sábado, 29 de junio de 2013

MISA AMATORIA.

                  Los buscadores de amor y placer a qué expedientes no habrán acudido en el decurso de los siglos, incluida la misa de la Iglesia católica romana. La celebración de un ritual que simule la eucaristía para conjurar poderes capaces de seducir a alguien es la misma amatoria y si se combina con prácticas de magia demoníaca o satanismo tenemos una fomra de misa negra.

                 Con el auge del temor a la hechicería en tiempos del Renacimiento y la Reforma arreció la persecución contra las brujas, que supuestamente celebraban parodias de la misa durante sus asambleas nocturnas. Eran tiempos en que la infidelidad de un cónyuge, la impotencia y la esterilidad se atribuían a maleficios de las brujas. Con la colaboración de éstas el Diablo llegaría a trastornar la sociedad provocando pasiones indecentes en personas por lo demás virtuosas.

                 Durante el reinado de Luis XIV en Francia una de sus favoritas hizo celebrar misas amatorias para asegurarse el favor real. El rito implicaba el sacrificio de una pareja de palomas previamente bautizadas con el nombre del rey y el de la cortesana. Tuvo éxito por algún tiempo, pero el grupo satánico que realizaba estas ceremonias acabó siendo suprimido por la policía. En nuestros tiempos y visto que no decrece la demanda de sortilegios amorosos, es de suponer que aún existirán intentos parecidos.

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