Indica
una metodologia teológico exegética que supone la asunción de un conjunto de
criterios aptos para verificar la historicidad de los textos evangélicos.
Los
evangelios llegaron a nosotros a través de una larga evolución que siguió las
siguientes etapas: la predicación misma de Jesús, la tradición oral, la
composición escrita de algunos logia, la búsqueda personal del evangelista y
la redacción del texto que poseemos. A lo largo de la historia ha habido varias
fases que tendían a demostrar la historicidad de los relatos evangélicos;
entre otras, obtuvo un gran éxito la crítica que tendía a relacionar al
evangelista con un apóstol, a fin de poner de relieve la historicidad del texto
en virtud de la autoridad de su autor.
A
partir de los años 50, la investigación exegética ha desarrollado una crítica
interna al material evangélico que permite establecer la intención real de
fidelidad a la transmisión de las palabras y de los gestos de Jesús por parte
de los evangelistas. Así pues, con la criteriología la exégesis recupera una
nueva pieza de su trabajo que le permite verificar la coherencia entre la
realidad y lo que nos narran de ella los evangeliOs. Por tanto, la crítica
literaria, que permite llegar hasta las fases más antiguas y las capas básicas
de la Tradición, se integra en este punto con la crítica histórica, que es la
única capacitada para verificar la coherencia y la verdad histórica de los
hechos, Los criterios, que se distinguen de las pruebas o de los indicios, son
reglas objetivas que, una vez aplicadas, permiten formular un juicio de
autenticidad o no sobre la historicidad de los trozos analizados. Se pueden
clasificar al menos quince criterios que, según les indica la ocasión, van
utilizando numerosos autores (Kasemann, Mc Arthur, Perrin, Lentzen-Deiss,
Jeremias, de la Potterie, Schillebeeckx...).
Sin
embargo, no existe todavía un consenso general sobre todos estos criterios; sólo
hay cuatro que han obtenido el reconocimiento universal. Son los siguientes :
1
Criterio de testimonio múltiple. Un dato evangélico puede considerarse auténtico
si está fuertemente atestiguado en todas o en la mayor parte de sus fuentes
(evangelio, cartas, Hechos) y en géneros literarios diferentes. Con el
testimonio múltiple, usado normalmente en la aplicación de la historia
profana, se alcanza la convergencia de las diversas fuentes, independientes
entre sí, sobre algunos aspectos esenciales de la personalidad de Jesús;
pensemos, por ejemplo, en la simpatía y la misericordia que mostraba con los
pobres y los pecadores.
2.
Criterio de discontinuidad.- Se afirma que un dato evangélico es auténtico
cuando no puede reducirse ni a la cultura o las concepciones del judaísmo de
los tiempos de Jesús, ni a la praxis o predicación de la Iglesia primitiva.
Este criterio es fundamental y permite alcanzar la originalidad misma de la
expresión de Jesús, así como los rasgos salientes de su personalidad y del
modo como concebía su misión.
La
aplicación de este criterio lleva a verificar la historicidad de las
expresiones: Abba, Hijo del hombre, Amén (yo os digo), el bautismo, algunos
milagros, la concepción mesiánica...
3.
Criterio de conformidad.- Afirma que un dato evangélico es auténtico si no sólo
está estrechamente vinculado al ambiente lingüístico, religioso, geográfico
judío, sino sobre todo si resulta coherente con el centro del mensaje de Jesús
que se refiere al Reino de Dios. Con la aplicación del criterio de conformidad
encuentran una autenticidad histórica, por ejemplo, las parábolas, la oración
del Padre nuestro... Es un criterio que puede aplicarse como una integración
del anterior. si con el anterior se destaca la originalidad de Jesús, con éste
se le muestra como «hijo de su tiempo», es decir, plenamente inserto con su
humanidad y con su lenguaje en la trama cultural de su época.
4.
Explicación necesaria.- Se le llama también criterio de razón suficiente.
Dice que un texto es auténtico si, frente a un conjunto de datos que exigen una
explicación coherente, se ofrece una explicación que es capaz de conjugar
coherente y armónicamente los diversos elementos que, de otra manera, seguirían
siendo enigmáticos. La aplicación de este criterio conduce a reconocer la
historicidad de los rasgos esenciales de la predicación de Jesús; algunos
milagros sólo encuentran su luz en esta línea, así como algunas expresiones típicas
de Jesús, como por ejemplo, Hijo del hombre.
Junto
a estos criterios, llamados comúnmente fundamentales, se pueden mencionar otros
criterios que, de todos modos, revisten sólo un papel añadido y
complementario: pensemos, por ejemplo, en el criterio del estilo de Jesús: o
bien, en el de inteligibilidad interna de un relato o en el de interpretación
diversa y acuerdo de fondo. Los autores utilizan de varias formas todos estos
criterios, pero su sola aplicación no puede tomarse como un dato de
autenticidad.
Los
criterios tienen también un valor propio; es necesario hacer un uso correcto de
ellos y no sólo un abuso, como si todo dependiera de su aplicación. Así
pues, la criteriología tiene un papel esencial, pero sólo dentro de una
metodología más amplia que permita verificar la aportación de diversos
elementos y de críticas que se desplazan de las textuales para acudir a las
literarias y a las históricas.
R.
Fisichella
Bibl.:
E. Kasemann, Das Problem des historischen Jesu, en ZThK 51 (1954) 125-153; X. Léon-Dufour.
L.os evangelios y la historia de Jesús, Cristiandad, Madrid 1970; J Jeremias,
Abba. El mensaje central del Nuevo Testamento,
Sígueme, Salamanca 1981: E, Schillebeeckx, Jesús. la historia de un viviente,
Cristiandad, Madrid 1981; R. Latourelle. A Jesús el Cristo por los evangelios,
Sigueme, Salamanca 1982; J Caba, De los evangelios al Jesús histórico, BAC,
Madrid 1971 .
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.