interior de la puerta de los Leones
Más arriba se ve el gran rosetón, enmarcado en un cuadrado cuyas enjutas están labradas con rosáceas.
En la parte baja del gran frontis está la puerta dividida por parteluz. Sobre la puerta se ve el tímpano esculpido con temas de la genealogía de la Virgen (árbol de Jesé), cuyos autores fueron los mismos que trabajaron en el exterior de esta puerta. Por encima del tímpano puede verse la obra plateresca en cuyo centro hay un gran medallón de la Coronación de la Virgen, obra de Gregorio Pardo (hijo mayor de Felipe Vigarny). A ambos lados se ven las estatuas de David y Salomón, atribuidas a Esteban Jamete.
A derecha e izquierda de este frontis, abajo, se hallan dos sepulcros. El de la derecha estuvo vacío hasta el 10 de diciembre de 1993 en que fueron trasladadas desde Roma las cenizas del arzobispo fray Bartolomé de Carranza,nota 4 por expreso deseo del cardenal Marcelo González Martín; el de la izquierda guarda los restos del canónigo Alfonso de Rojas, representado en una estatua orante.
- La reja exterior de la puerta de los Leones
Otras puertas y portadas de la catedral
Puerta Llana
De estilo neoclásico, año 1800, es obra de Ignacio Haan. Se trata de la única puerta de entrada a la catedral a ras de suelo, sin escalones, de ahí su nombre. Está formada por un edículo con frontón triangular, pilastras laterales y dos columnas con fuste liso y capiteles jónicos a modo de entrada in antis. Por esta puerta acostumbran a salir las procesiones. En la actualidad es el acceso de visitantes.Portada de Santa Catalina
Es una de las dos puertas que se abren al claustro. De estilo gótico tardío. Sus arquivoltas están labradas con motivos vegetales de hojarasca y follaje. El pilar que hace de mainel está muy trabajado en sus caras laterales, con castillos y leones. En su interior presenta dos secciones. La más alta está ornamentada con una serie de estatuas con doseletes. En el tímpano sobre el arco gótico hay una pintura de Luis de Velasco representando la Anunciación.Puerta de la Presentación
De tiempos del cardenal Tavera; de rica talla y miniaturas de imaginería en estilo plateresco elaboradas en buena piedra muy blanca. Es la otra puerta que conduce al claustro. El medallón es obra de Pedro Martínez Castañeda (1568) y representa la Presentación de Nuestra Señora.Torre
La torre fue diseñada y construida por Alvar Martínez, cuyo trabajo llegó hasta la culminación del 4º cuerpo en 1422; no dejó trazas ni dibujos para continuar la coronación.
Es gótica, con alguna influencia mudéjar. Tras una elevada base de planta cuadrada (en cuyo interior se aloja la capilla del Tesoro) se superponen cuatro cuerpos y por encima un quinto cuerpo de menor altura. En el segundo cuerpo tenía su vivienda el campanero y el tercero sirvió de prisión eclesiástica. Entre el primer cuerpo y el segundo se desarrolla horizontalmente un friso de mármol negro donde se ven realzados en mármol blanco los escudos del arzobispo Juan Martínez de Contreras, cuyo mandato fue desde 1422 hasta 1438. La altura total alcanza los 92 m.
El remate de la torre con el cuerpo octogonal fue obra del arquitecto Hanequin de Bruselas que llegó para trabajar en esta catedral junto con un grupo de grandes figuras: Egas Cueman, Enrique Egas y Juan Guas entre otros. El cuerpo octogonal está acompañado de pináculos y arbotantes y se remata con una flecha que soporta tres coronas imitando una tiara.
Interior de la catedral. Generalidades sobre las capillas
Modificadas o desaparecidas quedaron el resto, aunque en algunas se puede reconocer la embocadura: seis capillas pequeñas de la girola dieron paso en los siglos XIV y XV a las capillas funerarias de San Ildefonso y Santiago; la del Cristo de la Columna (también llamada de San Bartolomé) se transformó a principios del siglo XVII para dar paso a la del Cristo de los Estudiantes (o Cristo de las Tapaderas); la de Santa Bárbara, la de San Nicolás, la de Santa Isabel y la de la Santísima Trinidad se integraron en otras estructuras aunque algunos detalles permiten reconocer su anterior existencia.
Después de las distintas modificaciones se encuentran las mencionadas Capilla de los Reyes Viejos, San Juan Bautista, Santa Leocadia y Santa Lucía, además de la de San Eugenio, la de San Blas -incorporada al claustro-, la de San Pedro y la de los Reyes Nuevos.
En las sucesivas remodelaciones y obras, casi siempre se siguió el criterio de avanzar desde la cabecera de la catedral hacia el muro, y eso explica bien el trazado actual, a veces caótico, con respecto a los primeros diseños. De la capilla de los Reyes Viejos se desconoce su primera denominación. La actual tiene su origen en 1498 cuando el cardenal Cisneros quiso trasladar desde la capilla mayor los enterramientos reales, cosa que finalmente no se hizo. En el siglo XIII sirvió como funeraria para albergar los restos mortales del arzobispo Gonzalo Díaz Palomeque. La capilla de Santa Lucía constituye uno de los pocos espacios donde se pueden apreciar restos de la antigua mezquita y en concreto, una columna y su capitel.
La capilla de San Eugenio (llamada también de San Pedro el Viejo o del Corpus Christi), se encuentra en el costado sur, y mantiene todo el estilo arquitectónico del siglo XIII a diferencia del resto. La de San Pedro (situada en el muro norte y pegada a la panda este del claustro) es la más grande y cumple las funciones de capilla parroquial. Es de cabecera heptagonal, con dos líneas con bóvedas de terceletes y su destino, al ser construida al inicio del siglo XV, fue servir de capilla funeraria al arzobispo Sancho de Rojas.
Capilla Mayor
También en su origen, la capilla estaba cerrada lateralmente por dos magníficas "rejas" de piedra, que eran como enormes cancelas. La parte correspondiente al Evangelio fue destruida al hacer el mausoleo del cardenal Mendoza. Queda la parte correspondiente a la Epístola y por ella puede deducirse que se trataba de un gran trabajo. Algunos críticos de arte aseguran que esta reja pétrea es de lo más bello de la catedral.8 Es posible que se terminara de hacer en tiempos del arzobispo Pedro de Luna cuyas armas y blasones policromados de Castilla y León figuran en esta obra. Está copiosamente decorada de estatuaria y rematada por un coro de ángeles que parecen ir volando. En armonía con esta obra de piedra calada se construyeron los dos pilares que dan paso al interior de la capilla. En el pilar de la izquierda puede verse la estatua de una figura con barba y cayado de pastor, el famoso pastor llamado Martín Alhaja que (según la leyenda) dio información en la batalla de Las Navas de Tolosa;nota 5 el pilar contrario se llama del Alfaquí por la estatua de este personaje Abu Walid quien llevó al rey Alfonso VI un mensaje de tolerancia (véase la sección La catedral de Alfonso VI).
