lunes, 23 de febrero de 2015

EL ESTADO DE PERFECCIÓN. VIDA MONÁSTICA. ERROR DOCTRINAL.

    En el siglo IV se estableció el problema a propósito de una frase de Pablo: 1 Tesalonicenses 517 "orad constantemente". Esto se entiende literalmente y por lo tanto, hay que estar orando las 24 horas del día. Evagrio Póntico se va a Palestina y después a Egipto y allí él propone esta doctrina llamada Hesicasmo donde la oración está íntegramente dirigida a Dios. La mente tiene que estar siempre puesta en Dios sin distraerse. Por lo tanto, si tiene que comer o tiene que ganarse la vida, Evagrio recomendaba que hiciese un trabajo manual que no le impida esa atención, por ejemplo fabricar cestos de mimbre, lo van haciendo mecánicamente y no por eso restaba atención a la oración. Esto, hace imposible la vida cristiana. ¿Quién puede hacer eso? La mayor parte de la gente, si pretende hacer esto, acabarían con grandes quebraderos de cabeza. Esa tensión es imposible mantenerla normalmente. 

Llegaron otros Padres de la Iglesia BASILIO. Dijo del Hesicasmo que "NO". Que esa oración de la que se habla en el texto de Pablo significa "la intención de la vida" -vuestra intención es estar y agradar a Dios- esa debe ser vuestra oración, que dura siempre, sea consciente o no. No consiste en una atención consciente de la mente. Hablamos pues del "enfoque de la vida". Afraates coincide plenamente con Basilio. Y luego llega Agustín de Hipona. Este vuelve a ratificar los comentarios de Basilio. De manera que todas las grandes figuras (Griegos, Persas y Latinos) dicen que eso que dice Evagrio es una barbaridad. Lo importante es tener una disposición interior continua que nos orienta hacia Dios, y ya no hay más. Esto permite que los cristianos y cristianas podamos tener cualquier clase de actividad. 

               Condenan a Evagrio como hereje pero las obras de Evagrio se conservan, este escribió bastante. Esas obras pasan a los monasterios, le cambian el nombre del autor, para no poner Evagrio que había sido condenado, y pasan a ser la lectura espiritual de los monasterios.

            ¿Quién puede aspirar a esa atención? Solamente "una persona que no tiene otra cosa que hacer en el mundo". El estado de perfección cristiana pasa a ser de aquel que está encerrado y con la atención puesta íntegramente en Dios. ¡Menudo error ha pasado a formar parte de la Iglesia! 

               Y de ahí viene el Estado de Perfección. ¡Que es falso!

             La perfección nos la da la calidad de nuestro amor.

                                                             Juan Mateos.  

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