jueves, 13 de junio de 2013

ABIDOS.


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Mapa de Egipto: Abidos.
Abidos es el nombre griego de la capital del nomo VIII del Alto Egipto, también denominado nomo Tinita por los griegos. Abidos fue una de las ciudades más influyentes del Alto Egipto, con importancia política desde la dinastía XIX.
  • Nombre egipcio: Abedyu (ȝbḏw Abedyu)
  • Nombre griego: Abidos (Αβυδος)
  • Nombre árabe: Madfunek (أبيدوس)
La región, con huellas de asentamientos que se remontan hasta el periodo Naqada I, fue el lugar de enterramiento más importante del periodo protodinástico y de las primeras dinastías del antiguo Egipto.
A unos cinco kilómetros, al noroeste, se encuentra Al-Birba, que fue la antigua Tinis, posiblemente. De esta zona procedieron los reyes que Manetón denominó tinitas, los que gobernaron durante las dos primeras dinastías egipcias.

Índice

Historia

Abidos fue la ciudad de los gobernantes del periodo protodinástico, cuyo asentamiento, templo y tumbas se han encontrado allí. El templo y la ciudad continuaron siendo reconstruidas, a intervalos de tiempo, hasta la Dinastía XXX, aunque la necrópolis fue utilizada continuamente.
Bajorrelieve de Sethy I, en su templo funerario de Abidos.
Los reyes de la primera dinastía, y algunos de la segunda, también fueron enterrados aquí, y el templo fue renovado y ampliado por ellos. Se construyeron grandes recintos funerarios de adobe (denominados posteriormente fortalezas), en el desierto, cerca de la ciudad, por tres reyes de la segunda dinastía, siendo el más completo el de Jasejemuy.
Pepy I, faraón de la Dinastía VI, construyó una capilla funeraria que, evolucionado a lo largo de los años, se convirtió en el Gran templo de Osiris, cuyas ruinas aún perduran dentro del recinto de la ciudad. Abidos se convirtió en el principal lugar del culto a Osiris.
Durante el Primer Periodo Intermedio, el principal dios de la zona era Jentiamentiu, que comenzó a ser visto como un aspecto de Osiris, y con la progresiva fusión de las deidades se les consideró como un mismo dios, con el epíteto que tenía Osiris, "El primero de los occidentales".
Senusert III de la Dinastía XII, construyó una gigantesca tumba perforada en la roca, y asociada a esta tumba erigió un cenotafio, un templo de culto, y una pequeña ciudad (conocida como Wah-Sut) utilizada por los trabajadores de estas edificaciones.
Durante la Dinastía XVIII, Ahmose I, inició una gran capilla, donde luego, Thutmose III, construyó un templo mucho más grande, con una calzada procesional desde el templo al cementerio, con una gran puerta de granito.
Sethy I, de la Dinastía XIX, fundó un templo al sur de la ciudad, en honor de sus predecesores, desde las primeras dinastías, que fue terminado por Ramsés II, quien también construyó un templo algo menor. Merenptah añadió el Osireion situado al norte del templo de Sethy.
Ahmose II, de la Dinastía XXVI, reconstruyó de nuevo el templo, y erigió un gran obelisco de granito rojo. La construcción más reciente fue la de un nuevo templo de Nectanebo I en la Dinastía XXX. En la época ptolemaica la ciudad había decaído y ya no se levantaban más obras monumentales.
Templo de Sethy I en Abidos.

Cultos

Desde los primeros tiempos, Abidos fue un importante centro de culto, primero del dios local Jentyamentiu, y más tarde de Osiris, a partir del final del Imperio Antiguo. El cementerio protodinástico fue identificado como el lugar del enterramiento de Osiris, y la tumba del faraón Dyer fue considerada la mitológica tumba de Osiris.

Culto a Osiris

Tanto Plutarco como Heródoto recogieron en sus textos referencias a Abidos, haciendo especial alusión a la tumba de Osiris y a su culto, que surgió a finales de la dinastía V.
Abidos fue centro religioso de gran veneración popular en Egipto. El culto a Osiris, en el que se representaba ritualmente la muerte y resurrección del dios, atraía a peregrinos de todos los rincones del país. Mucha gente deseaba participar en estas ceremonias en las cuales se realizaban ritos con procesos de dolor y muerte para luego poder resurgir o revivir en un mundo y con una conciencia completamente nueva.

Abidos como cuna de la escritura

Necrópolis de Umm el-Qaab.

Las primeras dos dinastías Maneto incluyeron gobernantes de la ciudad de Tis o Tinis
cerca de Abidos. Aquélla era el centro político y Abidos era el centro religioso y el lugar donde los primeros faraones dinásticos fueron sepultados. Como usualmente sucede en Egipto, las ruinas de la ciudad de los vivientes hace mucho que desaparecieron, pero Abidos, la ciudad de los muertos, continúa guardando restos importantes. La sepultura continuó en Abidos durante la primera y segunda dinastías, pero fue discontinuada cuando la tercera dinastía de faraones empezó la práctica de edificar pirámides para sí mismos en el desierto, al occidente de Menfis.

En 1897, E. Amelineau inició las excavaciones que trajeron a luz las tumbas reales de Abidos.