Todo el presbiterio está labrado y cincelado con figuras de todos los tamaños y figuras mitológicas. En la parte poligonal, en el lado del Evangelio se encuentran los sepulcros bien decorados y con estatuas yacentes de Alfonso VII de León y Pedro de Aguilar, hijo ilegítimo de Alfonso XI el Justiciero. En el lado de la Epístola están los enterramientos de Sancho IV y del rey Sancho III. Las imágenes de los reyes están ejecutadas en madera labrada por Copín de Holanda y policromada por Francisco de Amberes.9 Se cierra con la magnífica reja de Francisco de Villalpando, firmada humildemente en un rincón con las palabras Labor ubicumque (trabajo en todas partes).
Véase también: Rejería de la catedral de Toledo
Capilla del Sepulcro dentro de la capilla mayor
Debajo del altar mayor está la capilla del Sepulcro a manera de cripta. Se accede a ella por fuera del presbiterio y a través de una puerta enrejada que conduce a las escaleras de bajada. Es una capilla abovedada que contiene tres altares. El del centro está dedicado al Santo Entierro y tiene un hermoso grupo escultórico de Copín de Holanda. El de la derecha tiene importantes pinturas de Luis Medina y Francisco Rizi. El altar de la izquierda está dedicado a san Julián y presenta una talla de este arzobispo más dos tablas italianas con el tema de san Pedro y san Pablo.Retablo de la capilla mayor
El retablo cuenta con una importante estatuaria y con una magnífica y delicada filigrana de pilarcillos, agujas, doseletes, chambranas, todo obra de Petit Juan. Consta de sotobanco y predela; cinco calles, la del centro más ancha, más otras dos estrechas en los lados y cinco pisos cuya línea de separación no es horizontal sino escalonada. Los temas de la calle central de abajo a arriba son: Figura sedente de la Virgen con el Niño chapada en plata (en la predela). Sobre ella está el sagrario, una custodia gótica tallada en madera. Encima el tema de la Natividad y más arriba la Ascensión. Culmina con un monumental Calvario. En las otras calles se distribuyen los temas de la vida y pasión de Jesús.
Sepulcro del cardenal Mendoza
Fue el primer sepulcro castellano renacentista. Consiste en una estructura de arco abierto, central, y dos más pequeños, labrado en dos frentes y en el que se puede ver el enterramiento tanto desde dentro como desde fuera, siguiendo un modelo de arco triunfal tipo romano que escandalizó en su época a los que asistieron a su construcción, tanto por su espectacular forma como por abandonar el estilo gótico que hasta ese momento se consideraba adecuado. La autoría de la obra no está clara, atribuyéndose al florentino Andrea Sansovino que más tarde trabajó en la corte portuguesa con estilo similar.10
El impacto sobre otras obras posteriores fue enorme: los sepulcros de Fadrique de Portugal, Pedro López de Ayala o Fernando de Arce —Comendador de Montijo— entre otros, fueron imitación parcial de este nuevo modelo.
Capilla Mozárabe
Al terminarse, la capilla mozárabe quedó como una planta cuadrada bajo una cúpula octogonal, posiblemente con un artesonado de estilo mudéjar que se perdió en el tiempo (bien por un incendio hacia 1620, bien por alguna de las muchas remodelaciones que sufrió después). La actual cúpula es del siglo XVII, obra del hijo de El Greco, Jorge Manuel Theotocópuli que la diseñó con ocho paños más linterna. Cisneros dispuso que Juan de Borgoña, a imitación de las pinturas sobre las conquistas de los Reyes Católicos, recogiera en su interior pinturas que destacasen la conquista de Orán.
La reja gótica que da paso al interior de la capilla es de Juan Francés (1524); tiene entre otros elementos de ornamentación los escudos de Cisneros. El altar está realizado en bronce y mármol de varios colores, obra de Juan Manzano del siglo XVIII. En el centro puede verse una imagen de la Virgen con el Niño, de mosaico del siglo XVIII. Se cuenta que fue traída desde Roma y que el buque naufragó quedando la imagen durante algún tiempo en el fondo del mar. Por encima del retablo hay un crucifijo hecho de una pieza, tallado en raíz de hinojo mexicano, traído por el dominico fray Gabriel de San José en 1590. Otra reja gótica, obra del toledano Julio Pascual separa el coro del resto de la estancia. La bóveda de la capilla es extraordinariamente bella.
La Misa en rito hispano-mozárabe había tenido su origen en los primeros cristianos de la península y era llamada en sus inicios como rito hispanorromano, también durante la etapa visigoda. La unificación de los distintos ritos por el Papa Gregorio VII no evitó que en Toledo se mantuviera un rito propio, (a la postre llamado hispano-mozárabe) que tomaba su razón de ser en el viejo hispanorromano. De hecho, la desaparición del rito en su zona más extensa, Andalucía, dejó a Toledo como casi único lugar donde se practicaba el culto, reducido a seis parroquias, aunque de hecho sólo cuatro lo mantuvieran. También se mantiene en la capilla de Talavera de la Catedral vieja de Salamanca.
Capilla de los Reyes Nuevos
La actual capilla está situada entre el lado norte de la de Santiago y la de Santa Leocadia, en la cabecera. Tiene un acceso raro y difícil solucionado por el gran arquitecto Alonso de Covarrubias. Se llama así en referencia al nuevo linaje de los Trastámara. Es una capilla sin culto; anteriormente el culto era mantenido por el capítulo llamado Capellanes de Reyes.
Distribución del espacio
Más que una capilla puede considerarse como una pequeña iglesia, de una nave con dos tramos y un ábside poligonal, más una sacristía y un vestíbulo de entrada, solución original de Covarrubias. Se construyó entre 1531 y 1534. Es la primera gran obra de Covarrubias en Toledo.Los dos tramos de la nave tienen bóveda de crucería gótica pero toda la ornamentación y labra de los sepulcros son renacentistas. Están separados por la reja de Domingo de Céspedes. El primer tramo forma el cuerpo de la pequeña iglesia con algunos altares y en el segundo tramo es donde se encuentran los enterramientos reales trasladados y metidos en arcosolios renacentistas, obra de Covarrubias.
Tras el arco que da acceso al presbiterio se encuentran dos altares pequeños, obra neoclásica diseñada por Ventura Rodríguez. El altar mayor es de Mateo Medina; tiene una pintura de Maella con el tema de la Descensión, enmarcada por dos columnas corintias.
Como recuerdo histórico se conserva en esta capilla colocado en un maniquí, el arnés del alférez Duarte de Almeida que luchó en la batalla de Toro (donde perdió los dos brazos siendo hecho prisionero por las tropas de los Reyes Católicos en 1476).
