sábado, 30 de mayo de 2015

Los ritos de paso en la sociedad actual

Las fiestas de la vida


Dentro de las formas de religión natural, siempre se presta una especial atención al ciclo de la vida, y a los momentos cruciales en que se pasa de una etapa a otra: el nacimiento, el paso de la niñez a la adolescencia, la vida adulta y la muerte.

La existencia de ritos de paso es una de las constantes antropológicas que caracterizan al ser humano de manera más universal y que, por tanto, no se resiente de la evolución económica y social. Los ritos cambian de cara y con ellos las costumbres correspondientes, pero su esencia sigue muy viva, en parte porque las diversas edades y ciclos del ser humano no están regidos por lo social, sino por lo natural. Según el estudioso francés Arnold van Gennep, este tipo de ritos se estructuran en tres fases: separación, transición y reincorporación. Es complejo aplicar esta división a la mayoría de ritos tal y como los concebimos hoy. Lo que está claro es que el aparato ritual que comportan tiene como objetivo reforzar la cohesión, primero familiar y luego comunitaria, del individuo que los pasa. Los bautizos, las bodas, los entierros, etc., marcan las fases y también los derechos y deberes del individuo. Además, poseen un marcado carácter socializador: los regalos que se hacen en ellas, así como las felicitaciones -o los pésames en los funerales- implican solidaridad e integración en el grupo. Todo ello refuerza los límites simbólicos de la comunidad familiar.

El primer rito de paso, aunque evidentemente su protagonista no lo siente como tal, es el nacimiento. Al cabo de poco tiempo la comunidad le da la bienvenida a su estructura socio-religiosa, haciéndole uno más. Muchos de los ritos en este caso están preñados de simbolismo y suelen aludir a la muerte (fase de separación) del niño o incluso a su vuelta al útero materno para renacer al mundo en otro estatus: por ejemplo, en el bautismo, el infante pasa de pagano a cristiano. El nacimiento es un acontecimiento en sí, pero además de asegurar la descendencia del grupo familiar, tiene connotaciones de buena suerte. Observemos el tratamiento que cada primer día de enero dan los medios de comunicación al primer bebé nacido en el nuevo año.

Del nacimiento a la muerte consumiendo ciclos

El segundo rito de paso es también común a todas las sociedades, pero la franja de tiempo en que se da es un poco más flexible: se celebra el paso de la niñez a la adolescencia. Suele tratarse de un rito más traumático y en algunas culturas están perfectamente documentadas tradiciones bastante crueles físicamente con el protagonista del ritual. Evidentemente en el mundo rural o precapitalista tiene una lógica: el niño debe endurecerse y curtirse al máximo antes de afrontar la vida. En la sobreprotectora sociedad industrializada este rito ha perdido consistencia y es difícil de definir en detalles del comportamiento de los padres con su hijo, aunque los hay: ese primer viaje que se permite hacer al adolescente, el primer vasito de vino que se le permite beber en la mesa familiar o la primera paga para que se la gaste en lo que quiera.

El rito de la madurez suele ir ligado a los desposorios. Ambos tienen la finalidad de perpetuar el futuro de la tribu mediante la posibilidad de tener descendencia. En algunas sociedades primitivas se valora más el matrimonio exógeno (con personas de otra tribu y familia) tal vez para garantizar, inconscientemente, que la mezcla genética contribuya a mejorar la raza. El incesto está explícitamente prohibido en cualquier cultura. Las bodas de hoy en día, dejando aparte las connotaciones religiosas, que se van perdiendo progresivamente, no dejan de ser una celebración en que se construye un nuevo núcleo familiar y los progenitores de ambos cónyuges respiran tranquilos ("¡Por fin lo/la he colocado/a!") al ver su continuidad asegurada. Las muy en boga despedidas de soltero/a con espectáculo pornográfico y prostitución no son más que un modo bastante chabacano -pero esto no viene al caso- de concienciar al cónyuge de que deberá renunciar a su libertad sexual a partir de ese momento.

La jubilación es un rito de paso no habitual en las sociedades anteriores. El progreso económico ha permitido que las personas que llegan a una cierta edad puedan descansar sin más, ya que lo que han cotizado durante toda su vida laboral debería bastar para mantenerse el resto de su vida. Por eso, muchos la celebran con ganas. En ocasiones, sin embargo, el jubilado padece el síndrome de "Y ahora qué": el embrutecimiento de la vida de mucha gente que ha vivido para trabajar, y no al contrario, hace que teman la jubilación porque no han desarrollado inquietudes que puedan llenar su recién adquirido tiempo libre.

La festividad dedicada a los muertos, que es común a la mayoría de culturas, se suele celebrar en otoño (el Samhaincelta o el Todos los Santos cristiano). El hecho de visitar las tumbas de los antepasados contribuye a fortalecer el recuerdo, y la costumbre de depositar flores tiene las connotaciones simbólicas de la eterna paradoja: la vida que se va y la que florece a partir de ella. El ciclo de los ritos de paso acaba con esta última ceremonia.

Otros aspectos del rito iniciático

La mitología, y en especial la literatura legendaria, ha recogido los diversos tratamientos que las culturas han dado a los ritos de paso. El folclorista P. Saintyves estudió en cuatro cuentos populares la referencia a cuatro de estos ritos: en Le Petit Poucet(Pulgarcito) se está hablando del paso de la infancia a la juventud. En Barba azul se hace referencia al casamiento de las doncellas y a las costumbres que deben observar tras celebrarlo, lo mismo que le ocurre al protagonista de Riquet el del tupé. En el caso del famoso cuento El gato con botas, el protagonista muestra a un futuro caudillo las exigencias de su nuevo estatus.

No sólo en los cambios de edad hay rito iniciático. Son conocidos los que se hacen para ingresar en sociedades secretas (masonería, sectas, hermandades) y que guardan paralelismos con los que rige la edad.

Llevado al terreno de la sociedad actual, observemos que las entrevistas de personal de las empresas y las pruebas de aptitud -y a menudo de adhesión ideológica- que plantean a los recién llegados no dejan de ser ritos de iniciación algo prosaicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.