jueves, 26 de febrero de 2015

CRITERIOLOGÍA

Indica una metodologia teológico exegética que supone la asunción de un conjunto de criterios aptos para verificar la historicidad de los textos evangélicos.
Los evangelios llegaron a nosotros a través de una larga evolución que siguió las siguientes etapas: la predicación misma de Jesús, la tradición oral, la composición escrita de algunos logia, la búsqueda personal del evangelista y la redacción del texto que poseemos. A lo largo de la historia ha habido varias fases que tendían a demostrar la historicidad de los relatos evangélicos; entre otras, obtuvo un gran éxito la crítica que tendía a relacionar al evangelista con un apóstol, a fin de poner de relieve la historicidad del texto en virtud de la autoridad de su autor.
A partir de los años 50, la investigación exegética ha desarrollado una crítica interna al material evangélico que permite establecer la intención real de fidelidad a la transmisión de las palabras y de los gestos de Jesús por parte de los evangelistas. Así pues, con la criteriología la exégesis recupera una nueva pieza de su trabajo que le permite verificar la coherencia entre la realidad y lo que nos narran de ella los evangeliOs. Por tanto, la crítica literaria, que permite llegar hasta las fases más antiguas y las capas básicas de la Tradición, se integra en este punto con la crítica histórica, que es la única capacitada para verificar la coherencia y la verdad histórica de los hechos, Los criterios, que se distinguen de las pruebas o de los indicios, son reglas objetivas que, una vez aplicadas, permiten formular un juicio de autenticidad o no sobre la historicidad de los trozos analizados. Se pueden clasificar al menos quince criterios que, según les indica la ocasión, van utilizando numerosos autores (Kasemann, Mc Arthur, Perrin, Lentzen-Deiss, Jeremias, de la Potterie, Schillebeeckx...).
Sin embargo, no existe todavía un consenso general sobre todos estos criterios; sólo hay cuatro que han obtenido el reconocimiento universal. Son los siguientes :
 
1 Criterio de testimonio múltiple. Un dato evangélico puede considerarse auténtico si está fuertemente atestiguado en todas o en la mayor parte de sus fuentes (evangelio, cartas, Hechos) y en géneros literarios diferentes. Con el testimonio múltiple, usado normalmente en la aplicación de la historia profana, se alcanza la convergencia de las diversas fuentes, independientes entre sí, sobre algunos aspectos esenciales de la personalidad de Jesús; pensemos, por ejemplo, en la simpatía y la misericordia que mostraba con los pobres y los pecadores.
 
2. Criterio de discontinuidad.- Se afirma que un dato evangélico es auténtico cuando no puede reducirse ni a la cultura o las concepciones del judaísmo de los tiempos de Jesús, ni a la praxis o predicación de la Iglesia primitiva. Este criterio es fundamental y permite alcanzar la originalidad misma de la expresión de Jesús, así como los rasgos salientes de su personalidad y del modo como concebía su misión.
La aplicación de este criterio lleva a verificar la historicidad de las expresiones: Abba, Hijo del hombre, Amén (yo os digo), el bautismo, algunos milagros, la concepción mesiánica...
 
3. Criterio de conformidad.- Afirma que un dato evangélico es auténtico si no sólo está estrechamente vinculado al ambiente lingüístico, religioso, geográfico judío, sino sobre todo si resulta coherente con el centro del mensaje de Jesús que se refiere al Reino de Dios. Con la aplicación del criterio de conformidad encuentran una autenticidad histórica, por ejemplo, las parábolas, la oración del Padre nuestro... Es un criterio que puede aplicarse como una integración del anterior. si con el anterior se destaca la originalidad de Jesús, con éste se le muestra como «hijo de su tiempo», es decir, plenamente inserto con su humanidad y con su lenguaje en la trama cultural de su época.
 
4. Explicación necesaria.- Se le llama también criterio de razón suficiente. Dice que un texto es auténtico si, frente a un conjunto de datos que exigen una explicación coherente, se ofrece una explicación que es capaz de conjugar coherente y armónicamente los diversos elementos que, de otra manera, seguirían siendo enigmáticos. La aplicación de este criterio conduce a reconocer la historicidad de los rasgos esenciales de la predicación de Jesús; algunos milagros sólo encuentran su luz en esta línea, así como algunas expresiones típicas de Jesús, como por ejemplo, Hijo del hombre.
Junto a estos criterios, llamados comúnmente fundamentales, se pueden mencionar otros criterios que, de todos modos, revisten sólo un papel añadido y complementario: pensemos, por ejemplo, en el criterio del estilo de Jesús: o bien, en el de inteligibilidad interna de un relato o en el de interpretación diversa y acuerdo de fondo. Los autores utilizan de varias formas todos estos criterios, pero su sola aplicación no puede tomarse como un dato de autenticidad.
Los criterios tienen también un valor propio; es necesario hacer un uso correcto de ellos y no sólo un abuso, como si todo dependiera de su aplicación. Así pues, la criteriología tiene un papel esencial, pero sólo dentro de una metodología más amplia que permita verificar la aportación de diversos elementos y de críticas que se desplazan de las textuales para acudir a las literarias y a las históricas.
R. Fisichella
 
Bibl.: E. Kasemann, Das Problem des historischen Jesu, en ZThK 51 (1954) 125-153; X. Léon-Dufour. L.os evangelios y la historia de Jesús, Cristiandad, Madrid 1970; J Jeremias, Abba. El mensaje central del Nuevo Testamento, Sígueme, Salamanca 1981: E, Schillebeeckx, Jesús. la historia de un viviente, Cristiandad, Madrid 1981; R. Latourelle. A Jesús el Cristo por los evangelios, Sigueme, Salamanca 1982; J Caba, De los evangelios al Jesús histórico, BAC, Madrid 1971 .

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