Enterramientos
Se encuentran en esta capilla los enterramientos de gran parte de la dinastía Trastámara, con las excepciones de Isabel la Católica (enterrada en Granada), Juan II de Castilla (enterrado en la Cartuja de Miraflores de Burgos) y Enrique IV (enterrado en el monasterio de Guadalupe de Cáceres).A la derecha están los sarcófagos de Enrique II y su esposa Juana Manuel de Villena. Cerca está la estatua orante de Juan II, obra de Juan de Borgoña (sin enterramiento). A la izquierda están los de Enrique III el Doliente y Catalina de Lancáster. En el presbiterio, a la izquierda y junto al retablo se encuentra el sarcófago de Juan I y a la derecha el de su esposa Leonor de Aragón.11
-
Juana Manuel, esposa de Enrique II
-
Leonor de Aragón, esposa de Juan I de Castilla
Capillas del muro sur
Se hace la relación empezando por los pies de la nave lateral sur. La primera de todas sería la capilla Mozárabe que tiene su espacio de descripción en otra sección. A continuación de esta capilla y siempre en el mismo muro sur se encuentran dos sepulcros, obra de Alonso de Covarrubias. Pertenecen a Tello de Buendía, obispo de Córdoba y arcediano de Toledo (a la derecha) y a Francisco Fernández de Cuenca, arcediano de Calatrava (a la izquierda).Capilla de la Epifanía
Se encuentra a continuación de la capilla Mozárabe. La pintura del retablo, atribuida a Juan de Borgoña, sobre el tema de la Adoración de los Reyes Magos da el nombre a esta capilla. Fue fundada por Pedro Fernández de Burgos y su esposa María Fernández que están enterrados en el muro del lado de la Epístola. Más tarde fue restaurada por Luis Daza (muerto en 1504) que fue capellán mayor de Enrique IV y está enterrado junto al muro del Evangelio. La cierra una buena reja del estilo empleado por el rejero Juan Francés. Puede verse como figura del donante el retrato del capellán, en la predela del retablo. En un lateral de esta capilla se encuentra su sepulcro, en arcosolio gótico.Capilla de la Concepción
Se accede por una reja de bastante valor artístico, que lleva incorporado el escudo de la familia Salcedo, pues la capilla fue fundada en 1502 por Juan de Salcedo, protonotario apostólico y canónigo toledano, cuya tumba se halla en el muro del Evangelio. En su retablo gótico se ven pinturas de Francisco de Amberes y en el lateral izquierdo el sepulcro del fundador.12Capilla de San Martín
También se cierra con una gran reja, firmada por Juan Francés con la siguiente leyenda:Tiene un buen retablo donde se cree que trabajaron los maestros Juan de Borgoña y Francisco de Amberes. Está dividido en tres calles y cinco tramos. La tabla central representa al titular san Martín, obispo de Tours y se cree que trabajó en ella Andrés Florentino. En los laterales se encuentran los sepulcros con bultos yacentes bajo arcosolios de los canónigos Tomás González de Villanueva y Juan López de León.13
Capilla de San Eugenio
Anteriormente se llamó capilla o parroquia de San Pedro. Se cambió el nombre en tiempos del arzobispo Sancho de Rojas.Tiene la particularidad de conservar la arquitectura originaria del siglo XIII. Se cierra con una reja muy parecida a las otras firmadas por Juan Francés. En el retablo está la imagen del santo titular, arzobispo de Toledo, obra de Copín de Holanda.14 Esta capilla guarda una pieza singular por su fecha y por su arte: Es el sepulcro del caballero Fernando Díaz Gudiel, alcalde mayor de Toledo y señor de la Torre de Esteban Hambrán, muerto en 1278. Se trata de una obra mudéjar, sin arquitectura ni escultura, simplemente con decoración de yesería en que predominan las alharacas (o temas geométricos). El arcosolio está delimitado por dos columnas dobles que sobresalen del friso superior o cornisa adornada con mocárabes. Limitando esta cornisa hay una inscripción en lengua y caracteres árabes que dice de manera repetitiva:
El otro enterramiento es del canónigo y obispo Fernando del Castillo, muerto en 1521, obra singular de Alonso de Covarrubias.15
En el espacio comprendido entre esta capilla y la puerta de los Leones se encuentra la monumental pintura de San Cristobalón realizada en 1638 por el pintor Gabriel de Rueda.16
Capillas de la girola
Las capillas originales eran pequeñas y estaban dispuestas alternando el tamaño, según era marcado por las bóvedas. Con el tiempo se hicieron reformas que cambiaron por completo la colocación y medida de algunas de ellas. Se hace la descripción empezando por el lado de la Epístola (a la derecha).Capilla de Santa Lucía
También llamada de san José, es una de las más antiguas de la catedral. Fue fundada por Jiménez de Rada. Se conserva su arquitectura primitiva del siglo XIII. Se guardan algunos cuadros y epitafios.Capilla de los Reyes Viejos
Se llamaba este espacio capilla del Espíritu Santo y fue fundada por el arzobispo Gonzalo Díaz Palomeque. La anterior capilla con la denominación de Reyes Viejos fue fundada por Sancho IV y se encontraba en la parte alta del presbiterio de la capilla mayor, donde continúan respetados los sepulcros de los reyes. El cardenal Cisneros la desmontó y la mandó llevar al lugar que ocupa ahora. Se cierra con una buena reja de Domingo de Céspedes mientras que la del coro es de Julio Pascual. nota 6 La capilla consta de tres interesantes retablos platerescos de Francisco Comontes; el del medio tiene once buenas tablas hispano-flamencas y una reliquia de la Santa Faz (o Santo Rostro), regalo del Papa Inocencio X, que el rey Felipe IV mandó colocar aquí.Capilla de Santa Ana
Fundada en su origen por Jiménez de Rada restaurada por Juan de Mariana que tiene aquí su enterramiento. Con buena verja plateresca. Es de las más pequeñas.17Capilla de San Juan Bautista
Cerrada por una reja gótica. Su fundador fue el arcediano de Niebla y canónigo de Toledo Fernando Díaz de Toledo cuyo sepulcro sufrió destrozos en 1790, salvándose solamente la figura del yacente que se colocó en un lateral de la capilla.18 En el recinto se conserva un relicario con un valioso cristo de marfil. La capilla tiene sacristía, cuyo espacio correspondía a lo que fue capilla de San Brito o San Bricio.Capilla de San Gil
Considerada como una pequeña joya. Es muy pequeña. Fue restaurada en el siglo XVI por Miguel Díaz, canónigo y notario apostólico, un hombre de gustos refinados en cuanto a arte se refiere y que mandó pintar todo el interior con decoración al estilo pompeyano, la moda que por entonces se estilaba en el Monasterio de El Escorial; está enterrado en esta capilla.18 La reja es también un ejemplar de buen gusto. Tiene en su interior un pequeño retablo de distintos mármoles cuyas figuras se atribuyen a Berruguete.Espacios de la Sala Capitular
A continuación vienen tres espacios pertenecientes a la Sala Capitular (ver nº 3 del plano). El primero (una antigua y pequeña capilla) es una especie de vestíbulo por el que se accede al segundo que es la Antesala Capitular, con un artesonado mudéjar de lacería realizado por Francisco de Lara que lleva como remate un friso plateresco. La puerta de acceso a la Sala Capitular es también mezcla de mudéjar y plateresco, obra de Bernardino Bonifacio de Tovar, realizada en 1510. Este vestíbulo está amueblado con buenos roperos realizados el de la izquierda por Gregorio Pardo (siglo XVI) y el de la derecha por Gregorio López (siglo XVIII).Sala Capitular
Es una habitación rectangular con muros planos, cuya techumbre se cubre con un buen artesonado mudéjar-plateresco, obra de Diego López y Francisco de Lara que realizaron entre 1508 y 1510. El friso que está debajo del artesonado y recorre las cuatro paredes (llamado también alicer) lleva ornamentación plateresca muy rica. Toda la sala está recorrida por un banco de madera que hace la función de sitiales para los prelados, salvo la silla arzobispal que se encuentra al fondo en el centro del muro; fue labrada por Copín de Holanda y terminada en 1514. Sobre los sitiales, en dos filas y a lo largo de los muros se hallan todos los retratos de los arzobispos desde San Eugenio hasta el último. El autor de los retratos desde San Eugenio hasta Cisneros fue Juan de Borgoña. De Francisco Comontes los de Tavera y Silíceo; el de Bartolomé de Carranza de Luis de Carvajal. El de Quiroga, de Luis de Velasco. El de Sandoval y Rojas es obra de Tristán; el de Moscoso, de Rizi; el de Iguanzo, de Vicente López.
