a) Elías.
Según Mal 3,22s, Elías debía preparar la llegada del «día del Señor»,
interpretado como el de la llegada del Mesías (<<Día»,
denominación del Mesías).
En
Mc 1,6 par. la figura de Juan Bautista; precursor de Jesús, es
presentada bajo los rasgos de Elías (correa de cuero a la cintura, cf. 1
Re 1,8). En 9,12s par., ante la pregunta de los discípulos, Jesús
interpreta a Juan Bautista cumpliendo el papel de Elías, aunque sin los
rasgos violentos del profeta.
Alusiones
a Elías, el profeta de fuego (1 Re 19,10.14; 2 Re 10,16s; Eclo 48,1-4)
por su celo violento, en la fiebre de la suegra de Pedro (Mc 1,29-31
par.), en el deseo de los Zebedeos de hacer bajar fuego del cielo (Lc
9,54). En la escena de la transfiguración aparece Elías, que compendia
el profetismo, con Moisés, el representante de la Ley (Mc 9,4 par.).
En
Jn se menciona a Elías en el interrogatorio hecho a Juan Bautista
(1,21.25). Alude a él la interpretación que hacen los discípulos de la
acción de Jesús en el templo (2,17). Otra alusión se encuentra en el
episodio del manto de Jesús dividido por los soldados, símbolo del
Espíritu que Jesús comunica a la humanidad entera (19,23s; cf. 1 Re
19,20; 2 Re 2,1-14).
b) El
Profeta. La figura escatológica del Profeta (Jn 6,14) toma pie del
texto de Dt 18,15.18, interpretado como anuncio de un profeta futuro
igual a Moisés. Su misión no está bien especificada. Niega Juan Bautista
ser él el Profeta (1,21). En Jn, esta figura queda integrada en la del
Mesías, único dador del Espíritu (cf.4,44 y 6,14; Nm 11,16s.24-30).
c) Para
In, los profetas representaban la esperanza mesiánica, de ahí que «la
Escritura» comprenda a Moisés y a los profetas. La adhesión de Felipe al
mensaje profético hace que reconozca en Jesús al Mesías (1,45). En
cambio, para los dirigentes judíos «los profetas han muerto» (9,52.53):
han renunciado a la esperanza mesiánica y no esperan renovación alguna.
Habiendo separado a Moisés de los profetas y absolutizado la Ley (9,28),
no pueden aceptar a Jesús.
d) Isaías.
La mención y citas de Isaías son frecuentes en Mt (3,3; 4,14; 8,17;
12,17; 13,14.35; 15,7). En Mc se le nombra dos veces (1,2; 7,6), aunque
se le cite sin nombrarlo en 4,12. cf. Lc 3,4; 4,17; Jn 1,23; 12,38s.41;
Hch 8,28.30; 28,25.
e) Jesús se designa como profeta (Mc 6,4 par.; Jn 4,44). En Jn lo reconocen por talla samaritana (4,19) y el ciego curado (9,17). Después de la comparecencia de Jesús ante el tribunal judío, los presentes quieren escarnecer su calidad de profeta (Mc 14,65 par.)
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