Una de las caravanas comerciales más importantes de la antigüedad unía a lo largo de una ruta de mas de 4000 kilómetros, la China con sus países vecinos del sur; El Tíbet, Nepal y la India.
El producto principal que transportaban era el Té, y el medio de transporte el caballo. De ahí que a esta ruta comercial aún desconocida para la mayoría del público se la conoce como “la antigua ruta de los caballos y el té”
Algunos también la denominan “la ruta de la seda del sur” o “El corredor tribal”, ya que atraviesa por una región que originalmente era una provincia del Tíbet llamada Kham y habitada por múltiples grupos étnicos, como los Jiarong, Los Miniak, los Qiang o tibetanos, en este caso los Khampas, todos unidos por una misma raíz lingüística y cultural. En ingles se la conoce como “The Ancient Tea Horse Road” y dicen que data de más de 1200 años de antigüedad.
Jeff Fuchs, un americano escritor y aventurero, junto con compañeros locales, hizo la ruta, que atraviesa por paisajes de una gran belleza, donde se encuentran decenas de montañas de gran altura, dos de los altiplanos más altos del mundo y cruza algunos de los ríos más impresionantes de Asia como el Mekong, el Salween y el Yangtze. Una autentica aventura.
Fuchs, entre otras cosas quería descubrir lo que quedaba de la historia de la mítica ruta, y todas sus leyendas, ya que se trata de una región con una enorme riqueza cultural.
Todo su experiencia la plasmo en un fascinante libro de viajes llamado “The Ancient Tea Horse Road”,
El libro nos sitúa en la región y su historia y nos cuenta en primera persona sus encuentros con personajes singulares, y con una naturaleza indomable.
Nosotros no somos tan aventureros como Jeff, pero hemos diseñado un viaje de aventura llamada “expedición al lejano Oeste” que recorre parte de esta ruta por la provincia de Sichuan_ que aun recibe muy pocos viajeros_ y llega hasta la provincia de Yunnan atravesando pasos de alta montaña.
La ruta atraviesa zonas con mucha tradición en las que se suceden diferentes paisajes de montaña, parques nacionales, praderas ondulantes con pueblos de arquitectura tradicional, templos Budistas detenidos en el tiempo y nómadas a caballo llevando sus rebaños de yaks, que parecen extraídos de una película del lejano oeste.
Uno de los lugares singulares que se visitan a lo largo de la ruta es Danba, una pequeña población de origen étnico Qiang que está enclavada entre montañas y valles de gran belleza. Todos los poblados de la región están caracterizados por sus casas tradicionales donde vive la familia extendida, que parecen pequeñas fortalezas blancas con ventanas rodeadas por molduras trapezoidales de color negro. A muy corta distancia de Danba, se visita Sopo un poblado rural que se distingue por las Torres de piedra adosadas a las casas que llegan a tener hasta 50 mts. de altura y sobre las cuales aún no se sabe claramente cuál era su función.
Las torres de piedra se pueden encontrar en diferentes regiones a lo largo de la ruta del té y constituyen aun hoy un misterio histórico.
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