Entre la galería de retratos y el friso del artesonado los muros se muestran con pinturas al fresco. Constituyen uno de los grandes conjuntos de la pintura mural española. Las columnas pintadas dividen los paneles donde se representan escenas de la vida de la Virgen y de la Pasión de Cristo. Es obra excepcional de Juan de Borgoña.
Capilla de San Ildefonso
(Ver nº 8 en el plano). Se encuentra situada en el eje de la girola y es frontera al Transparente. Está consagrada bajo la advocación de san Ildefonso. Su construcción data de finales del siglo XIV, por expreso deseo del cardenal Gil Carrillo de Albornoz, (como capilla funeraria para él y su familia) nota 7 que no la vio terminada. El cardenal Albornoz murió en Viterbo (Italia) en 1364 (o 67) y su cadáver fue trasladado a Toledo tres años después, fecha en que se hizo su sepulcro que se muestra exento en el centro de esta capilla.nota 8Sobre la clave del arco central de la entrada se encuentra una pintura con el retrato de Esteban Illán, personaje histórico que según la leyenda proclamó a Alfonso VIII como rey de Castilla y lo hizo desde lo alto de la torre de la iglesia de San Román.21 La capilla cuenta con tres estilos de distintas épocas: gótico en los arcos, bóvedas y algún sepulcro; plateresco en el sepulcro del obispo de Ávila; neoclásico en el retablo central. Este retablo es del siglo XVIII realizado en mármol, jaspe y bronce. Fue diseñado por Ventura Rodríguez; el gran relieve del centro con el tema de la imposición de la casulla a San Ildefonso, realizado en mármol, es obra de Manuel Francisco Álvarez. Se llevó a cabo en tiempos del cardenal Lorenzana, en el siglo XVIII.
Los sepulcros de la capilla de San Ildefonso
El sepulcro del cardenal Gil Carrillo de Albornoz se encuentra exento en el centro de la capilla, con decoración gótica de arquillos y figuras de plorantes en los cuatro frontales. A la derecha del retablo se encuentra el sepulcro del obispo de Ávila Alonso Carrillo de Albornoz fallecido en 1514. Es obra de Vasco de la Zarza, escultor renacentista castellano. Se considera la mejor obra de la capilla. Los restantes sepulcros son también enterramientos de la familia Albornoz.22Capilla de Santiago
Historia de la capilla de Santiago
En 1435 el Condestable Álvaro de Luna23 Estaba en pleno apogeo de poder político. Quiso tener en la catedral primada su propia capilla funeraria para su enterramiento y el de su familia y a tal efecto compró la anterior capilla de Santo Tomás Canturiense (o de Canterbury) que había sido mandada edificar en el siglo XII por la reina Leonor Plantagenet, siendo ésta la primera dedicada a este santo fuera de Inglaterra. Se sabe que Álvaro de Luna mandó realizar su sepulcro en vida para lo cual fue elaborado un bulto redondo de su persona que consistió en un artilugio algo extraño pues el bronce se levantaba y se ponía de rodillas mediante un mecanismo especial en el momento en que empezaba la misa. Cuando murió, la capilla estaba todavía en obras así que su terminación corrió a cargo de su esposa Juana de Pimentel y más tarde de su hija María de Luna que fue quien mandó esculpir los sarcófagos de sus padres en 1498, probable fecha de la terminación de la capilla. La construcción la llevó a cabo el gran equipo de Hanequin de Bruselas.Retablo de la capilla de Santiago
Madera policromada. Es gótico, obra de Pedro de Gumiel con 14 tablas pintadas por Sancho de Zamora y Juan Rodríguez de Segovia, a quien se suele identificar como el maestro de los Luna. El retablo fue contratado por María de Luna, hija del condestable Álvaro de Luna, el 21 de diciembre de 1488 en el castillo de Manzanares el Real, con Sancho de Zamora, quien actuó en su nombre y en representación de Juan Rodríguez de Segovia, vecino de Guadalajara, y de Pedro de Gumiel, vecino de Alcalá de Henares.24 En el centro se encuentra la estatua de Santiago y en la predela está pintada la escena del Llanto ante Cristo muerto y a sus lados los retratos del Condestable y su esposa como donantes acompañados por San Francisco y San Antonio.Enterramientos de la capilla de Santiago
Los dos sepulcros exentos que están en el centro de la capilla corresponden al Condestable Álvaro de Luna y a su esposa Juana de Pimentel. Los bultos yacentes son esculturas hispano-flamencas de Pablo Ortiz y Sebastián de Almonacid. Las figuras orantes de las esquinas son de mucha calidad; en la del Condestable son caballeros de Santiago y en la de su esposa son frailes franciscanos.25En los arcosolios de las paredes están los enterramientos de Juan de Luna (hijo del Condestable), Álvaro de Luna (padre del Condestable), el arzobispo Juan de Cerezuela (hermano del Condestable) y arzobispo Pedro de Luna (tío del Condestable). En época presente este mausoleo pertenece a los duques del Infantado que tienen debajo de la capilla su propia cripta funeraria.
