Amén (en hebreo, אמן, amen; en árabe آمين āmīn) es una palabra semítica
que suele traducirse como «así sea», con un sentido aprobatorio, o «así
es», como símbolo de reafirmación (por ejemplo, de la fe).1 Empleada en el judaísmo, posteriormente también fue adoptada por las demás religiones monoteístas como el cristianismo y el islam. Esta palabra es una de las aclamaciones litúrgicas más frecuentes,1 y se utiliza generalmente como fórmula para concluir las oraciones.
Decir amén es proclamar que se tiene por verdadero lo que se acaba de decir, con miras a ratificar una proposición o a unirse a una plegaria. Por eso, expresado en forma conjunta o grupal en el ámbito de un servicio divino u oficio religioso también significa ‘estar de acuerdo’ con lo expresado en tal ocasión.
En contraste con el uso de amén como una reafirmación posterior (es decir, al final de la oración), los evangelios sitúan a Jesucristo iniciando algunos de sus discursos con un doble «Amén, amén», en el Nuevo Testamento, frecuentemente traducido como: «En verdad, en verdad» o «De cierto, de cierto» (por ejemplo: Juan 14:12).
En el libro del Apocalipsis, Cristo es llamado «el Amén» (Apocalipsis 3:14).2
Significado
El término «amén» es símbolo de confirmación y de afirmación.2 El significado real de la palabra es ‘en verdad’, ‘ciertamente’ o ‘que conste’.3 Popularmente se le ha dado el significado de ‘así sea’, ‘palabra de Dios’ o, simplemente, ‘sí’. En efecto, la raíz de este adverbio implica firmeza, solidez, seguridad, y en hebreo es la misma que se utiliza para el vocablo «fe».3Decir amén es proclamar que se tiene por verdadero lo que se acaba de decir, con miras a ratificar una proposición o a unirse a una plegaria. Por eso, expresado en forma conjunta o grupal en el ámbito de un servicio divino u oficio religioso también significa ‘estar de acuerdo’ con lo expresado en tal ocasión.
Usos
El término «amén» es muy utilizado en la Biblia, y se lo usa también frecuentemente en la liturgia sinagogal y cristiana.2 Puede encontrarse al principio o al final de la frase.En contraste con el uso de amén como una reafirmación posterior (es decir, al final de la oración), los evangelios sitúan a Jesucristo iniciando algunos de sus discursos con un doble «Amén, amén», en el Nuevo Testamento, frecuentemente traducido como: «En verdad, en verdad» o «De cierto, de cierto» (por ejemplo: Juan 14:12).
En el libro del Apocalipsis, Cristo es llamado «el Amén» (Apocalipsis 3:14).2
Referencias
- ↑ a b Pérez-Rioja, José Antonio (1971). Diccionario de Símbolos y Mitos. Madrid (España): Editorial Tecnos. p. 60. ISBN 84-309-4535-0.
- ↑ a b c Davy, Marie-Madeleine (1986). «Amén». En Chevalier, Jean; Gheerbrant, Alain. Diccionario de los símbolos. Barcelona: Herder. p. 91. ISBN 978-84-254-2642-1.
- ↑ a b Thomas, Charles (2001). «Amén». En Xavier Léon-Dufour. Vocabulario de teología bíblica (18.ª edición). Barcelona (España): Biblioteca Herder. pp. 73-74. ISBN 978-84-254-0809-0.
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