Hacia el oeste del templo de Seti I, encontró un enorme depósito de tiestos y un número de tumbas subterráneas con cámaras de sepultura construidas con vigas y tablas gruesas. Las cámaras habían sido destruidas por el fuego, pero una de ellas contenía un ataúd de granito con una figura de Osiris. Se creyó que sería la tumba de Osiris, y para los antiguos egipcios, era el lugar más sagrado en Abidos. Ahora se sabe que era una de las tumbas reales.

En 1897, Kurt Sethe, un notable egiptólogo alemán, leyó las inscripciones de la tumba
comprobando así que las tumbas de Abidos comprendían la necrópolis real de los faraones tinitas.

Entre los nombres más importantes están Narmer (Menes), Aha, Zer, Khasti y hasekhemui.
Alrededor de las tumbas de los reyes estaban las tumbas de los miembros de la corte, los sirvientes, los asistentes y aun los perros. Después de Amelineau, un importante trabajo arqueológico se ha hecho en Abidos por Flinders Petrie, Edouard Neville y T. E. Peet.
La deidad más antigua conocida en Abidos era un dios negro a semejanza de perro llamado
Wepwawet, “el que abre los caminos”. Servía como un guía para los muertos, una función que parece derivarse del hábito del chacal de rondar por la noche alrededor de los cementerios en los bordes del desierto. Con la venida de la tercera dinastía, cuando Abidos dejó de ser el cementerio real, Wepwawet fue reemplazado por el dios Khenti Amentiu, “el jefe de los occidentales”, cuyo templo en Abidos parece haber sido edificado por Khufu (Ch
eops), el constructor de la gran pirámide. Khenti
-
Amentiu no duró mucho en el afecto popular, sin embargo, ya que fue reemplazado por Osiris, el dios originalmente asociado con Busiris, la ciudad en el delta. Junto con el nombre de Osiris allí se originó l a tradición de que él fue el primer rey de Egipto y el instructor del pueblo en todas las artes útiles. Como los primeros reyes históricos habían sido sepultados en Abidos, era natural que el culto a Osiris floreciera allá. Osiris fue identificado con Khen ti -  Amentiu y se le llamó “el primero de los occidentales”, para el tiempo de los textos de las pirámides.

De acuerdo con el mito de Osiris, el rey había sido asesinado y su cuerpo desmembrado. Varias ciudades reclaman el honor de ser los lugares donde alguna parte del cuerpo del dios muerto fue enterrado. Abidos reclama el honor de tener la cabeza de Osiris. En la época de la quinta dinastía, la tumba del rey Zer se identificó equivocadamente con el sitio donde la cabeza de Osiris había sido enterrada y las generaciones siguientes trajeron sus ofrendas votivas en honor de la deidad.

Para el tiempo de la sexta dinastía, los egipcios devotos deseaban ser sepultados cerca de la
tumba de Osiris en Abidos. Si esto no era práctico, el cuerpo del fallecido podía ser llevado en peregrinaje a Abidos. Otra alternativa era erigir una estela memorial en la necrópolis de Abidos. La gente más pobre podía dejar una vasija votiva en el área de la necrópolis y los faraones ganaban méritos añadiendo edificios al complejo edificio del templo.

Durante el caótico primer período intermedio, Abidos fue materia de disputa entre los
gobernantes de Heracreópolis y los de Tebas. Los soldados de Heracreópolis violaron las tumbas de Abidos, aunque el gobernante de su ciudad fue inocente e n dicho asunto. En una obra conocida como La Instrucción para el rey Merikare , el gobernante asumió la responsabilidad por los abusos de sus soldados e interpretó la mala fortuna que vino sobre él como castigo por este pecado.

Abidos llegó a ser el principal de los lugares sagrados de Egipto durante el tiempo del reino
medio. La clase media así como la rica aspiraban a ser sepultadas allí para poder oír a los muertos benditos de las generaciones precedentes pronunciar las palabras, “Bienvenido en paz.” Cada muerto sepultado de acuerdo con el ritual de Osiris simbólicamente hacía un peregrinaje a Abidos.

Los modelos de barcas hallados en las tumbas a través de todo Egipto fueron utilizados para este viaje simbólico, así como también las pinturas de los viajes del alma del fallecido estampadas en las paredes de las tumbas.

El cenit de la influencia de Abidos se alcanzó durante la segunda era de Ramesés, cuando Seti I reconstruyó el templo de Osiris y le proveyó de una fuerte dote. Seti grabó 76 de sus predeceso resen los relieves del templo de Abidos y aun construyó un palacio allí para así supervisar el trabajo.

Los relieves de piedra caliza son los mejores conservados de cualquiera de los tiempos
pretolemaicos.

Seti I murió antes que su templo fuera terminado, pero el trabajo continuó bajo Ramesés II
quien dejó una inscripción de 116 líneas que describe sus labores. A corta distancia, al norte del templo de Seti, Ramesés edificó un segundo templo para sí mismo. Fue bellamente diseñado y ricamente dotado de acuerdo con una inscripción que Ramesés dejó en el exterior de la pared sur.

Después de Ramesés II, se sabe de poco trabajo hecho en Abidos. Con la declinación del
poderío egipcio, la magnificencia de los regalos a Osiris inevitablemente disminuyó. Otros centros reemplazaron gradualmente a Abidos. La bella Filae se constituyó en el centro de adoración de Osiris en los días de los Tolomeos y de los romanos. En el desarrollo del pensamiento religioso egipcio, Osiris llegó a ser considerado como el esposo de lsis y, finalmente, la popularidad de ésta lo relegó a un segundo lugar.

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