Capilla de Santa Leocadia
Muestra una celosía de piedra flamígera. Sirve como capilla funeraria para el canónigo Juan Ruiz Ribera que mandó restaurarla en 1536. Sus restos están en una urna cineraria ubicada dentro de una hornacina. En la pared frontera está enterrado su tío Juan Ruiz el Viejo. En el retablo está la imagen titular de Santa Leocadia, lienzo del siglo XVIII pintado por Ramón Seyro (discípulo de Mariano Salvador Maella, enmarcado en mármoles blancos y negros.Capilla del Cristo de la Columna
Es un espacio muy reducido. Lo más significativo es el retablo atribuido a Copín de Holanda, donde se muestran buenas tallas de Cristo atado a la columna entre San Pedro y San Juan, en actitud de orar.Capillas del muro norte
Capilla de San Pedro
Está situada entre la puerta del Reloj y la de Santa Catalina (que conduce al claustro). Su fundador fue Sancho de Rojas que tiene en este lugar su enterramiento (encargado al arquitecto Alvar Martínez).26 Más que una capilla es una pequeña iglesia que hace las veces de parroquia, cuyo recinto se alarga hacia el norte, adosado al muro este del claustro. Se accede por una reja limitada por una portada gótica con arquivoltas decoradas con temas vegetales y heráldicos en que se repite el escudo de los Rojas que lleva 5 estrellas; esta entrada está sobre una pared con pinturas al fresco atribuidas a Pedro Berruguete o a Íñigo Comontes. Sobre el vértice de la última arquivolta está el busto del arzobispo fundador y a derecha e izquierda, los bultos pequeñitos de las 14 dignidades mitradas del cabildo. En el centro y sobre la estatuilla del arzobispo hay otra imagen gótica de mayor tamaño, de San Pedro en Cátedra, bajo doselete gótico.Capilla de la Piedad
Fundada por el canónigo tesorero Alfonso Martínez para su enterramiento. El altar está dedicado a Santa Teresa cuya imagen se atribuye a Pedro de Mena o a su taller.27Capilla de la pila bautismal
Lo más notable es la reja de acceso, de Domingo de Céspedes. La pila de bautismo es una buena pieza hecha en bronce, muy decorada con elementos gótico-renacentistas.Capilla de Nuestra Señora de la Antigua
Tiene una buena reja de acceso. Está consagrada a la Virgen de la Antigua cuya imagen se ha venido venerando desde siempre con la creencia de que era anterior a la llegada de los árabes. Delante de la imagen se bendecían las banderas y estandartes de los ejércitos que iban a entrar en combate.Capilla de Doña Teresa de Haro
También conocida como del Cristo de las Cucharas en referencia a los cucharones del blasón de la familia López de Padilla. Fundada por Teresa de Haro, mujer del mariscal Diego López de Padilla.Unidad compositiva de espacios herrerianos
Se trata del conjunto arquitectónico comprendido por los espacios de la Sacristía (más vestuario y otras dependencias), patio y casa del Tesorero, capilla del Sagrario y capilla del Ochavo o Relicario, situado en el lado norte de la catedral.28Sacristía
(Ver nº 4 en el plano). La sacristía es un espacio de grandes proporciones que cuenta además con otras piezas contiguas: antesacristía, vestuario y colección de indumentaria. La antesacristía tiene planta rectangular. Es una estancia decorada con grandes pinturas de los artistas italianizantes Vicente Carducho y Eugenio Caxés, más Francisco Rizi y Lucas Jordán.Las trazas de la sacristía fueron de Francisco Vergara el Mayor y Juan Bautista Monegro, en estilo herreriano. La bóveda de cañón con lunetos está fastuosamente decorada con las pinturas del napolitano Lucas Jordán. El tema principal es la Imposición de la Casulla a San Ildefonso, tema que se encuentra repetido en toda la catedral tanto en pinturas como en escultura. En las paredes están expuestos una gran variedad de lienzos enmarcados con todo lujo, que forman una auténtica pinacoteca de gran valor. Los más apreciados son los 15 de El Greco (con un apostolado completo), sobre todo El Expolio que está como retablo del altar del fondo, enmarcado en mármoles y dos columnas corintias. Los demás cuadros pertenecen a los artistas Luis de Morales, Pedro de Orrente, Juan Pantoja de la Cruz, Juan de Borgoña, Luis Tristán, Anton van Dyck, Goya, Bassano el Mozo y alguno más. Además de las pinturas se encuentran en la sacristía una serie de objetos valiosos encabezados por la Biblia Rica de San Luis rey de Francia que data de 1250, con 750 miniaturas a toda plana y 5.000 repartidas en las páginas manuscritas de los tres tomos. Fue una adquisición de Alfonso X.
En el cuarto siguiente se encuentra el vestuario (ver nº 2 en el plano) cuyo techo está pintado por Claudio Coello y José Donoso. En este espacio se guardan unas buenas pinturas, réplicas de Tiziano ("El papa Pablo III"), Velázquez ("El cardenal Gaspar de Borja") y Giovanni Bellini (El entierro de Cristo). Hay otra serie de lienzos de grandes artistas cuyo conjunto llega a constituir un auténtico museo.
Hay expuesto un estandarte árabe ganado en la batalla del Salado. La colección de tapices pasa de los 70 ejemplares. Muchos son cartones de Rubens, regalo que hizo el arzobispo Fernández Portocarrero, que los encargó ex profeso para la catedral. Algunos son expuestos en los muros de la catedral durante los días de la festividad del Corpus Christi.
Capilla de la Virgen del Sagrario
(Ver nº 6 del plano). Junto con la capilla siguiente llamada del Ochavo (situada hacia el fondo), constituyen el mejor ejemplo de edificaciones herrerianas de esta catedral. La grandeza de su nueva estructura y ornamentación de severo estilo herreriano del siglo XVI (finales) se debe al cardenal Bernardo de Sandoval y Rojas. Las obras fueron iniciadas por Nicolás de Vergara el Mozo y se terminaron hacia 1616. Participaron Juan Bautista Monegro y Jorge Manuel Theotocópuli (hijo del pintor, que fue arquitecto de muchas obras en Toledo).La capilla está bajo la advocación de la Virgen del Sagrario (patrona de la ciudad), una talla románica que fue recubierta de plata en el siglo XIII y vestida después con un manto cuajado de perlas. Esta imagen era conocida desde siempre con el nombre de Santa María. Tenía en su haber una tradicional leyenda en la que se cuenta que perteneció a los Apóstoles y que fue traída a Toledo por San Eugenio. También entra dentro de la leyenda el hecho de que fuera escondida en época de los musulmanes y restituida después por el rey Alfonso VI. La imagen se asienta sobre un trono del siglo XVIII, obra del orfebre italiano Virgilio Fanelli, realizada en plata sobredorada.
Los muros están revestidos de mármoles y su gran cúpula se apoya sobre pechinas. En el muro norte está el altar con la imagen de la Virgen y en uno de los laterales, el sepulcro del cardenal Sandoval y Rojas.
Esta capilla ha servido de enterramiento a un número considerable de arzobispos de Toledo entre los que se encuentran Isidro Gomá (1940), Plá y Deniel (1968), Alameda (1872), Monescillo (1897) y Portocarrero, cuyo epitafio se hizo famoso: Hic iacet pulvis, cinis et nihil (Aquí yace polvo, ceniza y nada).29
Capilla del Ochavo
El coro
El coro en una catedral es el lugar de alabanza. El coro de esta catedral está situado en la nave central, frente al presbiterio y separado de éste por la nave del crucero. Longitudinalmente abarca el espacio de dos tramos. Lo más destacable es la sillería alta, realizada por los grandes artistas Felipe de Borgoña (o Bigarny) y el castellano Alonso Berruguete. La sillería baja es obra más antigua, de Rodrigo Alemán. Dentro del coro se encuentran otras obras de arte muy importantes además de los dos magníficos órganos musicales.Vidrieras
Los vitrales o vidrieras de la Catedral de Toledo constituyen una obra de arte muy hermosa e importante. Esta catedral es uno de los edificios castellanos que más vidrieras medievales ha conservado. Su realización va desde el siglo XIV al XVII, más las restauraciones del XVIII, con una evolución propia del transcurrir de los años y los cambios de estilo.Muchas de las vidrieras del siglo XV aparecen documentadas. Se sabe que en las de la capilla mayor y algunas del crucero trabajó el vidriero Jacobo Dolfin y su criado Luis y en las del crucero meridional y algunos ventanales de la nave mayor por el lado de la epístola, los maestros Pedro Bonifacio, Cristóbal, y el monje alemán Pedro. Más tarde aparece la participación local del toledano maestro Enrique.
Las vidrieras pertenecientes al siglo XVI están confeccionadas con dibujos renacentistas. En ellas trabajan maestros reconocidos como Vasco de Troya (en 1502), Juan de Cuesta (en 1506) y Alejo Ximénez (en 1509-1513) que fabrica las de las naves laterales y las de la fachada oeste. Las vidrieras del rosetón y puerta de los Leones son obra de Nicolás de Vergara el Mozo.
A comienzos del siglo XVIII se siguen haciendo vidrieras para restaurar las que se habían estropeado. El artista Francisco Sánchez Martínez (uno de los últimos vidrieros de la catedral) fue uno de los buenos restauradores, aunque ya no se producen innovaciones y los modelos se repiten. Durante los años de Guerra Civil Española las vidrieras sufrieron mucho deterioro pero en los últimos años del siglo XX se hizo una gran labor de restauración y recuperación dando al conjunto la brillantez de otros tiempos.
El transparente
Se pueden ver fotos aquí [1]«Narciso Tomé, Arquitecto Mayor de esta Santa Catedral Primada, delineó, esculpió y a la vez pintó por sí mismo toda esta obra compuesta y fabricada de mármoles, jaspe y bronce»Se la considera obra maestra de este arquitecto-escultor. Todo el grupo escultórico es estimado como composición arquitectónica más que escultórica. Desde su fabricación fue considerada una obra de opiniones en que se dio una exaltación llevada a la exageración y más tarde se la combatió hasta el aborrecimiento. En la actualidad está contemplada con mucho respeto e interés internacional. Está hecho en mármoles traídos de Génova, jaspe y bronces. La idea de hacer este transparente rompiendo el muro absidal surgió con el fin de dar luz al sagrario que se encuentra justo a su espalda. Se abrió un óculo a través del hueco despejado en el muro. A su vez este óculo recibe la luz de los tragaluces hechos en la parte superior del ábside, de manera que el transparente queda iluminado al mismo tiempo que reparte la luz a través del óculo hacia el sagrario. Dicho óculo puede recordar al que talló Bernini sobre el altar de la Cátedra de San Pedro en Roma. Fue una técnica impuesta en el arte barroco.
La estructura está concebida a manera de retablo con dos cuerpos en altura unidos o separados por el óculo que es el símbolo del Sol con sus rayos acompañados de un séquito de angelitos dispuestos en múltiples posturas. A su alrededor se encuentran los cuatro arcángeles, más pasajes de Gedeón y profetas que llevan en sus manos las filacterias con el texto de sus adivinaciones.
El eje de todo el grupo está compuesto de abajo a arriba en primer lugar por la mesa de altar sobre la que se realza la estatua de la Virgen de la Buena Leche, trabajada en mármol blanco de Carrara y enmarcada por columnas decoradas ampliamente con ornamentación rococó. A continuación el óculo transparente que consiste en una vidriera adornada por un sol de bronce.
Se ven bellos relieves en bronce: a la izquierda Abigaíl ofrece al rey David pan y vino para aplacarle en su enfado con Naval; a la derecha Ajimelec entrega a David la espada de Goliat más el pan consagrado. El cuerpo superior está ocupado por la Última Cena, de tamaño ligeramente mayor que el natural, cuyo tema tiene un significado eucarístico. Más arriba pueden verse las esculturas de la Fe, Esperanza y Caridad.
En los laterales del grupo están las imágenes de san Eugenio y santa Leocadia a la izquierda; san Ildefonso y santa Casilda a la derecha. La obra entera presenta movimientos de líneas como corresponde a lo más espectacular del barroco español. Como culminación está la gran oquedad de la bóveda por donde entra la luz. Es una bóveda decorada con pinturas al fresco de temas bíblicos. Tiene también gran ornamentación de figuritas esculpidas en mármol y alabastro.
La rejería renacentista en la catedral
Tesoro Mayor de la catedral
El Tesoro está ubicado en lo que fue antigua capilla de San Juan Bautista, o del Quo Vadis, o de la Torre, que de las tres formas se llamó. Ocupa el espacio frontero a la capilla Mozárabe, en el lado norte, justo debajo de la torre. En realidad no fue una verdadera capilla nunca, sino que sirvió de sacristía a la capilla de los Reyes Nuevos antes de su traslado.nota 11En el interior se muestran múltiples vitrinas que guardan el tesoro de la catedral que consiste en objetos litúrgicos, relicarios, báculos, ropas, libros, etc. Hay dos buenas tallas, una de Juan Martínez Montañés y otra de Pedro de Mena.
En una de las vitrinas se guardan dos tesoros de valor histórico: una cruz pectoral, regalo del papa Juan XXIII y un cáliz, regalo del mariscal Petain (jefe de Estado de Francia de 1940 a 1944). Otro de los tesoros más preciados es la Biblia que San Luis rey de Francia regaló a esta catedral en el siglo XIII. Son tres tomos escritos en latín y decorados exquisitamente con miniaturas elaboradas sobre más de 5.000 panes de oro. Se trata de una biblia moralizada, es decir, que relaciona las escenas bíblicas con las costumbres del momento histórico en que se realizó este trabajo.
Una obra curiosa y de un cierto valor es la cruz pintada sobre madera del pintor italiano fray Angelico Fiesole. Tiene la originalidad de estar pintada por ambos lados: en el de delante se ve a Cristo aun vivo y en el de detrás, Cristo muerto. Fue un regalo que hizo en 1936 el entonces Jefe del Gobierno Italiano Benito Mussolini.
La pieza más valiosa e importante es la monumental custodia de Enrique de Arfe, obra de 1517-1524.nota 14
La custodia de Enrique de Arfe
La custodia tardó siete años en elaborarse y su coste superó los quince millones de maravedíes, de los que Arce recibió, además de los 2.700 reales estipulados, un aguinaldo de 2.500 maravedíes que el cabildo catedralicio le entregó en la Navidad de 1523 impresionado por su trabajo.
Tiene planta hexagonal. Se va elevando en columnillas que están primorosamente ejecutadas, con adornos en pedrería y variadas figuritas de ángeles, santos, florones, campanitas y espigas. El conjunto se cierra en el último cuerpo donde está colocada una cruz del siglo XVI. La peana sobre la que se sustenta es barroca del siglo XVIII. En todo el conjunto puede verse la parte más antigua que corresponde al núcleo central donde está la custodia. Esta custodia (en oro puro) fue hecha en Barcelona por el orfebre Jaume Aimerich (Jaime Alberique), a finales del siglo XV con el primer oro que Cristóbal Colón trajo de América. Fue un encargo de Isabel la Católica para su uso privado devocional.30 Cuando murió la reina sus albaceas hicieron cumplir varias mandas testamentarias para lo cual tuvieron que vender parte de sus pertenencias entre las que se encontraba esta custodia. La compraron los canónigos de la catedral de Toledo hacia 1505 y años más tarde fue cuando a instancias del cardenal Cisneros decidieron ampliarla con la gran obra de Enrique de Arfe.
En Toledo se tiene por costumbre desde el año 1595 sacar esta custodia en la procesión del Corpus Christi, sobre una carroza fabricada para este fin con una nivelación muy ajustada que se acciona mecánicamente. En la procesión van por delante de la custodia las autoridades políticas y eclesiásticas y detrás los cadetes de la Academia de Infantería.
Datos curiosos: La custodia está armada con la ayuda de 12.500 tornillos que la sujetan, 5.600 piezas diversas y 260 figurillas. Se emplearon 183 kg de plata más 18 de oro. Entre las inscripciones grabadas en la misma, se puede leer:
«Don Francisco Jiménez [Cardenal Cisneros], Cardenal Arzobispo de Toledo, Gobernador de España y conquistador de África, mandó hacer esta custodia del Santísimo Cuerpo de Cristo, la cual se concluyó en sede vacante, siendo Obrero Diego López de Ayala. Año del Señor 1524.»
Miembros de la realeza sepultados en la catedral
A lo largo de la historia, algunos reyes quisieron hacer de la catedral su lugar de reposo. Así, en diferentes emplazamientos de la misma, se encuentran los sepulcros de:Reyes visigodos31
- Recesvinto (¿?-672), hijo del rey Chindasvinto.
- Wamba (¿?-688), hijo del rey Recesvinto.
- Sancho III de Castilla (1134-1158), hijo de Alfonso VII el Emperador.
- Alfonso VII de León (1105-1157), hijo de la reina Urraca I de León.
- Sancho IV de Castilla (1258-1295), hijo de Alfonso X de Castilla.
- Enrique II de Castilla (1333-1379), hijo de Alfonso XI.
- Juana Manuel (1339-1381), esposa de Enrique II e hija de Don Juan Manuel.
- Juan I de Castilla (1358-1390), hijo de Enrique II de Castilla.
- Leonor de Aragón (1358-1382), esposa de Juan I de Castilla e hija de Pedro IV de Aragón.
- Enrique III de Castilla (1379-1406), hijo de Juan I de Castilla.
- Catalina de Lancáster (1373-1418), esposa de Enrique III de Castilla e hija de Juan de Gante.
- Sancho II de Portugal, hijo de Alfonso II de Portugal y de Urraca de Castilla.32
- Sancho de Castilla (1233-1261), arzobispo de Toledo e hijo de Fernando III el Santo.33
- Sancho de Aragón (1247-1275), arzobispo de Toledo e hijo de Jaime I el Conquistador.
- Pedro de Aguilar (1330-1338), hijo ilegítimo de Alfonso XI el Justiciero y de Leonor de Guzmán.
- Luis María de Borbón y Vallabriga (1777-1823), cardenal y arzobispo de Toledo. Hijo del infante Luis y nieto de Felipe V de Borbón.
El Claustro
Las obras del claustro se iniciaron el 14 de agosto de 1389, con la colocación de la primera piedra, y terminaron en 1425. En ellas trabajaron los maestros Rodrigo Alfonso y Alvar Martínez en una construcción de cuatro crujías con bóvedas cuatripartitas. La construcción del claustro no estuvo exenta de historia y leyenda. Al encontrarse la feria en el lugar donde Pedro Tenorio planeó su construcción, los propietarios de los puestos y tiendas fueron reacios desde el primer momento. Eugenio Narbona cuenta el interés del arzobispo por ocupar cuanto antes «las alcaycerías, que es el lugar donde las mercadurías se venden». Durante el tiempo en el que el arzobispo y los propietarios discutían sobre la compra y los precios, el infortunio llegó en forma de incendio que destruyó todo el mercado. Aprovechó entonces Pedro Tenorio para su compra y, aquí la leyenda, se acusó al mismo de haber provocado el desastre para poder adquirir los terrenos.
Dado el relieve de la zona, se construyó metro y medio por encima del nivel de la planta de la catedral y de modo que pudiera soportar dos alturas, lo que ocurrió con la llegada del cardenal Cisneros. Tenorio no escatimó esfuerzos en conseguir que la grandeza y majestuosidad del claustro fuera merecedor del gótico catedralicio. En las galerías de la planta baja hay una serie de pinturas al fresco con escenas de santos (Eugenio, Casilda, Eladio). Once de estas pinturas son de Bayeu y dos de Maella.
Es de notar que, no existiendo en la catedral orden monástica, el destino del claustro y el resto de las piezas que en su contorno se construyeron tuvieron funciones muy distintas en el tiempo: desde almacén a aula; como lugar de transacciones mercantiles (recuperando el sentido de la antigua alcaná o de oración). Llegó a ser lugar de reunión del municipio y una de sus salas fue capilla mozárabe.
La Capilla de San Blas en el claustro
La capilla de San Blas (la de Pedro Tenorio) se encuentra en la planta baja cubierta por una bóveda en ochavo que recuerda el destino funerario. Se accede desde el propio claustro y se discute el inicio de las obras: en general se acepta un periodo que abarca desde 1389 a 1398, siendo concluida poco antes de la muerte de Pedro Tenorio, el 10 de mayo de 1399.34Se sitúa siete metros por debajo de la línea de la calle, decisión tomada con posterioridad al inicio de las obras por la imagen de la consagración a San Blas y se establecieron las rentas y deberes del cabildo para el sostenimiento de la misma.
La capilla está decorada en dos partes diferenciadas. Primero, desde la cornisa hasta el techo se representa el Credo en catorce escenas en el sentido de las agujas del reloj. En la parte inferior de la cornisa se encuentra el Juicio Final y escenas de santos. La autoría de las obras no está clara, aunque queda atribuida sin lugar a dudas a pintores florentinos entre los que se menciona como muy probables a Gherardo Starnina y Nicolás de Antonio con el enigmático Rodríguez de Toledo cuya firma apareció en 1924 al eliminar los enlucidos de la parte inferior.35
Las deficientes restauraciones sufridas y el deterioro que a lo largo de los años ha producido la humedad han dañado las pinturas más cercanas al suelo, en algunos casos de forma irremediable.
Se realizó a principios del siglo XXI una profunda restauración de esta capilla, consolidando las pinturas y devolviéndolas todo su colorido y esplendor originales, a excepción de aquellos fragmentos irremediablemente perdidos.36
Música de la catedral
El Renacimiento coincide en toda Europa con una extensión de la música religiosa más allá de los monasterios, pasando a ser pieza clave en la Eucaristía. A la grandiosidad de la catedrales hay que dotarla de un ritual espectacular donde la música tiene la misión de ensalzar la obra arquitectónica y continuar la glorificación de Dios. Hacia 1440 las piezas polifónicas vocales penetran en Castilla y Aragón con fuerza. La música instrumental vendrá representada por el órgano, que con rapidez ocupa los espacios de las catedrales y las iglesias arciprestales.En la catedral de Toledo el más importante es el denominado Órgano del Emperador, en el crucero de la catedral. Le siguen el llamado General, el de Echevarria y el de Verdalonga, ubicados en el coro. El Cardenal Cisneros, con la reforma de la capilla del Corpus Christi para el rito mozárabe, con su propia música, introdujo en la misma otro órgano. También se encuentran otros en el resto de capillas importantes: la de los Reyes Nuevos -que dispone de dos-, la del Alcázar, la de la Virgen del Sagrario y la de San Pedro.
No sólo el órgano fue importante. Con el paso de los años se introdujeron instrumentos de viento (chirimías, flautas y sacabuches), arpas y otros instrumentos de cuerda, como la denominada viola da braccio, que servían de acompañamiento a la música vocal. Con la creación de la Capilla de Música a lo largo del siglo XVI y XVII se irá incorporando el oboe y el contrabajo, en perjuicio de la chirimía y el sacabuche.
Los Seises o Escolanía de la catedral fueron creados como grupo vocal por el Cardenal Silíceo quien, el 22 de julio de 1557, fundó para ellos el Colegio de Nuestra Señora de los Infantes, aunque con anterioridad ya se mencionaba en el siglo XII de la existencia de moços que cantaban en los actos litúrgicos. Fueron y son el Coro de la catedral y de la Capilla de Música. En su acta constitucional del siglo XVI ya se recoge su vestimenta en rojo, que mantienen en la actualidad con sobrepelliz blanco. En el Colegio convivían, generalmente, los maestros de capilla y otros profesores junto con los niños, a los que se aseguraba la formación e, incluso, durante una época, su incorporación a la Real Universidad de Toledo. La carta constitucional, otorgada por Silíceo el 9 de mayo de 1557, prescribía taxativamente en su punto sexto:
«... mandamos que aya otro maestro que enseñe a los dichos clerizones a cantar canto llano y canto de órgano y contrapunto, del qual assi mismo se aya informaçión cómo es xpi.ano viejo, conforme al Statuto, Saçerdote y de buena fama y nombre y bastante docto en la facultad de Música, el qual enseñe a los dichos clerizones a cantar todos los días de fiestas y domingos una hora antes de comer, y otra después de hauer comido, y otra después de completas, y los otros días lectivos les dé cada día una lectión después de auer çenado»Entre los maestros de capilla, destacó Cristóbal de Morales (En línea Emendemus in melius y Peccatem me Quotidie), que había trabajado en la Capilla Sixtina de Roma y que llegó a componer 21 misas y más de 70 motetes; Jaime Casellas, Matías Durango de los Arcos, Alonso Lobo, Juan de Bonet y Paredes, Andrés de Torrentes, Miguel de Ambiela, Ginés de Boluda y Francisco Juncá y Carol.
La influencia de la música de la catedral de Toledo fue decisiva en la música religiosa española. No sólo en el canto mozárabe, sino también al aportar maestros de capilla que fueron después a otras diócesis como Sevilla o Jaén, seises que formaron coros en otras catedrales y hasta variaciones sobre el Canto gregoriano en la forma de lo que se conoce como Cantus Eugenianus, Cantus Melodicus o Vulgo Melodía, propio de los maestros melódicos de la catedral (se han datado hasta dieciocho maestros; su figura desaparece con el Concordato de 1851) y cuyas composiciones se conservan en la biblioteca catedralicia en su mayor parte.
Modelo e influencia de la catedral de Toledo en la arquitectura religiosa
Ximénez de Rada y quienes le siguieron usaron maestros constructores que habían trabajado o tenían experiencia en el gótico francés. Las catedrales de París o Le Mans eran su punto de referencia. No obstante, tanto por la influencia del rito mozárabe, como también por la tradición visigoda y la liturgia castellana, aceptaron de buen grado las soluciones constructivas como los contrarrestos, los arbotantes o los arcos apuntados, pero se resistieron a importar las impresionantes cabeceras francesas donde residían el coro y el altar, optando por unas más pequeñas y situando el coro en la nave central. Esta había sido la solución de la catedral de Santiago de Compostela y fue la que primó.Estas características propias, unido a la condición de catedral primada, favorecieron la extensión del modelo en el resto de catedrales españolas, a excepción de la de Burgos y la de León que seguían con más fidelidad el modelo francés. Así podemos ver que la disposición de los espacios se repite en la catedral de Cádiz, la de Sevilla, Palma de Mallorca, entre otras. Y, como era previsible, el imperio español traslada el modelo de la Dives Toledana más allá, condicionando las que se construirían en América y Filipinas.
Citas
La magnificencia de la catedral de Toledo ha levantado siempre entre los críticos e historiadores de arte grandes admiraciones y halagos. He aquí algunas citas de personajes importantes en el mundo del arte y la arquitectura.- El historiador y arqueólogo francés Élie Lambert (1888-1961) hizo un profundo estudio sobre el arte gótico en general y sobre la catedral de Toledo en particular. Escribió:
«Es un mundo la catedral de Toledo, porque legáronla los siglos tal acumulación de obras de arte, tan diversas unas de otras, que lo fabuloso de su riqueza y lo atrayente de su diversidad, producen al punto una impresión de asombro».
- Manuel Bartolomé Cossío (1857-1935), pedagogo y profesor universitario español, hizo la siguiente crítica:
«La catedral de Toledo es el ejemplo más netamente español de arquitectura gótica, la cual experimenta aquí una adaptación al medio clásico; es la primera en España y una de las pocas en el mundo en cuanto a belleza y perfección. Está resuelto en ella, mediante rectángulos y triángulos el problema de la girola».
- El arquitecto nacido en Madrid Leopoldo Torres Balbás (1888-1960), dice en (Ars Hispaniae, VII):
«Al penetrar en su interior [catedral de Toledo], en la enorme sala de más de 120 metros de longitud y cerca de 60 de ancho, obra maestra de calma y armonía, nos hallamos en un mundo muy distinto al de las catedrales francesas, a pesar de la semejanza de sus formas. En lugar del magnífico ritmo ascendente de éstas, la toledana, sus cinco naves en escalón, sin grandes diferencias de altura, sin efectismo alguno, es de proporciones equilibradas. La cabecera parece de poca elevación, achatada, si la comparamos con la de cualquier catedral francesa. En cosa tan esencial en arquitectura como es el sentimiento del espacio, difiere radicalmente el templo castellano de los modelos franceses de los que deriva.»
- El rey Alfonso X el Sabio explica el por qué de su construcción en estos términos:
«Et el rey con el arzobispo don Rodrigo, andando por la iglesia de Toledo, catándola e departiendo en ella, tomáronla por muy antigua ya; et mesurando en ello vino el espíritu de Dios et de sanctidat en ellos et mesuro el rey don Fernando que pues que Dios renovaba a él et le daba a fazer tantas conquistas de los moros en tierras que la cristiandad perdiera, que bien sería de renovar ellos de aquellas ganancias la iglesia de Santa María de Toledo et tuvieron esta razón por muy buena et muy derecha, et el rey don Fernando et el arzobispo don Rodrigo metiéronla en obra. Entonces echaron la primera piedra de la iglesia de Santa María de Toledo el rey et el arzobispo et la asentaron ambos a uno… Et creció la obra maravillosamente de día en día.»
Véase también
Notas
- Tiene su descripción aparte.
Referencias
Pues aquel gran Condestable,
maestre que conoscimos
tan privado,
no cumple que dél se hable,
sino solo que lo vimos
degollado.
- Castañón/ Blanco/Sánchez-Barriga (2005). «La Capilla de San Blas de la catedral de Toledo: La restauración». El Viso. pp. p.59-67. ISBN 84-933107-7-8. Consultado el 3 de diciembre de 2010.
Bibliografía consultada
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Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Catedral de Santa María de Toledo.
- (la edición digital tiene los capítulos desordenados; el de la catedral de Toledo está entre las páginas 364 y 377)
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